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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración que vosotros baya sido lambien convida-<br />

do; y que el que os ba convidado á ios dos, se vea obligado<br />

á <strong>de</strong>ciros: Tomaos ta pena <strong>de</strong> bajar mas abajo, y ce<strong>de</strong>d<br />

á este vuestro sillo; porque ¿qué confusión os causaría esto<br />

en la asamblea ? Nada os perjudicarla tanto. Para evitar<br />

esta afrenta, escoged siempre el lugar méuos bonroso,<br />

á fin <strong>de</strong> que el que os ha convidado, viendo vuestra humildad<br />

y prendado <strong>de</strong> vuestra mo<strong>de</strong>stia, os diga: Amigo, no es<br />

este vuestro íitio, subid mas arriha; entonces quedareis<br />

honrado á la vista <strong>de</strong> lodos los que os acompañaren á la<br />

mesa. Nada hay que temer, dice san Uernardo, por abatirse<br />

uno cuanto pueda; pero por poco que «no se engria,<br />

arriesga siempre el engreírse mas <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be. Pero<br />

Jesucristo, dice un sabio intérprete, ¿quiere aquí autorizar<br />

á los fariseos para que se abatan precisamente con la mira<br />

<strong>de</strong> procurarse honor, ó <strong>de</strong> evitar la confusión ? Nó, este<br />

motivo es muy bajo y aun vicioso para dar mérito, y seria<br />

esto humillarse por un motivo <strong>de</strong> orgullo. Conocía bien el<br />

Salvador que los fariseos no eran gentes que se moviesen<br />

por razones espirituales; se acomodó, pues, á su flaqueza,<br />

y solamente para corregirlos <strong>de</strong> la ansia vergonzosa que<br />

tenían por las presi<strong>de</strong>ncias, so aprovecha <strong>de</strong>l vano <strong>de</strong>seo<br />

<strong>de</strong> ser eslimados que nota en ellos. Como si á un hombro<br />

inlcmperaníe, á quien se trata <strong>de</strong> hacer sobrio por el amor<br />

(k la salud, se le dispusiese así por un motivo puramente<br />

naluial á la templanza cristiana. La humildad eslerior es<br />

un paso para llegar á la humildad <strong>de</strong>l corazón.<br />

Ksla instrucción, que se llama aquí parábola, en el sentido<br />

literal mira particularmente á los judíos. Ellos habían<br />

sido convidados los primeros al banquete celestial por la<br />

predicación <strong>de</strong>l Evangelio; ellos mismos se bwn escluido<br />

<strong>de</strong> la felicidad eterna por una orgullosa prevención en su<br />

favor, dicen los Padres. Algunos pobres solamente, los publícanos,<br />

las mujeres pecadoras, los gentiles mismos con<br />

un corazón contrito y humillado han aceptado el convite<br />

que se había hecho á ellos; y reconociéndose indignos <strong>de</strong><br />

un favor tan insigne, manleniéndoseen el último puestosin<br />

atreverse á levantar los ojos como el pubücano, y permaneciendo<br />

en lo mas bajo <strong>de</strong>l templo, han merecido qnese<br />

les baya diebo; Snhid mas arriba, ocupad las primeras<br />

plazas <strong>de</strong> quese han hecho indignos los judíos por su orgullosa<br />

obslinacion. De lodo su discurso concluye el Mijo <strong>de</strong><br />

Dios: «Porque cualquiera que se eleva sera humillado, y<br />

cualquiera quese humilla será ensalzado.» Es muy estrafío<br />

que conciin iendo todo ú humillarnos, sea tan rara la verda<strong>de</strong>ra<br />

humildad, l'ara ser uno humil<strong>de</strong> no es menester<br />

mas que conocerse: no hay virtud que cueste menos, y<br />

sin embargo no hay ninguna <strong>de</strong> que mas se carezca. Nada<br />

<strong>de</strong>be humillarnos mas que nuestro orgullo. Cuando lo<br />

queremos <strong>de</strong> veras, dice san Bmiardo, no hay cosa lan<br />

fácil como el humillarnos. Si aspiro á ensalzarme, inmediatamenle<br />

encuentro mil obstáculos á mí engran<strong>de</strong>cimiento;<br />

mas si quiero aljalírme, nadie se me opone. La<br />

humildad crisliana es el origen <strong>de</strong> nuestro reposo, así<br />

como el orgullo lo es <strong>de</strong> nuestros disgustos.<br />

La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia es como signe :<br />

Tua nos , (jvasumus,<br />

Domine, gralia $emper el<br />

prcBvenii.a el sequalur : ac<br />

bonis operibus jogilcr<br />

DESPUES DE PENTECOSTES.<br />

Conce<strong>de</strong>dnos, Señor, que<br />

vuestra gracia nos prevenga y<br />

nos acompafie siempre, y que<br />

nos tenga incesantemente aplifrmlel<br />

csse inlcntos. Per<br />

Dominum...<br />

541<br />

cados á los santos ejercicios<br />

<strong>de</strong> las buenasobras. Por nuestro<br />

Sefior Jesucristo, etc.<br />

La Epislola es <strong>de</strong> la <strong>de</strong> san Pablo apóslol á los Efcsinos,<br />

Fratres : Obsecro vos<br />

ne dcficialis tu tribulationibus<br />

meis pro vobis ;<br />

(¡UCP est gloria vestra. Uujüsmgratia<br />

(léelo gemía<br />

mea ad Patrem Dumini<br />

nosiri Jesu Christi, exquo<br />

omnis paternilas in coelis<br />

el in ierra nominaíwr, uí<br />

<strong>de</strong>l vobis secundum divitias<br />

gloria suce, virlule<br />

corroborari per Spiriium<br />

ejus in inlcriorem hominem,<br />

Chrislum habitare<br />

per [í<strong>de</strong>m in cordihus vestris<br />

: in charitale radicati<br />

et fundali j «i possitis<br />

comprehen<strong>de</strong>re cum ómnibus<br />

sanelis, qm sit laiiludo,<br />

et longiludo, el sublimilas,<br />

etprofundum : scire<br />

etiam supereminentem<br />

scienlia} charilatem Christi,<br />

ul iinpleainiui in mnnem<br />

pleniludinem Dei. Ei<br />

autem, quipotens est omnia<br />

faceré sitperabundanter<br />

guam peiimus, aul intelligimus,<br />

secundum virlutem<br />

, quae operatur wt<br />

nobis : ipsi gloria in Ecrlesia,<br />

et in Ckrislo Jesu,<br />

in omnes generaliones secular<br />

um. Amen.<br />

cap.<br />

Hermanos míos: Os suplico<br />

que no os <strong>de</strong>jéis abatir por las<br />

tribulaciones que sufro por vosotros,<br />

locual constituye vuestra<br />

gloria. Con esta mira, yo<br />

doblo las rodillas <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l<br />

Padre <strong>de</strong> Jesucristo, nuestro<br />

Señor, <strong>de</strong>l cual loma su nombre<br />

iodo cuanto tiene la cualidad<br />

<strong>de</strong> Padre en el cielo y en<br />

la tierra : á fin <strong>de</strong> que, según<br />

las riquezas <strong>de</strong> su gloria, os<br />

dé por medio <strong>de</strong> su espíritu un<br />

aumento <strong>de</strong> fortaleza para el<br />

hombre interior. Que Jesucristo<br />

habite en vuestros corazones<br />

por la fé; que estando<br />

arraigados y afirmados en la<br />

caridad, podáis compren<strong>de</strong>r<br />

con lodos los santos cuál es la<br />

anchura, la longitud, la altura<br />

y la profundidad; y que<br />

conozcáis lambien la caridad<br />

<strong>de</strong> Jesucristo, la cual es muy<br />

superior á nuestros conocimienlos,<br />

para que seáis llenos<br />

<strong>de</strong> Dios plenamente. Por úllímo,<br />

que al que por su virlud<br />

que obra en nosotros lo pue<strong>de</strong><br />

todo, mucho mas allá <strong>de</strong> nuestras<br />

peliciomís y <strong>de</strong> nuestros<br />

pensamientos, sea dada la gloria<br />

por la Iglesia y por Ji'sacrislo<br />

en toda la sucesión <strong>de</strong><br />

los siglos. Amen.<br />

<strong>Los</strong> Padres y los intérpretes reconocen que la Epístola<br />

<strong>de</strong> san Pablo á los efesínos es una <strong>de</strong> las mas difíciles y<br />

mas espirítuales. Espone el Apóstol en ella los principales<br />

misterios <strong>de</strong> nuestra fé, la re<strong>de</strong>nción y la justificación por<br />

Jesucristo, la pre<strong>de</strong>stinación y la vocación <strong>de</strong> los gentiles<br />

á la fé, y todo el misterio <strong>de</strong> la nueva alianza.»<br />

REFLEXIONES.<br />

« A fin <strong>de</strong> que conozcáis también la caridad <strong>de</strong>- Jesucristo,<br />

la cual es muy superior á nuestros conocimientos.»<br />

Ámase poco á Jesucristo, porque se conoce poco cuanto<br />

nos ama Jesucristo: se le mira con poca ternura, porque so<br />

piensa poco en lo que él ba hecho por nosotros. De todas<br />

las pruebas <strong>de</strong>l amor, á laque los hombres acoslumbran<br />

ser mas sensibles, es á los beneficios; ya porque nada índica<br />

mas el ardor y la generosidad <strong>de</strong> la pasión <strong>de</strong>l que<br />

ama, ya porque nada agrada tanto á nuestro humor, naturalmente<br />

interesado, como un amor que nos es útil; y<br />

por tanto Jesucristo también ha querido valerse <strong>de</strong> este<br />

medio para obligarnos á amarle. Él nos ha prevenido, nos<br />

ba colmado <strong>de</strong> mil beneficios, <strong>de</strong> los que el menos con-

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