Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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así IBC pierda f Yo confu'so con el mas vivo senlimionlo f)(u> lo he meivcido, y que mi pérdida os inovilalde, si do «(pií adelante no liabajo mas on mi salvación quo lo he beclio hasta ahora. Pero esto es hecho, Salvador divino, mi partido está lomado, desde este momenlo va á ser mi salvación el objeto do mis cuidados, de mis solicitudes, de mi aplicación; este es mi único negocio; yo no quiero wmpanne de hoy en adelante mas que del negocio de mi salvación; propiamenle hablando, yo no tengo otro negocion que este, él se llevará todas mis atenciones. JACULATOKIAS.—¿De qué me servirá haber ganado lodo el universo, si al fm vengo á perderme? (Malih. 16.) ¿ Qué puede darse en cambio de lo que vale mi alma? (Ibid.) PROPÓSITOS. 1 Renovemos cada dia en la oración de la mañana la deprecación que acabamos de hacer; y digamos muchas veces al dia, cuando nos ejercitamos en nuestro empleo, cuando comenzamos alguna obra, cuando nos aplicamos á nueslro trabajo: ¿deque me servirá todo esto, si no procuro mi salvación? Esta práctica es muy útil, y conviene á toda clase de personas. i Impongámonos una ley inviolable de hacer cada mes un dia de retiro. No es mas que un dia, ¿y quién puede racionalmente negarse á dedicar un dia en todo c! mes al importanle negocio de la salvación, el cual exigirla toda la vida? Hállase tanto despacio para los negocios temporales, para nuestros placeres, para nuestros amigos, ¿y solo para la salvación de imestra alma ha de fallar siempre? Cuasi toda la vida se pasa en arreglar cuentas, examinar libros, hacer valer los fondos, y percibir intereses temporales. Será mucho dedicar cada mes un dia á examinar las cuentas qne hemos de dar á Dios? ¿en qué eslado está nuestra conciencia? ¿qué uso hemos hecho, qué fruto hemos sacado de los tálenles recibidos? ¿por qué caminos podrán repararse las pérdidas espirituales que se han hecho? Puede decirse quede esta práctica depende la perseverancia y la salvación de muchos. DOMINGO YIGESIMOCUARTO i ULTIMO DESPUES DE PE.NTECOSTÍSS. El vigésimocuarto domingo después de Penlecostés es siempre el último del año eclesiástico , aun cuando hay mas do veinte y cuatro después de Pentecostés, poique entonces después del vigésimolcrcero se colocan los domingos que han quedado después de la Epifanía ; pero el vigésimocuarto se reserva siempre para el úlfimo, y para terminar el ano eclesiástico, que habiendo comenzado por el primer domingo de Adviento, concluyo siempre por el vigésimocuarlo después de Pentecostés. Por oslo la Iglesia ha escogido para este dia el Evangelio del juicio i'i'liino, eegun san Mateo, que ordinariamente se llama el Ev.-mgi'- lio del fm del mundo. La Epístola que precede á es(c !'.v,;iigelio está lomada de la exhortación que hizo san Palilo á los heles de Colosos para inclinarlos á llevar una vida digna de Dios, aplicándose á agradarle en todas las cosas, dando frutos de toda especie de obras buenas, y creciendo mas y mas en la inleligencia espiritual y en la pi áclica de la voluntad de Dios, que os en lo que consiste loda la perfección cristiana. Se puede decir que esla Epístola es como DIÍSPÜES DE PENTECOSTES. 570 el compendio de las inslrucciones contenidas en todas las demás, de las cuales es esla como el epílogo y una corta recapitulación. El introilo de la misa del dia os el mismo que el del domingo precedente. Como algunos do los domingos quo preceden pueden ser supernumerarios, no se Ies da mas que un introito comim. «Mis pensamientos,» dice el Señor, «son pensamientos de i az,); de dulzura y de misericordia ,y «nó de ira» y de desolación. «Vosotros me invocareis, y yo no c« oiré; yo os reuniré de en medio de todos los pueblos y de todos los lugares» en donde os habláis dispersado. « Do lodos los lugares á .'oscuales os arrojé,» dice el texto, para dar á conocer á los judíos que su cautividad y todas sus desgracias eran justo castigo de sus pecados, y que no debían atribuirlos á ninguna otra causa. Por esto, luego que so vuelven á Dios por medio de una sincera penitencia, Dios se deja ablandar, les perdona, y les hace dfeir por el profeta Jeremías que va á sacarlosdesu cautividad. Los sanios Padres hacen aquí una reflexión que debería abrirles los ojos y mover el corazón de este pueblo ciego y endurecido, haciéndoles ver que han perdido la prerogativa de pueblo muy amado y pueblo escogido, llevando al colmo su iniquidad por el mas horrible de todos los crímenes. Dios había promelido á David conservar su estirpe por todos los siglas, y hacer durar su trono tanto como los cielos. Esta promesa no podía entenderse de la estirpe de David según la carne. Su trono estaba trastornado desde él tiempo do Sedéelas y de Nabucodonosor; hacia ya m.is de dos mil años que no subsistía, l'orque aunque Zorobabel á la vuelta de la cautividad había tenido alguna autoridad en su nación, nadie so atreverá á decir que hahia reinado, ni aun que había gobernado con una autoridad absoluta. En el tiempo mismo de Josucrislo no h;d)ia ya entre los judíos mas que una sombra de monarquía, y aun esta fantasma de monarquía no subsistía en la estirpe de David, supuesto que Uerodes que llevaba el nombre de rey era idumeo y descendía de Esaú. Desde el sigla de Josucrislo, ó á lo mas un siglo después, no se ha distinguido ya la estirpe ó familia de David; ó eslá absolutamente cstinguida, ó de lal modo se halla confundida entre el rosto de la nación, que no es ya posible distinguirla , ni probar su existencia. Así quo la promesa hecha á David de un reínado perpetuo no se ha cumplido sino en Jesucristo, inconlestablomonte de la estirpe de David. Este divino Salvador reina y reinará eternamente, no solo como Dios, sino también como hombre-Dios; ejerce su reinado sobre el verdadero Israel, sobre el pueblo escogido que son los cristianos, y sobro toda la Iglesia, en la que ejerce su dominación espiritual por medio do sus ministros. «Si su posteridad llega á abandonar mi ley, si violan la santidad de mi ley,» yo lomaré la vara para castigarlos sus iniquidades;- los castigaré rigorosamente sus crímenes enormes; mas no por esto fallaré á la alianza que he contraído con David. No apartaré por esiojui misericordia de su padre, ni retractaré la palabra que le be dado. Les afligiré; permitiré quo sean arrojados de su país, que anden dispersos entre las naciones, queso vean abrumados de adversidades y miserias; poro después de algún tiempo me dejaré ablandar, mi indignación cesará, los rounii é sacándolos de lodos los parajes del mundo, y concluirán sus desgracias y su cautividad, El suceso verificó la predicción. Dospuus

530 DOMINGO YIGESLMOCUARTO de setenta años de dispersión y de servidumbre, reunió Dios al [jueblo y Je restableció en su pais. Sus pecados babian sido graves, el castigo ha sido severo; pero al fin después de este número de aíios de penitencia Dios se ha compadecido de ellos. ¿Qué nuevo crimen tan horrible ha podido cometer después este desvenlurado pueblo para ser arrojado tantos siglos hace de su pais, para haber llegado á ser el horror y la execración de todo el univefso, errante, esclavo é infeliz por toda la tierra ? no hay ciertamente otro á que atribuirlo sino al deicidio cometido en la persona de Jesucristo, al cual no han querido reconocer por el Mesías. Y si el crimen de idolatría, dicen los Padres, que ciertamente es el mas enorme, añadido á todas sus iniquidades, no ha sido castigado mas que con una cautividad de setenta aflos, ¿cuál debe ser el crimen por el cual este desdichado pueblo está proscripto y cautivo mas ha de diez y ocho siglos? No puede ser otro que el de uo haber querido reconocer á Jesucristo por su Salvador; no puede sor otro que el haber hecho morir en la cruz al Hijo de Dios, su Rey, su Redentor y su Mesías. Los mas hábiles de los rabinos y de sus pretendidos doctores, aturdidos y llenos de confusión por la fuerza de un raciocinio tan justo y tan concluyente, han tratado de salir del embarazo, diciendo que el pecado tan enorme por el cual la nación judía ha sido reprobada de Dios, consiste en haber algunos judíos reconocido á Jesucristo por el Dijo de Dios y el Mesías. ¡ Ridicula respuesta , miserable efugio! Si Jesucristo hubiese sido un impostor, ¿hubiera podido la nación judía ofrecer á Dios un servicio mas meritorio que haciendo morir coa la muerte mas cruel y mas infame á esto impostor, y persiguiendo y castigando basta con la muerte á ios que le reconociesen por el Mesías ? La muerte de Jesucristo debia ser para el pueblo judío un manantial de nuevas bendiciones, y el celo de sus gefes merecia ser recompensado por Dios, y debia atraer sobre toda la nación una protección mas brillante y mas señalada. Es menester no tener sentido común, es preciso ser muy ciegos para uo ver que únicamente el haber recibido latí mal al Mesías , es lo que Ies ha atraído las últimas desgracias y la maldición universal. La Epístola está tomada del capítulo primero de la de san Pablo á los eolosenses. «No cesamos de rogar á Dios por vosotros,» les dice el santo apóstol, «y pedirle que lengiiis un pleno conocimiento de su voluntad con (oda la sabiduría y la inteligencia de las cosas del espíritu.» Puede asegurarse que la Iglesia en sus primeros dias ha tenido mas que sufrir de los falsos apóstoles convertidos de! judaismo (pie de los gentiles. Estos peligrosos seductores que pueden llamarse ios herejes de los primeros tiempos, recoman todas las iglesias para hacer prosélitos en ellas. No bien hubo recibido la fó la ciudad de Colosos, cuando eslos falsos apóstoles vinieron á sembrar en ella la zizaña, predicando la necesidad do la circuncisión y de las observancias legales; y mezclando la filosofía platónica con el judaismo, Iraiaban de inspirar á aquellos fieles, todavía sencillos y nuevameníe convertidos, un culto supersticioso de los ángeles: y bajo del velo de una falsa humildad les bac'iim entender que siendo Dios inünilamente superior á irjsotrüS, era necesario dirigir nuestras preces nó á Dios ni á Jesuorisío , sino á los ángeles, por cuya mediación htjm Dios dado en otro tiempo la ley á Moisés. Informado san Pablo de lo pasaba entre los eolosenses , les escribió esta carta para desengañarles de estos errores, y para confirmarles en la fé y en la caridad, en la esperanza y en todas las demás virtudes que les hablan inspirado los verdaderos apóstoles. Yo no ceso , les dice, de rogar á Dios por vosotros, y pedirle que tengáis un pleno conocimiento de su voluntad con toda la sabiduría y toda la inteligencia de las cosas espirituales ; esto es, de las verdades de la religión, para que no caigáis en los errores y en los lazos que os tienden los que solo tratan deseduciros: «a fin de que tengáis una conducta digna de Dios, procurando lodos los medios de agradarle;» es decir, una conducta digna de Jesucristo vuestro Salvador, digna de vuestra vocación, una conducta verdaderamente crisliana; y para esto «debéis fructificar en lodo género de obras buenas,» y crecer lodos los dias en virtudes, en perfección, en conocimiento y en amor de Dios, en constancia y fidelidad en su servicio, sin dejaros deslumhrar ni sorprender por los artificios de los (pie bajo del prelesto de llevaros á Dios os alejan de él: fortilicándoos con toda la fortaleza posible por la participación de su poder glorioso, sufriéndolo todo con paciencia, con constancia y con alegría.» Después do haber pedido san Pablo á Dios la sabiduría y la inteligencia para los eolosenses, esto es, la gracia para conocer los secretos de la voluntad de Dios en la reconciliación de los hombres con él, y los secrelos adorables do la divina Providencia, pide también la gracia para conocer en cada ocasión lo que Dios exige de ellos en la práctica de sus mandamientos, y que lleven frutos por el ejercicio de todo género de obras buenas. Una vida infructuosa y estéril en virtudes, jamás fué una vida crisliana. No basta aun llevar frutos, dice el apóstol, en la primavera, que es una estación calmosa y pacífica; es menester llevarlos en la estación de los frios y de las tempestades; es menester que la fidelidad y la viriud de un cristiano sean á prueba de las tentaciones mas violentas, y esta generosidad, esta paciencia , esta alegría , aun en las adversidades, esta perseverancia es la que desea el sanio apóstol á ios eolosenses. Sobre lodo quiere «que rindan ;rcciouesdo gracias á Dios Padre, que por su luz, esto es, por su ntjo, que es la luz del mundo y el esplendor de la gloria de su Padre, «nos ha hecho dignos de participar do la herencia de los sanios.» Jesucristo nos ha merecido la gracia de la adopción, la herencia de la bienaventurada inmortalidad. Los eolosenses eran gentiles convertidos á la fé. San Pablo quiere que tengan siempro delante de los ojos el precio intínilo de esta grande gracia, considerando que los judíos, que eran los hijos y los legílimos herederos, han sido por su culpa y por su incredulidad escluidos de la dicha á que los gentiles han sido llamados por un favor singular de la pura misericordia de Dios. ¿Qué favor mas insigne, qué misericordia mas escesiva que el habernos sacado del poder de las tinieblas para hacernos pasar al reino de su Hijo muy amado, «en el cualhallamoso por medio de su sangre «la remisión de los pecados, que hace la redención? En otro tiempo erais las mismas tinieblas,» como escribía á los efesir.os, «y ¡-hora sois la luz en nueslro Sefior, Vosotros Viváis ánt* s en IHS tinieblas de la idolatría y en la ignoi ancla, estubaisen el error del pecado, más ahora estáis iluminados con la luz dé la fé; Jesiicrisío es el (pie os ha librado de la sei vkUimbi e (k1 pecado, que es el principe de las tinieblas, de la r.odu., del paganismo, del error y del pecado, y os ha hecho pasi.r

así IBC pierda f Yo confu'so con el mas vivo senlimionlo<br />

f)(u> lo he meivcido, y que mi pérdida os inovilal<strong>de</strong>, si do<br />

«(pií a<strong>de</strong>lante no liabajo mas on mi salvación quo lo he<br />

beclio hasta ahora. Pero esto es hecho, Salvador divino,<br />

mi partido está lomado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este momenlo va á ser mi<br />

salvación el objeto do mis cuidados, <strong>de</strong> mis solicitu<strong>de</strong>s, <strong>de</strong><br />

mi aplicación; este es mi único negocio; yo no quiero<br />

wmpanne <strong>de</strong> hoy en a<strong>de</strong>lante mas que <strong>de</strong>l negocio <strong>de</strong> mi<br />

salvación; propiamenle hablando, yo no tengo otro negocion<br />

que este, él se llevará todas mis atenciones.<br />

JACULATOKIAS.—¿De qué me servirá haber ganado lodo<br />

el universo, si al fm vengo á per<strong>de</strong>rme? (Malih. 16.)<br />

¿ Qué pue<strong>de</strong> darse en cambio <strong>de</strong> lo que vale mi alma?<br />

(Ibid.)<br />

PROPÓSITOS.<br />

1 Renovemos cada dia en la oración <strong>de</strong> la mañana la<br />

<strong>de</strong>precación que acabamos <strong>de</strong> hacer; y digamos muchas<br />

veces al dia, cuando nos ejercitamos en nuestro empleo,<br />

cuando comenzamos alguna obra, cuando nos aplicamos<br />

á nueslro trabajo: ¿<strong>de</strong>que me servirá todo esto, si no procuro<br />

mi salvación? Esta práctica es muy útil, y conviene<br />

á toda clase <strong>de</strong> personas.<br />

i Impongámonos una ley inviolable <strong>de</strong> hacer cada mes<br />

un dia <strong>de</strong> retiro. No es mas que un dia, ¿y quién pue<strong>de</strong><br />

racionalmente negarse á <strong>de</strong>dicar un dia en todo c! mes al<br />

importanle negocio <strong>de</strong> la salvación, el cual exigirla toda<br />

la vida? Hállase tanto <strong>de</strong>spacio para los negocios temporales,<br />

para nuestros placeres, para nuestros amigos, ¿y<br />

solo para la salvación <strong>de</strong> imestra alma ha <strong>de</strong> fallar siempre?<br />

Cuasi toda la vida se pasa en arreglar cuentas, examinar<br />

libros, hacer valer los fondos, y percibir intereses<br />

temporales. Será mucho <strong>de</strong>dicar cada mes un dia á examinar<br />

las cuentas qne hemos <strong>de</strong> dar á Dios? ¿en qué eslado<br />

está nuestra conciencia? ¿qué uso hemos hecho,<br />

qué fruto hemos sacado <strong>de</strong> los tálenles recibidos? ¿por<br />

qué caminos podrán repararse las pérdidas espirituales<br />

que se han hecho? Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que<strong>de</strong> esta práctica<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> la perseverancia y la salvación <strong>de</strong> muchos.<br />

DOMINGO YIGESIMOCUARTO i ULTIMO DESPUES DE<br />

PE.NTECOSTÍSS.<br />

El vigésimocuarto domingo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Penlecostés es<br />

siempre el último <strong>de</strong>l año eclesiástico , aun cuando hay<br />

mas do veinte y cuatro <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Pentecostés, poique<br />

entonces <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l vigésimolcrcero se colocan los domingos<br />

que han quedado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Epifanía ; pero el<br />

vigésimocuarto se reserva siempre para el úlfimo, y para<br />

terminar el ano eclesiástico, que habiendo comenzado por<br />

el primer domingo <strong>de</strong> Adviento, concluyo siempre por el<br />

vigésimocuarlo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Pentecostés. Por oslo la Iglesia<br />

ha escogido para este dia el Evangelio <strong>de</strong>l juicio i'i'liino,<br />

eegun san Mateo, que ordinariamente se llama el Ev.-mgi'-<br />

lio <strong>de</strong>l fm <strong>de</strong>l mundo. La Epístola que prece<strong>de</strong> á es(c !'.v,;iigelio<br />

está lomada <strong>de</strong> la exhortación que hizo san Palilo á<br />

los heles <strong>de</strong> Colosos para inclinarlos á llevar una vida digna<br />

<strong>de</strong> Dios, aplicándose á agradarle en todas las cosas,<br />

dando frutos <strong>de</strong> toda especie <strong>de</strong> obras buenas, y creciendo<br />

mas y mas en la inleligencia espiritual y en la pi áclica <strong>de</strong><br />

la voluntad <strong>de</strong> Dios, que os en lo que consiste loda la perfección<br />

cristiana. Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que esla Epístola es como<br />

DIÍSPÜES DE PENTECOSTES. 570<br />

el compendio <strong>de</strong> las inslrucciones contenidas en todas las<br />

<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> las cuales es esla como el epílogo y una corta<br />

recapitulación. El introilo <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong>l dia os el mismo<br />

que el <strong>de</strong>l domingo prece<strong>de</strong>nte. Como algunos do los domingos<br />

quo prece<strong>de</strong>n pue<strong>de</strong>n ser supernumerarios, no se<br />

Ies da mas que un introito comim.<br />

«Mis pensamientos,» dice el Señor, «son pensamientos<br />

<strong>de</strong> i az,); <strong>de</strong> dulzura y <strong>de</strong> misericordia ,y «nó <strong>de</strong> ira» y<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>solación. «Vosotros me invocareis, y yo no c« oiré;<br />

yo os reuniré <strong>de</strong> en medio <strong>de</strong> todos los pueblos y <strong>de</strong><br />

todos los lugares» en don<strong>de</strong> os habláis dispersado. « Do<br />

lodos los lugares á .'oscuales os arrojé,» dice el texto,<br />

para dar á conocer á los judíos que su cautividad y todas<br />

sus <strong>de</strong>sgracias eran justo castigo <strong>de</strong> sus pecados, y que no<br />

<strong>de</strong>bían atribuirlos á ninguna otra causa. Por esto, luego<br />

que so vuelven á Dios por medio <strong>de</strong> una sincera penitencia,<br />

Dios se <strong>de</strong>ja ablandar, les perdona, y les hace dfeir<br />

por el profeta Jeremías que va á sacarlos<strong>de</strong>su cautividad.<br />

<strong>Los</strong> sanios Padres hacen aquí una reflexión que <strong>de</strong>bería<br />

abrirles los ojos y mover el corazón <strong>de</strong> este pueblo ciego<br />

y endurecido, haciéndoles ver que han perdido la prerogativa<br />

<strong>de</strong> pueblo muy amado y pueblo escogido, llevando<br />

al colmo su iniquidad por el mas horrible <strong>de</strong> todos los<br />

crímenes.<br />

Dios había promelido á David conservar su estirpe por<br />

todos los siglas, y hacer durar su trono tanto como los cielos.<br />

Esta promesa no podía enten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la estirpe <strong>de</strong> David<br />

según la carne. Su trono estaba trastornado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> él<br />

tiempo do Sedéelas y <strong>de</strong> Nabucodonosor; hacia ya m.is <strong>de</strong><br />

dos mil años que no subsistía, l'orque aunque Zorobabel á<br />

la vuelta <strong>de</strong> la cautividad había tenido alguna autoridad<br />

en su nación, nadie so atreverá á <strong>de</strong>cir que hahia reinado,<br />

ni aun que había gobernado con una autoridad absoluta.<br />

En el tiempo mismo <strong>de</strong> Josucrislo no h;d)ia ya entre los<br />

judíos mas que una sombra <strong>de</strong> monarquía, y aun esta<br />

fantasma <strong>de</strong> monarquía no subsistía en la estirpe <strong>de</strong> David,<br />

supuesto que Uero<strong>de</strong>s que llevaba el nombre <strong>de</strong> rey era<br />

idumeo y <strong>de</strong>scendía <strong>de</strong> Esaú. Des<strong>de</strong> el sigla <strong>de</strong> Josucrislo,<br />

ó á lo mas un siglo <strong>de</strong>spués, no se ha distinguido ya la<br />

estirpe ó familia <strong>de</strong> David; ó eslá absolutamente cstinguida,<br />

ó <strong>de</strong> lal modo se halla confundida entre el rosto <strong>de</strong> la<br />

nación, que no es ya posible distinguirla , ni probar su<br />

existencia. Así quo la promesa hecha á David <strong>de</strong> un reínado<br />

perpetuo no se ha cumplido sino en Jesucristo, inconlestablomonte<br />

<strong>de</strong> la estirpe <strong>de</strong> David. Este divino Salvador<br />

reina y reinará eternamente, no solo como Dios, sino también<br />

como hombre-Dios; ejerce su reinado sobre el verda<strong>de</strong>ro<br />

Israel, sobre el pueblo escogido que son los cristianos,<br />

y sobro toda la Iglesia, en la que ejerce su dominación<br />

espiritual por medio do sus ministros. «Si su posteridad<br />

llega á abandonar mi ley, si violan la santidad <strong>de</strong> mi<br />

ley,» yo lomaré la vara para castigarlos sus iniquida<strong>de</strong>s;-<br />

los castigaré rigorosamente sus crímenes enormes; mas<br />

no por esto fallaré á la alianza que he contraído con David.<br />

No apartaré por esiojui misericordia <strong>de</strong> su padre, ni<br />

retractaré la palabra que le be dado. Les afligiré; permitiré<br />

quo sean arrojados <strong>de</strong> su país, que an<strong>de</strong>n dispersos<br />

entre las naciones, queso vean abrumados <strong>de</strong> adversida<strong>de</strong>s<br />

y miserias; poro <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> algún tiempo me <strong>de</strong>jaré<br />

ablandar, mi indignación cesará, los rounii é sacándolos <strong>de</strong><br />

lodos los parajes <strong>de</strong>l mundo, y concluirán sus <strong>de</strong>sgracias<br />

y su cautividad, El suceso verificó la predicción. Dospuus

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