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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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lan bien educado, no es ya nada <strong>de</strong> esto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que no es<br />

<strong>de</strong>voto. Aquella seflora cristiana no es ya conocida <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que se ha hecho mundana. Aquella porsonn religiosa joven<br />

ha llegado á ser un motivo <strong>de</strong> escándalo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

ha caido en la relajación. «Acordaos, dice el Apóstol, <strong>de</strong><br />

aquellos dias antiguos, en que llenos <strong>de</strong> las luces <strong>de</strong> la fe,<br />

sosluvisleis el gran cómbale <strong>de</strong> las pasiones.» Pero sobre<br />

todo, ; qué sentimientos produce en el fln <strong>de</strong> la vida la<br />

memoria <strong>de</strong> aquella virtud estinguida, y <strong>de</strong> aquellas gracias<br />

tnn preciosas <strong>de</strong> que se ha hecho un abuso tan pernicioso<br />

i<br />

El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> esle dia es loque sigue lomado<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong> san Maleo, capitulo 9.<br />

In, illo lempore : Áscenácns<br />

Jesús in naviculam,<br />

transfretavil, el veníl in<br />

dvüaiem suam. El ecce<br />

offerchant ei paralulicum<br />

jacentem in lirio. Si vi<strong>de</strong>ns<br />

Jesús fi<strong>de</strong>m illorum,<br />

dixit paralytico : Confi<strong>de</strong>,<br />

fili, remilluntur libi peccata<br />

lúa. El ecce quidum <strong>de</strong><br />

scribis dixerunt ititra se :<br />

Ilir blasphemal. El cum<br />

vidisset Jesús cogüaliones<br />

eorum, dixit: Üt (¡mi coghaiis<br />

mata in cordihus<br />

veslris? Quid esl [acüiusy<br />

diccre, üimiltunlur tibi<br />

peccala lúa; an diccre.<br />

Surge, el amhuhi? Ut aulemscialis,<br />

quut Filius<br />

homiais babel poteslalem<br />

in Ierra dimülendi peccala,<br />

lunc ail paralylico :<br />

Surge, lolk ledim luwn,<br />

el va<strong>de</strong>, i» doimm tuam.<br />

El surrexil, el abiil in domum<br />

suam. Vi<strong>de</strong>ntes aulem<br />

turba;, timuervnt, úl<br />

glorificavcrnnt Ueum, qui<br />

<strong>de</strong>dil poteslalem lalem hominibus,<br />

DESPUES DE PENTECOSTES.<br />

En aquel tiempo: Habiéndose<br />

metido Jesús en una barca<br />

pasó el lago, y entró en su<br />

ciudad: luego que llegó, algunos<br />

le presentaron un paralítico<br />

tendido cu sucama, y viendo<br />

Jesús su fé, dijo al paralítico:<br />

Hijo mió, anímale, tos<br />

pecados te son perdonados. Al<br />

miíino tiempo algunos <strong>de</strong> los<br />

escribas dijeron para si: Este<br />

hombre blasfema. Viendo Jesús<br />

lo que pensaban: ¿Por<br />

que Ies dice, hacéis malos juicios<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> vosotros mismos?<br />

¿qué es mas fácil <strong>de</strong>cir,<br />

tus pecados tesón perdonados,<br />

ó -<strong>de</strong>cir, levántate y anda?<br />

Pues para que sepáis que el<br />

Hijo <strong>de</strong>l hombre tiene po<strong>de</strong>r<br />

para perdonar los pecados sobre<br />

la tierra : Levánlalc, dijo<br />

entonces al paralítico, toma tu<br />

cama y véte á lu casa. Levantóse,<br />

en efecto el paralítico, y<br />

se fué á su casa. Viendo esto<br />

el pueblo quedó poseído <strong>de</strong>l<br />

temor, y en alta voz alabó á<br />

Dios que Labia dado tal po<strong>de</strong>r<br />

á los hombres.<br />

MEDITACION<br />

Que no hay verda<strong>de</strong>ra [clicidad sobre la tierra sino en el<br />

servicio <strong>de</strong> Dios.<br />

PUNTO PRIMEHO.—Consi<strong>de</strong>ra que no hemos sido criados<br />

sino para conocer, para amav y para servir á Dios ; luego<br />

no po<strong>de</strong>mos ser felices sino sirviendo á Dios: cualquiera<br />

olía ¡<strong>de</strong>a <strong>de</strong> felicidad es quimérica; cualquiera que la<br />

busque ca otra parte que en Dios, se alimenta <strong>de</strong> la ilusión<br />

y <strong>de</strong>l error.<br />

Jesucristo ha dicho que «su yugo es suave, y su carga<br />

tijera.» El mundo piensa y dicelo contrario ; ¿quién<br />

se engaña ? ¿ a quién <strong>de</strong>bemos creer ? Jesucristo lo ba<br />

dicho?luego es verdad; pero ¿nuestros <strong>de</strong>seos y nuestras<br />

solicitu<strong>de</strong>s prueban que creemos este oráculo?<br />

Para ser felices es menester que nuestros déseos que<strong>de</strong>n<br />

satisfechos; ningún bien criado hay que los llene<br />

TOMO IV.<br />

553<br />

completamente ; es menester que el corazón que<strong>de</strong> contento,<br />

y fuera <strong>de</strong> Dios no pue<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> estar itiquieU).<br />

Fatigámonos, cansámonos, consumímonos en el servicio<br />

<strong>de</strong>l mundo; ¿qué condición hay sin disgustos? no hay<br />

dia sin niebla ; no hay empleo que no sea una f arga ; por<br />

mas que se haga, lodo disgusta, todo cansa ; únicamente<br />

es dulce y lijero el yugo <strong>de</strong> Dios. Mi razón sola no podría<br />

<strong>de</strong>cirme lo contrario ; y ¿ yo dudo, Señor, yo <strong>de</strong>libero<br />

para serviros?<br />

En el servicio <strong>de</strong>l mundo todo es duro, y lodo es infructuoso;<br />

no hay gozo que no nazca en medio <strong>de</strong> las espinas,<br />

lodo pica. ¿Qué dia hay en calma en este mar? todo<br />

en él son escollos, y ¡cuántos tristes naufragios suce<strong>de</strong>n!<br />

¿Qué no se sufro en 61 por las pasiones <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, y<br />

qué no tenemos que sufrir por nuestras propias pasiones?<br />

En el servicio <strong>de</strong> Dios, eslos tiranos están por lo menos<br />

aherrojados, lodo es llano en sus caminos; el cielo está en<br />

él siempre sereno; y ciertamente, cuando la conciencia está<br />

en paz, ¿qué mas dulce calma? ¡Ahí ¡cuánta verdad es,<br />

Señor, que estos mislerios están escondidos á los sabios y<br />

á IOÉSVpru<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l siglo, y que solo á los humil<strong>de</strong>s es á<br />

quienes se revelan estos secrelos! ¿En quién consiste. Señor,<br />

que yo no los conozca? Haced que yo lo esperimenle,<br />

estoy pronto á sacrificarlo lodo, á hacer cuanto sea necesario<br />

para gustar tan dulces y tan consoladoras verda<strong>de</strong>s.<br />

PUNTO SEGUNDO.—Consi<strong>de</strong>ra que hay pocas verda<strong>de</strong>s<br />

prácticas mejor probadas, ni mejor <strong>de</strong>mostradas que está.<br />

¿Cuál es el mundano que esté contento con el sefior á<br />

quien sirve? ¿Cuántas quejas no se oyen todos los dias<br />

sobre lo que se ha sufrido en el servicio <strong>de</strong>l mundo? Y al<br />

contrario, no hay santo alguno que no esté conlenlo, que<br />

no se vea basta colmado <strong>de</strong> gozo en el servicio <strong>de</strong> Dios.<br />

¿Se ha encontrado jamás ni uno solo <strong>de</strong> lodos ellos que se<br />

haya quejado <strong>de</strong> que ha tenido mucho que sufrir en él; do<br />

que no ha sido bastante recompensado; <strong>de</strong> que Dios no lia<br />

sidouusenor bueno? No hay proporción alguna en<strong>de</strong>,<br />

nueslros trabajos y la recompensa.<br />

La soledad, la peuilenciay las cruces son tesoros ocullos<br />

á los sabios <strong>de</strong>l mundo; pero ¿qué mauanlial mas<br />

abundaute <strong>de</strong> dulzura, <strong>de</strong> paz y <strong>de</strong> consolación interior<br />

para las gentes buenas? Su modcslia, su mo<strong>de</strong>ración, su<br />

igualdad do humor, son las imágenes <strong>de</strong> la tranquilidad<br />

<strong>de</strong>l alma, y <strong>de</strong> la alegría <strong>de</strong>l corazón. iCuándo nos conducirá<br />

á esta fuente el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> la felicidad!<br />

San Pablo, primer ermitaño, pasa noventa años en la<br />

mas espantosa soledad, <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> los hombres, y<br />

únicamente ocupado en Dios: ¿se queja san Pablo <strong>de</strong>l Sefior<br />

á quien ha servido? ¿se le <strong>de</strong>be tener á él láslima? lia<br />

ignorado loque pasaba en el mundo. ¡Cuáníosgran<strong>de</strong>íliay<br />

en el mundo que queman haber tenido la misma suerte!<br />

Noventa años pasados en el servicio <strong>de</strong>l mundo, ¿causan<br />

lanío consuelo en la hora déla muerle?¿No llevan Iras <strong>de</strong><br />

sí ningún sentimiento? ¿Son objeto <strong>de</strong> la admiración y <strong>de</strong><br />

la veneración <strong>de</strong> lodos los fieles en todos los siglos? ¡Cosa<br />

eslraña! Uacemas <strong>de</strong> seis mil años que está <strong>de</strong>mostrando<br />

esta verdad la fé, la razón y la esperiencia, y no hay forma<br />

<strong>de</strong> creerla. ¿Será estraño que haya tantos <strong>de</strong>sdichados?<br />

No quiero yo, Señor, engrosar el número <strong>de</strong> ellos; estoy<br />

bien convencido <strong>de</strong> que solo es posible ser felices en<br />

vuestro servicio. Tampoco quiero tener ya olio señor, y<br />

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