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496<br />
sunt, propiiius el agendi:<br />
ut qui sine le esae non<br />
possumis, secundum te<br />
vtvere valeanms. Per l)omííium<br />
nosín/m...<br />
los pensamientos, y nos haga<br />
obrar conslanlemente acciones<br />
santas, á fin <strong>de</strong> que los que<br />
no po<strong>de</strong>mos nada sin vnosli a<br />
gi acia , vivamos siempre conformo<br />
á vuestro espirilu. Por<br />
nuestro Señor Jesucristo, etc.<br />
la Epístola es <strong>de</strong> la que escribió el apóstol san Pablo á los<br />
Romanos, capitulo 8.<br />
Fratres í Debüores sumt«<br />
non carni, vt semn-<br />
dum carnem vivamus. Si<br />
enim secundum carnem vixerilis,<br />
moriemini: si autem<br />
spiritu [acta carnis<br />
mortificaverHis , vivelis.<br />
Quicumque enim spiritn<br />
Dei aguntur, ii sunt filii<br />
Dei. Non enim atcepistis<br />
spiritum servitutis iterum<br />
in limore, sed accepistis<br />
spiritum adoptionis filiorum,<br />
in quo clamamus:<br />
Abba (Pater). Ipse enim<br />
spirilus lestimonium reddil<br />
spiritui nostro quod<br />
sumus filii Dei. Si autem<br />
filii, eí here<strong>de</strong>s t here<strong>de</strong>s<br />
qui<strong>de</strong>m Dei, cohere<strong>de</strong>s autem<br />
Chrisli.<br />
Hermanos mios: No somos<br />
<strong>de</strong>udores A la carne, para que<br />
vivamos según la carne. Porqués!<br />
viviereis según la carne<br />
, moriréis; mas si conducidos<br />
por el espíritu morlilicáreis<br />
las obras <strong>de</strong> la carne,<br />
viviréis; puesto que lodos los<br />
que obran conforme al espíritu<br />
<strong>de</strong> Dios, son hijos <strong>de</strong> Dios.<br />
No habéis tampoco recibido el<br />
espíritu <strong>de</strong> servidumbre <strong>de</strong><br />
modo que <strong>de</strong>ba ocuparos <strong>de</strong><br />
nuevo el temor, sino que habéis<br />
recibido el espíritu <strong>de</strong><br />
adopción <strong>de</strong> los hijos , en virtud<br />
<strong>de</strong>l que clamamos, Abba,<br />
Padre; porque este mismo espirilu<br />
da testimonio á nuestro<br />
espíritu <strong>de</strong> que somos hijos <strong>de</strong><br />
Dios. Y si somos hijos, luego<br />
somos también here<strong>de</strong>ros; here<strong>de</strong>ros<br />
digo <strong>de</strong> Dios, y cohere<strong>de</strong>ros<br />
con Jesucrislo.<br />
Esla Epístola es todavía continuación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>l domingo<br />
prece<strong>de</strong>nte. Declara san Pablo á los Beles que habiendo<br />
sido reengendrados por el bautismo, por esta regeneración<br />
han nacido á la vida déla gracia, hijos adoptivos <strong>de</strong><br />
Dios; y por consiguiente, como hijos <strong>de</strong> Dios, tienen <strong>de</strong>recho<br />
á su herencia; bien entendido que <strong>de</strong>ben vivir nó<br />
según la carne, sino conforme al espíritu <strong>de</strong> Dios, <strong>de</strong>l cual<br />
<strong>de</strong>ben estar animados.<br />
KEILEXIONES.<br />
DOMINGO<br />
«Si viviereis según la carne, moriréis.» Vivir según la<br />
carne, propiamente hablando, es vivir según el espíritu<br />
<strong>de</strong>l uiunilo, seguir sus máximas, ser partidarios <strong>de</strong> todos<br />
sus caprichos, obe<strong>de</strong>cer á todas sus eslravaganles leyes.<br />
Vivir según la carne, es ser uno esclavo <strong>de</strong>sús pasiones,<br />
prestarse, abandonarse aun á las inclinaciones <strong>de</strong> la concupiscencia,<br />
dar toda la libertada sus sentidos. Vivir según<br />
ta carne, es seguir los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> la carne. La vida <strong>de</strong> la<br />
carne es la vida <strong>de</strong>l pecado, y esta vida es la muerte espiritual<br />
<strong>de</strong>l alma. Vivir según la carne, es emplearse uno<br />
en las obras <strong>de</strong> ella, y las obras <strong>de</strong> ja carne son el pecado.<br />
¡Cuántos, buen Dios, viven hoy según la carne! acaso<br />
no reinó nunca mas <strong>de</strong>spólicamente el espíritu <strong>de</strong>l mundo.<br />
Sus leyes prevalecen sóbrelas déla religión, y sus máximas<br />
sobre las <strong>de</strong>l Evangelio. Apenas la razón se ha <strong>de</strong>senvuelto<br />
en un niño, cuando el espíritu <strong>de</strong>l mundo se apo<strong>de</strong>ra<br />
<strong>de</strong> él; cuasi no se le dan otras lecciones; al lado <strong>de</strong><br />
sus padres no encuentra acaso sino una perniciosa cscue-<br />
OCTAVO<br />
la <strong>de</strong> ambición, <strong>de</strong> lujo y <strong>de</strong> vanidad: sus discursos cillcramente<br />
mundanos, sus ejemplos muchas veces pésimos,<br />
son los mo<strong>de</strong>los que se le presentan. ¿Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto<br />
eslrañaremos que sea tan universal la corrupción <strong>de</strong> las<br />
costumbres, y que se eslinga el espíritu <strong>de</strong> la religión?<br />
«Mi espíritu no permanecerá en el hombre,» <strong>de</strong>cía Dios<br />
poco antes <strong>de</strong>l diluvio, al tiempo que su indignación justamente<br />
irritada iba á estallar <strong>de</strong> la manera mas terriblo<br />
sobre todo el universo: mi espíritu no peruiiinecerá mas<br />
en el hombre; porque el hombre no es mas que carne, ni<br />
vive sino conforme á la carue. ¿Tiene el dia <strong>de</strong> hoy mélios<br />
motivo el Señor para hacernos esla len ihie amenaza?<br />
¿y en qué siglo con mas razón que en este ha podido Dios<br />
<strong>de</strong>cir que la malicia <strong>de</strong> los hombres era gran<strong>de</strong> sobre la<br />
tierra, y que todos los pen ja mi etilos <strong>de</strong> su corazón se or<strong>de</strong>naban<br />
á toda hora hacia el mal ? ¿ En qué siglo ha podido<br />
<strong>de</strong>cirse con mas verdad, que luda carne b;d)ia corrompido<br />
sus caminos sobre la tierra? esto es, ¿que el espirilu<br />
<strong>de</strong> la carne esparcido en casi todos los hombres ha<br />
inundado la tierra con todo género <strong>de</strong> pecados? ¿Qué<br />
edad, qué condición, qué estado hay en que no dominen<br />
el amor <strong>de</strong> los placeres, la codicia, la ambición, el lujo y<br />
el <strong>de</strong>sói<strong>de</strong>n? Cuasi en lodas parles no reina masque el<br />
espíritu <strong>de</strong>l mundo; por do quiera triunfa la iniquidad.<br />
Mas bien nos avergonzamos en el mundo <strong>de</strong> parecer cristianos,<br />
que <strong>de</strong> ser pecadores en sus reuniones. Un libertino*<br />
una mujer mundana reputan como un mérito el ser<br />
poco recatados, tener poca religión, dudar <strong>de</strong> las verda<strong>de</strong>s<br />
mas esenciales, no tener ni remordimientos ni escrúpulos.<br />
El vicio parece que ha franqueado todas las barreras<br />
; dirfase quo es nn tór renle que ha forzado, trasbordado<br />
todos los diques <strong>de</strong> la religión, déla educación, y hasta <strong>de</strong>l<br />
buen sentido. La soledad, el <strong>de</strong>sierto, hasta el lugar sanio,<br />
este asilo sagrado <strong>de</strong> la piedad cristiana, se resienten do<br />
la inundación. ¿Qué es lo que en el dia sirve <strong>de</strong> antemural,<br />
<strong>de</strong> abrigo á la rectitud, á la buena fé, á la mo<strong>de</strong>stia ?<br />
Una sola familia se halló exenta <strong>de</strong> aquella universal iniquidad,<br />
así es que solo aquella familia dichosa-fue la quo<br />
se salvó en el tiempo <strong>de</strong>l diluvio. ¿No es esla una figura<br />
bien marcada <strong>de</strong> la corrupción tan general <strong>de</strong> nuestro siglo,<br />
y <strong>de</strong>l pequeño número <strong>de</strong> los elegidos? ¿Y lo es menos<br />
visible <strong>de</strong> la justa indignación <strong>de</strong>l Señor y <strong>de</strong> los terribles<br />
azotes <strong>de</strong> su justa cólera?<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia está tomado <strong>de</strong>l <strong>de</strong> san<br />
Lucas, cap. 16.<br />
Jn illo tempore : Diüít<br />
Jesús discipvlis suis parabolam<br />
lianc : ¡lomo quídam<br />
erat dives, qui hahebat<br />
villicum : el hk diffamaius<br />
est apud ilium<br />
quasi dissipasset bona ipsius.<br />
El vocavil illum, el<br />
ait illi : Quid hoc audio<br />
<strong>de</strong> te? red<strong>de</strong> rationemvillicatiunis<br />
luce : jam enim<br />
non poteris villicare. Aü<br />
autem villicus hura se:<br />
Quid [aciam, quia domims<br />
meus aufe.rl a mevillicationem?<br />
fo<strong>de</strong>renon va-<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús<br />
á sus discípulos esta parábola<br />
: Un hombre rico tenia<br />
un recaudador, el cual fué<br />
acusado <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él como<br />
disipador <strong>de</strong> sus bienes. Hizole<br />
comparecer, y le dijo :<br />
¿ Qué es lo que oigo <strong>de</strong>cir <strong>de</strong><br />
ti ? Dáme cuenta <strong>de</strong> tu recaudación<br />
, porque ya no es posible<br />
que sigas recaudando.<br />
Al oir esto el recaudador, dijo<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí: ¿Qué haré yo,<br />
pues mi amo me quila la recaudación?<br />
Cavar la tierra no<br />
puedo; pedir limosna me es