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cstíi proniRlida á los que sufi on con corazón y espli iln<br />
crisliano. Kn esle mundo no senlimos las aflicciones mus<br />
que gota á gola, inienlras que por toda la eternidad estaremos<br />
como sumergidos, [wr <strong>de</strong>cirlo así, y como anegados<br />
en un torrente <strong>de</strong> <strong>de</strong>licias puras. Aquí cada dia abrevia<br />
Induración <strong>de</strong> nuestras aflicciones; en el cielo en cada<br />
momento se goza toda la eternidad <strong>de</strong> una dicha llena,<br />
que es y será siempre <strong>de</strong> un nuevo gusto, sin que. pueda<br />
nunca acabarse. Aquí.onlm, enduIzaDios con la unción <strong>de</strong><br />
su gracia las mas duras penas; en el cielo se complace<br />
Dios en embriagarnos, por <strong>de</strong>cirlo asi, en cada momento<br />
con su propia felicidad, según la espresion <strong>de</strong>l Profeta.<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> esle dia es según san Lucas, capitulo<br />
5.<br />
DESPUES DE PENTEOOSTRS.<br />
In illo tentpore : Cum En aquel tiempo: AgolpántüNía<br />
tVntfi-eíit fa Jesum, dose el pueblo en (ropas para<br />
«í avdirenl rérbum Dei, el oir la palabra <strong>de</strong> Dios, oprimía<br />
ipse slabat sems stnynum íi Jesús que estaba á ta orilla<br />
Ccnesurclh. El vidü duas <strong>de</strong>l lago <strong>de</strong> Genesaretli. Vi('i,<br />
naves stanles secus stag- pues , allí dos barcas paradas;<br />
w»)» pxmiiorcs uniem hablan salido <strong>de</strong> ellas los pes<strong>de</strong>smi<strong>de</strong>rant,<br />
ti lav^banl cadores y oslaban lavando sus<br />
relia. Ascendcus aulem in re<strong>de</strong>s, llaliiendo enliado en<br />
unam navm,qu(e eral Si- lina <strong>de</strong> las barcas , que era la<br />
monis, rogavil eum a ter- <strong>de</strong> Simón , Ic rogó que se aloro<br />
reducere pméBwii El jase un poco <strong>de</strong> la ribera ; y<br />
se<strong>de</strong>ns, docebal <strong>de</strong> navicu- balúéndosc sentado, inslruia<br />
la Ivrlm. Ul íK^i íl au- al pueblo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />
tem loqui, dixil ad Simo- barca. Luego que hubo acanem:<br />
¡)uc in alinm, ella- hado su discurso , dijo á Sixale<br />
relia veslra in caplu- mon: Llévanos á alta mar, y<br />
ram. El respon<strong>de</strong>ns Si- echa lus re<strong>de</strong>s para pescar,<br />
ttioji, dixit illi : Pmcep- Señor, 1c respondió Simón,<br />
tor, per lolam noclem la- toda la noche nos hemos faliborantes,<br />
mkU cepimus : gado y nada hemos cogido;<br />
tu verbo aulcm Uto laxa- pero pues vos me lo mandáis<br />
ho relé. El cumhor fecis- echaré la red. Y habiéndolo<br />
sent, eonchiHeruní piseium hecho así, cogieron lan gran<br />
mulliludinem copiosam : cantidad <strong>de</strong> peces, que se les<br />
nmpcbalur avlem rete rompia la red. Kiiloáces hiciecorun».<br />
Et annuerunl so- ron sehas á sus compañeros,<br />
ciis, fpá eranl in alia na- que estaban en la otra barca,<br />
vi,.ui venirení,el adjuva- para que viniesen á ayudarrení<br />
eos. El vencruni, el jes. Vinieron en efecto j y se<br />
imptevernnl ambas navi- llenaron las dos barcas <strong>de</strong><br />
cillas, itn ut pene merge- . suerte que cuasi se iban á fonrenlur.<br />
Quod cum vi<strong>de</strong>rcl do. Viendo esto Simón Pedro<br />
Simón Pelrus, proridil ad dijo á Jesús: Apartaos <strong>de</strong> mí,<br />
genua Jcsu, dicens : Exi a Señor, porque soy un pecame<br />
, quia homo peccalor dor: á vista <strong>de</strong> la pesca que<br />
si'm, Domine. Stuporcniin acababan <strong>de</strong> hacer, tanto él<br />
ñrnnndcdcnil eum, el om- como los que oslaban con él se<br />
nes qui cura illo crant, in hablan asombrado eslraordicuplura<br />
piacivm , quam nanamente , igualmente que<br />
ceperanl. S'militer aulem Santiago y Juan, hijos <strong>de</strong>l Ze-<br />
Jaeobum et Joannem, (i- be<strong>de</strong>o , (pie eran compañeros<br />
Uos Zebedaú, qui eran socii <strong>de</strong> Simón. Jesús entonces dijo<br />
simouis. EtaitadSmo- á Simón: No temas, <strong>de</strong> hoy<br />
nem Jesús : Noli limere : en a<strong>de</strong>lante la pesca que haex<br />
hoc jam homines cris rás será <strong>de</strong> hombres. Y hacapiens.<br />
Et snbducüs ad hiendo echado las barcas á<br />
TOMO IV.<br />
terram navibus, reliciis<br />
omnibus secuti sunl eum.<br />
Í73<br />
tierra lo <strong>de</strong>jaron todo, y le s¡-<br />
guieron.<br />
MEDITACION.<br />
De la renuncia que <strong>de</strong>bemos hacer <strong>de</strong> todo lo que mas amamos<br />
por amor <strong>de</strong> Jesucristo.<br />
PL'STO PHIMERO. — Consi<strong>de</strong>ra que el Evangelio no anuncia<br />
mas que la humildad, la morlificacion y la penitencia,<br />
ni predica en todas partes otra cosa que la renuncia á las<br />
mas dulces aficiones <strong>de</strong>l mundo, hasta <strong>de</strong>cirnos que si no<br />
nos aborrecemos á nosotros mismos, no seremos jamás<br />
discípulos <strong>de</strong> Jesucristo. ¿Quénos parece?conforme á este<br />
plan ¿tiene Jesucristo el dia <strong>de</strong> hoy muchos discípulos?<br />
¿Quécosa mas loable, ni mas justa, que el amar á sus<br />
prójimos? Dios hasta nos ha impuesto un preceplo <strong>de</strong> ello;<br />
sin embargo, cuando se líala <strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> Dios, es<br />
renunciar á él el no renunciar al amor <strong>de</strong> la carne y da<br />
la sangre, el no aborrecerse á sí mismo. Si alguno viene á<br />
mí (esta espresion compren<strong>de</strong> lodos los estados y (odas las<br />
condiciones <strong>de</strong> las personas cristianas), si alguno viene á<br />
mí sin aborrecerá su padre, á su madre, ele, sin aborrecer<br />
á su propia persona, no pue<strong>de</strong> ser mi discípulo. No<br />
hay nada mas positivo, nada mas claro. Esle oráculo no<br />
tiene necesidad <strong>de</strong> esplicacion; ¿pero es muy <strong>de</strong> mieslro<br />
guslocstamoral?¿está muy en uso en el dia <strong>de</strong> hoy?<br />
¿Ce<strong>de</strong>n siempre los iníereses <strong>de</strong> familia á los <strong>de</strong>beres<br />
déla religión? ¿No se escucha jamás la carne y la sangro<br />
en perjuicio <strong>de</strong> la conciencia? En los negocios, en los placeres,<br />
en los proyectos <strong>de</strong> eslablccimienlo y <strong>de</strong> fortuna,<br />
¿es Dios solo á quien se consulla, es él solo á quien se escucha?<br />
¿ninguna otra cosa entra eu concurrencia con él?<br />
Cierlamenle que Dios merece bien poco, si no merece lodo<br />
nuestro corazón. ¿Y qué impiedad no es colocar el arca<br />
con el ídolo <strong>de</strong> Dagon en el mismo templo? \ Dios miot<br />
¡qué mal concuerdan nuestras costumbres con nuestra<br />
creencia! Nosotros creemos á vuestras palabras, y nada<br />
hacemos <strong>de</strong> lo que ellas significan. Nuestras obras <strong>de</strong>smienten<br />
visiblemente nuestra fé.<br />
No permitáis, Salvador mió, que esta confesión solo sirva<br />
para hacerme todavía mas criminal. Vos me asegurai - que<br />
<strong>de</strong>bo aborrecerme si quiero ser discípulo vuestro. Sí, quiero<br />
serlo, yquiero que mi conducta do hoy en a<strong>de</strong>lante sea<br />
una prueba <strong>de</strong> mi sincera voluntad,<br />
PIÍXTO SEGUNDO.— Consi<strong>de</strong>ra cuán grosero y pernicioso<br />
seria el error <strong>de</strong> aquella persona, que oyendo estas pala-r<br />
bras<strong>de</strong> Jesucristo: «Si alguno viene á mí, y no aborrece<br />
ásu padre y á su madre, etc., y aun á su propia persona,<br />
no pue<strong>de</strong> ser mi discípulo,» se persuadiese que seria verda<strong>de</strong>ro<br />
discípulo <strong>de</strong> Jesucristo, sin tener esle odio evangélico,<br />
amándose únicamente á si mismo, y no pensando<br />
mas que en su ambición, su placer y sus propios intereses.<br />
Prescindamos por un momento <strong>de</strong> nuestras antiguas<br />
preocupaciones. No hagamos caso <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong><br />
nuestro amor propio: ¿hacemos por ventura otra cosa?<br />
¿Queremos acaso otra cosa que lo mismo que con<strong>de</strong>namos?<br />
¡Ah! estamos <strong>de</strong> tal modo llenos <strong>de</strong> nosotros mismos,<br />
'an esclavos <strong>de</strong> nosotros mismos, que somos, por <strong>de</strong>cirlo<br />
así, nuestro ídolo, á quien ofrecemos sin cesar algún sacrificio,<br />
á quien hacemos votos, á quien sacrificamos nuestra<br />
propia salud, sacrificando hasta los intereses <strong>de</strong> Dios.<br />
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