Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

27.08.2017 Views

gracias on ciertas circunslancias, de las que depende loda nuestra felicidad, ó loda nuestra desventura eterna. ¡Dichoso el que sabe aprovecharse de estos auxilios particulares; desgraciado el que abusa de ellos! Toda la economía de la salvación depende de nuestra correspondencia aciertas gracias que en ocasiones son mas importantes. Resistir en ciertos tiempos á ciertas gracias es arriesgarlo lodo, y aun muchas veces es perderlo todo' Si la Samaritana no se hubiera aprovechado del encuentro del Salvador; si se hubiese contentado con verle, con oirle, y haciendo poco caso de los avisos saludables que la daba, hubiese sofocado los Jlamamientos interiores de aquella gracia preveniente, solicitante, convincente; aquella pecadora endurecida hubiera muerto en su pecado, y hubiera sido reprobada eternamente. Si Zaqueo se hubiese dado por satisfecho con ver pasar al Salvador, ó habiendo tenido la fortuna de recibir á Jesucristo en su casa, no se hubiese aprovechado de tan ventajosa circunstancia para convertirse y para volver sin detenerse la hacienda mal adquirida, ¿de qué le hubiera servido la visita del Salvador? Y ¿cuál hubiera sido su suerte? En Gn, si los apóstoles, aquellos pobres pescadores, hubiesen sido sordos á la voz del Hijo de Dios cuando los llamó ; si no hubiesen dejado en el momento lo poco que poseian; si hubieran permanecido en su barca con sus redes, ¿qué serian hoy los apóstoles? En fin, sin salir de nuestro Evangelio, ¿que terribles desgracias no vinieron sobro el pueblo judío por no haber querido reconocer el tiempo de la visita del Salvador, el tiempo de la venida del Mesías? ¿á qué escesos no les ha conducido aquella ceguera voluntaria, aquel obstinado endurecimiento? El pueblo tan amado de Dios, la nación privilegiada, única que conocía y adoraba al verdadero Dios, á la que lodos los profetas habian predicho que este Dios vendría y aparecería visiblemente entre ellos para hacerlos dichosos y sacarlos de la servidumbre, este pueblo, repito, ha sido reprobado; Dios se ha hecho efectivamente hombre, ha nacido y ha vivido entre ellos; los milagros que ha hecho han sido demasiado ruidosos para no convencerles de que él era el Mesías prometido y esperado. Ellos no han querido aprovecharse de un tiempo tan precioso, han resistido á sus solicitaciones, á sus instrucciones y á sus milagros. ¿Pero hasta qué punto ha llegado su impieJad? Han hecho morir en una cruza este Dios Salvador ; y ¿qué desolación lan lerrible no se ha seguido á este (leiciclio? La ciudad de Jerusalen destruida hasta sus fundamentos; e! templo abrasado, demolido, sepultado para siempre entre sus propias ruinas; los pueblos degollados; la nación dispersa por lodo el universo, y por todas partes hecha el horror y la execración do todos los hombres: hé aquí lo que ha producido el desprecio impío de las bondades del Señor; hé aquí el triste efecto de una obstinada resistencia á la gracia. Comprendamos bien cuál es la dosdicha á que conduce el abusar de la misericordia del Salvador. PUNTO siuiONDO. — Considera que lo que ha sucedido á aquellos grandes hombres que deben servir de ejemplo de la justa cólera de Dios contra los que abusan de su bondad, las tragedias y los horrores quehan afligido á la nación judía, como consecuencias de su desgracia porno haber sabido reconocer la visita que el Salvador la hacia para colmarla dtí bienes, y haber despreciadotan.tercamentcla graciado ^sta visita; todo esto, repito, sucede todos los dias en DI SPUES DE PENTECOSTES, 503 compendio á cada particular. Uay tiempos, y circunstancias de tiempo, de las cuales puede depender loda la economía déla salvación de cada uno de nosotros en particular. El no saber conocer estas visitas de benevolencia, de misericordia y de favor, es arriesgarlo todo, es esponerse á la última desgracia, es perderlo todo. Penetrémonos de cuánta consecuencia es el aprovechar estas ocasiones favorables, estas circunstancias del tiempo, estas iluslracione», estas piadosas emociones do la gracia. El sermón que se acaba de oir, la lectura de un libro de piedad, aquel accidente funesto que ha sucedido, aquella inspiración que se ha tenido, son muchas veces circunstancias muy críticas para la salvación, son medios saludables de predeslinacion, vienen á ser como la visita del Salvador que tanlo importa conocer. ¡A cuántos se les presentaba en ella abierto el camino que les debia conducir á la salud I ¡Cuántos también se han estraviado por haber cerrado los oj os á esta divina luz! ¡ Cuántos se han perdido desgraciadamente por no haber querido aprovecharse de esta desgracia! Podráseles decir á la mayor parte de los que habiéndose condenado serán por toda la eternidad victimas desdichada» déla indignación divina: ¡Oh si hubieseis sabido conocer las cosas que eran capaces de daros la paz, de colmaros de lodogénerodebienes,deprocurarosunafelicidadeterna! ¡Si hubicseissabidoaprovecliaros de aquellafuerte inspiración, de aquella luz interior lan viva, de aquellas advertencias que Dios os daba en tantos lances 1 ¡ Si hubieseis sabido aprovecharos de aquella enfermedad , de aquella desgracia, de aquella ocasión favorable lan á propósito para convertiros, y por tanlo tan eficaz para daros la paz 1 Vosotros estaríais ahora en la mansión de los bienaventurados, colmados de alegría, y á cubierto de todos los temores: al paso que después de haber llevado una vida lan criminal, y por lo mismo una vida triste, (innulluosa, amarga, gemís entre los fuegos inestinguibles del infierno, presa de lodos los suplicios mas rigorosos , victimas eternas de la cólera lerrible de un Dios irritado, y estoporque no habéis sabido conocer el tiempo en que fuisteis visitado amorosamente por el Señor, y en que os ofrecía su gracia. i Ah, Señor! ¿no es este el tiempo precioso de vuestra visita, el momento feliz en que me convidáis para que me convierta? La meditación que acabo yo de hacer, ¿no es uno de aquellos puntos críticos , uno de aquellos medios importantes de donde pende tal vez mi salvación? Haced, Señor, por vuestra gracia que por lo menos no sea inútil para mí, y que todas estas roíloxiones no me ofrezcan jamás un motivo de sentimiento. J.u;m.AToniAs.—No quiero ya. Señor, diferir el convertirme; yo conozco que la volunladque tengo de sor vi de hoy en adelante todo vuestro, es un efecto de la gracia. (Psaim. 16.) Si oyereis hoy la voz del Señor, obodecedle fielmente, y no endurezcáis vuestro corazón, resistiendo á la gracia. (Psalm. ti4.) PROPÓSITOS. 1 Puesto que todos los acontecimientos de la vida pueden ser medios de salvación, cuidemos de no inutilizar ninguno. Sobretodo, atendamos á la voz del Señor; Dios habla de muchas maneras. Habla por medio de sentimientos vivos é interesantes ¡.habla por la boca de los superiores y de los directores; habla por los predicadores y los

50 i DOMINGO DECIMO libros de piedad; por aconlecimicntos aun imprevislcs, y también por los movimienlos ¡oleriorcs de la gracia. No se líala aquí sino de la conversión y de la peí feccion en maleria de moral; por lo que mira al dogma y á la fé, Dios no habla sino por la Iglesia, y de ninguna manera por el espíritu p;irlicular. Rindámonos á sus amorosas solicitaciones, tengamos cuidado de conocer siempre sus visitas, de sacar provecho de todo lo que él nos enseña. 2 No nos contentemos con conocer su voz y su visita, es menester poner en práctica sus lecciones. La humildad, la caridad cristiana, la mortificación, la puntualidad exacta en cumplir todas las obligaciones de nuestro estado, la piedad, elzelo por la salvación de nuestros hermanos, en una palabra, la victoria sobre nuestras pasiones y sobre nuestro espíritu, y las máximas del mundo, son el asunto ordinario de todas las que nos hace. Veamos cuál es el punto de moral que mas nos toca, y de que mas necesidad tenemos, y apliquémonos la instrucción que nos corresponde. Tenemos á Jesucristo en la adorable Eucaristía, en donde son muchos los que le desconocen: hagamos ver por nuestro deseo de comulgar, por nuestras frecuentes visitas, cada vez mas devotas y mas respetuosas, que le reconocemos allí realmente presente. DOMINGO DÉCIMO DESPUES DE PENTECOSTES. ADVERTENCIA. En la Dominica después de la ^mneíon de nmslra Señora celebra la Iglesia la fiesta del glorioso SAN JOAQUÍN, ^adre demeslra Señora, que comunmente suele concurrir en la Dominica déáma después de Pentecostés. Llámase el domingo décimo después de Pentecostés el domingo de la humildad, ó sea el domingo del fariseo y del publicano, á causa del Evangelio que se lee en la misa, en el cual hace Jesucristo el paralelo entre el orgulloso fariseo y el humilde publicano, por medio de una parábola que propuso á los que erigiéndose en jueces ponían suconGanza en sí mismos, despreciando á los demás como imperfectos y pecadores en comparación de ellos. Déjase conocer bastante que el designio del Salvador es el enseñarnos por medio de esta parábola, que sin la humildad no hay justicia ni virtud erisliana; y que la inocencia debe tener por base la humildad, la cual la sirve también de apoyo y de defensa. La Epístola es como el preludio razonado de esta parábola, y confirma la necesidad que tenemos de esta importante virtud, sin la cual todas las demás son defectuosas. San Pablo en esta Epístola trae á la memoria á los fieles de Corinloel lastimoso estado en que .estaban antes de su conversión á la fé. Ninguna cosa humilla tanto al hombre como la vista de su propia miseria; nuestro amor propio que produce nuestro orgullo, lleva también en sí el contraveneno, náceles notar el apóstol, que lodos los dones espirituales, todas las diferentes operaciones del Espíritu Santo son puros dones, y por consiguiente que seríamos muy injustos en enorgullecemos. Cuanto mas nos enriquece el Salvador con sus favores, tanto mas humildes debemos ser; los tesoros de la gracia no se conservan mas que por la humildad. No tiene ménos relación con esta virtud el introito de la misa, inspirándonos siempre una humilde confianza en la bondad de Dios, que es á un tiempo nuestro Criador, nuestro Salvador y nuestro Padre, Como el Evangelio nos representa dos hombres que oran de un modo diferente en el templo, la Iglesia en el introito de la misa nos representa un modelo de oración muy conforme al que nos ofrece el humilde publicano. «Cuando he clamado al Señor ha oido mi voz,» esto es, mi oración, «y me ha librado de los que no se acercan á mí sino para dañarme; él que es antes de todos IQS siglos, y será por toda la eternidad, les ha humillado. Poneos enteramente en las manos de Diqg, y él os alimentará. Oid, Dios mío, mi oración, y no desechéis mis ruegos; dignaos considerar el estado en que estoy, y no me neguéis la asistencia que imploro.» Estas palabras están tomadas del salmo Sí. David, obligado por la rebelión de su hijo Absalon á salir de Jerusalen, representa á Dios el triste é infeliz estado en qüo se halla, y en este estado humilde le pide su socorro. Este salmo en el sentido figurado conviene perfectamente á Jesucristo. David destronado y arrojado de Jerusalen representa al Salvador rechazado y condonado á muerte por los judíos. Absalon, á la cabeza de los revoltosos, representa á los sacerdotes sublevando al pueblo contra el Salvador; en fin, la traición de Aquilofel, según los intérpretes, representa la de Judas. Nótase que David en una y otra fortuna no ha estado nunca sin cruz y sin tribulación, no obstante que en lodo tiempo haya sido un hombre según el corazón de Dios, y siempre fiel en el cumplimiento de sus deberes. ¿Qué no ha tenido que sufrir contra toda justicia de parte de Saúl? Elevado sobre el trono, victorioso de todos sus enemigos, ¿qué no ha tenido que tolerar hasta de su propio hijo? Allá desterrado de la córte , perseguido, erranlo por los desiertos ; aquí obligado á salir de su capital, y huir á pié para no verse entregado á los insultos y á la inhumanidad de un hijo rebelde. De este modo templa Dios las dulzuras de esta vida en sus elegidos. Los mantiene en las humillaciones, á fin de que una sucesión no interrumpida de prosperidades no corrompa su corazón, y el orgullo no Ies haga indignos de sus gracias. Las adversidades en esta vida son necesarias para purificar el alma en el fuego de las tribulaciones, y para preservarla del contagio por medio de una humildad perseverante. La Epístola de la misa de este dia está tomada de la primera de san Pablo á los corintios, en la que el santo apóstol declara quiénes son los que tienen el espíritu de Dios, y quiénes los que no le tienen. Hé aqui lo que dió ocasión á san Pablo para escribirles lo que les dice en esta Epístola, En los primeros días de la Iglesia, el Espíritu Santo derramaba sus dones libcralraente y de un modo sensible sobre la mayor parle de los que eran bautizados: el don de lenguas era muy común en los nuevos convertidos; el de los milagros no era ménos conocido entre ellos. Veíanse un gran número de fieles que hablaban todo género do lenguas, y otros á quienes el Espíritu Santo daba una ciencia infusa y la gracia de las curaciones. Pero como el hombre abusa frecuentemente de los mayores dones de Dios, muchos no siempre hacian el buen uso que debían de eslos dones espirituales, y abusaban de sus ministerios. La mayor parle, en verdad, hacian do ellos un cscelenlo uso para la conversión de los gentiles, y para la edificación é instrucción délos fieles; mas otros abusaban de ellos para alimentar su vanidad : hacian alarde y no se servían de ellos sino para lomar de aquí motivo para su ostentación. Los que hablaban diversas lenguas, se ínter-

gracias on ciertas circunslancias, <strong>de</strong> las que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> loda<br />

nuestra felicidad, ó loda nuestra <strong>de</strong>sventura eterna. ¡Dichoso<br />

el que sabe aprovecharse <strong>de</strong> estos auxilios particulares;<br />

<strong>de</strong>sgraciado el que abusa <strong>de</strong> ellos! Toda la economía<br />

<strong>de</strong> la salvación <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> nuestra correspon<strong>de</strong>ncia aciertas<br />

gracias que en ocasiones son mas importantes. Resistir<br />

en ciertos tiempos á ciertas gracias es arriesgarlo lodo,<br />

y aun muchas veces es per<strong>de</strong>rlo todo' Si la Samaritana no<br />

se hubiera aprovechado <strong>de</strong>l encuentro <strong>de</strong>l Salvador; si se<br />

hubiese contentado con verle, con oirle, y haciendo poco<br />

caso <strong>de</strong> los avisos saludables que la daba, hubiese sofocado<br />

los Jlamamientos interiores <strong>de</strong> aquella gracia preveniente,<br />

solicitante, convincente; aquella pecadora endurecida<br />

hubiera muerto en su pecado, y hubiera sido reprobada<br />

eternamente. Si Zaqueo se hubiese dado por satisfecho<br />

con ver pasar al Salvador, ó habiendo tenido la<br />

fortuna <strong>de</strong> recibir á Jesucristo en su casa, no se hubiese<br />

aprovechado <strong>de</strong> tan ventajosa circunstancia para convertirse<br />

y para volver sin <strong>de</strong>tenerse la hacienda mal adquirida,<br />

¿<strong>de</strong> qué le hubiera servido la visita <strong>de</strong>l Salvador? Y<br />

¿cuál hubiera sido su suerte? En Gn, si los apóstoles, aquellos<br />

pobres pescadores, hubiesen sido sordos á la voz <strong>de</strong>l<br />

Hijo <strong>de</strong> Dios cuando los llamó ; si no hubiesen <strong>de</strong>jado en el<br />

momento lo poco que poseian; si hubieran permanecido<br />

en su barca con sus re<strong>de</strong>s, ¿qué serian hoy los apóstoles?<br />

En fin, sin salir <strong>de</strong> nuestro Evangelio, ¿que terribles <strong>de</strong>sgracias<br />

no vinieron sobro el pueblo judío por no haber<br />

querido reconocer el tiempo <strong>de</strong> la visita <strong>de</strong>l Salvador, el<br />

tiempo <strong>de</strong> la venida <strong>de</strong>l Mesías? ¿á qué escesos no les ha<br />

conducido aquella ceguera voluntaria, aquel obstinado endurecimiento?<br />

El pueblo tan amado <strong>de</strong> Dios, la nación privilegiada,<br />

única que conocía y adoraba al verda<strong>de</strong>ro Dios,<br />

á la que lodos los profetas habian predicho que este Dios<br />

vendría y aparecería visiblemente entre ellos para hacerlos<br />

dichosos y sacarlos <strong>de</strong> la servidumbre, este pueblo, repito,<br />

ha sido reprobado; Dios se ha hecho efectivamente<br />

hombre, ha nacido y ha vivido entre ellos; los milagros<br />

que ha hecho han sido <strong>de</strong>masiado ruidosos para no convencerles<br />

<strong>de</strong> que él era el Mesías prometido y esperado.<br />

Ellos no han querido aprovecharse <strong>de</strong> un tiempo tan precioso,<br />

han resistido á sus solicitaciones, á sus instrucciones<br />

y á sus milagros. ¿Pero hasta qué punto ha llegado su<br />

impieJad? Han hecho morir en una cruza este Dios Salvador<br />

; y ¿qué <strong>de</strong>solación lan lerrible no se ha seguido á este<br />

(leiciclio? La ciudad <strong>de</strong> Jerusalen <strong>de</strong>struida hasta sus fundamentos;<br />

e! templo abrasado, <strong>de</strong>molido, sepultado para<br />

siempre entre sus propias ruinas; los pueblos <strong>de</strong>gollados;<br />

la nación dispersa por lodo el universo, y por todas partes<br />

hecha el horror y la execración do todos los hombres: hé<br />

aquí lo que ha producido el <strong>de</strong>sprecio impío <strong>de</strong> las bonda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l Señor; hé aquí el triste efecto <strong>de</strong> una obstinada<br />

resistencia á la gracia. Comprendamos bien cuál es la dosdicha<br />

á que conduce el abusar <strong>de</strong> la misericordia <strong>de</strong>l Salvador.<br />

PUNTO siuiONDO. — Consi<strong>de</strong>ra que lo que ha sucedido á<br />

aquellos gran<strong>de</strong>s hombres que <strong>de</strong>ben servir <strong>de</strong> ejemplo <strong>de</strong><br />

la justa cólera <strong>de</strong> Dios contra los que abusan <strong>de</strong> su bondad,<br />

las tragedias y los horrores quehan afligido á la nación judía,<br />

como consecuencias <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sgracia porno haber sabido<br />

reconocer la visita que el Salvador la hacia para colmarla<br />

dtí bienes, y haber <strong>de</strong>spreciadotan.tercamentcla graciado<br />

^sta visita; todo esto, repito, suce<strong>de</strong> todos los dias en<br />

DI SPUES DE PENTECOSTES, 503<br />

compendio á cada particular. Uay tiempos, y circunstancias<br />

<strong>de</strong> tiempo, <strong>de</strong> las cuales pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r loda la economía<br />

déla salvación <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> nosotros en particular.<br />

El no saber conocer estas visitas <strong>de</strong> benevolencia, <strong>de</strong><br />

misericordia y <strong>de</strong> favor, es arriesgarlo todo, es esponerse<br />

á la última <strong>de</strong>sgracia, es per<strong>de</strong>rlo todo. Penetrémonos <strong>de</strong><br />

cuánta consecuencia es el aprovechar estas ocasiones favorables,<br />

estas circunstancias <strong>de</strong>l tiempo, estas iluslracione»,<br />

estas piadosas emociones do la gracia. El sermón que se<br />

acaba <strong>de</strong> oir, la lectura <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong> piedad, aquel acci<strong>de</strong>nte<br />

funesto que ha sucedido, aquella inspiración que se<br />

ha tenido, son muchas veces circunstancias muy críticas<br />

para la salvación, son medios saludables <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>slinacion,<br />

vienen á ser como la visita <strong>de</strong>l Salvador que tanlo importa<br />

conocer. ¡A cuántos se les presentaba en ella abierto el<br />

camino que les <strong>de</strong>bia conducir á la salud I ¡Cuántos también<br />

se han estraviado por haber cerrado los oj os á esta<br />

divina luz! ¡ Cuántos se han perdido <strong>de</strong>sgraciadamente por<br />

no haber querido aprovecharse <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>sgracia! Podráseles<br />

<strong>de</strong>cir á la mayor parte <strong>de</strong> los que habiéndose con<strong>de</strong>nado<br />

serán por toda la eternidad victimas <strong>de</strong>sdichada»<br />

déla indignación divina: ¡Oh si hubieseis sabido conocer<br />

las cosas que eran capaces <strong>de</strong> daros la paz, <strong>de</strong> colmaros <strong>de</strong><br />

lodogénero<strong>de</strong>bienes,<strong>de</strong>procurarosunafelicida<strong>de</strong>terna! ¡Si<br />

hubicseissabidoaprovecliaros <strong>de</strong> aquellafuerte inspiración,<br />

<strong>de</strong> aquella luz interior lan viva, <strong>de</strong> aquellas advertencias<br />

que Dios os daba en tantos lances 1 ¡ Si hubieseis sabido<br />

aprovecharos <strong>de</strong> aquella enfermedad , <strong>de</strong> aquella <strong>de</strong>sgracia,<br />

<strong>de</strong> aquella ocasión favorable lan á propósito para convertiros,<br />

y por tanlo tan eficaz para daros la paz 1 Vosotros<br />

estaríais ahora en la mansión <strong>de</strong> los bienaventurados,<br />

colmados <strong>de</strong> alegría, y á cubierto <strong>de</strong> todos los temores: al<br />

paso que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber llevado una vida lan criminal,<br />

y por lo mismo una vida triste, (innulluosa, amarga, gemís<br />

entre los fuegos inestinguibles <strong>de</strong>l infierno, presa <strong>de</strong><br />

lodos los suplicios mas rigorosos , victimas eternas <strong>de</strong> la<br />

cólera lerrible <strong>de</strong> un Dios irritado, y estoporque no habéis<br />

sabido conocer el tiempo en que fuisteis visitado amorosamente<br />

por el Señor, y en que os ofrecía su gracia.<br />

i Ah, Señor! ¿no es este el tiempo precioso <strong>de</strong> vuestra<br />

visita, el momento feliz en que me convidáis para que me<br />

convierta? La meditación que acabo yo <strong>de</strong> hacer, ¿no es<br />

uno <strong>de</strong> aquellos puntos críticos , uno <strong>de</strong> aquellos medios<br />

importantes <strong>de</strong> don<strong>de</strong> pen<strong>de</strong> tal vez mi salvación? Haced,<br />

Señor, por vuestra gracia que por lo menos no sea inútil<br />

para mí, y que todas estas roíloxiones no me ofrezcan jamás<br />

un motivo <strong>de</strong> sentimiento.<br />

J.u;m.AToniAs.—No quiero ya. Señor, diferir el convertirme;<br />

yo conozco que la volunladque tengo <strong>de</strong> sor vi <strong>de</strong><br />

hoy en a<strong>de</strong>lante todo vuestro, es un efecto <strong>de</strong> la gracia.<br />

(Psaim. 16.)<br />

Si oyereis hoy la voz <strong>de</strong>l Señor, obo<strong>de</strong>cedle fielmente,<br />

y no endurezcáis vuestro corazón, resistiendo á la gracia.<br />

(Psalm. ti4.)<br />

PROPÓSITOS.<br />

1 Puesto que todos los acontecimientos <strong>de</strong> la vida pue<strong>de</strong>n<br />

ser medios <strong>de</strong> salvación, cui<strong>de</strong>mos <strong>de</strong> no inutilizar<br />

ninguno. Sobretodo, atendamos á la voz <strong>de</strong>l Señor; Dios<br />

habla <strong>de</strong> muchas maneras. Habla por medio <strong>de</strong> sentimientos<br />

vivos é interesantes ¡.habla por la boca <strong>de</strong> los superiores<br />

y <strong>de</strong> los directores; habla por los predicadores y los

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