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<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> obrar. Es prenso que caliente, quo<br />
¡luniine, que abrase. Un corazón frió, un entendimienlo<br />
t iego, una alma sepultada en sus imperfecciones, están<br />
poco abrasadas <strong>de</strong> este divino amor. Magdalena calla<br />
postrada á los piés <strong>de</strong>l Salvador; pero los riega con sus<br />
lágrimas, los enjuga con sus cabellos, los besa y los frota<br />
con el licor oloroso. Es menesler quo las obras digan que<br />
so ama á Dios; cualquiera otra voz se oye poco. El amor<br />
divino allana todas las dificulta<strong>de</strong>s, ó íi lo menos las sobrepuja.<br />
<strong>Los</strong> que niegan á Dios cíen pcqueflos sacrificios<br />
que les pi<strong>de</strong>, ¿pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir que le aman? Tendamos boy<br />
mismo el consuelo <strong>de</strong> probarnos á nosotros mismos que<br />
amamos á Dios. Veamos qué es lo que nos pi<strong>de</strong> tanto tiempo<br />
hace: nuestro director, nuestro propio coi azon, nuestra<br />
conciencia nos lo dicen bastante: no nos apuremos por<br />
bailar una materia <strong>de</strong> sacrificio. Dios nos pi<strong>de</strong> que le sacrifiquemos<br />
aquel pequeño resentimiento, aquella partida<br />
<strong>de</strong> placer, aquella pasión al juego, aquella visita poco necesaria,<br />
aquel refinamiento en la compostura, ole. Posliados<br />
en este momento á los piés <strong>de</strong> nuestro crucifijo,<br />
digamos á Dios que por su amor vamos á ver hoy mismo á<br />
aquella persona á quien mirábiimos con frialdad, que<br />
queremos privarnos <strong>de</strong> aquella visita, <strong>de</strong> aquella reunión,<br />
<strong>de</strong> aquel juego; que le hacemos el sacrificio <strong>de</strong> aquel<br />
adorno, y que esto lo hacemos para probarle que le amamos;<br />
mañana nos será fácil darle alguna otra prueba.<br />
2 Las personas que hacen profesión do piedad no<br />
di'bi'n omitir esta práctica. Si las víctimas que tienen quo<br />
inmolar no son <strong>de</strong> gran valor, no son por eso <strong>de</strong> menor<br />
mérito, y muchas veces cuesta mas el sacrificarlas. ¡So es,<br />
por ejemplo, una reunión mundana, una pasión por el<br />
juego, un resentimiento, una gala, pero será un apego á<br />
un mueblecillo poco conveniente ó superfino; una pequeña<br />
indiferencia ó frialdad, efecto ordinario <strong>de</strong> una envidia<br />
secreta; será una lijera inmortificacion ó <strong>de</strong>fecto <strong>de</strong> educación<br />
, una grosería <strong>de</strong>l natural, una <strong>de</strong>sigualdad <strong>de</strong> humor,<br />
una falta <strong>de</strong> mansedumbre, una <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za escesiva.<br />
Determinemos hoy cuál <strong>de</strong> estas víctimas queremos <strong>de</strong>gollar,<br />
y sea hoy este pequeño sacrificio la prueba <strong>de</strong> nuestro<br />
amor á Dios y zelo. Un espejo, un adorno <strong>de</strong>l aposento<br />
ó déla cama, ciertos muebles <strong>de</strong>masiado curiosos causarán<br />
no poca pona en la hora <strong>de</strong> la muerte á personas<br />
religiosas , que hubieran podido á poca costa adquirir<br />
un mérito pura con Dios privándose <strong>de</strong> ellos durante<br />
su vida.<br />
DOMINGO<br />
DÉCUIOCTAVO DESPUES DE<br />
rENTEOOSTKS.<br />
Nada tiene <strong>de</strong> particular este domingo. El asunto <strong>de</strong>l<br />
Evanijelio que se ha elegido para la misa <strong>de</strong>l dia, y que<br />
refiero la historia <strong>de</strong> la curación <strong>de</strong>l paralítico, á quien<br />
el S ilvaiior mandó que llevase su cama para prueba <strong>de</strong>l<br />
milagro, le habia dado el nombre <strong>de</strong>l domingo <strong>de</strong>l paralitico<br />
que lleva su lecho. Contiene esto Evangelio una <strong>de</strong><br />
las pruebas mas convincentes <strong>de</strong> la divinidad <strong>de</strong> Jesucristo;<br />
lodo en él es milagroso, todo es instructivo, hasta las menores<br />
circunstancias. La Epístola refiriendo las gracias<br />
singulares y espléndidas que Dios habia becbo á los cor'»lios<br />
por Jesucristo, los tesoros espirituales <strong>de</strong> quo les<br />
babia colmado, sobre lodo por el don <strong>de</strong> la palabra y <strong>de</strong><br />
la ciencia, es al mismo tiempo un elogio <strong>de</strong> aquella Iglesia<br />
DKSPUES DE PENTECOSTES. 549<br />
floreciente. El introito <strong>de</strong> la misa es una oración que la<br />
Iglesia hace á Dios para suplicarlo que conceda la paz <strong>de</strong>l<br />
corazón y <strong>de</strong> la conciencia á lodos los que le sirven con<br />
fervor y con fi<strong>de</strong>lidad, á fin <strong>de</strong> que gusten la dulzura que<br />
se halla en su servicio. La Iglesia para formar esta oración,<br />
por la cual comienza la misa <strong>de</strong> esto dia, ha tomado<br />
las palabras <strong>de</strong>l capitulo 36 <strong>de</strong>l Eclesiástico.<br />
«Conce<strong>de</strong>d, Señor, la par á los que esperan en vos, á<br />
fin <strong>de</strong> que vuestros profetas aparezcan verídicos y fieles,»<br />
y que no parezca que han prediebo en vano. «Oídlas<br />
plegarias do vuestro siervo y las <strong>de</strong> lodo Israel vuestro<br />
pueblo. Mo be llenado <strong>de</strong> regocijo cuando se me ha bocho<br />
saber quo iremos á lacasa<strong>de</strong>l Soñor.» Estas últimas palabras<br />
están tomadas <strong>de</strong>l salnn 121. Contiene osle salmo<br />
los sentimientos <strong>de</strong>l pueblo judío, cuando se vió cerca <strong>de</strong><br />
salir do la cautividad <strong>de</strong> llabilonia. <strong>Los</strong> judíos cautivos on<br />
una tierra oslraña, no cesaban <strong>de</strong> pedir á Dios que les<br />
proporcionase la vuelta á su pais, y suspiraban sin cesar<br />
por su libertad. Habiendo sabido que Ciro habia dado un<br />
edicto para ponerlos en libertad, y para volverlos á establecer<br />
en su qutJhda patria , el primer objeto do su alegría<br />
y <strong>de</strong> sus acciones do gracias es que volverán á ver el<br />
templo <strong>de</strong>l Soñor. No hay cosa mas bolla ni mas laudable<br />
que este piadoso sentimiento, el cual <strong>de</strong>muestra un fondo<br />
admirable do religión. Enséñanos el Espíritu Santo por<br />
eslasfiguras cuáles <strong>de</strong>ben ser nuestros afectos por el cielo,<br />
nuestra verda<strong>de</strong>ra patria. Compuso David esto salmo movido<br />
do un espíritu do profecía, previendo la alegría quo<br />
algun dia tondria el pueblo al volver á ver el templo <strong>de</strong><br />
Jorusalon <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una cautividad tan larga. Esunacspresion<br />
<strong>de</strong>l gozo y <strong>de</strong>l contento, dice san Crisóslomo,<br />
quo causó á los judíos cautivos la feliz noticia <strong>de</strong> su libertad<br />
y <strong>de</strong> su vuelta á Jorusalen. San Hilario, sanAguslin<br />
y san Gorónimo aplican á la dicha <strong>de</strong> ir á la Jorusalen celestial,<br />
lo que el Profeta dice aquí do la terroslre. En efecto,<br />
¿qué alegría no <strong>de</strong>bo causar á un fiel el dulce pensamiento<br />
<strong>de</strong> la eterna bionaventnranza?<br />
«Recompensad , Sefior,» dice el toxío, « á los que esperan<br />
en vos.» Ilocomponsnd la paciencia , el ardor y la<br />
conlianza do un pueblo que á posar do tantas rovolucionos<br />
y <strong>de</strong>sgracias os ha sido siempre fiel. El autor habla aquí<br />
<strong>de</strong>l pueblo judío , que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la cautividad <strong>de</strong> Babilonia<br />
no cayó en la idolatría; y también parece insinuar (pío<br />
habla <strong>de</strong>l Mesías, como si dijese: El zelo y la fi<strong>de</strong>lidad,<br />
Soñor, con que lodo el pueblo os sirve , moroco que por<br />
recompensa lo concedáis él Mesías, el Salvador lan <strong>de</strong>seado<br />
: enviadle este Re<strong>de</strong>ntor , á fin <strong>de</strong> que tantas profecías<br />
como nos le han prometido no sean vanas, y que<br />
aparezca que los profetas han dicho la verdad. Eslo es lo.<br />
que le mueve á <strong>de</strong>cir: «0¡d las plegarias do vuestros siervos,<br />
y las <strong>de</strong> lodo Israel vuestro pueblo, » ó como dice<br />
el te\to , «oid las súplicas <strong>de</strong> vuestros siervos.»<br />
La Epístola <strong>de</strong>l dia está tomada <strong>de</strong>l capitulo primero<br />
do la primera do san Pablo á los corintios, en la quo el<br />
santo Apóstol da gracias á Dios por los dones que so lo<br />
han concedido,<br />
«Yo no ceso <strong>de</strong> dar gracias á mi Dios por vosotros, <strong>de</strong><br />
la gracia que os ha hecho por Jesucristo.» La gracia que<br />
Dios babia hecho á los corintios , y por la que san Pablo<br />
da gracias á Dios, era la gracia do su vocación á la fe do<br />
Jesucristo, al cristianismo. En efecto, esta es la mas insigne<br />
<strong>de</strong> todas las gracias, pueblo que sin la fó no hay