Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

27.08.2017 Views

de consideración que vosotros baya sido lambien convida- do; y que el que os ba convidado á ios dos, se vea obligado á deciros: Tomaos ta pena de bajar mas abajo, y ceded á este vuestro sillo; porque ¿qué confusión os causaría esto en la asamblea ? Nada os perjudicarla tanto. Para evitar esta afrenta, escoged siempre el lugar méuos bonroso, á fin de que el que os ha convidado, viendo vuestra humildad y prendado de vuestra modestia, os diga: Amigo, no es este vuestro íitio, subid mas arriha; entonces quedareis honrado á la vista de lodos los que os acompañaren á la mesa. Nada hay que temer, dice san Uernardo, por abatirse uno cuanto pueda; pero por poco que «no se engria, arriesga siempre el engreírse mas de lo que debe. Pero Jesucristo, dice un sabio intérprete, ¿quiere aquí autorizar á los fariseos para que se abatan precisamente con la mira de procurarse honor, ó de evitar la confusión ? Nó, este motivo es muy bajo y aun vicioso para dar mérito, y seria esto humillarse por un motivo de orgullo. Conocía bien el Salvador que los fariseos no eran gentes que se moviesen por razones espirituales; se acomodó, pues, á su flaqueza, y solamente para corregirlos de la ansia vergonzosa que tenían por las presidencias, so aprovecha del vano deseo de ser eslimados que nota en ellos. Como si á un hombro inlcmperaníe, á quien se trata de hacer sobrio por el amor (k la salud, se le dispusiese así por un motivo puramente naluial á la templanza cristiana. La humildad eslerior es un paso para llegar á la humildad del corazón. Ksla instrucción, que se llama aquí parábola, en el sentido literal mira particularmente á los judíos. Ellos habían sido convidados los primeros al banquete celestial por la predicación del Evangelio; ellos mismos se bwn escluido de la felicidad eterna por una orgullosa prevención en su favor, dicen los Padres. Algunos pobres solamente, los publícanos, las mujeres pecadoras, los gentiles mismos con un corazón contrito y humillado han aceptado el convite que se había hecho á ellos; y reconociéndose indignos de un favor tan insigne, manleniéndoseen el último puestosin atreverse á levantar los ojos como el pubücano, y permaneciendo en lo mas bajo del templo, han merecido qnese les baya diebo; Snhid mas arriba, ocupad las primeras plazas de quese han hecho indignos los judíos por su orgullosa obslinacion. De lodo su discurso concluye el Mijo de Dios: «Porque cualquiera que se eleva sera humillado, y cualquiera quese humilla será ensalzado.» Es muy estrafío que conciin iendo todo ú humillarnos, sea tan rara la verdadera humildad, l'ara ser uno humilde no es menester mas que conocerse: no hay virtud que cueste menos, y sin embargo no hay ninguna de que mas se carezca. Nada debe humillarnos mas que nuestro orgullo. Cuando lo queremos de veras, dice san Bmiardo, no hay cosa lan fácil como el humillarnos. Si aspiro á ensalzarme, inmediatamenle encuentro mil obstáculos á mí engrandecimiento; mas si quiero aljalírme, nadie se me opone. La humildad crisliana es el origen de nuestro reposo, así como el orgullo lo es de nuestros disgustos. La oración de la misa de este dia es como signe : Tua nos , (jvasumus, Domine, gralia $emper el prcBvenii.a el sequalur : ac bonis operibus jogilcr DESPUES DE PENTECOSTES. Concedednos, Señor, que vuestra gracia nos prevenga y nos acompafie siempre, y que nos tenga incesantemente aplifrmlel csse inlcntos. Per Dominum... 541 cados á los santos ejercicios de las buenasobras. Por nuestro Sefior Jesucristo, etc. La Epislola es de la de san Pablo apóslol á los Efcsinos, Fratres : Obsecro vos ne dcficialis tu tribulationibus meis pro vobis ; (¡UCP est gloria vestra. Uujüsmgratia (léelo gemía mea ad Patrem Dumini nosiri Jesu Christi, exquo omnis paternilas in coelis el in ierra nominaíwr, uí del vobis secundum divitias gloria suce, virlule corroborari per Spiriium ejus in inlcriorem hominem, Chrislum habitare per [ídem in cordihus vestris : in charitale radicati et fundali j «i possitis comprehendere cum ómnibus sanelis, qm sit laiiludo, et longiludo, el sublimilas, etprofundum : scire etiam supereminentem scienlia} charilatem Christi, ul iinpleainiui in mnnem pleniludinem Dei. Ei autem, quipotens est omnia faceré sitperabundanter guam peiimus, aul intelligimus, secundum virlutem , quae operatur wt nobis : ipsi gloria in Ecrlesia, et in Ckrislo Jesu, in omnes generaliones secular um. Amen. cap. Hermanos míos: Os suplico que no os dejéis abatir por las tribulaciones que sufro por vosotros, locual constituye vuestra gloria. Con esta mira, yo doblo las rodillas delante del Padre de Jesucristo, nuestro Señor, del cual loma su nombre iodo cuanto tiene la cualidad de Padre en el cielo y en la tierra : á fin de que, según las riquezas de su gloria, os dé por medio de su espíritu un aumento de fortaleza para el hombre interior. Que Jesucristo habite en vuestros corazones por la fé; que estando arraigados y afirmados en la caridad, podáis comprender con lodos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad; y que conozcáis lambien la caridad de Jesucristo, la cual es muy superior á nuestros conocimienlos, para que seáis llenos de Dios plenamente. Por úllímo, que al que por su virlud que obra en nosotros lo puede todo, mucho mas allá de nuestras peliciomís y de nuestros pensamientos, sea dada la gloria por la Iglesia y por Ji'sacrislo en toda la sucesión de los siglos. Amen. Los Padres y los intérpretes reconocen que la Epístola de san Pablo á los efesínos es una de las mas difíciles y mas espirítuales. Espone el Apóstol en ella los principales misterios de nuestra fé, la redención y la justificación por Jesucristo, la predestinación y la vocación de los gentiles á la fé, y todo el misterio de la nueva alianza.» REFLEXIONES. « A fin de que conozcáis también la caridad de- Jesucristo, la cual es muy superior á nuestros conocimientos.» Ámase poco á Jesucristo, porque se conoce poco cuanto nos ama Jesucristo: se le mira con poca ternura, porque so piensa poco en lo que él ba hecho por nosotros. De todas las pruebas del amor, á laque los hombres acoslumbran ser mas sensibles, es á los beneficios; ya porque nada índica mas el ardor y la generosidad de la pasión del que ama, ya porque nada agrada tanto á nuestro humor, naturalmente interesado, como un amor que nos es útil; y por tanto Jesucristo también ha querido valerse de este medio para obligarnos á amarle. Él nos ha prevenido, nos ba colmado de mil beneficios, de los que el menos con-

DOMINGO DECIMOSEXTO siderable sobrepuja á cuanto nosolros podamos merecer, á cuanto podamos esperar, á cuanlo podamos racionalmente desear. ¡ Cosa estraña! lodo el mundo recibe sin cesar illum die sabbali? El non polerant ad hwe responderé 'illi. Dieelmt autemel sea el dia del sábado? Y ellos no sabían qué responder á esto. En seguida habiendo advertido beneficios de Dios, todo el mundo conviene en el esceso tté innitHos pnrabolam, (pie elegían ellos los incomprensible de su amor, del cual son unas pruebas brillantes sus mismos beneficios; y sin embargo, ¡enán pocos se dejan ganar por estos beneficios! ¡ cuán pocos son agradecidos inlcndrns quomodo primos accuhilus cligerent, dieens ad illos : Cum invilalus primeros puestos de la mesa, dirigió á los convidador esta parábola: Cuando fuereisconblar al esceso do su amor 1 Nosotros á fuerza de oir ha­ fneris ad nuplias , non vidades á las bodas, les dijo, de la Creación, de la Encarnación, de la Redención, del sacramento déla Eucaristía, nos acostumbramos á estas palabras y á las cosas que ellas significan; sin embargo, no lia y un hombre por poco racional que sea que no discumbas in primo loco, m forte honoratior le sil invilalus ab ülo : e( vcniens is , qui te el illum no toméis el primer lugar, no sea que haya sido convidado otro de mayor considei acinn, y aquel que os ha convidado á se sintiese desde luego trasportado de amor y del mas vivo vocavit, dical tíbi : Da los dos, venga y os diga: Dejad reconocimiento á otro hombre, de quien supiese haber recibido la centésima partí! del menor de estos favores. Aun cuando este Dios hombre no nos hubiese querido rescatar, no hubiera sido ni ménos santo, ni menos poderoso, huic locum : el tune incipias cum rubore morissi- Dtmt locum tenere. Sed cum vocatus fueris, vade, ese lugar para este, y en­ tonces tengáis que sufrir ta vergüenza de descender hasta el último puesto. Sino cuando ni ménos feliz: no obstante, él ha lomado tan i) pechos recumbe in novissimo loco fuereis convidados, colocaos nuestra salvación, queal ver solameníc lo que ha hecho y el modo con que lo ha hecho, se diría que toda su felicidad : ut, cum vencril qui te invilavit, dicat libi : en el ultimo lugar, para que cuando el que os ha convicho depondia de la nuestra. Podiendo rescatarnos á mu­ Amice, ascende superius. dado viniere, os diga : Aaii- menor coste, ha querido merecernos la gracia de la Tune eril tiiñ gloria coram go, venid mas arriba; y entonces salud por la muerte, y por la muerte mas vergonzosa y simul discumbentibus : recibáis un honor á mas cruel, cual era la muerte de cruz; y pudiendo aplicarnos sus méritos de mil maner;:s, ha elegido la que mas le costaba, ha elegido la del mas prodigioso de todos los abatimientos, el cual ha causado en el cielo y en toda la naturaleza un asombro que no podremos jamás comprender quia omnis, qui se exaltal, humüiabihir : el qui se ¡mmüiat, esaltubilur. vista de los demás que esláa con vosotros á la mesa ; por* que todo el que se exalta será humillado, y cualquiera que se humillare será exaltado. debidamente. Y toda esto se ha hecho para mover unos corazones naluralmeníe sensibles al menor beneficio MEDITACION. y á la menor señal de amistad. Un nacimiento pobre, una vida laboriosa, oscura, humillaciones llenas de oprobios, una muerte infame y la mas dolorosa, son maravillas en un hombre Dios, que nosolros olvidamos, y estas cosas son jiislamente los efectos del amor que nos tiene Jesucristo. ¿Conócese en el cristianismo la altura, la anchura, la profundidad incomcnsurable de la caridad incomprensible de Jesucristo? No podemos ignorarla, seria ignorar nuestra religión el ignorar los principios de ella. Y si la conocemos, ¿cómo puedo componerse que amemos tan poco á Del orgullo. VISTO pimiEuo. — Considera que el orgullo es una opinión escesiva que uno tiene de sí mismo, de su propio mérito, de su propia cscelencia; es Htl deseo ardiente y desarreglado de que lodos los demás tengan la misma opinión de nosotros. El orgullo es por lo común el vicio de un talento limitado, de un genio mezquino; un mérito real, un gran genio está ménos espuesto al orgullo. Un buen entendimiento se paga poco de oropeles, su penetración Jesucristo? va muy lejos para que deje de descubrir ta fla­ queza y aun la nada sobre que estriban las mas bellas • El Evangelio de la misa de este dia está lomado del de san Lucas, cap. i4. cualidades, y para que no perciba cuantas sombras hay entre estas mismas cualidades. Sus propios defectos le hacen í$ iüo tempore : Cum inirarel Jesús in domum cujusdam principis pharisceorumsabbalo manducare pancm} elipsi observabant cwn. El ecce homo En aquel tiempo: Enlró Jesús en casa de un geíede los fariseos en la que estaba convidado áuomer, y los mismos que allí estaban le observaban. En esto se presentó delante de mas impresión que sus virtudes. Un enlendimienío menguado, como que nunca sale de su esfera, no está lleno masque de sí mismo, y no hallando nada que no lo pan zea común en todo lo que hacen los demás, solo admira lo que él hace. Pero si el orgullo es el efecto de utv genio pobre, no es ménos la prueba del poco mérito del quídam hydropicus eral él un hidrópico. Jesús entonces sugeto. Una alma grande tiene una idea demasiado exnc- ante iltam. El respondens preguntó á los doctores de ta de la perfección, para que ignore lo que hay defectuo­ Jvsus , dixil ad legisperitos la ley y á los fariseos: ¿ Es so en lo que el pueblo admira;, una alma ordinaria no se el pkarisms, dicens : permitido curar en sábado? prenda mas que de lo que ella tiene bueno, sin pensar Si Ucel sabbalo curare? Mas ellos no respondieron una que lodo bien procede de Dios : {(Desgraciados de vosotros,» At iili tacuerunl. Ipse vero palabra. Tomando, pues, Je­ dice el Profeta, «que sois sabios á vuestros propios apprehensum sanavil sús al enfermo, le curó y le ojos.» Cuando esta pasión ha llegado á dominar en un co­ eum, ac dimisit. El respondens despidió. Después de. hecho razón, produce muy pronto en él todas las demás. Que ad illos, dixil: esto se volvió á ellos, y les di­ de pasiones quedarían, sí no cstínguídas, al ménos ador­ Cujus vestrum asim(s,aut bos in puteum cadet , el jo : ¿Quién de vosotros si su asno ó su buey cae en un pozo, mecidas, si el orgullo no las despertase; que de familias vivirían aun en una estrecha unión, si el orgullo no hu­ non conúnuo cxirahc', no k saca de él aimquo biese encendido sordamente el fuego do lu discordia que

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si<strong>de</strong>rable sobrepuja á cuanto nosolros podamos merecer, á<br />

cuanto podamos esperar, á cuanlo podamos racionalmente<br />

<strong>de</strong>sear. ¡ Cosa estraña! lodo el mundo recibe sin cesar<br />

illum die sabbali? El non<br />

polerant ad hwe respon<strong>de</strong>ré<br />

'illi. Dieelmt autemel<br />

sea el dia <strong>de</strong>l sábado? Y ellos<br />

no sabían qué respon<strong>de</strong>r á esto.<br />

En seguida habiendo advertido<br />

beneficios <strong>de</strong> Dios, todo el mundo conviene en el esceso tté innitHos pnrabolam,<br />

(pie elegían ellos los<br />

incomprensible <strong>de</strong> su amor, <strong>de</strong>l cual son unas pruebas brillantes<br />

sus mismos beneficios; y sin embargo, ¡enán pocos<br />

se <strong>de</strong>jan ganar por estos beneficios! ¡ cuán pocos son agra<strong>de</strong>cidos<br />

inlcndrns quomodo primos<br />

accuhilus cligerent, dieens<br />

ad illos : Cum invilalus<br />

primeros puestos <strong>de</strong> la mesa,<br />

dirigió á los convidador esta<br />

parábola: Cuando fuereisconblar<br />

al esceso do su amor 1 Nosotros á fuerza <strong>de</strong> oir ha­<br />

fneris ad nuplias , non vida<strong>de</strong>s á las bodas, les dijo,<br />

<strong>de</strong> la Creación, <strong>de</strong> la Encarnación, <strong>de</strong> la Re<strong>de</strong>nción,<br />

<strong>de</strong>l sacramento déla Eucaristía, nos acostumbramos á estas<br />

palabras y á las cosas que ellas significan; sin embargo,<br />

no lia y un hombre por poco racional que sea que no<br />

discumbas in primo loco,<br />

m forte honoratior le sil<br />

invilalus ab ülo : e( vcniens<br />

is , qui te el illum<br />

no toméis el primer lugar, no<br />

sea que haya sido convidado<br />

otro <strong>de</strong> mayor consi<strong>de</strong>i acinn,<br />

y aquel que os ha convidado á<br />

se sintiese <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego trasportado <strong>de</strong> amor y <strong>de</strong>l mas vivo<br />

vocavit, dical tíbi : Da los dos, venga y os diga: Dejad<br />

reconocimiento á otro hombre, <strong>de</strong> quien supiese haber<br />

recibido la centésima partí! <strong>de</strong>l menor <strong>de</strong> estos favores.<br />

Aun cuando este Dios hombre no nos hubiese querido rescatar,<br />

no hubiera sido ni ménos santo, ni menos po<strong>de</strong>roso,<br />

huic locum : el tune incipias<br />

cum rubore morissi-<br />

Dtmt locum tenere. Sed<br />

cum vocatus fueris, va<strong>de</strong>,<br />

ese lugar para este, y en­<br />

tonces tengáis que sufrir ta<br />

vergüenza <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r hasta<br />

el último puesto. Sino cuando<br />

ni ménos feliz: no obstante, él ha lomado tan i) pechos recumbe in novissimo loco<br />

fuereis convidados, colocaos<br />

nuestra salvación, queal ver solameníc lo que ha hecho y<br />

el modo con que lo ha hecho, se diría que toda su felicidad<br />

: ut, cum vencril qui<br />

te invilavit, dicat libi :<br />

en el ultimo lugar, para que<br />

cuando el que os ha convicho<br />

<strong>de</strong>pondia <strong>de</strong> la nuestra. Podiendo rescatarnos á mu­<br />

Amice, ascen<strong>de</strong> superius. dado viniere, os diga : Aaii-<br />

menor coste, ha querido merecernos la gracia <strong>de</strong> la Tune eril tiiñ gloria coram go, venid mas arriba; y entonces<br />

salud por la muerte, y por la muerte mas vergonzosa y simul discumbentibus :<br />

recibáis un honor á<br />

mas cruel, cual era la muerte <strong>de</strong> cruz; y pudiendo aplicarnos<br />

sus méritos <strong>de</strong> mil maner;:s, ha elegido la que mas<br />

le costaba, ha elegido la <strong>de</strong>l mas prodigioso <strong>de</strong> todos los<br />

abatimientos, el cual ha causado en el cielo y en toda la<br />

naturaleza un asombro que no podremos jamás compren<strong>de</strong>r<br />

quia omnis, qui se exaltal,<br />

humüiabihir : el qui<br />

se ¡mmüiat, esaltubilur.<br />

vista <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más que esláa<br />

con vosotros á la mesa ; por*<br />

que todo el que se exalta será<br />

humillado, y cualquiera que<br />

se humillare será exaltado.<br />

<strong>de</strong>bidamente. Y toda esto se ha hecho para mover<br />

unos corazones naluralmeníe sensibles al menor beneficio<br />

MEDITACION.<br />

y á la menor señal <strong>de</strong> amistad. Un nacimiento pobre, una<br />

vida laboriosa, oscura, humillaciones llenas <strong>de</strong> oprobios,<br />

una muerte infame y la mas dolorosa, son maravillas en<br />

un hombre Dios, que nosolros olvidamos, y estas cosas son<br />

jiislamente los efectos <strong>de</strong>l amor que nos tiene Jesucristo.<br />

¿Conócese en el cristianismo la altura, la anchura, la profundidad<br />

incomcnsurable <strong>de</strong> la caridad incomprensible <strong>de</strong><br />

Jesucristo? No po<strong>de</strong>mos ignorarla, seria ignorar nuestra<br />

religión el ignorar los principios <strong>de</strong> ella. Y si la conocemos,<br />

¿cómo puedo componerse que amemos tan poco á<br />

Del orgullo.<br />

VISTO pimiEuo. — Consi<strong>de</strong>ra que el orgullo es una opinión<br />

escesiva que uno tiene <strong>de</strong> sí mismo, <strong>de</strong> su propio<br />

mérito, <strong>de</strong> su propia cscelencia; es Htl <strong>de</strong>seo ardiente y<br />

<strong>de</strong>sarreglado <strong>de</strong> que lodos los <strong>de</strong>más tengan la misma<br />

opinión <strong>de</strong> nosotros. El orgullo es por lo común el vicio <strong>de</strong><br />

un talento limitado, <strong>de</strong> un genio mezquino; un mérito<br />

real, un gran genio está ménos espuesto al orgullo. Un<br />

buen entendimiento se paga poco <strong>de</strong> oropeles, su penetración<br />

Jesucristo?<br />

va muy lejos para que <strong>de</strong>je <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir ta fla­<br />

queza y aun la nada sobre que estriban las mas bellas<br />

• El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia está lomado <strong>de</strong>l <strong>de</strong><br />

san Lucas, cap. i4.<br />

cualida<strong>de</strong>s, y para que no perciba cuantas sombras hay<br />

entre estas mismas cualida<strong>de</strong>s. Sus propios <strong>de</strong>fectos le hacen<br />

í$ iüo tempore : Cum<br />

inirarel Jesús in domum<br />

cujusdam principis pharisceorumsabbalo<br />

manducare<br />

pancm} elipsi observabant<br />

cwn. El ecce homo<br />

En aquel tiempo: Enlró Jesús<br />

en casa <strong>de</strong> un geíe<strong>de</strong> los<br />

fariseos en la que estaba convidado<br />

áuomer, y los mismos<br />

que allí estaban le observaban.<br />

En esto se presentó <strong>de</strong>lante <strong>de</strong><br />

mas impresión que sus virtu<strong>de</strong>s. Un enlendimienío<br />

menguado, como que nunca sale <strong>de</strong> su esfera, no está lleno<br />

masque <strong>de</strong> sí mismo, y no hallando nada que no lo<br />

pan zea común en todo lo que hacen los <strong>de</strong>más, solo admira<br />

lo que él hace. Pero si el orgullo es el efecto <strong>de</strong> utv<br />

genio pobre, no es ménos la prueba <strong>de</strong>l poco mérito <strong>de</strong>l<br />

quídam hydropicus eral él un hidrópico. Jesús entonces<br />

sugeto. Una alma gran<strong>de</strong> tiene una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>masiado exnc-<br />

ante iltam. El respon<strong>de</strong>ns<br />

preguntó á los doctores <strong>de</strong> ta <strong>de</strong> la perfección, para que ignore lo que hay <strong>de</strong>fectuo­<br />

Jvsus , dixil ad legisperitos<br />

la ley y á los fariseos: ¿ Es so en lo que el pueblo admira;, una alma ordinaria no se<br />

el pkarisms, dicens : permitido curar en sábado? prenda mas que <strong>de</strong> lo que ella tiene bueno, sin pensar<br />

Si Ucel sabbalo curare? Mas ellos no respondieron una que lodo bien proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> Dios : {(Desgraciados <strong>de</strong> vosotros,»<br />

At iili tacuerunl. Ipse vero<br />

palabra. Tomando, pues, Je­<br />

dice el Profeta, «que sois sabios á vuestros propios<br />

apprehensum sanavil sús al enfermo, le curó y le ojos.» Cuando esta pasión ha llegado á dominar en un co­<br />

eum, ac dimisit. El respon<strong>de</strong>ns<br />

<strong>de</strong>spidió. Después <strong>de</strong>. hecho razón, produce muy pronto en él todas las <strong>de</strong>más. Que<br />

ad illos, dixil: esto se volvió á ellos, y les di­<br />

<strong>de</strong> pasiones quedarían, sí no cstínguídas, al ménos ador­<br />

Cujus vestrum asim(s,aut<br />

bos in puteum ca<strong>de</strong>t , el<br />

jo : ¿Quién <strong>de</strong> vosotros si su<br />

asno ó su buey cae en un pozo,<br />

mecidas, si el orgullo no las <strong>de</strong>spertase; que <strong>de</strong> familias<br />

vivirían aun en una estrecha unión, si el orgullo no hu­<br />

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