Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
DESHJKS DE PENTECOSTES.<br />
los sexos y en lodos los estados; pero al íin la disolución<br />
no es universal; hay verda<strong>de</strong>ros israelilas, aun en medio<br />
<strong>de</strong> Babilonia: pero entre los fióles, es pequeüo el número<br />
<strong>de</strong> vírgenes necias, y <strong>de</strong> siervos haraganes? Evítase<br />
el mal, tiene uno un testimonio secreto <strong>de</strong> que no ha hecho<br />
agravio á nadie. No remuer<strong>de</strong> la conciencia ni <strong>de</strong> injusticias<br />
ni <strong>de</strong> impurezas, ni <strong>de</strong> calumnias; pero ¿esta<br />
conciencia tan tranquila sobre el mal que no ha hecho,<br />
está muy consolada sobre el bien que <strong>de</strong>bia hacer? Asegúrase<br />
uno porque no es tan perverso como otros muchos;<br />
pero ¿tendrá motivo para estar seguro por el número y<br />
el mérito <strong>de</strong> las buenas obras que no se han hecho? El pecado<br />
causa remordimientos y merece castigos; pero ¿es<br />
iiiétiüs pecado la falta <strong>de</strong> virtud en aquel que está obligado<br />
á cumplir todos los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la justicia? Un hereje,<br />
un pagano pue<strong>de</strong> evitar el mal; pero un cristiano ¿pue<strong>de</strong><br />
salvarse sin buenas obras? El siervo fiel es recompensado<br />
con la bienaventuranza eterna, porque ha llenado con<br />
puntualidad hasta las mas pequeñas obligaciones, y el título<br />
que da <strong>de</strong>recho á todos los elegidos á la herencia<br />
<strong>de</strong>l Padre celestial es el haber visitado á los pobres enfermos<br />
y á los encarcelados, y haber santificado sus dias con<br />
el ejercicio <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> misericordia. ¡Buen Dios! iqué<br />
error el imaginarse que basta evitar el mal, sin obrar el<br />
bien! jY cuántas personas seculares, acaso también eclesiásticas<br />
y religiosas, serán escluidas <strong>de</strong> la mansión <strong>de</strong> los<br />
bienaventurados, por no haber hecho el bien que Dios exigía<br />
<strong>de</strong> ellas! ¡Qué <strong>de</strong> acciones <strong>de</strong> piedad omitidasl ¡Cuántas<br />
buenas obras <strong>de</strong>scuidadas! icuánlos actos <strong>de</strong> virtud,<br />
cuánlas obligaciones <strong>de</strong>! estado olvidadas! El padre <strong>de</strong> familias<br />
no quiere siervos <strong>de</strong>sidiosos; recompensa á la verdad<br />
á los últimos que han llegado, tan libcralmenle alguvez<br />
como á los que han trabajado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera hora;<br />
pero todos han trabajado, todos se han hecho dignos <strong>de</strong>l<br />
salario por su fervor y por su piedad. «La recompensa<br />
que yo tengo <strong>de</strong> dar, dice el Sefior, está conmigo, para<br />
dar á cada uno según sus obras.» (Apoc. 22.) «No se lleva<br />
la corona sino el que ha combalido según las reglas»<br />
con que <strong>de</strong>be hacerlo. (2 Timolh.)<br />
Ll Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia es lomado <strong>de</strong>l cap.<br />
san Maleo.<br />
In illa tempore : Dixil<br />
Jesús discipulis suis : iVtsi<br />
abundaverit jmiilia ves-<br />
Ira plus quam scribarum<br />
et pharisceorum , non íntrabüis<br />
in regmm cmlorum.<br />
Andistis , ^wia dtc-<br />
(um est anliquis : Non oeci<strong>de</strong>s<br />
: qui aulem ocd<strong>de</strong>rit,<br />
reus erit judicio. Ego au~<br />
iem dico vobis : quia omnis<br />
, qid irasdtur fratri<br />
SMO, reus erit judicio. Qui<br />
aulem dixeril fratri sito,<br />
mea i reus erit concilio.<br />
Qui aulem dixenl fatue :<br />
reus erit gehennoe ignis. Si<br />
ergo offers munus iv.umad<br />
aliare , et tí/i recordalus<br />
fueris, quia fraler tms ha-<br />
En aquel tiempo dijo Jesús<br />
á sus discípulos; Si vuestra<br />
virtud no es superior á la <strong>de</strong><br />
los escribas y fariseos, no entrareis<br />
en el reino <strong>de</strong> los cielos.<br />
Habéis oido que se ha dich)<br />
á vuestros antepasados :<br />
No matarás; mas el que matare<br />
(á su prójimo) merecerá<br />
ser con<strong>de</strong>nado en el tribunal<br />
<strong>de</strong>l juicio. Yo empero os digo,<br />
que cualquiera que se encoleriza<br />
contra su hermano, merecerá<br />
ser con<strong>de</strong>nado por el<br />
tribunal <strong>de</strong>l juicio. El que dijere<br />
á su hermano (para injuriarle)<br />
necio , merecerá ser<br />
con<strong>de</strong>nado por el tribunal <strong>de</strong>l<br />
consejo; y el que le llamare<br />
insensato, merecerá el snplihcl<br />
aliquid adversum le,<br />
relinqve ibi munus tuum<br />
ante aliare, et va<strong>de</strong>pi'ius<br />
reconñliari fratri tm : eí<br />
tune veniens offeres munus<br />
tuum.<br />
479<br />
ció <strong>de</strong>l fuego. Así que, si presentando<br />
vuestra ofrenda al<br />
altar os acordáreis que vuestro<br />
hermano tiene algún motivo<br />
<strong>de</strong> queja contra vosotros , <strong>de</strong>jad<br />
allí vuestra ofrenda <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong>l altar, é id ánles á reconciliaros<br />
con vuestro hermano,,<br />
y entonces volved en<br />
seguida á presentar vuestra<br />
ofrenda.<br />
MEDITACION.<br />
De la caridad que <strong>de</strong>be tenerse con el prójimo.<br />
PCNTO PIUMF.RO.—Consi<strong>de</strong>ra que no hay cosa que Josucrist»<br />
haya recomendado tanto, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l mandamiento<br />
<strong>de</strong> amar á Dios, como el <strong>de</strong> amar á nuestro prójimo,<br />
llegando hasta cuasi equiparar estos dos preceptos.<br />
«Amarás á tu prójimo comoá tí mismo.» Sin embargo,<br />
acaso no hay precepto mas mal observado que este.<br />
¿Ámase al prójimo como se ama uno á sí mismo? Consi<strong>de</strong>remos<br />
el amor que nos leñemos á nosotros mismos, y podremos<br />
fácilmente compren<strong>de</strong>r cuál es la caridad que tenemos<br />
con nuestro prójimo. ¡Qué atención, buen Dios,<br />
para conservar y para aumentar nuestra hacienda! ¡Qué<br />
solicitud para procurarnos el placer, y todo cuanto gusta<br />
al amor propio! ¡Qué indulgencia para con nosotros mismos!<br />
¡Qué <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za sobre el punto <strong>de</strong> honor! ¡Con qué<br />
rigor soslione uno sus <strong>de</strong>rechos y sus inlcrescsí ¡Con qué<br />
eslima miramos nuestra reputación! Siempre alerta contra<br />
todo lo que pue<strong>de</strong> dañarnos; siempre industriosos para<br />
buscar todo lo que nos pue<strong>de</strong> acomodar, y para echar<br />
fuera todo lo que pue<strong>de</strong> inquietarnos y darnos pena. Jamás<br />
se halla satisfecho nuestro amor propio, así es que<br />
siempre está trabajando por satisfacerse. Nuestros <strong>de</strong>seos<br />
crecen con los años, y ptie<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que nuestro<br />
amor propio no envejece nunca. Este amor, pues, tan ardiente<br />
<strong>de</strong> nosotros mismos <strong>de</strong>be ser, según el mandamiento<br />
<strong>de</strong>l Señor, la medida, y como el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l amor que<br />
<strong>de</strong>bemos lener al prójimo: juzguemos, pues, por nuestra<br />
conducta y nuestros sentimientos <strong>de</strong>l amor que tenemos<br />
á nuestros hermanos. ¿Ilubo jamás una indiferencia mas<br />
común? ¿una fr ialdad mas constante? ¿una insensibilidad<br />
mas dura? ¿un olvido mas universal y mas marcado? ¡Qué<br />
sensibilidad en nuestros mas pequeños males! ¿es igual<br />
la que tenemos en los males <strong>de</strong>l prójimo ? ¿nos conmovemos<br />
mucho á la vista <strong>de</strong> sus miserias? ¿qué parle tomamos<br />
en sus adversida<strong>de</strong>s? ¿quéregocijo en su prosperidad<br />
? Digamos mas bien lo que con no peca frecuencia esperimenlamos,<br />
¿qué disgustos, qué <strong>de</strong>specho, que envidia<br />
no nos causa! ¿y no es efecto <strong>de</strong> una secreta antipatía?<br />
lo que inspira lodos estos sentimientos tan poco cristianos<br />
es la pasión, es la disposición <strong>de</strong> un coraron maligno<br />
loque los produce. No se ama al prójimo, si no se<br />
le ama comoá sí mismo; no se le ama, digámoslo mas<br />
exactamente, se le aborrece. De aquí la indiferencia, la<br />
insensibilidad, el disgusto, la dureza que llega alguna vez<br />
á producir un gozo maligno en sus <strong>de</strong>sgracias. De aquí<br />
las palabras duras, los términos ofensivos, las injui ius que<br />
el Señor con<strong>de</strong>na á suplicios tan crueles. Qué os parece,<br />
¿este segundomandamienlo, semejanlc al primero, ama-