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tí'cíim aulem congrégale in<br />
horréum meum.<br />
DKSHJIiS DE LA EN FAMA<br />
al tiempo do la cosecha yo<br />
encargaré á los segadores<br />
que cojan primeramente la<br />
zizana y la aten en pequeños<br />
haces para quemarla,<br />
mas que el Irigo lo recojan<br />
en mi granero.<br />
MEDITACION,<br />
Sóbrela falsa virtud.<br />
PUNTO PUIMERO.—Consi<strong>de</strong>ra que nada hay mas opuesto<br />
ni mas contrario entre sí que la falsa y la verda<strong>de</strong>ra virtud,<br />
y no obstante ninguna cosa que se confunda tan fácilmoute<br />
y en que uno se engañe mas; nada presenta que<br />
las distinga por fuera, los mismos rasgos esleriores, el<br />
mismo aire imponente, los dos cuadros son <strong>de</strong>l todo semejantes.<br />
El vastago <strong>de</strong> la /izaüa no se parece <strong>de</strong>l todo al <strong>de</strong>l<br />
•trigo; es ordinariamenlemas ver<strong>de</strong>, mas vivo y mejor nutrido,<br />
tal es la falsa virtud. La mo<strong>de</strong>stia es inseparable <strong>de</strong><br />
la verda<strong>de</strong>ra virtud: no hay hipócrita que no afecte una<br />
mo<strong>de</strong>stia aun escesiva. Cuando uno es virtuoso es también<br />
mollificado; el hipócrita lo parece todavía mas que<br />
los hombres <strong>de</strong> bien: no habla mas que <strong>de</strong> severidad, se<br />
lamenla sin cesar por la relajación <strong>de</strong> la moral. ¡NY) porque<br />
su conducta corresponda al rigor <strong>de</strong> sus máximas; nada<br />
hay mas morlilicado, nada mas sensual que un falso <strong>de</strong>voto;<br />
pero ningimo mas fecundo en disimulo y en disfraces,<br />
y como todo en él es esludiado, todo afectado, suestei'ior<br />
impone á los sencillos. lié aquí la zizaiía sembrada<br />
Sí ol campo <strong>de</strong>l Padre <strong>de</strong> familias, la cual crece en medio<br />
dol buen grano; ella da mas en los ojos, sorpren<strong>de</strong>, impone,<br />
crece con frecuencia aun mas que el buen grano, le<br />
cubre, y chupando mas humor y mas jugo, hace que se<br />
seque el buen grano, ó á lo ménos lo enfiiiquece. Esto es<br />
^o que suce<strong>de</strong> todos los dias en el campo <strong>de</strong> la Iglesia. Tobando<br />
la falsa virtud el exterior <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra hace escaños<br />
progresos; como es artificiosa, brilla, impone, seduce,<br />
Sabiendo que la mo<strong>de</strong>stia sirve como <strong>de</strong> fronlispi-<br />
Clo al edificio espiritual, estudia por imitarla. Esta apa-<br />
''encia sirve para hacer seguro el engafm. Pero, ¿y no<br />
Sei'ia fácil distinguir la zizaíia <strong>de</strong>l buen grano? La verda-<br />
"e,'a piedad es siempre humil<strong>de</strong>, dulce <strong>de</strong> corazón, cari-<br />
[al'va, no busca mas que á Dios; no escucha ni los gritos<br />
"oportunos <strong>de</strong> las pasiones, ni las quejas fatigosas <strong>de</strong>l<br />
amor propio, míralos sentidos como impostores. El mun-<br />
celo que tiene por su glori;;, pero le rectifica mo<strong>de</strong>rándole.<br />
Quiere que se espere al tiempo <strong>de</strong> la cosecha, eslo<br />
es, á la hora <strong>de</strong> la muerte, en la que el Señor entresaca,<br />
por <strong>de</strong>cirlo asi, el buen grano <strong>de</strong> la zizailo. Dios no juzga<br />
<strong>de</strong> las cosas por las apariencias, como hacen los hombres;<br />
penetra hasta el fondo <strong>de</strong>l corazón y <strong>de</strong>senvuelve los pliegues<br />
y repliegues <strong>de</strong> la conciencia. Conoce todos los verda<strong>de</strong>ros<br />
motivos <strong>de</strong> nuestras acciones. Nosotros podremos<br />
muy bien engañarnos á nosotros mismos, mas él no so<br />
<strong>de</strong>ja engañar; todo se le presenta al <strong>de</strong>scubierto, conoce<br />
todas las astucias <strong>de</strong>l amor propio. Motivos interesados,<br />
miras humanas, prelestos especiosos, simulaciones sutiles,<br />
ambición disfrazada, misceláneas imperfectas, razones<br />
capciosas, todo está patente á sus ojos en todo tiempo;<br />
y á la horado la muerte, en este úlíimo momento <strong>de</strong>cisivo<br />
<strong>de</strong> nuestra suerte eterna, Iodo se patentiza á los<br />
nuestros. Libro entonces el alma do (odas las preocupaciones<br />
y do todas las sutilezas <strong>de</strong>l amor propio, reconoce<br />
todos sus estravíos; conoce que si ha engañado á muchos<br />
con una superficie <strong>de</strong> virtud y una máscara <strong>de</strong> piedad,<br />
todavía se ha engañado mas groseramente ella misma.<br />
¡Buen Dios! ¡cuál es entonces su sorpresa! pero ¡cuál es<br />
su espanto y cuál su <strong>de</strong>specho! En la cosecha ignalmente<br />
es arrancado el buen grano que la zizaña. ¡Pero qué diferencia<br />
<strong>de</strong> suerte! Aquel es cogido con cuidado, con complacencia,<br />
para ser puesto en el granero ; esla es arrancada<br />
con indignación, para ser arrojada al fuego; la zizaña<br />
no pue<strong>de</strong> servir para otra cosa. Hablemos ya sin figura:<br />
¿<strong>de</strong> qué sirve enlonces haber aparentado una virtud<br />
<strong>de</strong> que no se tenia mas que la corteza? ¿<strong>de</strong> qué sirvo el<br />
haber engañado al público con esteriorida<strong>de</strong>s esludiadas,<br />
con discursos lan poco sinceros? ¿<strong>de</strong> qué sirve haber tenido<br />
reputación <strong>de</strong> <strong>de</strong>voto y estar con<strong>de</strong>nado al fuego<br />
eterno?<br />
Preservadme, Señor, do esta <strong>de</strong>sgracia, y por tanto,<br />
no permitáis jamás que yo sea <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> los hipócritas,<br />
cuya herencia es el infierno. Haced, ó Dios mió, que<br />
yo profese una virtud pura, una <strong>de</strong>vociou tierna, una perfecta<br />
caridad.<br />
JACULATORIAS.—Cread, Señor, en mí un corazón puro,<br />
y un espíritu recloy sincero, á fin<strong>de</strong> que os ame y os sirva<br />
con fi<strong>de</strong>lidad. (Psalm. KO.)<br />
Esto es hecho, Señor: <strong>de</strong> aquí a<strong>de</strong>lante' pondré lodo mi<br />
estudio en guardar vuestra ley con toda ¡a sinceridad <strong>de</strong><br />
mi corazón. {Psalm. 118.)<br />
P'6 es sospechoso, <strong>de</strong>sconfía <strong>de</strong> su propio corazón, y no<br />
P'er<strong>de</strong> jamás <strong>de</strong> vista las santas máximas <strong>de</strong>l Evangelio;<br />
ínienlras que la falsa virtud todo lo sacriüca á su ambi-<br />
Cl0n y ásus propios intereses, no consulta mas que á los<br />
entidos, y no escucha mas que á sus pasiones y á su amor<br />
fopio. ¡Buen Dios, qué fácil seria distinguir la zizaña <strong>de</strong>l<br />
but-;n grano!<br />
• ÍUNTO SEGUXDO.—Consi<strong>de</strong>ra que por mas semejanza que<br />
1^'? z'zaria ton el puro trigo, el Padre <strong>de</strong> familias sano'<br />
n distinguirla á su tiempo. Nada le está oculto, y<br />
j° l)0(Jna engañarse en oslo. No se apresura á arrancars&d*?8<br />
1)0dria PeIiSriH' el buen grano. Su paciencia no<br />
o!)r4Sll"Criíli ^n^18? $ 60 ro^icfVdúi 03 sobre todas sus<br />
íüuvi •^US Ce'0sos ^ llj;is algentes siervos podrán<br />
iaij Iei? onecerse, y pedirle que eslerminc una semilla<br />
Pei'mciosa que crece en su propio campo; él alaba el<br />
PPvOPÓSITOS.<br />
1 ¿Qué mayor imbecilidad <strong>de</strong> entendimiento, y rjué<br />
<strong>de</strong>sarreglo mas lamentable, que el servir á Dios con simulación?<br />
Dios no atien<strong>de</strong> mas que al fin por que le servimos.<br />
El hombre, dice el Profeta, se paga <strong>de</strong> un eslerior compuesto<br />
é imponente; pero Dios mira el corazón, y por mas<br />
ocultos que sean nuestros motivos, por mas encubiertas<br />
que puedan estar nuestras intenciones, el Señor lo <strong>de</strong>scubre<br />
todo, y conoce perfectamente todos nuestros subtei frigios.<br />
Servid á Dios con sencillez, y con un corazón recloy<br />
sincero. Desconfiad <strong>de</strong> vuestras inclinaciones, <strong>de</strong> vuestras<br />
miras, <strong>de</strong> vuestro propio corazón. Sea vuestra virtud pura,<br />
simple, y <strong>de</strong>sprendida <strong>de</strong> toda mira humana que le quite<br />
todo su precio. Haced estudio para adorar á Dios, amarle,<br />
y servirle en espíritu y en verdad. Purificad vues'ra in-