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a qn( el suyo con los colores mas vivos. «Yo soy ellmen<br />
paslor,» dice, y lo prueba <strong>de</strong> una manera que no admite<br />
réplica: el buetípastor ama tanto á sus ovejas, que no solo<br />
las lleva á apacentar á pastos escogidos y abundantes; no<br />
solo vela incesantemente sobre el rebaño, temiendo que<br />
alguna oveja no salga <strong>de</strong> ellos, ó que entre algún lobo; no<br />
solo evita que se eslravien cuando van al campo, sino que,<br />
si una sola se estravia, <strong>de</strong>ja el rebaño para ir á buscar á<br />
la que se ha perdido, y habiéndola encontrado, la carga<br />
sobre sus espaldas y la vuelve á traer al aprisco. Estién<strong>de</strong>so<br />
todavía á mas, dice, la solicitud y la ternura <strong>de</strong>l buen<br />
Pastor, porque da su vida por sus ovejas: juzguemos si<br />
escaseará sus cuidados y sus penas; mientras que el mercenario,<br />
el que no es el pastor, al que no pertenecen las<br />
ovejas, viendo venir e! lobo huye y abandona á la rabia<br />
<strong>de</strong>l lobo las ovejas que <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r: huye, aíia<strong>de</strong> el<br />
Señor, porque es mercenario, y no mira mas que su persona<br />
y su propio interés, y <strong>de</strong> ningún modo el <strong>de</strong> sus<br />
ovejas. *"<br />
¡ Qué lecciones tan importantes en esta sencilla alegoría!<br />
Jesucristo se pinta en ella á sí mismo; pero no nos da un<br />
retrato raénos semejante do los falsos doctores y <strong>de</strong> los<br />
malos pastores. El buen pastor da su vida por sus ovejas,<br />
se espone á lodos los peligros por salvar á su rebauo, sufre<br />
las incomodida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las estaciones, nada le importa el<br />
hambre y la sed con tal que paste su rebaño. Jesucristo<br />
ha llevado mas léjos su solicitud: no contento con sacrificar<br />
su reposo, su gloria misma, se ha ofrecido en la cruz<br />
como una víctima á su Padre, para rescatar con su sangre<br />
y con el sacrilicio <strong>de</strong> su vida unas ovejas que habiéndose<br />
estraviado estaban h merced <strong>de</strong>l lobo, bajo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>monio. Este divino Paslor, dice san Gregorio, nada satisfecho<br />
con haber dado su vida por su rebaño, quiere<br />
todavía alimentar y saciar con su propia carne las ovejas<br />
que ha rescatado, y nada omite para su salvación. Tal es<br />
el irlrato y el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro pastor, muy diferente<br />
do el <strong>de</strong>l mercenario y <strong>de</strong>l ladrón. Este, dice íésucristo,<br />
no salla el vallado sino para robar, <strong>de</strong>gollar y hacer estrago<br />
; el mercenario no usa <strong>de</strong> maneras tan violentas, pero<br />
no daña menos al ganado. Gomo no busca mas que su<br />
propio interés, como no escucha mas que su pasión, ni<br />
lleva otra mira que lo que le acomoda, le da muy poro<br />
cuidado <strong>de</strong>l rebaño, ¿ Quién no ve en el retrato que bace<br />
el Salvador <strong>de</strong>l ladrón que entra con <strong>de</strong>streza en el coto, y<br />
el mercenario que sacrifica su rebaño á sus propios intereses,<br />
el carácter bien marcado <strong>de</strong>l hereje, <strong>de</strong> Jos falsos<br />
doctores y <strong>de</strong> los directores mercenarios? Acaso tienen<br />
bastantes luces para ver <strong>de</strong> tiempo en tiempo que el camino<br />
por don<strong>de</strong> conducen las ovejas no es seguro, y que<br />
los pastos en don<strong>de</strong> las apacientan están emponzoñados.<br />
Nadales importa con tai que allí satisfagan sus intereses;<br />
les mueve muy poco la pérdida <strong>de</strong> las almas. En la calma<br />
<strong>de</strong> la Iglesia, continúa san Gregorio, algunas veces parece<br />
que vela el pastor mercenario en guarda <strong>de</strong> las ovejas, lo<br />
mismo que el verda<strong>de</strong>ro pastor; pero si so presenta el lobo,<br />
luego se conoce el espíriíu con que el uno y el otro guardaba<br />
su ganado. Cuando el lobo arrebata y dispersa las<br />
«vejas, estoes, cuando las almas perecen por haberse salido<br />
<strong>de</strong>l redil, ¿se ve en el pastor mercenario un gran zelo<br />
l»;»ra hacerlas entrar otra vez? Siendo tal vez él ei primer<br />
estraviado, y no buscando otra cosa que las ventajas<br />
esleriores, mira con indifereacia los males iulcriorcs que<br />
DESPUES DE PASCUA. 373<br />
pa<strong>de</strong>ce e! rebaño. «Yo, aña<strong>de</strong> el Salvador, yo soy el buen<br />
pastor, yo conozco mis ovejas, y mis ovejas me conocen.»<br />
Después <strong>de</strong> haber sabido, hermanos mios muy amados,<br />
contimía el mismo san Gregorio, el peligro que corremos<br />
nosotros los pastores, reconoced también por las mismas<br />
palabras <strong>de</strong> Jesucristo, cuál es al que vosotros estáis espuestos.<br />
Mirad si sois verda<strong>de</strong>ramente <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> sus<br />
ovejas; mirad si os babeis salido <strong>de</strong> su redil; mirad si te<br />
conocéis bien con un conocimiento práctico ; quiero <strong>de</strong>cir,<br />
por el amor y por la práctica do las buenas obras y nó por<br />
una simple y estéril creencia.<br />
Tengo todavía otras ovejas , dice el Salvador, que no<br />
son <strong>de</strong> este rodil, al cual es preciso que yo las traiga; ellas<br />
oirán mi voz, y no habrá mas que un aprisco y un pastor.<br />
Todo el universo ha visto el cumplimiento <strong>de</strong> esta profecía.<br />
Las otras ovejas son los gentiles, las cuales no eran<br />
<strong>de</strong>l aprisco do los judíos , que eran á quienes hablaba .Iésucristo.<br />
<strong>Los</strong> gentiles convertidos á la fé no han formado<br />
mas que un mismo rebaño con los judíos que han reconocico<br />
á su Mesías. Obra solo <strong>de</strong> una religión toda divina era<br />
el romper el muro <strong>de</strong> división que separaba á estos dos<br />
pueblos. Jesucristo, soberano pastor <strong>de</strong> las almas, no<br />
tiene mas que un solo rebaño, un solo aprisco, y no pue<strong>de</strong><br />
tener dos. Desgraciadas las ovejas que se separen <strong>de</strong><br />
esté rebaño, que <strong>de</strong>jen este aprisco; siempre son presa ó<br />
<strong>de</strong> algún mercenario ó <strong>de</strong>l lobo.<br />
Con ocasión <strong>de</strong> este Evangelio los obispos que son los<br />
verda<strong>de</strong>ros pastores <strong>de</strong> sus diocesanos, establecidos por<br />
Jesucristo sobre su rebaño, esto es , sobre los fieles, convocan<br />
su sínodo en cada un año en esta semana, que se<br />
llama la semana <strong>de</strong>l Buen Pastor. Este sínodo es una convocatoria<br />
que hace el obispo <strong>de</strong> todos los curas <strong>de</strong> su diócesis,<br />
para formar algunos reglamentos, hacer algunas<br />
correcciones, y para conservar la pureza délas costumbres<br />
en su diócesis. Hacíanse en otros tiempos dos veces<br />
al año; á saber, esta semana y en las calendas <strong>de</strong> noviembre,<br />
esto es, cerca <strong>de</strong> seis en seis meses.<br />
líWinlilgtc, jacontem mundtm<br />
crexisli: fi<strong>de</strong>libus luis<br />
perpetuam conce<strong>de</strong> Iwlitiam;<br />
ul, quos perpetuce<br />
mortis cripuisli casibus,<br />
gaudiis [acias perfruiscm-<br />
La oración <strong>de</strong> la misa dcesle dia es como sigue e<br />
Deus. qui in Filii luí O Dios, que por la prodigiosa<br />
humildad <strong>de</strong> vuestro Hijo<br />
habéis levanlado al mundo caído,<br />
<strong>de</strong>rramad en el alma da<br />
vuestros fieles una alegría pura<br />
, constante y perpetua, á fin<br />
<strong>de</strong> que aquellos á quienes hapiicrnis.<br />
Pereum<strong>de</strong>m Do- beis librado <strong>de</strong> caer en la <strong>de</strong>smimm<br />
noslrum... gracia eterna, gocen mediante<br />
vuestra gracia <strong>de</strong> la felicidad<br />
perdurable. Por el mismo<br />
Jesucristo Señor nuestro, ele.<br />
La Epislola eslá tomada <strong>de</strong>l capitulo 4 <strong>de</strong> la primera cartxi,<br />
<strong>de</strong>l apóstol san Pedro,<br />
Charissimi : Christus Ucrmanos mios muy amapassus<br />
esl pro nobis^vo- dos: Cristo ha pa<strong>de</strong>cido por<br />
his relinquens ewemplum, nosotros , <strong>de</strong>jándoos ejemplo<br />
ni sequaminivestifiiaejus. para que sigáis sus huellas. El<br />
Qui peccalum non fecit, que no ha cometido pecado, y<br />
nec inventas esl dolus in cu cuya boca no se ha enconort!<br />
ejus : qui cum maledi- conlrado nada falso; que cuanccretur,<br />
non maleáicebal i do se le mal<strong>de</strong>cía, no corres-