Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

27.08.2017 Views

oprobios, irrisiones, flagelación cruel, crucifixión tan ignoininiosa como dolorosa; que era necesario, en fm, que muriese en la cruz, que fuese encerrado en el sepulcro, y que al tercer dia resucitase. lié aquí, les dijo, las condiciones con que Dios mi Padre quería que yo entrase en mi propia gloria: no debia yo sorel Salvador de,losbomrí bres, sino mediante mis tormentos y mi muerte; y por mi gloriosa resurrección he triunfado de todo el infierno y de la muerte misma, y he abierto el cielo á los misinos hombres para quienes estaba cerrado por el pecado que yo be espiado. Esto es lo que yo quiero que vayáis á predicar á todas las naciones del mundo, exhortándolas á la peniterv» cia, y prometiéndolas de mi parte, y en mi nombre la remisión de sus pecados. Quiere el Salvador que siis após^ toles prediquen á lodos los hombres la remisión de los pecados; pero al mismo tiempo la penitencia, porque no hay pecado que se perdone sin una penitencia sincera; sin. penitencia no hay remisión de los pecados. La oración de ¡a misa de esle dia es como sigue Deus, ^tti Ecclesiam luam novo semper foelu wuliiplkas: emeede [amu- Us luis i MÍ sacramentum vivendo letieant, quod fide preceperunt. I'er Domimm... O Dios , que renováis sin; cesar vuestra Iglesia por los nuevos hijos que le dais : digr naos hacer que vuestros siervos conserven mediante una vida verdaderamente cristiana la gracia del bautismo que han recibido por la fé. Pov nuestro Señor Jesucristo , etc. lo Epístola de este dia es tomada del libro de los . ¡lechos de los Apóstoles^ cap. 13. hx dichas illis : Surgens En aquellos días, levanlán- Paulus, el manusilenlium dose Pablo c indicando con la indicens, ait: Yirifratrcs, mano que guardasen silencio, ¡ilii gencris Ahraham, el qui in volñs timent Deum, vohis verbum saluús laijus missum cst. Qui enim dijo : Hermanos mios , hijos de la estirpe de Abraham, á vosotros y á los que temen á Dios entre vosotros es á quienes se dirige esta palabra de hnhilabant Jcrusalem, et principes ejus ignorantes salud. Porque los que habitaban Jesum, et voces prophclarum, qum per omne sabbatumlegnnim\jiidicanles implivermu : el nutlam causam monis invenieníes in eo, pelierunt a Pilalo, ut Ínterfcercnl eum. Cumqvte. consummassenl om~ Müt, quee de eo scripta want, deponcnles eum de en Jerusalea. y sus prin­ cipales cabezas no reconociendo á Jesús han dado cumplimiento, condenándole, á los vaticinios de los profetas, que soleen todos los sábados, y sin hallar en él cosa alguna que mereciese la muerte, pidieron á Pilalo que le quitase la vida ; y después que hubieron ejecutado Hgm, posiicrunt eum in enteramente lodo lo '"lonumenlo. Deus vero que habia sido escrito de él, susdtavü mm a morluis fué quilado de la cruzy puesto en el sepulcro. Pero Dios le tenia áie : qid visas esl íJcr dies mullos fctj$ qui simul ascenderani cum eo de Galilaiain Jcrusalem : resucitó al tercero dia, y apareció por espacio de muchos dias á los que le hablan seguido de Galilea á Jerusalen, los qniusque mne sunt (estes ad plebem. El nos eualcs hasta ahora dan testimonio vobis annunt\amus. eum, de. ól al pueblo. Os qua¡ ad paires nostvos re- anunciamos, pues, que la pro- DE PASCUA. mm promissio facía esl: qm- mesa hecha á nuestros paniam hanc Deus adimple- dres, nos la ha cumplido Dios vil ¡iliis nostris, resusci- á nosotros que somos sus hiíaws Jesvm Chrislwn Do- jos, resucitando á Jesucristo nimm nostnm, muestro Señor. San .Lucas rujs representa en los Hechos de los Apóstoles el cumpUmieiilo de muchas cosas que habia prediebo el Hijo de Dios, la descensión del Espíritu Santo, la mutación prodigiosa que ha obrado en el entendimiento y en d corazón de los apóstoles, y en partieular el leslimonio que ellos kan dado de su resurrección. REFLEXIONES. «Los que habitaban en Jerusalen, y sus principales cabezas, no reconociendo á Jesús han dado cumplimiento, condenándole, á los vaticinios de los profetas.» Losjndlos entregan á Jesus a la muerte á fin de hacerle pasar por un. seductor; han recurrido á los gentiles para hacer su muerte mas ignominiosa, y á él mas criminal á los ojos de lo* pueblos; loman las precauciones mas seguras y las inas; estudiadas para impedir que sus discípulos pudiesen robarle del sepulcro; cierran la entrada con una piedra süficienlo por sí sola para hacer cuasi imposible esto robo; ponen en ella el sello público, y cokean al rededor del sepulcro un cuerpo do guardia. No era necesario tanto para alejarde él á un puñado de pescadores, que muy léjos do pensar no solamente en acercarse al sepulcro, ni aun se atrevian á comparecer en público. Y el mismo suplicio que es el cumplimiento de las profecías, le da á conocer por el Mesías;, y todas estas medidas tomadas con la precaución mas sutil vienen á servir de prueba la nias conviceute de su resurrección, y los soldados tan-vigilantes son los primeros predicadores y los heraldos de su Iriunfo. ¡Vanos proyectos de los hombres, ellos no son otra cosa que locura y flaqueza cuando se forman contra vos, ó Dio» mió! Los príncipes de los sacerdotes, losdoctores de ialeyv los oráculos-del ccncilio, los gefes del pueblo, ¿podian lomar medidas mas propias para impedir, para prevenir lodo lo que podía favorecer la creencia de la resurrección dcISalvador? ¿Qué previsión mas-sabia, qué? precauciones mas eficaces contra la artimaña, contra la astucia, contra los artificios? pero ¿qué puede (oda la prudencia mundana contra los designios de la Providencia y déla sabiduría do Dios? Todo eslo sirve maravülosamenlc para probar ¡n-- venciblemente y para publicar umversalmente la verdad > de osle misterio. Sabiduría humana, ¿cuándo dejarás deengañar? y nosotros ¿cuándo dejaremos de ser los juguestes de las ilusiones de nuestro entendimiento y de nuestras escasas luces? ¿Sobre qué giran lodos esos ambiciosos designios, lodos esos vastos y pomposos planes de fortuna? consultemos esos sueños profundos, esas meditaciones estenuanles, ese estudio continuo y sombrío de un hombre que quiere adelantarse, de una persoaa que quiere hacer fortuna. Recorramos lodos los estados, en el campo como en la corle, entre los grandes como entre el pueblo: sabiduría humana, propia industria, apoyo de los hombres, favor, habilidad, estos son los ídolos á quienes so consulta, y en quien se pone toda su confianza; perocon el Señor no se cuenta para nada. Esas gentes de negocios embarcadas en un mar lleno de escollos y célebre en naufragios, ¿consultan mucho al Señor ántes de entrarse á alta mar? todas esas pereonas que se forjan lautos sisle^

MARTES mas de engrandeciinienío y do fortuna, ¿se dirigen á Dios en lodas sus ambiciosas cmpi esas? ¡Ali! no se piensa en eslo, porque se cuenta poco con sus auxilios y con su protección. Póncnsc en movimionlo todos los medios humanos, y se deja á los devotos el procurar los divinos, con los cuales cuentan. Que los paganos se apoyen no mas que en su prudencia, no es de eslrañar, ellos tienen por divinidad á la fortuna; pero que los cristianos observen ia misma conducta ¿no es preciso clamar impiedad, irreligión? Y después de esto ¿se estrañan tan estraordinarias revoluciones como suceden? Estrañemos todavía masías que no suceden; en la otra vida es en donde Dios se reserva el castigo. El Evangelio es del de san Lucas del cap. 1h. hx illa tempore i Stelit En aquel tiempo apareció Jesús in medio discípulo- Jesús en medio de sus discírum smrum, el dicit eis: pulos, y les dijo : La paz sea Vax vobis : ego sum , no- con vosotros : yo soy : no (Ülitc timere. Conlurhaii ve- mais. Pero en medio de la ro, el cmtervüi, existima- turbación y del espanto en que ¿aní se spirilum videre. estaban , creian ellos que no Et dixil eis : Quid íurbali veían mas que un espíritu. estiSy et cogilationes as- Díjoles : ¿Qué motivo tenéis cendunt in corda veslra? para estar tan atribulados? ¿y Videte mams meas el pe- por qué os apuráis con esos des, quia cejo ipse sum : pensamientos que tenéis? Mipalpate, el videle : quia rad mis manos y mis piés; yo spirilus carnem, el ossa soy, tocad y ved. Un espíritu non ftaíiet, siml me videlis no tienecarne ni huesos, como habere. Et cum hoc dixk- veis que yo tengo; y habiendo sel, oslendit eis manus el dicho esto, les mostró sus mapedes. Ádhuc aulem illis nos y sus piés. Tan grande era non credenlibus, el miran- el gozo que tenian que todavía tibus pm gaudio, dixil : no se determinaban á creer, y IJubelis hic aliquid, quod estaban lodos como asombramanduceim'? At illi obiu- dos. Dijoles , pues : ¿ Tenéis lerunt eiparíem pi$cis as- alguna cosa que comer? Presi,elfavummellis.Etcim sentáronle parte de un pez manducassel coram eis, asado y un panal de miel, y sumens reliquias , dedil habiendo comido delante de eis. El dixil ad eos -.líocc ellos, lomó lo que quedaba, y sunt verba, qúm loculus se lo dió; después les dijo : SMÍÍÍ ad vos, cum adhuc Eslo es lo que y o os decía cuanessemvobiscum, quoniam do estaba aun con vosotros, necesse esl implcri omnia, que era necesario que secumquoe scripla sunt in lege pliese lodo lo que ha sido es- Moysi, el Prophetis, et crílo de mí en la ley de Jlui- Psalnm. de me. Tune ape~ sós, en ios profetas y en lós ruit illissensum, ulinlel- salmos. Abriólos entonces el ligerenl Scripluras, Etdi- entendimiento para que compiléis: Quoniam sieserip- prendiesen las Escrituras, y ium est, et sic oporlebat Jes dijo : Así está escrito, que Chri'slumpali, et resurge- era necesario que el Cristo re a morluis lerúa die, et padeciese de este modo , que prcedicari in nomine ejus resucitase al tercero día, y pamilenliam, el remissio- que se predicase en su nomnem peccalorvM in omnes bre la penitencia y la remisión gentes, de Jos pecados á todos los pueblos. MEDITACION. De las señales de la verdadera resurrección espirilual PCNTO PIUMERO.-—Considera que las señales seguras de la verdadera resurrección espiritual son, por decirlo así, los efectos déla resurrección. La resurrección de Jesucristo á la vida gloriosa es el modelo de nuestra resurrección á la nueva vida de la gracia. La resurrección de Jesucristo comprende dos cosas: una mulacion de estado, y la constancia en este estado. Nuestra resurrección á la nueva vida debe también incluir particularmente una mutación de estado; por esto nos dice san Pablo que para participar de la resurrección de Jesucristo, es preciso, como él, caminar en una nueva vida, revistiéndonos del hombre nuevo. ¿De qué sirve llorar, gemir, acusar ios pecados, humillarse por la penitencia, si no se muda de vida? Llantos inútiles, vanos gemidos, confesión infructuosa, sacrilega, si no se sale del estado de pecado. Ni aun basta el mudar de estado; la resurrección á la nueva vida debe incluir la constancia en este estado, la perseverancia. Habiendo resucitado Jesucristo ya no muere. Del mismo modo, si hemos resucitado verdaderamente á la gracia, no debemos ya morir por el pecado, sino que á ejemplo de la resurrección del Salvador, la nuestra debe ser acompañada de la vida en la gracia. Si hemos resucitado verdaderamente á la nueva vida, no debemos ya vivir sino para Dios y en la gracia y amistad de Dios. La Escritura hace mención de tres géneros de resurrecciones: la primera es la de Samuel, el cual por un encantamiento pareció presentarse resucitado á Saúl. Era fácil engañarse, y efectivamente se engañó; y el que veiay creia quecra Samuel, halló poco después que no era en la realidad mas que un fantasma. Tal es la pretendida resurrección de un gran número de pecadores que al parecer han resucitado en estas fiestas, porque parece que han detestadosus pecados; pero esta aparente resurrección desaparece con las ceremonias de la fiesta. La segunda fué la resurrección de Lázaro. Era, en efecto, verdadera; pero era imperfecta puesto que Lázaro no había resucitado verdaderamentesino para morir, y tal es la resurrección de innumerables gentes, que habiendo resucitado verdaderaraenteá lagracia en estas fiestas de Pascua por una sincera penitencia, no perseveran y recaen en el pecado, al cual habían renunciado. En fin, la tercera especie de resurrección es la de Jesucristo, única verdadera y perfecta, y que únicamente debe ser el modelo de la nuestra, si queremos que lo sea, puesto que Jesucristo es el único que ha resucitado verdaderamente para no volverá morir. ]Cuán lamentable es el hacer grandes gastos, y no sacar de ellos utilidad alguna! Consideremos á cuál de estos tres géneros de resurrecciones es semejante la nuestra. Muchas confesiones en la Pascua; pero ¿hay muchas conversiones? ¡Buen Dios! ¡qué de resurrecciones aparentes! jquéde resurrecciones imperfectas! ¡Cuan pocas verdaderas y perfectas resurrecciones! Juzguemos por los efectos, que son la pruelja de ellas. PUNTO SEGUNDO.—Considera que no basta haber resucitado verdaderamente á una nueva vida por la gracia; es preciso valerse de todos los medios para conservar esta nueva vida, y precaver y evitar todo lo que pueda hacer que se pierda ó se debilite. Una de las causas ordinarias

oprobios, irrisiones, flagelación cruel, crucifixión tan ignoininiosa<br />

como dolorosa; que era necesario, en fm, que<br />

muriese en la cruz, que fuese encerrado en el sepulcro, y<br />

que al tercer dia resucitase. lié aquí, les dijo, las condiciones<br />

con que Dios mi Padre quería que yo entrase en<br />

mi propia gloria: no <strong>de</strong>bia yo sorel Salvador <strong>de</strong>,losbomrí<br />

bres, sino mediante mis tormentos y mi muerte; y por mi<br />

gloriosa resurrección he triunfado <strong>de</strong> todo el infierno y <strong>de</strong><br />

la muerte misma, y he abierto el cielo á los misinos hombres<br />

para quienes estaba cerrado por el pecado que yo be<br />

espiado. Esto es lo que yo quiero que vayáis á predicar á<br />

todas las naciones <strong>de</strong>l mundo, exhortándolas á la peniterv»<br />

cia, y prometiéndolas <strong>de</strong> mi parte, y en mi nombre la remisión<br />

<strong>de</strong> sus pecados. Quiere el Salvador que siis após^<br />

toles prediquen á lodos los hombres la remisión <strong>de</strong> los<br />

pecados; pero al mismo tiempo la penitencia, porque no<br />

hay pecado que se perdone sin una penitencia sincera; sin.<br />

penitencia no hay remisión <strong>de</strong> los pecados.<br />

La oración <strong>de</strong> ¡a misa <strong>de</strong> esle dia es como sigue<br />

Deus, ^tti Ecclesiam<br />

luam novo semper foelu<br />

wuliiplkas: emee<strong>de</strong> [amu-<br />

Us luis i MÍ sacramentum<br />

vivendo letieant, quod fi<strong>de</strong><br />

preceperunt. I'er Domimm...<br />

O Dios , que renováis sin;<br />

cesar vuestra Iglesia por los<br />

nuevos hijos que le dais : digr<br />

naos hacer que vuestros siervos<br />

conserven mediante una<br />

vida verda<strong>de</strong>ramente cristiana<br />

la gracia <strong>de</strong>l bautismo que han<br />

recibido por la fé. Pov nuestro<br />

Señor Jesucristo , etc.<br />

lo Epístola <strong>de</strong> este dia es tomada <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> los . ¡lechos<br />

<strong>de</strong> los Apóstoles^ cap. 13.<br />

hx dichas illis : Surgens En aquellos días, levanlán-<br />

Paulus, el manusilenlium dose Pablo c indicando con la<br />

indicens, ait: Yirifratrcs, mano que guardasen silencio,<br />

¡ilii gencris Ahraham, el<br />

qui in volñs timent Deum,<br />

vohis verbum saluús laijus<br />

missum cst. Qui enim<br />

dijo : Hermanos mios , hijos<br />

<strong>de</strong> la estirpe <strong>de</strong> Abraham, á<br />

vosotros y á los que temen á<br />

Dios entre vosotros es á quienes<br />

se dirige esta palabra <strong>de</strong><br />

hnhilabant Jcrusalem, et<br />

principes ejus ignorantes salud. Porque los que habitaban<br />

Jesum, et voces prophclarum,<br />

qum per omne sabbatumlegnnim\jiidicanles<br />

implivermu : el nutlam<br />

causam monis invenieníes<br />

in eo, pelierunt a Pilalo,<br />

ut Ínterfcercnl eum. Cumqvte.<br />

consummassenl om~<br />

Müt, quee <strong>de</strong> eo scripta<br />

want, <strong>de</strong>poncnles eum <strong>de</strong><br />

en Jerusalea. y sus prin­<br />

cipales cabezas no reconociendo<br />

á Jesús han dado cumplimiento,<br />

con<strong>de</strong>nándole, á los<br />

vaticinios <strong>de</strong> los profetas, que<br />

soleen todos los sábados, y sin<br />

hallar en él cosa alguna que<br />

mereciese la muerte, pidieron<br />

á Pilalo que le quitase la vida ;<br />

y <strong>de</strong>spués que hubieron ejecutado<br />

Hgm, posiicrunt eum in<br />

enteramente lodo lo<br />

'"lonumenlo. Deus vero que habia sido escrito <strong>de</strong> él,<br />

susdtavü mm a morluis fué quilado <strong>de</strong> la cruzy puesto<br />

en el sepulcro. Pero Dios le<br />

tenia áie : qid visas esl<br />

íJcr dies mullos fctj$ qui<br />

simul ascen<strong>de</strong>rani cum eo<br />

<strong>de</strong> Galilaiain Jcrusalem :<br />

resucitó al tercero dia, y apareció<br />

por espacio <strong>de</strong> muchos<br />

dias á los que le hablan seguido<br />

<strong>de</strong> Galilea á Jerusalen, los<br />

qniusque mne sunt (estes<br />

ad plebem. El nos<br />

eualcs hasta ahora dan testimonio<br />

vobis annunt\amus. eum,<br />

<strong>de</strong>. ól al pueblo. Os<br />

qua¡ ad paires nostvos re- anunciamos, pues, que la pro-<br />

DE PASCUA.<br />

mm<br />

promissio facía esl: qm- mesa hecha á nuestros paniam<br />

hanc Deus adimple- dres, nos la ha cumplido Dios<br />

vil ¡iliis nostris, resusci- á nosotros que somos sus hiíaws<br />

Jesvm Chrislwn Do- jos, resucitando á Jesucristo<br />

nimm nostnm,<br />

muestro Señor.<br />

San .Lucas rujs representa en los Hechos <strong>de</strong> los Apóstoles<br />

el cumpUmieiilo <strong>de</strong> muchas cosas que habia prediebo<br />

el Hijo <strong>de</strong> Dios, la <strong>de</strong>scensión <strong>de</strong>l Espíritu Santo, la mutación<br />

prodigiosa que ha obrado en el entendimiento y en d<br />

corazón <strong>de</strong> los apóstoles, y en partieular el leslimonio que<br />

ellos kan dado <strong>de</strong> su resurrección.<br />

REFLEXIONES.<br />

«<strong>Los</strong> que habitaban en Jerusalen, y sus principales cabezas,<br />

no reconociendo á Jesús han dado cumplimiento,<br />

con<strong>de</strong>nándole, á los vaticinios <strong>de</strong> los profetas.» <strong>Los</strong>jndlos<br />

entregan á Jesus a la muerte á fin <strong>de</strong> hacerle pasar por un.<br />

seductor; han recurrido á los gentiles para hacer su muerte<br />

mas ignominiosa, y á él mas criminal á los ojos <strong>de</strong> lo*<br />

pueblos; loman las precauciones mas seguras y las inas;<br />

estudiadas para impedir que sus discípulos pudiesen robarle<br />

<strong>de</strong>l sepulcro; cierran la entrada con una piedra süficienlo<br />

por sí sola para hacer cuasi imposible esto robo;<br />

ponen en ella el sello público, y cokean al re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l sepulcro<br />

un cuerpo do guardia. No era necesario tanto para<br />

alejar<strong>de</strong> él á un puñado <strong>de</strong> pescadores, que muy léjos do<br />

pensar no solamente en acercarse al sepulcro, ni aun se<br />

atrevian á comparecer en público. Y el mismo suplicio<br />

que es el cumplimiento <strong>de</strong> las profecías, le da á conocer<br />

por el Mesías;, y todas estas medidas tomadas con la precaución<br />

mas sutil vienen á servir <strong>de</strong> prueba la nias conviceute<br />

<strong>de</strong> su resurrección, y los soldados tan-vigilantes son<br />

los primeros predicadores y los heraldos <strong>de</strong> su Iriunfo.<br />

¡Vanos proyectos <strong>de</strong> los hombres, ellos no son otra cosa que<br />

locura y flaqueza cuando se forman contra vos, ó Dio»<br />

mió! <strong>Los</strong> príncipes <strong>de</strong> los sacerdotes, losdoctores <strong>de</strong> ialeyv<br />

los oráculos-<strong>de</strong>l ccncilio, los gefes <strong>de</strong>l pueblo, ¿podian lomar<br />

medidas mas propias para impedir, para prevenir lodo<br />

lo que podía favorecer la creencia <strong>de</strong> la resurrección<br />

dcISalvador? ¿Qué previsión mas-sabia, qué? precauciones<br />

mas eficaces contra la artimaña, contra la astucia, contra<br />

los artificios? pero ¿qué pue<strong>de</strong> (oda la pru<strong>de</strong>ncia mundana<br />

contra los <strong>de</strong>signios <strong>de</strong> la Provi<strong>de</strong>ncia y déla sabiduría do<br />

Dios? Todo eslo sirve maravülosamenlc para probar ¡n--<br />

venciblemente y para publicar umversalmente la verdad ><br />

<strong>de</strong> osle misterio. Sabiduría humana, ¿cuándo <strong>de</strong>jarás <strong>de</strong>engañar?<br />

y nosotros ¿cuándo <strong>de</strong>jaremos <strong>de</strong> ser los juguestes<br />

<strong>de</strong> las ilusiones <strong>de</strong> nuestro entendimiento y <strong>de</strong> nuestras<br />

escasas luces? ¿Sobre qué giran lodos esos ambiciosos <strong>de</strong>signios,<br />

lodos esos vastos y pomposos planes <strong>de</strong> fortuna?<br />

consultemos esos sueños profundos, esas meditaciones estenuanles,<br />

ese estudio continuo y sombrío <strong>de</strong> un hombre<br />

que quiere a<strong>de</strong>lantarse, <strong>de</strong> una persoaa que quiere<br />

hacer fortuna. Recorramos lodos los estados, en el campo<br />

como en la corle, entre los gran<strong>de</strong>s como entre el pueblo:<br />

sabiduría humana, propia industria, apoyo <strong>de</strong> los hombres,<br />

favor, habilidad, estos son los ídolos á quienes so<br />

consulta, y en quien se pone toda su confianza; perocon<br />

el Señor no se cuenta para nada. Esas gentes <strong>de</strong> negocios<br />

embarcadas en un mar lleno <strong>de</strong> escollos y célebre en naufragios,<br />

¿consultan mucho al Señor ántes <strong>de</strong> entrarse á<br />

alta mar? todas esas pereonas que se forjan lautos sisle^

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