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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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3G0<br />

parlo <strong>de</strong> los pecadores cspcriincnfan en eslas sanias IVslividados,<br />

no es una alegría espirilual, rogocíjanse á lo<br />

mas <strong>de</strong> que La pasado la. Cuaresma. ¡ Dios mió ! ¡ qué <strong>de</strong><br />

ilusiones, aun en nuestras prelendidas <strong>de</strong>vociones, y en<br />

mientra penitencia !.¿ Queremos resucilar verda<strong>de</strong>ramente<br />

á la gracia? muramos ántcs verda<strong>de</strong>ramente al pecado.<br />

PUNTO SKGUNDO.—Consi<strong>de</strong>ra que resucitando Jesucristo<br />

vuelve á lomar en verd id el mismo cuerpo que tenia<br />

cuando murm ; |n>ro ¿ qnó gloriosas cualida<strong>de</strong>s no le comunica<br />

dándole una nueva vida? Segunda circunstancia<br />

<strong>de</strong> la resurrección <strong>de</strong>l Salvador, y esto mismo es lo que<br />

<strong>de</strong>lje suce<strong>de</strong>r en nuestra resurrección espirilual. No se pi<strong>de</strong><br />

que mu<strong>de</strong>mos <strong>de</strong> condición ni <strong>de</strong> estado al convertirnos<br />

, y entrar en una vida totalmente nueva, si el estado<br />

y la condición en que nos hallamos nada tiene do incompatible<br />

con la salvación; porque si lo son es indispensable<br />

la mutación <strong>de</strong> estado : lo que exige la verda<strong>de</strong>ra resurrección<br />

espiritual es que el estado, la condición en que<br />

Dios nos ha puesto sean sanliücados por las cualida<strong>de</strong>s<br />

cuyo mo<strong>de</strong>lo presenta la resurrección <strong>de</strong>l Salvador. Agilidad<br />

, claridad, impasibilidad, inmortalidad, tales fueron<br />

las cualida<strong>de</strong>s gloriosas que Jesucristo comunicó á su santo<br />

cuerpo en su resurrección. La pesa<strong>de</strong>z que se siente,<br />

las diflculla<strong>de</strong>s que se encuentran, la tibieza , la langui<strong>de</strong>z,<br />

aquella <strong>de</strong>voción cefiuda, inquieta , enfadosa, que<br />

se csperimenla <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> l;i pretendida conversión , lodo<br />

eslo prueba bien que no hay mas que una conversión,<br />

una resurrección falsa. Una alma verda<strong>de</strong>ramente resucitada<br />

esperimenla todo lo contrario. Esperiméntanse , á la<br />

verdad , las dificulta<strong>de</strong>s que se encuentran al principio en<br />

el nuevo camino <strong>de</strong> la virtud, pero se esperimenla al mismo<br />

tiempo un nuevo valor, una nueva resolución que está<br />

pronta á empren<strong>de</strong>rlo todo en los caminos <strong>de</strong> Dios y en<br />

el curso <strong>de</strong> una vida verda<strong>de</strong>ramente cristiana, llállanse<br />

Tíigunas diliculla<strong>de</strong>s que sobrepujar, pero solo son en or<strong>de</strong>n<br />

á los senlidos y al amor propio; y al mismo tiempo<br />

se siente un valor que inspírala gracia y que hace que en<br />

las mismas diliculla<strong>de</strong>s se encuentre dulzura. La alegría,<br />

lo mismo que la resurrección, es toda espirilual. Encuéntrase<br />

un nuevo gusto en todo lo que Dios pi<strong>de</strong> <strong>de</strong> nosotros,<br />

y un verda<strong>de</strong>ro disgusto en todo lo que agrada al espíritu<br />

<strong>de</strong>l mundo. So piensa, se juzga muy <strong>de</strong> otra manera que<br />

ántes <strong>de</strong> los regocijos y délas máximas mundanas. Hállase<br />

una dulzura , un placer en cumplir con los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong><br />

cristianos, y una satisfacción , una paz superior á todo lo<br />

que pue<strong>de</strong> pensarse en los ejercicios <strong>de</strong> piedad y <strong>de</strong>«religion.<br />

3.a líabiendo resucitado Jesucristo, ya no so encontró<br />

su cuerpo adorable en el sepulcro. ¿En qué pensáis<br />

cuando venís á buscar á vuestro Maestro en el sepulcro?<br />

dicen los ángeles. ((Resucitó , ya no está aqui.» Hé<br />

aquí lo que <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cirse, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> eslas fiestas, <strong>de</strong><br />

una persona cspiritualmente resucitada. ¿En qué pensáis<br />

cuando venís á buscar á esc hombre en las concurrencias<br />

mundanas; á esa mujer en las aca<strong>de</strong>mias do placer y <strong>de</strong><br />

juego ; á esos amigos en los espectáculos profanos, en los<br />

lugares <strong>de</strong> la disolución , que <strong>de</strong>ben mirarse como ios sepulcros<br />

<strong>de</strong> tantas gentes? Ha resucitado verda<strong>de</strong>ramente;<br />

no pue<strong>de</strong> ya estar aquí. í .aEn fin, Jesucristo ha resucitado<br />

, y ya no muere mas; la muerte no tiene ya po<strong>de</strong>r sobre<br />

él. Este es el efecto <strong>de</strong> «na verda<strong>de</strong>ra resurrección espiritual<br />

, y la señal mas segurado una verda<strong>de</strong>ra conversión.<br />

Perseverar en la gracia y en la práctica <strong>de</strong> la piedad;<br />

MARTES<br />

vivir en a<strong>de</strong>lante con una vida verda<strong>de</strong>ramente cristiana<br />

, efecto y prueba cierta <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra reáurreccion.<br />

Haced , Señor, por vuestra misericordia que yo esperimenle<br />

esto mismo, y que todas eslas circnnsfanciasconsoladoras<br />

acompañen <strong>de</strong> hoy mas mi resurrección; esto es<br />

lo que , lleno <strong>de</strong> confianza , espero <strong>de</strong> vuestra bondad infinita<br />

y <strong>de</strong> vuestra gracia omnipolente.<br />

JACULATORIAS.—lio hallado, en fin, al que mi alma ama<br />

con ternura ; le poseo, y no le per<strong>de</strong>ré ya. (Canl. 3.)<br />

¿Quién nos separará jamás <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> Jesucristo?<br />

{Rom. 8.)<br />

PROPOSITOS.<br />

1 La alegría es inseparable <strong>de</strong> la resurrección espiritual.<br />

La paz <strong>de</strong>l corazón, la alegría <strong>de</strong> una buena conciencia,<br />

el amor que tiene á Jesucristo una alma espiritualmenle<br />

resucitada , la dulce confianza que tiene en su misericordia,<br />

lodo esto hace que se goce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta vida un<br />

preludio délas alegrías celestiales; no omilais nada para<br />

hacer <strong>de</strong> ello una dichosa esperiencia. Y para esto procurad<br />

que todas las circunstancias <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra resurrección<br />

que acabáis <strong>de</strong> medilar, acompañen vuestra resurrección<br />

espiritual. No os contentéis con haber muerto<br />

al pecado por medio <strong>de</strong> vuestra sincera penilencia; morid<br />

<strong>de</strong> nuevo á él todos los días por una nueva y cada vez mas<br />

sincera contrición.<br />

2 La resurrección da una vida totalmente nueva ; procurad<br />

en toda vuestra conducta que parezca que habéis<br />

olvidado la antigua. No concurráis ya á esos lugares profanos<br />

y mundanos, que por lo couuin son el sepulcro <strong>de</strong><br />

la inocencia. El lugar santo, las iglesias, las casas <strong>de</strong> los<br />

pobres, prisiones, hospitales, los lugares don<strong>de</strong> so ejercita<br />

la caridad , sean en don<strong>de</strong> sea preciso ir á buscaros y<br />

don<strong>de</strong>, so os encuentro. En fin, sea uno <strong>de</strong> los rasgos mas<br />

marcados <strong>de</strong> vuestro verda<strong>de</strong>ro reléalo la alegría espiritual<br />

, madre <strong>de</strong> la dulzura , <strong>de</strong> la afabilidad, do la compa-<br />

MARTES DE PASCUA.<br />

La solemnidad do este tercer dia no es mas que la continuación<br />

déla <strong>de</strong>l primero, puesto que no es mas que la<br />

misma celebridad, el mismo inisterio , la misma tiesta. El<br />

introito <strong>de</strong> la fiesta <strong>de</strong> ayer nos anunciaba el <strong>de</strong>recho que<br />

nos habia adquirido el Salvador por su resurrección á la<br />

tierra prometida , inundada <strong>de</strong> leche y <strong>de</strong> miel; esto"es, á<br />

la celestial Jerusalen , dulce mansión <strong>de</strong> los bienaventurados,<br />

y ahora nuestra patria celestial. El introito <strong>de</strong> la<br />

misa <strong>de</strong> hoy nos <strong>de</strong>scubre las principales ventajas <strong>de</strong> esta<br />

rica herencia que nos ha merecido Jesucristo. «El Señor<br />

les ha dado á beber la agua <strong>de</strong> la sabiduría ,» aquella<br />

agua viva que salla hasta la vida eterna. Hechos hijos<br />

adoptivos <strong>de</strong>l Padre celestial, no se verán ya lórzadoscomo<br />

esclavos á abrirse cisternas en don<strong>de</strong> no encontraban<br />

mas que una agua cenagosa , incapaz <strong>de</strong> apagarles la sed;<br />

en a<strong>de</strong>lante encontrarán en la casa <strong>de</strong>l padre do familias,<br />

esto es, en la Fglesia, una fuente <strong>de</strong> agua viva que iluminará<br />

su entendimiento, y les dará la inleligencia<strong>de</strong> las<br />

verda<strong>de</strong>s mas sublimes, y el don <strong>de</strong> la sabiduría que les<br />

enseñará el camino <strong>de</strong>l cielo y evitará el que se estravicn.<br />

Bendigamos al Señor por una misericordia tan gran<strong>de</strong>.<br />

Este don <strong>de</strong> la sabiduría no será pasajero, ántcs bien

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