Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DE RESÜRUECCION. 353 mmentif El nsjñdentcs, vidcrunl rexolulum lapidm. Eral quippe magnus valík. El inlrocmles in monumenlum, vidcrunl javemn sedenlm vi dexiris, cooperluiu slola amdida, cldbíilupucruiü. Qui dicit Uüs : Nolile expavcsccre. Jesum qwvriiis Nazarenuii), crucifi cion : surrexil : no ti til hic:ecce locus ubi posuerunl cum. Sed ile, dicüe dtsdpulis ejus, el Pclro, quia ffúh ccdil vos in Gulilvcani: ibi cum videbilis , sicuí dixil vohis. piedra qnc csíí» (leíanle do la onli iula del sepulcro? Pero mirando hacia él, vieron (¡ue estaba quitada : era en clVclo la piedra demasiado grando; y entrando en el sepulcro vieron un joven sentado á la parte derecha, vestido con una ropa blanca , y so espantaron. No lomáis, les dijo; vosotras buscáis á Jesns Nazareno, el cual ha sido erncificado; resucitó , no está aquí : este es el lugar en que lo pusieron ; id, pues, ahora, y decid á sus discípulos y á Pedro, que estará antes que vosotros en Galilea ; allí es donde lo veréis, conformo él os lo ha dicho. MEDITACION. Sobre el misterio de la Resurrección. PONTO nmiEiio.—Considera cuál fué la gloria de Jesucrisloen el momenU) de su triunfante resurrección. Seria necesario que fuésemos capaces do comprender el esceso de sus dolores y la profundidad inmensurable do sus liumülacioncs, para concebir la gloria de su triunfo. Tres dias habia que el Salvador cstaba muerto, y que su sagrado cuerpo estaba en el sepulcro (liabiendo querido que permanecióse todo esto tiempo en el sepulcro, para que no so pudiese dudar do la verdad do su muerte), cuando al amanecer del otro dia siguiente al sábado, que,con motivo de esto misterio llamamos nosotros ¡d sanio dia del domingo , dia del Seílor por escelencia , volviendo la alma (leí esto divino Salvador del limbo, gloriosa y triunfante do lodo el iníierno , se reunió á su santísimo cuerpo, del cual jamás so habia separado la divinidad ; y comunicándolo todas las cualidades do un cuerpo glorioso y resuciiado; oslo es, la impasiliilidad, la inmortalidad, la agilidad , la penetrabilidad, etc., salió e>le divino ciierp ) lleno de vida del sepulcro , sin necesidad de que se 1c quitase la piedra. Kn aquel momciito vinieron lodos los ángeles á adorar á su divino Señor y á su Rey , y cele - brar su triunfo. Es muy probable que en aquel mismo momenlo ^m^tma á su santísima Madre, que liabiendo tenido mas parle ¡fa en SUá humillaciones , debia (cncr también mas parle que ninguno en su gloria. Concibamos, si es posible, cuál seria el gozo inefable do esla divina Madre, volviendo á ver en estado de gloria á sn divino llijo: de qué tórrenlo do dulzura , de consuelo y de alegría quedaría entonces inundada susanlísima alma. Eulrdanlo , habiendo un ángel oscilado un gran terremoto, quitóla piedra del sepulcro, á fin do que las santas mujeres y los apóstoles que debian llegar muy pronto para ofrecer sus últimos obsequios á su buen Maestro, viesen que habia resucitado, mientras que huían los guardas espaulados. ¡Buen Dios 1 ¡quién pudiera comprender la íí'oria y todas las maravillas de esta trinufanlo resurrección, fundamento incontraslahlo de nuestra religión, basa sólida de nuestra fé y de uncslra esperanza! lio aquí a! Salvador, bien indemnizado de lodas sus humillaciones y de sus tormentos. Nada os ya capaz do atormentarlo. Josucrislo ha resucitado; la muerto ya no tiene potestad sobre él, porque si ha muerto para espiar nuestros pecados, no ha mueilo mas (pie una vez; pero cuando v¡\e ya , vive para Dios , esto es, vive con una vida divina, gloriosa , inmortal, y soba resuciiado á sí mismo para no morir ya mas. Por una cruz en la cual ha sido inmolado oslo divino Cordero, ¡ en cuántos altares so ofrecerá á.sí mismo por su gloria! por un pueblo miserable y lan poco numeroso sopulladoen uinancon del mundo, que se ha negado á reconocoi le por su Mesías y por su Rey, ¡ con qué fé y con qué piedad será reconocido y adorado como único verdadero Dios por todas las na, iones del mundoí Veráse todo el poder do la orgullosa Roma doblar sus rodillas al nombro do aquel Hombre, Dios á quien Jerusalon ha quitado ta vida en una cruz. Veráse toda la sabiduría de la Grecia reconocer su locura, y (pie no hay verdadera sabiduría sino en la doctrina del Salvador. En Gn , por un apóstol quo ha apostatado , i qué innumerable multitud do santos anacoretas y do sanios religiosos, qué prodigioso número do hombros apostólicos 1 Judas ha liccho traición á Jesucristo, una turba de malos sacerdotes , de escribas y do fariseos lo han hecho morir como un impostor; y mas de diez y siete millones de mártires han dado su sangro y su vida por la gloria de su nombre , y han conlii mado la fé do su divinidad tanto con su muerto como con sus milagros. Seáis, Señor, clernamen!e bendito, y lodas las inleliííencias cclesliales unan sus cánticos de alegría á los nuestros para celebrar la gloria y el triunfo de vuestra porleutosa resurrección. PUNTO sr.GtiNDo.—Considera que jamás hubo regocijo mas justo que el que hoy so ostenta cu el semblante do todos los fieles. La simple memoria de la resurrección del Salvador del mundo debo ser para ellos motivo do una eterna alegría. Esto dia no solamcnlo os la mas grande do lodas las iiesías, es el principio do una (iesla quo nunca debe concluirse. Jesucristo resucitado, dicen los santos Padres , ha hecho do la vida de los hombres una fiesta continua. En efecto, bien comprendido este misterio, ya no debe turbar nuestro reposo ningún dolor , ningún lomor, oinguna desgracia; nuestra fé es incontraslible, apoyada sobre un fnndamenlo somejnníe ; nucslro amor á esto divino Redentor halla en ole mislerio con que hacerso todos las dias mas puro y mas ardienlo, y nuestra espn an/a nada tiene ya do vacilante ni de incierta , puesto quo si nuestro Maestro resucita para no morir mas , nosotros no podemos ya morir sino para resucitar; y pues él triunfa del pecado y del infierno, nosotros no podemos ya resucitar sino para ser elcrnamcnlc bienaventurados, si quereinós. ; Qué motivo de consuelo, qué alegría para todos aquellos tieles discípulos, cuando vieron al Salvador resucitado I Nosotros no nos hemos engañado, cuando nos hemos juntado con él, podían decir ; antes bien hemos obrado con prudencia cuando lo hemos , dejado lodo por seguirlo. Por mas superiores que sean al entendimiento humano los dogmas de la religión quo nos ha enseñado ; por mas coutiai ia (pie sea á los sentidos y al amor propio su moral; ¡cuan desgraciados hubíérLimos sido, si no lo hubiéramos creído! Nosotros no tenemos menos motivo (pie ellos para alegrarnos ; el benoílcio es común; la liosla debo ser general. Jesucristo ha muerto por nosotros , motivo poderoso para quo amemos la cruz y los do- TOMO IV.

35 i lores; poro Jesucristo ha rosneilado , soberano motivo de espdranza, de conlianza y de regocijo , puesto que su rosurreccion asegnra nuestra recompensa. ¡ O divino Salvador mió! inspiradme esta alegría, y haced que vuestra resurrección sea el modelo de la mia; que yo haya muerto al pecado, y que no viva ya mas que para vos. Sí, Dios mió , yo creo que habéis resucitado, y espero que me resucitareis tamhien, y que rae haréis esta gracia para vivir con vos en el cielo. JACULATORIAS.—Yo sé que mi Redentor vive, y que yo resucitaré de la tierra en el último dia, y que veré á mi Dios con esla misma carne. (Job, 19.) lié aquí el dia venturoso que ha hecho el Seilor, celebrémosle con júbilo y alegría cristiana. (Psalm. 117.] PROPÓSITOS. 1 ¿No sabéis, dice san Pablo, que hemos sido hnulizados en la muerte do Jesucristo, esto es, que este divino Salvador nos ha lavado y purificado del pecado con su sangre?Debemos, pues, estar verdaderamente muertos al pecado, para no vivir mas que una vida nueva á ejemplo de Jesucristo resucitado. Porque si hemos sido engerlados en la semejanza de su muerte, continúa el apóstol, lo seremos también en la de su resurrección; esto e3,flue así como un engerto muere, ó vive dependienlemenle del ÍII bol en donde so ha engertado, del cual saca todo su jugo ; así también , estando unidos á Jesucristo por el bautismo , como miembros de un mismo cuerpo, es preciso que por su resurrección sea el principio y el modelo de nuestra resurrección espirilual á la vida de la gracia, como ha sido por su muerte el principio y el modelo de nuestra muerto espiritual al pecado. Y puesto que el que esUá muerto está libre del pecado, esto es , así como la muerte natural nos descarga do toda servidumbre, del mismo modo la muerte espiritual debe librarnos de toda sujeción y servidumbre con respecto al pecado. Y como Jesucristo que ha resucitado no muere mas , del mismo modo habiendo vosotros muerto al pecado en estos sanios (lias, no debéis vivir ya sino para Dios en Jesucristo , y no morir mas por el pecado. Meditad bien hoy esta importante lección de san Pablo , y tomad todos los medios, hasta sacrilicarlo todo para no perder mas la vida de la gracia. 2 Si hay algún dia en el año que deba consagrarse todo entero al Señor, es ciertamente el santo dia de Pascua que por csceloncia se llama el dia del Señor: empleadle lodo , sin dar nada al mondo, á vuestros placeres, ni á vuestros negocios; echad fuera hasta el menor pensamiento de todo esto. Un padre , una madre de familia deben tener mucho cuidado de que sus hijos y sus domésticos empleen también lodo este dia en el servicio de Dios: no exijáis de ellos hoy mas que los servicios indispensables. Oraciones , lecturas piadosas , uso de los sacramentos, oficios divinos, visitas de las iglesias y de los pobres : hé aquí lo que debe ocupar hoy á lodo cristiano. Aun cu mdo hayáis verificado ya tal vez vuestra comunión pascual, no dejéis de comulgar también en este sanio dia. No faltéis á la misa parroquial, y si puede ser, asistid también á las vísperas y al sermón á la parroquia ; al menos pasad allí una hora ó media por la larde, y no os dispensyis de asistir á la salutación. LüXÉS LUNES DE PASCUA. liase dicho ya que la octava entera de Pascua era uní» sola fiesta compuesta do ocho dias; y que el segundo concilio de Macón, el de Meaux y el concilio de Constanlinopla, llamado in Trullo, porque se celebró en una sala del palacio imperial llamado rru/lMí» á causa de su embovedado en forma de copa , todos estos concilios y muchos otros prohiben bajo de graves penas toda obra servil durante estos ocho dias , y mandan que esta fiesta de ocho dias se celebre con una piedad ejemplar. La reducción do los siete dias de fiesta á los tres que hoy se guardan, no se hizo hasla el lin del siglo xi ó principios del xn. No por esto deja de ser toda la semana solemne y privilegiada en sus oficios; y como la Iglesia celebrando la triunfante resurrección del Salvador, nos hace celebrar al mismo tiempo nuestra resurrección , es decir, nuestra regeneración por el bautismo , toda esla semana no es otra cosa que la continuación de esta doble fiesla: por esto entro los griegos se llama Diaccnesima , esto es , renovación ó estado do nueva vida en la resurrección , y no pasa mas que por un dia que dura toda la octava. Nosotros la llamamos también semana Pascual, ó las ferias m albis, esto es, de los vestidos blancos, á causa de la ropa blanca que llevaban toda la semana de Pascua los neóíilos bautizados el SMtado santo. Todos los dias de esta semana se han celebrado siempre en la Iglesia con una solemnidad muy distinguida, aun después que ya no son festivos. Cada dia tiene su misa particular: siempre es la historia y una nueva prueba de la resurrección del Salvador, y no hay ninguna que en alguna de sus partes no haga mención de la regeneración del nuevo hombre. La solemnidad del lunes y la del martes de Pascua, es igual á la del domingo de Resurrección. Como el Señor propiamente por su resurrección es por la que nos ha introducido en aquella dichosa región en la que corren rios de leche y miel, y de la que la tierra prometida no era mas que la figura; el introito de la misa do este dia está tomado del capítulo 13 del Exodo y del salmo 102, y refiriéndonoslo que Dios ha hecho en nuestro favor, nos enseña lo que nosotros debemos hacer para reconocer un beneficio tan grande, y para agradecerle. «El Señor os ha hecho entrar en una tierra abundante en leche y miel:» ¡ qué alabanzas y qué acciones de gracias no debéis rendirle! claro es que por esla ahundancia de leche y miel, de que está inundada aquella tierra, nos quiere representar el Espíritu Santo las dulzuras celestiales y las delicias espirituales, de las que en el idioma del Profeta están hartos los bienaventurados en el cielo, y las que, según san Pablo , son superiores á loda idea y á todo cuanto puede imaginarse. De esta región afortunada, de esta mansión de los bienaventurados, de esta celestial Jerusalen , de esta tierra prometida es de la que Josucrislo nos ha abierto la entrada por su resurrección: nosotros adquirimos el derecho do entrar en ella por el bautismo, que es nuestra regeneración espirilual, con tal que guardemos la ley nueva que Jesucristo nos ha dado, y que en .el dia de su resurrección ha sustituido en lugar de la antigua. «No cesemos de alabar al Señor» y de tributarle gracias por un beneficio tan señalado. « Cantemos las alabanzas del Señor, é invoquemos su nombre; demos áco-

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lores; poro Jesucristo ha rosneilado , soberano motivo <strong>de</strong><br />

espdranza, <strong>de</strong> conlianza y <strong>de</strong> regocijo , puesto que su rosurreccion<br />

asegnra nuestra recompensa.<br />

¡ O divino Salvador mió! inspiradme esta alegría, y haced<br />

que vuestra resurrección sea el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la mia;<br />

que yo haya muerto al pecado, y que no viva ya mas<br />

que para vos. Sí, Dios mió , yo creo que habéis resucitado,<br />

y espero que me resucitareis tamhien, y que rae haréis<br />

esta gracia para vivir con vos en el cielo.<br />

JACULATORIAS.—Yo sé que mi Re<strong>de</strong>ntor vive, y que yo<br />

resucitaré <strong>de</strong> la tierra en el último dia, y que veré á mi<br />

Dios con esla misma carne. (Job, 19.)<br />

lié aquí el dia venturoso que ha hecho el Seilor, celebrémosle<br />

con júbilo y alegría cristiana. (Psalm. 117.]<br />

PROPÓSITOS.<br />

1 ¿No sabéis, dice san Pablo, que hemos sido hnulizados<br />

en la muerte do Jesucristo, esto es, que este divino<br />

Salvador nos ha lavado y purificado <strong>de</strong>l pecado con su<br />

sangre?Debemos, pues, estar verda<strong>de</strong>ramente muertos<br />

al pecado, para no vivir mas que una vida nueva á ejemplo<br />

<strong>de</strong> Jesucristo resucitado. Porque si hemos sido engerlados<br />

en la semejanza <strong>de</strong> su muerte, continúa el apóstol,<br />

lo seremos también en la <strong>de</strong> su resurrección; esto e3,flue<br />

así como un engerto muere, ó vive <strong>de</strong>pendienlemenle <strong>de</strong>l<br />

ÍII bol en don<strong>de</strong> so ha engertado, <strong>de</strong>l cual saca todo su jugo<br />

; así también , estando unidos á Jesucristo por el bautismo<br />

, como miembros <strong>de</strong> un mismo cuerpo, es preciso que<br />

por su resurrección sea el principio y el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> nuestra<br />

resurrección espirilual á la vida <strong>de</strong> la gracia, como ha<br />

sido por su muerte el principio y el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> nuestra<br />

muerto espiritual al pecado. Y puesto que el que esUá<br />

muerto está libre <strong>de</strong>l pecado, esto es , así como la muerte<br />

natural nos <strong>de</strong>scarga do toda servidumbre, <strong>de</strong>l mismo<br />

modo la muerte espiritual <strong>de</strong>be librarnos <strong>de</strong> toda sujeción<br />

y servidumbre con respecto al pecado. Y como Jesucristo<br />

que ha resucitado no muere mas , <strong>de</strong>l mismo modo habiendo<br />

vosotros muerto al pecado en estos sanios (lias, no<br />

<strong>de</strong>béis vivir ya sino para Dios en Jesucristo , y no morir<br />

mas por el pecado. Meditad bien hoy esta importante lección<br />

<strong>de</strong> san Pablo , y tomad todos los medios, hasta sacrilicarlo<br />

todo para no per<strong>de</strong>r mas la vida <strong>de</strong> la gracia.<br />

2 Si hay algún dia en el año que <strong>de</strong>ba consagrarse<br />

todo entero al Señor, es ciertamente el santo dia <strong>de</strong> Pascua<br />

que por csceloncia se llama el dia <strong>de</strong>l Señor: empleadle<br />

lodo , sin dar nada al mondo, á vuestros placeres,<br />

ni á vuestros negocios; echad fuera hasta el menor<br />

pensamiento <strong>de</strong> todo esto. Un padre , una madre <strong>de</strong> familia<br />

<strong>de</strong>ben tener mucho cuidado <strong>de</strong> que sus hijos y sus<br />

domésticos empleen también lodo este dia en el servicio<br />

<strong>de</strong> Dios: no exijáis <strong>de</strong> ellos hoy mas que los servicios indispensables.<br />

Oraciones , lecturas piadosas , uso <strong>de</strong> los<br />

sacramentos, oficios divinos, visitas <strong>de</strong> las iglesias y <strong>de</strong><br />

los pobres : hé aquí lo que <strong>de</strong>be ocupar hoy á lodo cristiano.<br />

Aun cu mdo hayáis verificado ya tal vez vuestra<br />

comunión pascual, no <strong>de</strong>jéis <strong>de</strong> comulgar también en este<br />

sanio dia. No faltéis á la misa parroquial, y si pue<strong>de</strong><br />

ser, asistid también á las vísperas y al sermón á la parroquia<br />

; al menos pasad allí una hora ó media por la lar<strong>de</strong>,<br />

y no os dispensyis <strong>de</strong> asistir á la salutación.<br />

LüXÉS<br />

LUNES DE PASCUA.<br />

liase dicho ya que la octava entera <strong>de</strong> Pascua era uní»<br />

sola fiesta compuesta do ocho dias; y que el segundo concilio<br />

<strong>de</strong> Macón, el <strong>de</strong> Meaux y el concilio <strong>de</strong> Constanlinopla,<br />

llamado in Trullo, porque se celebró en una sala<br />

<strong>de</strong>l palacio imperial llamado rru/lMí» á causa <strong>de</strong> su embovedado<br />

en forma <strong>de</strong> copa , todos estos concilios y muchos<br />

otros prohiben bajo <strong>de</strong> graves penas toda obra servil<br />

durante estos ocho dias , y mandan que esta fiesta <strong>de</strong> ocho<br />

dias se celebre con una piedad ejemplar. La reducción do<br />

los siete dias <strong>de</strong> fiesta á los tres que hoy se guardan, no<br />

se hizo hasla el lin <strong>de</strong>l siglo xi ó principios <strong>de</strong>l xn. No por<br />

esto <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser toda la semana solemne y privilegiada en<br />

sus oficios; y como la Iglesia celebrando la triunfante resurrección<br />

<strong>de</strong>l Salvador, nos hace celebrar al mismo<br />

tiempo nuestra resurrección , es <strong>de</strong>cir, nuestra regeneración<br />

por el bautismo , toda esla semana no es otra cosa<br />

que la continuación <strong>de</strong> esta doble fiesla: por esto entro<br />

los griegos se llama Diaccnesima , esto es , renovación ó<br />

estado do nueva vida en la resurrección , y no pasa mas<br />

que por un dia que dura toda la octava. Nosotros la llamamos<br />

también semana Pascual, ó las ferias m albis, esto<br />

es, <strong>de</strong> los vestidos blancos, á causa <strong>de</strong> la ropa blanca que<br />

llevaban toda la semana <strong>de</strong> Pascua los neóíilos bautizados<br />

el SMtado santo.<br />

Todos los dias <strong>de</strong> esta semana se han celebrado siempre<br />

en la Iglesia con una solemnidad muy distinguida, aun<br />

<strong>de</strong>spués que ya no son festivos. Cada dia tiene su misa<br />

particular: siempre es la historia y una nueva prueba <strong>de</strong><br />

la resurrección <strong>de</strong>l Salvador, y no hay ninguna que en<br />

alguna <strong>de</strong> sus partes no haga mención <strong>de</strong> la regeneración<br />

<strong>de</strong>l nuevo hombre. La solemnidad <strong>de</strong>l lunes y la <strong>de</strong>l martes<br />

<strong>de</strong> Pascua, es igual á la <strong>de</strong>l domingo <strong>de</strong> Resurrección.<br />

Como el Señor propiamente por su resurrección es por la<br />

que nos ha introducido en aquella dichosa región en la<br />

que corren rios <strong>de</strong> leche y miel, y <strong>de</strong> la que la tierra prometida<br />

no era mas que la figura; el introito <strong>de</strong> la misa do<br />

este dia está tomado <strong>de</strong>l capítulo 13 <strong>de</strong>l Exodo y <strong>de</strong>l salmo<br />

102, y refiriéndonoslo que Dios ha hecho en nuestro<br />

favor, nos enseña lo que nosotros <strong>de</strong>bemos hacer para<br />

reconocer un beneficio tan gran<strong>de</strong>, y para agra<strong>de</strong>cerle.<br />

«El Señor os ha hecho entrar en una tierra abundante<br />

en leche y miel:» ¡ qué alabanzas y qué acciones <strong>de</strong> gracias<br />

no <strong>de</strong>béis rendirle! claro es que por esla ahundancia<br />

<strong>de</strong> leche y miel, <strong>de</strong> que está inundada aquella tierra, nos<br />

quiere representar el Espíritu Santo las dulzuras celestiales<br />

y las <strong>de</strong>licias espirituales, <strong>de</strong> las que en el idioma <strong>de</strong>l<br />

Profeta están hartos los bienaventurados en el cielo, y las<br />

que, según san Pablo , son superiores á loda i<strong>de</strong>a y á todo<br />

cuanto pue<strong>de</strong> imaginarse. De esta región afortunada, <strong>de</strong><br />

esta mansión <strong>de</strong> los bienaventurados, <strong>de</strong> esta celestial Jerusalen<br />

, <strong>de</strong> esta tierra prometida es <strong>de</strong> la que Josucrislo<br />

nos ha abierto la entrada por su resurrección: nosotros<br />

adquirimos el <strong>de</strong>recho do entrar en ella por el bautismo,<br />

que es nuestra regeneración espirilual, con tal que guar<strong>de</strong>mos<br />

la ley nueva que Jesucristo nos ha dado, y que en<br />

.el dia <strong>de</strong> su resurrección ha sustituido en lugar <strong>de</strong> la antigua.<br />

«No cesemos <strong>de</strong> alabar al Señor» y <strong>de</strong> tributarle<br />

gracias por un beneficio tan señalado. « Cantemos las alabanzas<br />

<strong>de</strong>l Señor, é invoquemos su nombre; <strong>de</strong>mos áco-

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