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DESPUES DE L\ ASCENSION. 415<br />
qnefios dtífoclos; inlerpi útansc en mala parle las mejores<br />
acciones; so nos acusa do orgullo y <strong>de</strong> singularidad, inmedialamente<br />
que se advierte que somos mas regulares,<br />
mas reservados, mas virtuosos que los <strong>de</strong>más. ¿ Ks uno<br />
observador fervoroso <strong>de</strong> la ley, tiene un fondo sólido <strong>de</strong><br />
piedad, es verda<strong>de</strong>ramente <strong>de</strong>clarado siervo <strong>de</strong> Dios?<br />
Todos ic huyen, mírasele como un censor incómodo <strong>de</strong><br />
las irregularida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> otro. Por mas aislado que eslé;-por<br />
mas caritativo, mo<strong>de</strong>sto, humil<strong>de</strong> y piadoso que aparezca;<br />
ia misma virtud qne se reconoce en él, enar<strong>de</strong>ce á los<br />
mas tímidos para que digan mal <strong>de</strong>él. Cada cual conspira<br />
á moiiUicarle ; imagínase que se hace un servicio á Dios,<br />
hartándole <strong>de</strong> sinsabores. ¿Murmurase <strong>de</strong> una persona <strong>de</strong>vota?<br />
Todos lo aplau<strong>de</strong>n. ¿Preséntase en una sociedad <strong>de</strong><br />
don<strong>de</strong> no le permite ausentarse el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> la buena crianza?<br />
Kscandalízanse <strong>de</strong> él. ¿Deslicrraso <strong>de</strong> las partidas <strong>de</strong><br />
diversión qne el Evangelio proscribe, y en don<strong>de</strong> reina el<br />
espiriui <strong>de</strong>l mundo? gradúasele do salvaje y enemigo <strong>de</strong><br />
to.la sociedad. ¡Cosa esírafia! Hasta el aprecioqm; s« hMfl<br />
délos buenos, es muchas voces una ocasión para ellos <strong>de</strong><br />
nuevas pruebas. ¿Ueconóceseen una comunidad una persona<br />
<strong>de</strong> una piedod singular, esto es, mas humil<strong>de</strong>, mas<br />
morliíicada que las oirás, pronta á someterse á todo sin<br />
replica? ya |)Ui'do akm'rsc á todos los <strong>de</strong>sahogos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sprecio.<br />
Si hay ¡ilgo penoso y <strong>de</strong>sagradable, si los imperfeclos<br />
rehusan algim empleo, cargará sobre él. La ¡<strong>de</strong>a<br />
que se tiene <strong>de</strong> su mortilicacion hace que se consi<strong>de</strong>re poco<br />
sn virtud. Tiénonsc consi<strong>de</strong>raciones inlinilas con los<br />
impeiTeclos y los in<strong>de</strong>votos, y Dios permite que apenas<br />
las haya páralos mas viiluosos. A un hombre <strong>de</strong> buena<br />
voluntad se le sobrecarga con frecuencia, mientras que<br />
los que no quieren hacer mas <strong>de</strong> lo que se les antoja están<br />
ociosos, y en su ociosidad criliean á sn placer todo lo<br />
que hacen Jos (pie trabajan. El amor propio pa<strong>de</strong>ce en<br />
una suerte tan <strong>de</strong>sigual; pecóla virtud saca en ello su<br />
partido, y por mas incomoda que sea esta distinción, hace,<br />
no obslanle, honor á la piedad. No hay razón para <strong>de</strong>clarar<br />
contra esta injusticia apárenle. ¿Pue<strong>de</strong> hacérsenos mas<br />
honor en el mundo (pie ponernos al nivel, par <strong>de</strong>cirlo así,<br />
con Jesuurislo? Si el Setlor ha sido tratado <strong>de</strong> eslo modo,<br />
¿tiene <strong>de</strong>recho el siervo para [quejarse <strong>de</strong> que se le trate<br />
como á su Sefior? Toda virtud aplaudida es muy sospechosa,<br />
«<strong>Los</strong> que (piisieren vivir piadosamente en .lesucristo<br />
serán perseguidos.» Ks menesler (pie se verilique este<br />
oráculo. Deberíamos mas bien quejarnos cuando no tuviéramos<br />
parte cu él.<br />
PI^TO SKíaiNDc—Consi<strong>de</strong>ra que si las persecuciones son<br />
amargas, el fruto <strong>de</strong> ellas es muy dulce. Ks un fuego que<br />
purilica, y que consumiendo las horrni as <strong>de</strong>l oro le pone<br />
mas hriüaule. A la verdad, cuesta vencerse en estas ocasiones<br />
y callar. Cien razones, ludas á eual mas plausibles,<br />
se agolpan en apoyo <strong>de</strong>l amor propio, y la vivacidad <strong>de</strong><br />
nueslro espíritu fatiga mas que la malida <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong><br />
otro. Verdad es que muchas veces la mo<strong>de</strong>raeion <strong>de</strong> tos<br />
personas virtuosas hace á los libertinos mas alrevidospara<br />
ci itioary mor<strong>de</strong>r, listas almas cobar<strong>de</strong>s abusan <strong>de</strong> la mansedumbre<br />
y déla paciencia délas personas virtuosas para<br />
satisfacer los <strong>de</strong>seos do sus corazones malvados; con facilidad<br />
se echa <strong>de</strong> ver alguna vez que una respuesta viva,<br />
acompañada <strong>de</strong> un poco <strong>de</strong> hiél, librarla para siempre <strong>de</strong><br />
la persecución; una palabra á punto alerraiia á los imperfectos;<br />
pero esto seria herir la virtud, nudtraUmdo á su<br />
adversario. El silencio mismo parece que agravia á la virtud,<br />
puesto que la hace presa do la murmuración. Toda»<br />
estas razones son plausibles; sin embargo, Dios quiere que<br />
se haga el sacrificio; cuesta mucho el callar, y no es pequeña<br />
victoria el no <strong>de</strong>ferir á todas estas razones. Pero<br />
¡qué <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgracias, buen Dios, son siempre el fruto <strong>de</strong><br />
esta victoria ! Un silencio exacto, una paciencia manejada<br />
entonces con pru<strong>de</strong>ncia sirven maravillosamente á la piedad.<br />
Dejemos á Dios la justificación <strong>de</strong> sus siervos; no se<br />
per<strong>de</strong>rá uno solo <strong>de</strong> sus cabellos. Dios se encarga <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rlos.<br />
¿Quién tenia mas razón y mas interés en justificarse<br />
que Jesucristo? Sin embargo, no dijo una palabra<br />
para ello. ¡Buen Dios! qué bella lección es para mí, y para<br />
todos los qne sufren en vuestro servicio, vuestro silencio<br />
en medio <strong>de</strong>l fuego <strong>de</strong> la mas violenta y la mas injusta <strong>de</strong><br />
las persecuciones! Nos seria fácil confundir á todos nuestros<br />
enemigos; parece aun que seria gloria nuestra el hacer brillar<br />
uueslra inocencia, y aniquilar á todos los que con las<br />
mas negras calumnias se esfuerzan en <strong>de</strong>sacreditarnos.<br />
Pero el Hijo único <strong>de</strong> Dios, el Re<strong>de</strong>ntor <strong>de</strong>l género humano,<br />
el autor <strong>de</strong> una nueva religión tan pura, tan divina,<br />
tan santa, el lley <strong>de</strong>l universo, el Mesías, Jesucristo calla,<br />
Jesucristo sufre sin <strong>de</strong>cir una palabra; y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto,<br />
¿clamaremos coulra la justicia <strong>de</strong> los que nos maltratan?<br />
Este silencio lan instructivo, esta paciencia tan heroica es<br />
la que ha enseñado á callar á tantos santos; ella es la qne<br />
ha movido á pedir á Dios tan <strong>de</strong> corazón por sus perseguidores,<br />
como por los que Ies hacían los servicios mas<br />
importantes. ¿Y cuándo harán impresión en nosotros estos<br />
ejemplos.<br />
Desdo ahora. Señor, estoy ya resuelto á mirar ledas<br />
eslas pequeñas contradicciones como oíros tantos<br />
favores <strong>de</strong> un ¡n ecio inestimable. Haced, 6 Dios mió, que<br />
mis resoluciones sean eüeaees, y que me crea dichoso por<br />
ser tratado como vos lo habéis sido.<br />
JACI LATOIUAS.—Levantaos, Señor, y no <strong>de</strong>jéis que tome<br />
cuerpo la insolencia <strong>de</strong> vuestros enemigos. (Psalm. 9.)<br />
El pobre <strong>de</strong>sahuciado <strong>de</strong> lodo el mundo pone en vos, ó<br />
Dios mió, toda su confianza, y halla en vos una protección<br />
que le in<strong>de</strong>mniza bien <strong>de</strong> todo lo que ha sufrido <strong>de</strong> los<br />
hombres. (Psalm. 0.)<br />
PROPÓSITOS.<br />
1 ¿Habéislomado el parlido <strong>de</strong> servirá Dios sin consi<strong>de</strong>ración<br />
y sin reserva? dice el Eclesiástico, esperad<br />
muchas y crudas pruebas: porque no se espera según se<br />
dobia, por eso se sienten algo mas. Es un error el mirar<br />
las contradicciones, los amargos sinsabores que se hallan<br />
en el camino <strong>de</strong> la perfección como obstáculos pesados que<br />
hacen el camino mas malo, ó á lo menos mas difícil. S( a<br />
espinas que sirven do vallado, y que rechazan lodo lo que<br />
es enemigo y que pue<strong>de</strong> dañar. (Juardaos bien <strong>de</strong> temer<br />
loque pue<strong>de</strong> la virtud, lo que laalimenla, y lo que hace<br />
honor. Mirad esos sinsabores, esas zumbas, esos <strong>de</strong>sprecios<br />
que hacen <strong>de</strong> vosotros los que odian mas vuestra virtud<br />
que vuestra persona; mirad, repito, las pequeñas morliticacioues<br />
que os procuran como kn beneficio insigue que<br />
os hacen, é imponeos una !e\ <strong>de</strong> no quejaros nunca <strong>de</strong> el.<br />
2 Es una cobardía criminal y aun indigna <strong>de</strong> un hombre<br />
<strong>de</strong> bien el omitir el bien y la práctica <strong>de</strong> la virtud,<br />
lemiemlo las burlas <strong>de</strong> los liberiinos y <strong>de</strong> los muiKlanos.<br />
Guardaos bien <strong>de</strong> jusliücaros ó do quejaros. Eslo seria lo