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lan bien educado, no es ya nada <strong>de</strong> esto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que no es<br />
<strong>de</strong>voto. Aquella seflora cristiana no es ya conocida <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
que se ha hecho mundana. Aquella porsonn religiosa joven<br />
ha llegado á ser un motivo <strong>de</strong> escándalo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />
ha caido en la relajación. «Acordaos, dice el Apóstol, <strong>de</strong><br />
aquellos dias antiguos, en que llenos <strong>de</strong> las luces <strong>de</strong> la fe,<br />
sosluvisleis el gran cómbale <strong>de</strong> las pasiones.» Pero sobre<br />
todo, ; qué sentimientos produce en el fln <strong>de</strong> la vida la<br />
memoria <strong>de</strong> aquella virtud estinguida, y <strong>de</strong> aquellas gracias<br />
tnn preciosas <strong>de</strong> que se ha hecho un abuso tan pernicioso<br />
i<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> esle dia es loque sigue lomado<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong> san Maleo, capitulo 9.<br />
In, illo lempore : Áscenácns<br />
Jesús in naviculam,<br />
transfretavil, el veníl in<br />
dvüaiem suam. El ecce<br />
offerchant ei paralulicum<br />
jacentem in lirio. Si vi<strong>de</strong>ns<br />
Jesús fi<strong>de</strong>m illorum,<br />
dixit paralytico : Confi<strong>de</strong>,<br />
fili, remilluntur libi peccata<br />
lúa. El ecce quidum <strong>de</strong><br />
scribis dixerunt ititra se :<br />
Ilir blasphemal. El cum<br />
vidisset Jesús cogüaliones<br />
eorum, dixit: Üt (¡mi coghaiis<br />
mata in cordihus<br />
veslris? Quid esl [acüiusy<br />
diccre, üimiltunlur tibi<br />
peccala lúa; an diccre.<br />
Surge, el amhuhi? Ut aulemscialis,<br />
quut Filius<br />
homiais babel poteslalem<br />
in Ierra dimülendi peccala,<br />
lunc ail paralylico :<br />
Surge, lolk ledim luwn,<br />
el va<strong>de</strong>, i» doimm tuam.<br />
El surrexil, el abiil in domum<br />
suam. Vi<strong>de</strong>ntes aulem<br />
turba;, timuervnt, úl<br />
glorificavcrnnt Ueum, qui<br />
<strong>de</strong>dil poteslalem lalem hominibus,<br />
DESPUES DE PENTECOSTES.<br />
En aquel tiempo: Habiéndose<br />
metido Jesús en una barca<br />
pasó el lago, y entró en su<br />
ciudad: luego que llegó, algunos<br />
le presentaron un paralítico<br />
tendido cu sucama, y viendo<br />
Jesús su fé, dijo al paralítico:<br />
Hijo mió, anímale, tos<br />
pecados te son perdonados. Al<br />
miíino tiempo algunos <strong>de</strong> los<br />
escribas dijeron para si: Este<br />
hombre blasfema. Viendo Jesús<br />
lo que pensaban: ¿Por<br />
que Ies dice, hacéis malos juicios<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> vosotros mismos?<br />
¿qué es mas fácil <strong>de</strong>cir,<br />
tus pecados tesón perdonados,<br />
ó -<strong>de</strong>cir, levántate y anda?<br />
Pues para que sepáis que el<br />
Hijo <strong>de</strong>l hombre tiene po<strong>de</strong>r<br />
para perdonar los pecados sobre<br />
la tierra : Levánlalc, dijo<br />
entonces al paralítico, toma tu<br />
cama y véte á lu casa. Levantóse,<br />
en efecto el paralítico, y<br />
se fué á su casa. Viendo esto<br />
el pueblo quedó poseído <strong>de</strong>l<br />
temor, y en alta voz alabó á<br />
Dios que Labia dado tal po<strong>de</strong>r<br />
á los hombres.<br />
MEDITACION<br />
Que no hay verda<strong>de</strong>ra [clicidad sobre la tierra sino en el<br />
servicio <strong>de</strong> Dios.<br />
PUNTO PRIMEHO.—Consi<strong>de</strong>ra que no hemos sido criados<br />
sino para conocer, para amav y para servir á Dios ; luego<br />
no po<strong>de</strong>mos ser felices sino sirviendo á Dios: cualquiera<br />
olía ¡<strong>de</strong>a <strong>de</strong> felicidad es quimérica; cualquiera que la<br />
busque ca otra parte que en Dios, se alimenta <strong>de</strong> la ilusión<br />
y <strong>de</strong>l error.<br />
Jesucristo ha dicho que «su yugo es suave, y su carga<br />
tijera.» El mundo piensa y dicelo contrario ; ¿quién<br />
se engaña ? ¿ a quién <strong>de</strong>bemos creer ? Jesucristo lo ba<br />
dicho?luego es verdad; pero ¿nuestros <strong>de</strong>seos y nuestras<br />
solicitu<strong>de</strong>s prueban que creemos este oráculo?<br />
Para ser felices es menester que nuestros déseos que<strong>de</strong>n<br />
satisfechos; ningún bien criado hay que los llene<br />
TOMO IV.<br />
553<br />
completamente ; es menester que el corazón que<strong>de</strong> contento,<br />
y fuera <strong>de</strong> Dios no pue<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> estar itiquieU).<br />
Fatigámonos, cansámonos, consumímonos en el servicio<br />
<strong>de</strong>l mundo; ¿qué condición hay sin disgustos? no hay<br />
dia sin niebla ; no hay empleo que no sea una f arga ; por<br />
mas que se haga, lodo disgusta, todo cansa ; únicamente<br />
es dulce y lijero el yugo <strong>de</strong> Dios. Mi razón sola no podría<br />
<strong>de</strong>cirme lo contrario ; y ¿ yo dudo, Señor, yo <strong>de</strong>libero<br />
para serviros?<br />
En el servicio <strong>de</strong>l mundo todo es duro, y lodo es infructuoso;<br />
no hay gozo que no nazca en medio <strong>de</strong> las espinas,<br />
lodo pica. ¿Qué dia hay en calma en este mar? todo<br />
en él son escollos, y ¡cuántos tristes naufragios suce<strong>de</strong>n!<br />
¿Qué no se sufro en 61 por las pasiones <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, y<br />
qué no tenemos que sufrir por nuestras propias pasiones?<br />
En el servicio <strong>de</strong> Dios, eslos tiranos están por lo menos<br />
aherrojados, lodo es llano en sus caminos; el cielo está en<br />
él siempre sereno; y ciertamente, cuando la conciencia está<br />
en paz, ¿qué mas dulce calma? ¡Ahí ¡cuánta verdad es,<br />
Señor, que estos mislerios están escondidos á los sabios y<br />
á IOÉSVpru<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l siglo, y que solo á los humil<strong>de</strong>s es á<br />
quienes se revelan estos secrelos! ¿En quién consiste. Señor,<br />
que yo no los conozca? Haced que yo lo esperimenle,<br />
estoy pronto á sacrificarlo lodo, á hacer cuanto sea necesario<br />
para gustar tan dulces y tan consoladoras verda<strong>de</strong>s.<br />
PUNTO SEGUNDO.—Consi<strong>de</strong>ra que hay pocas verda<strong>de</strong>s<br />
prácticas mejor probadas, ni mejor <strong>de</strong>mostradas que está.<br />
¿Cuál es el mundano que esté contento con el sefior á<br />
quien sirve? ¿Cuántas quejas no se oyen todos los dias<br />
sobre lo que se ha sufrido en el servicio <strong>de</strong>l mundo? Y al<br />
contrario, no hay santo alguno que no esté conlenlo, que<br />
no se vea basta colmado <strong>de</strong> gozo en el servicio <strong>de</strong> Dios.<br />
¿Se ha encontrado jamás ni uno solo <strong>de</strong> lodos ellos que se<br />
haya quejado <strong>de</strong> que ha tenido mucho que sufrir en él; do<br />
que no ha sido bastante recompensado; <strong>de</strong> que Dios no lia<br />
sidouusenor bueno? No hay proporción alguna en<strong>de</strong>,<br />
nueslros trabajos y la recompensa.<br />
La soledad, la peuilenciay las cruces son tesoros ocullos<br />
á los sabios <strong>de</strong>l mundo; pero ¿qué mauanlial mas<br />
abundaute <strong>de</strong> dulzura, <strong>de</strong> paz y <strong>de</strong> consolación interior<br />
para las gentes buenas? Su modcslia, su mo<strong>de</strong>ración, su<br />
igualdad do humor, son las imágenes <strong>de</strong> la tranquilidad<br />
<strong>de</strong>l alma, y <strong>de</strong> la alegría <strong>de</strong>l corazón. iCuándo nos conducirá<br />
á esta fuente el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> la felicidad!<br />
San Pablo, primer ermitaño, pasa noventa años en la<br />
mas espantosa soledad, <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> los hombres, y<br />
únicamente ocupado en Dios: ¿se queja san Pablo <strong>de</strong>l Sefior<br />
á quien ha servido? ¿se le <strong>de</strong>be tener á él láslima? lia<br />
ignorado loque pasaba en el mundo. ¡Cuáníosgran<strong>de</strong>íliay<br />
en el mundo que queman haber tenido la misma suerte!<br />
Noventa años pasados en el servicio <strong>de</strong>l mundo, ¿causan<br />
lanío consuelo en la hora déla muerle?¿No llevan Iras <strong>de</strong><br />
sí ningún sentimiento? ¿Son objeto <strong>de</strong> la admiración y <strong>de</strong><br />
la veneración <strong>de</strong> lodos los fieles en todos los siglos? ¡Cosa<br />
eslraña! Uacemas <strong>de</strong> seis mil años que está <strong>de</strong>mostrando<br />
esta verdad la fé, la razón y la esperiencia, y no hay forma<br />
<strong>de</strong> creerla. ¿Será estraño que haya tantos <strong>de</strong>sdichados?<br />
No quiero yo, Señor, engrosar el número <strong>de</strong> ellos; estoy<br />
bien convencido <strong>de</strong> que solo es posible ser felices en<br />
vuestro servicio. Tampoco quiero tener ya olio señor, y<br />
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