Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>de</strong> Kfeso, Ires ó cuatro aflos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su conversión.<br />
REl-LEXIONES.<br />
DESPUKS DE PENTECOSTES.<br />
«<strong>Los</strong> arrebatos <strong>de</strong> la cólera:» Este os uno <strong>de</strong> los frutos,<br />
según el santo Apóstol, <strong>de</strong> la concupiscencia y <strong>de</strong> la carne;<br />
<strong>de</strong> este fondo nacen las espinas, cuya picadura está<br />
siempre envenenada, y cuyas puntas no se embotan. «La<br />
cólera y el furor, una y olio son execrables,» dice la Escritura.<br />
(Ecl. 27.) Y ((¿quién pue<strong>de</strong> sostener la violencia<br />
<strong>de</strong> un hombre arrebatado? (Prov. 27.)» Es eslrauo<br />
que los tristes efectos <strong>de</strong> esta pasión <strong>de</strong>senfrenada no sirvan<br />
mas que para <strong>de</strong>sacreditarla, sin que logren <strong>de</strong>bilitarla.<br />
Querellas sangrientas, procesos impru<strong>de</strong>ntemente intentados,<br />
enemista<strong>de</strong>s inmortales, pérdida <strong>de</strong> bienes, acci<strong>de</strong>ntes,<br />
golpes funestos, <strong>de</strong>sgracias que ni aun la muerte<br />
termina: tales son los frutos amargos <strong>de</strong> la cólera. Duélese<br />
uno <strong>de</strong>spués, se contiene, se lamenta; pero ¿<strong>de</strong> qué<br />
sirve sujetar la mano <strong>de</strong>spués que se ha tirado la piedra?<br />
El fuego apagado no <strong>de</strong>ja otra cosa que negros carbones y<br />
cenizas. Con<strong>de</strong>sa uno que se ha arrebatado, <strong>de</strong>testa su violencia<br />
; pero ¿<strong>de</strong> qué sirve esta confesión? la calma no dura<br />
mucho tiempo. La acritud, la <strong>de</strong>stemplanza <strong>de</strong>l humor,<br />
causa muy pronto nuevos escesos; y las nubes espesadas,<br />
nuevas tempesta<strong>de</strong>s. La cólera proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la estrema sensibilidad<br />
que nos causa todo lo que nos hiere: el orgullo<br />
es el que la oscila y la encien<strong>de</strong>. Por mas que se acuse el<br />
natural, la bilis, el temperamento, el hombre humil<strong>de</strong><br />
jamás montó en cólera. Nunca hay tempesta<strong>de</strong>s si no hay<br />
recios. La dulzura, que es la contraposición <strong>de</strong> ella, es<br />
inseparable <strong>de</strong> la humildad cristiana. La cólera es incompatible<br />
cen la inocencia ; un corazón que se irrita tan fácilmente,<br />
es un corazón dañado, (t'rov. 27.) ¡Qué pasión<br />
mas odiosa ni mas indigna <strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong> bien,<br />
y <strong>de</strong> un hombre cristiano, que la cólera! <strong>Los</strong> pueblos un<br />
poco civilizados, aunque paganos, la han mirado con horror;<br />
los mas bárbaros la han reprobado, luego que han<br />
llegado á ser fieles. La cólera es un frenesí, corto á la verdad,<br />
pero que no pertenece por eso menos á la locura; siem<br />
pre va acompañada <strong>de</strong> furor, y <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> enajenación<br />
<strong>de</strong> espíritu. No hay pasión mas umversalmente con<strong>de</strong>nada,<br />
y ninguna reina mas umversalmente, porque no la<br />
hay que nos domine mas pronto. Cuasi siempre es déla<br />
misma edad que nosotros. Se lisonjea cu los niños; se sufre<br />
en los jóvenes; basta se escusa con la viveza <strong>de</strong> la<br />
edad. A la verdad, nna piedad sincera comienza <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
luego por domar este Cero enemigo, y eslo mismo prueba<br />
cuan rara es la piedad verda<strong>de</strong>ia. Lo mas singular es,<br />
que nos servimos <strong>de</strong> una máscara <strong>de</strong> piedad para disfrazar<br />
esta pasión ; y eslo es lo que ha hecho <strong>de</strong>cir, que no<br />
hay cólera mas maligna que la <strong>de</strong> un <strong>de</strong>voto. Agraviase<br />
á la religión sirviéndose <strong>de</strong> un nombre tan sanio para <strong>de</strong>signar<br />
gentes que lo son tan poco. La virtud no tiene<br />
Inel, y un hombre <strong>de</strong>, bien no se encoleriza sino contra sí<br />
mismo. Sus <strong>de</strong>fectos son el cbjelo único <strong>de</strong> su bilis ; la<br />
sensibilidad, la acritud, la cólera, no se hallan nunca con<br />
la verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>voción. Hay también cóleras mudas; estas<br />
no hacen tanto ruido, pero hacen todavía mayor mal.<br />
No nos ha herido el rayo, cuando se ha oido el trueno;<br />
lo temible es cuando ni aun se ve el relámpago. Esas cóleras<br />
tumultuosas y <strong>de</strong> ruido son criminales; pero su<br />
malignidad cesa con el ruido.<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la misa es <strong>de</strong> san Maleo, cap. 6.<br />
Ja illo tempore : Dixit<br />
Jesús discipalis suis : Nc~<br />
mo polesl dmbus domhús<br />
serviré : aut enim umm<br />
odio liabcbit , et aheruni<br />
diliget :auiunum suslinebit,<br />
el allerum contcmnel.<br />
Non poteslis Deo serviré,<br />
el nummonw. I<strong>de</strong>o dico<br />
vobis, ne sollicüi silis anima?<br />
vestra: quid manduceiis<br />
, ñeque corpori veslro<br />
quid induamini. Nonne<br />
an'niniplus esl quam esca:<br />
cí corpus plus qmm vestimenlum?<br />
hespidle volalilia<br />
cceli, quoniam non serwnt,<br />
ñeque melunt, ntque<br />
congrcgani in horrea : el<br />
Pater vesler cceleslis pascil<br />
illa. Nonne vos magis<br />
pturis estis iliis? Quis aulem<br />
veslram cogilans polesl<br />
adjrcere ad staluram<br />
suam cubilum unum? Et<br />
<strong>de</strong> vestimento quid sollicili<br />
estis? Considérate lilia<br />
agri quomodo cresemt :<br />
non laborant, ñeque nent.<br />
Dico autem vobis, (/«oniam<br />
nec Salomón in omni<br />
gloria sua cmpertvs esl<br />
siculumm existis. Si aulem<br />
foemm agri, quod<br />
hodie esl, el eras in clibanum<br />
initlilur, Deus sic<br />
veslit; quanlo mngis vos<br />
modicce fidá? Nolile ergo<br />
sollicili esse , dicenles :<br />
Quid mnnducabimus, aut<br />
qvid bibemus,aut qvooperiemur<br />
? hwc enim omnia<br />
gentes inquirunl. Scitenim<br />
Patervester, quiahis ómnibus<br />
indigelis. Quoerite<br />
ergo primum regmm Dci,<br />
tí jvsliliam ejus : et hcec<br />
omnia adjicienlur vobis.<br />
53<br />
En aquel tiempo dijo Jesús<br />
á sus discípulos: Ninguno pue<strong>de</strong><br />
servir á dos señores, porque<br />
ó aborrecerá al uno y<br />
amará al otro, ó si respeta á<br />
aque!, <strong>de</strong>spreciará á este. No<br />
podéis servir á Dios y al <strong>de</strong>monio<br />
<strong>de</strong> las riquezas. Por<br />
esta razón yo es digo, no os<br />
inquietéis , ni con respeto á<br />
vuestra vida sobre lo que habéis<br />
<strong>de</strong> comer, ni en ór<strong>de</strong>n á<br />
vuestro cuerpo sobre lo que<br />
habéis <strong>de</strong> vestir. ¿Por ventura<br />
no es mas la vida que el alimento,<br />
y el cuerpo mas que el<br />
vestido? Mirad los pájaros dol<br />
cielo, no siembran, no siegan,<br />
ni recogen en los graneros, y<br />
vuestro Padr e celestial los alimenta.<br />
¿No valéis vosotros<br />
mucho mas que ellos? Y ¿quién<br />
<strong>de</strong> vosotros, á fuerza <strong>de</strong> pensar<br />
en ello, pue<strong>de</strong> añadir un<br />
codo á su estatura? Y acerca<br />
<strong>de</strong>l vestido ¿ porquéos inquietáis<br />
? mirad los lirios <strong>de</strong>l campo<br />
como crecen; ellos no trabajan<br />
ni hilan, y sin embargo,<br />
yo os digo que Salomón<br />
aun en medio <strong>de</strong> toda su gloria,<br />
no se ha presentado tan<br />
oslenlosamente adornado como<br />
uno <strong>de</strong> estos lirios. Ahora<br />
bien, si Dios viste <strong>de</strong> este modo<br />
una yerba campestre, que<br />
hoy es, y que mañana se arroja<br />
al horno, ¿cuánto mejor<br />
lo hará con vosotros, gente <strong>de</strong><br />
poca fé? No os inquietéis, nj<br />
digáis ¿ qué haremos para comer<br />
y para beber, y <strong>de</strong> qué<br />
nos vestiremos? Porque los<br />
gentiles son los que se inquietan<br />
sobre todas estas cosas, y<br />
vuestro Padre cclesliai sabe<br />
que tenéis necesidad <strong>de</strong> ellas.<br />
Buscad, pues, primeramente<br />
el reino <strong>de</strong> Dios y su justicia,<br />
y todas estas cosas se os darán<br />
por añadidura.<br />
MEDITACION.<br />
Que no es ¡tosiblc servir á Dios y al mundo á un mismo<br />
tiempo.<br />
PUNTO PIUMEBO.—Consi<strong>de</strong>ra que es muy cstraño que<br />
amando los hombres la libertad tanto como la aman,<br />
quieran sin embargo murtiplicar sus bienes, sujetándose á<br />
muchos señores, los que naturalmente les cuesta trabajo