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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DESI ÜES Dlí PJÍNTEGOSTKS.<br />

swlfi fi)r¡s;iica, en el grado do los que se llaman proponenlt-s<br />

on la secta protestante, candidatos ó estudiantes, y<br />

tales era menester que fuesen, á lin <strong>de</strong> que pareciese que<br />

la pregunla que hacian no era mas que para instruirse.<br />

I*or lo que hace á los herodianos, algunos inlérpretes creen<br />

que eran déla córte <strong>de</strong> Ilero<strong>de</strong>s, porque como la pregunta<br />

que<strong>de</strong>liia hacerse al Salvador miraba al principe, era muy<br />

á propósilo el tener genle <strong>de</strong> la córlc por testigos. Sin embargo<br />

es mas probable que estos herodianos eran ciertos<br />

sectarios, que según Josefo no se diferenciaban <strong>de</strong> los fariseos<br />

sino por su preocupación escesiva por la libertad.<br />

Créese que esta secta nacida en el reinado <strong>de</strong> Ilero<strong>de</strong>s,<br />

apellidado eltiran<strong>de</strong>, habia tenido porgefe á Judas el Gaulonita<br />

ó el Galileo. llablaseles dado el nombre do herodianos,<br />

porque habiendo creído <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego que Ilero<strong>de</strong>s el<br />

Gran<strong>de</strong> era el Mesías, sobrepujaban todavía á todos los errores<br />

<strong>de</strong> los fariseos, lo cual según san Marcos obligó á<br />

<strong>de</strong>cir al Salvador: «Guardaos <strong>de</strong> la levadura <strong>de</strong> Here<strong>de</strong>s.»<br />

Diferian <strong>de</strong> los fariseos en cuanto álos tríbulos que se pagaban<br />

á los romanos; los fariseos los pagaban, mas con<br />

mucha repugnancia; los herodianos al contrario sostenían<br />

que estos tributos eran indispensables. El <strong>de</strong>signio <strong>de</strong> los<br />

enemigos <strong>de</strong>l Salvador ora hacerlo <strong>de</strong>cir alguna cosa que<br />

pudiese servir <strong>de</strong> protesto para acusarle como reo <strong>de</strong> estado,<br />

y que fuese como tal castigado con el último suplicio..<br />

El lazo estaba bien concertado. Toda la intriga consislia en<br />

embarazarle por una pregunta capciosa, preguntándole si<br />

los judíos podían en conciencia pagar el tribulo al emperador.<br />

Esperaban ellos que suce<strong>de</strong>ría una <strong>de</strong> dos cosas. O<br />

<strong>de</strong>clarará á los judíos tributarios <strong>de</strong>l emperador, <strong>de</strong>cían<br />

ellos, y con oslo ofen<strong>de</strong>rá á toda la nación, haciendo ver<br />

que no pue<strong>de</strong> ser el Mesias, puesto que hace esclavo al<br />

pueblo judío; ó <strong>de</strong>clarará al pueblo exento <strong>de</strong> todo tributo,<br />

y en esto caso los berodianos le acusarán á los romanos<br />

como un sedicioso, rebel<strong>de</strong> ai César y convencido <strong>de</strong> rebelión.<br />

Para disfrazar mejor su perversidad, le saludaron al<br />

pi incipío con respeto, y comenzaron por alabar su sinceridad<br />

y su rccíiUid. Maestro, le dijeron, sabemos que dices<br />

siempre verdad, y que eiisoñas el camino <strong>de</strong> Dios en<br />

espíritu <strong>de</strong> verdad, sin respeto humano y sin consi<strong>de</strong>ración<br />

por ninguno, sea el que sea, porque no haces acepción <strong>de</strong><br />

personas; nos dirigimos, pues, á tí para (píenos instruyas<br />

sobre un punto, sobre el cual ios ánimos están divididos,<br />

y en el que parece interesarse la gloria <strong>de</strong> Dios. Dínossincoramenle<br />

lo que te parece <strong>de</strong> esto: «¿os permitido pagar<br />

el tributo al César, ó nó?» Era este tributo la capitación<br />

que los romanos colectaban en la Ju<strong>de</strong>a, <strong>de</strong>sdo que<br />

esta provincia se habia hecho tributaria dol imperio.<br />

Josucrislo quiso hacerles ver que conocía poi foctamente<br />

todo lo que abrigaban <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su corazón, y que bajo <strong>de</strong><br />

la máscara <strong>de</strong> su eslerior seduclivo <strong>de</strong>scubría su malignidad<br />

y su hipocresía. «Uipócrilas, los dijo, ¿por qué traíais<br />

do sorpren<strong>de</strong>rme? Moslradme la moneda con quo pagáis<br />

el tríbulo;» y le presentaron un <strong>de</strong>nario rocano.<br />

Era osla una moneda eslranjera, marcada con el soilo <strong>de</strong>l<br />

emperador, y que llevaba su sobrescrílo. Como queria<br />

convencerles por sí mismos: « ¿De quién es esta figura, les<br />

dijo, y el nombre escrito al re<strong>de</strong>dor?-Del César, le respondieron.—Si,<br />

pues, es <strong>de</strong>l César, repuso el Salvador,<br />

dad al César lo que pertenece al César; pero no olvidéis<br />

el dar á Dios lo que <strong>de</strong>béis á Dios,» vuestro Criador, vues-<br />

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tro Señor soberano y vuestro Padre. Palabras misteriosas,<br />

que fueron una ¿HMJ lección para los fariseos y para lo.s<br />

herodianos, dando á enton<strong>de</strong>r á aquellos por el sobrescrito<br />

do César que llevaba la moneda <strong>de</strong> piala que le presentaban,<br />

que eran muy necios en lisonjearse <strong>de</strong> que oí an libres,<br />

cuando la moneda que corría en el país <strong>de</strong>claraba<br />

bastante que estaban sujetos y que eran Iributarios: y diciendo<br />

á estos que la obligación que tenían <strong>de</strong> pagar el<br />

tribulo al príncipe, no los dispensaba <strong>de</strong> dar á Dios lo que<br />

le <strong>de</strong>bían como á su Seílor soberano. Vosolros <strong>de</strong>béis á César<br />

un tribulo <strong>de</strong> dinero, y á Dios un tríbulo <strong>de</strong> adoración,<br />

<strong>de</strong> amor, <strong>de</strong> respeto, <strong>de</strong> sumisión y <strong>de</strong> alabanza. Dios os<br />

manda que paguéis al príncipe el tributo que le <strong>de</strong>béis;<br />

pero ¿estáis por esto menos obligados á cumplir con vuestros<br />

<strong>de</strong>beres <strong>de</strong> religión para con Dios, amarle con lodo<br />

vuestro corazón, guardar sus mandamientos con fi<strong>de</strong>lidad,<br />

servirle con fervor y creer su palabra ? Satisfaced, pues, á<br />

esta doblo obligación/ <strong>Los</strong> príncipes lienen <strong>de</strong>rechos que<br />

Dios les ba dado; pero Dios tiene <strong>de</strong>rechos que se ha reservado,<br />

y que no se le pue<strong>de</strong>n negar: la verda<strong>de</strong>ra piedad<br />

sabe conciliar los unos y los otros, y es innegable<br />

que los príncipes no líenen vasallos mas fieles ni mas sumidos<br />

que aquellos á quienes una piedad sincera hace líeles<br />

y sumisos á Dios. Aña<strong>de</strong> el Evangelio que los fariseos<br />

y los berodianos admiraron su respuesta, y <strong>de</strong>jándole se<br />

retiraron. Vana admiración que nada produceen el corazón.<br />

Esto mismo suce<strong>de</strong> aun lodos los dias entre los cristianos.<br />

Admírase lo que se lee, sorpren<strong>de</strong> un predicador, alábanse<br />

los sanios, aprécianse las máximas <strong>de</strong>l Evangelio, y h oslo<br />

se reduce lodo. ¿Somos sino, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto, mas virtuosos,<br />

mas religiosos, mas <strong>de</strong>votos? paga el entendimiento,<br />

por <strong>de</strong>cirlo así, el tríbulo; pero el corazón permanece on<br />

sus estravíos y en su rebelión. El entendimiento es cristiano,<br />

y pagano el corazoo.<br />

La oración <strong>de</strong> ta misa <strong>de</strong> estedia escomo sigue:<br />

Dens refugium nostrum<br />

el virlus : a<strong>de</strong>sto pus Ecclesiw<br />

lúa: preeibus, awctor<br />

ipse pietniis, et prcasía<br />

; ul quod fidcliter peü~<br />

MÍMS, cfficaciier consequamur.<br />

l'er Dominurn...<br />

O Dios, refugio y forlaléza<br />

nuestra, dignaos oír los piadosos<br />

ruegos <strong>de</strong> vuestra Iglesia,<br />

y ya que la haboís dado<br />

la misma piedad que la inclina<br />

á pediros, haced por vuestra<br />

misericordia que obíongamos<br />

lo que os pedimos con una<br />

buena fé. Por nuestro Señor<br />

Jesucristo etc.<br />

La Epislolaestá tomada <strong>de</strong> la <strong>de</strong> §an Pablo d los Filipcnses,<br />

cap. i.<br />

Fraires: Conftdiimts in<br />

Dninitio Jesu* qnia quiewpil<br />

in vobis opus bomm,<br />

perfiviet usque in diem<br />

Ckristi Jesu. Sicut estmihijuslum<br />

hoc sentiré pro<br />

ómnibus vobis : eo qmd<br />

habeam vos in car<strong>de</strong>, el in<br />

vinculis wcis, el w <strong>de</strong>fensione,<br />

el confirmaúone<br />

Evangcdi, socios gaudii<br />

normanos míos: Yo conGo<br />

que aquel que ha comenzado<br />

en vosolros una obra tan buena,<br />

la perfeccionará hasta el<br />

dia <strong>de</strong> Jesucristo. Así <strong>de</strong>bo \o<br />

pensar <strong>de</strong> todos vosolros, en<br />

razón <strong>de</strong> que os tengo on el<br />

corazón por la parle (pie lodos<br />

lomáis en mi gozo, mientras<br />

que estoy en ca<strong>de</strong>nas, que <strong>de</strong>fiendo<br />

y eslublczco el Evan-

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