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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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506 DOMINGO DECIMO<br />

icnido pruebas ciertas do la heroicidad <strong>de</strong>sús virtu<strong>de</strong>s.<br />

Estos dones visibles <strong>de</strong>l Espíritu Santo eran muy ordinarios<br />

en los primeros siglos <strong>de</strong> la Iglesia, eran entonces necesarios<br />

milagros brillantes para convertir á los judíos y<br />

á los paganos. No es esto <strong>de</strong>cir, dice el venerable líeda,<br />

que estos dones hayan cesado enteramente en lo sucesivo.<br />

No hay siglo alguno do la Iglesia en que no haya habido<br />

taumaturgos, sobre todo cuando á Dios le ha agradado<br />

enviar hombres apostólicos para convertir á los gentiles.<br />

San Francisco Javier, déla Compañía <strong>de</strong> Jesús, es en los<br />

últimos tiempos una prueba muy solemne <strong>de</strong> esta verdad,<br />

y la Francia ha visteen el siglo pasado, y ve todavía en el<br />

presente (téngase presente que esto se escribía en el siglo<br />

xvm) un beato Juan Francisco Regis, <strong>de</strong> la misma<br />

Compañía <strong>de</strong> Jesús, célebre por un número prodigioso <strong>de</strong><br />

milagros que Dios obra aun todos los días por su intercesión.<br />

El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> esto dia es <strong>de</strong>l capítulo 18<br />

<strong>de</strong> san Lucas, en el que refiere el Salvador una parábola<br />

<strong>de</strong> las mas instructivas, !a cual en el contraste <strong>de</strong>l fariseo<br />

orgulloso y <strong>de</strong>l humil<strong>de</strong> publicano nos presenta un verda<strong>de</strong>ro<br />

retrato <strong>de</strong> la humildad cristiana y <strong>de</strong>l vicio contrario,<br />

y nos <strong>de</strong>muestra cuáles son los efectos respectivos.<br />

Instruyendo el Hijo <strong>de</strong> Dios al pueblo, que se habia reunido<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 61, vió algunos <strong>de</strong> los mas principales,<br />

que so lisonjeaban <strong>de</strong> llevar una vida mas regular, y que<br />

le escuchaban con bastante atención; á estos principalmente<br />

les dirigió esla parábola, en don<strong>de</strong> se ve el precio<br />

y la eficacia <strong>de</strong> la humildad. «Cierto día,» Ies dijo, osubieron<br />

al templo juntamente dos hombres para orar, el<br />

uno era fariseo, y el otro era publicano.» Hase dicho ya<br />

en otra parle que los fariseos era una secta célebre que se<br />

levantó en Ju<strong>de</strong>a hacia el tiempo <strong>de</strong> los Macaboos, y á cuyos<br />

individuos se les dió el nombre da fariseos, que significa<br />

gentes separadas <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>más por un género<br />

<strong>de</strong> vida que engafiaba al pueblo, y <strong>de</strong> la que bacian alar<strong>de</strong><br />

sus vanos y orgullosos sectarios: afectaban <strong>de</strong>lante <strong>de</strong><br />

las gentes una mo<strong>de</strong>stia estudiada, una regularidad esteríor<br />

que imponía, y todo no era mas que como unos sepulcros<br />

blanqueados, Henos <strong>de</strong> basura- y podredumbre.<br />

El orgullo era el alma y el gran móvil <strong>de</strong> todas sus acciones.<br />

El publicano era enlre los romanos un arrendador <strong>de</strong><br />

jos impuestos y <strong>de</strong> las rentas públicas. Este nombre era<br />

muy odioso entre los judíos, con él <strong>de</strong>signaban un gran<br />

pecador, un hombre <strong>de</strong> mala vida, un usurero <strong>de</strong> protosion;<br />

era, en fin, un género <strong>de</strong> vida propio <strong>de</strong> gentes muy<br />

<strong>de</strong>sacreditadas, por la corrupción <strong>de</strong> sus costumbres y<br />

por sus violencias. Esto era loque se entendia por un fariseo<br />

y por un publicano. Volvamos, pues, á nuestro<br />

Evangelio.<br />

Dos hombres, <strong>de</strong>cia el Señor, subieron juntamente al<br />

templo para orar, el uno era fariseo y el otro publicano.<br />

El fariseo, en lugar <strong>de</strong> orar y <strong>de</strong> humillarse <strong>de</strong>lante <strong>de</strong><br />

Dios, se puso á pon<strong>de</strong>rarle lajusticia <strong>de</strong> sus obras, porque<br />

manteniéi:

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