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316 DOMINGO<br />
hubioso puesto sobro las oguns para ir adon<strong>de</strong> él oslaba;<br />
sin embargo quiso ejercitar su fé y su confianza.<br />
Gonce<strong>de</strong>dme, Señor, la una y la otra. Cien veces bo<br />
querido ponerme en camino para buscaros, y cien veces<br />
bo vuelto atrás, espantado por dificulta<strong>de</strong>s por la mayor<br />
parle imaginarias. Mi cobardía y mi poca fé ban aumentado<br />
mi flaqueza. Un poco mas <strong>de</strong> confianza en vuestra<br />
bondad me hubiera inspirado mas fortaleza; dadme esta fe<br />
y esta confianza, y yo espero quo bien pronto sentiré los<br />
efectos <strong>de</strong> vuestro auxilio.<br />
JACULATORIAS.—Esto es hecho, Soflor, yo me levantaré,<br />
yo daré vuelta á la ciudad sin temor alguno, y buscaré<br />
por las calles y por las plazas públicas al que amo<br />
con todo mi corazón. (Cantic. 3.)<br />
Nó, Señor', y tengo gran confianza en vos, <strong>de</strong> que aun<br />
cuando viese todo el infierno formado en batalla contra mí,<br />
no lemeiia. (Psalm. 26.)<br />
PROPÓSITOS.<br />
1. La Iglesia no renueva lodos los años la memoria <strong>de</strong><br />
los mis!crios mas augustos <strong>de</strong> nuestra religión , sino para<br />
renovar la piedad y el fervor en los fieles. Entremos,<br />
pues, en el espíritu <strong>de</strong> la Iglesia en estas gran<strong>de</strong>s solemnida<strong>de</strong>s.<br />
No os contentéis con tomar parto en la alegría <strong>de</strong><br />
la Iglesia, en este dia <strong>de</strong> regocijo espiritual; procurad<br />
con vuestra piedad que esta alegría no sea para vosotros<br />
una alegría superficial é indilorcnte: solo la pureza do<br />
conciencia es la que produce la alegría interior, se necesita<br />
un corazón pino para sentir el gozo que inspira la solemnidad<br />
<strong>de</strong> nuestros misterios, una conciencia ulcerada<br />
turba todas las fiestas con sus remordimientos. ¿Queréis<br />
gozar la alegría pura do la fiesta <strong>de</strong> Pascua ? purificad con<br />
esmero vuestro corazón por la penitencia, y celebrad esta<br />
gran fiesta con suma <strong>de</strong>voción. Consagrad la mayor<br />
pai te <strong>de</strong>l Sábado sanio á la oración y á las buenas obras;<br />
y ilcspuos <strong>de</strong> medio dia pasad también la mayor parte en<br />
la Iglesia; asistid al oficio <strong>de</strong> completas, y á la salutación.<br />
2 Es una práctica muy santa el levantarse por la mañana<br />
ántcs <strong>de</strong> salir el sol. La opinión universal es que el<br />
Salvador resueiló al amanecer. No pue<strong>de</strong> dudarse que este<br />
es un tiempo sagrado, y por <strong>de</strong>cirlo así, privilegiado,<br />
en el que Dios <strong>de</strong>rrama abundantemente sus gracias sobre<br />
•las almas fiólos que pasan en oración estos dichosos momentos.<br />
Muchas personas emplean la media noche en<br />
ejercicios <strong>de</strong> piedad. Procurad, pues, levantaros mañana<br />
por la mañana , cerca do las tres, para honrar el momento<br />
afortunado en que resucitó Jesucristo. Meditad algún<br />
liempo sobre la resurrección. Rezad el oficio parvo <strong>de</strong> la<br />
santísima Virgen, para felicilar á esta bienaventurada<br />
Madre por el Iriunfo glorioso <strong>de</strong> su amado Hijo nuestro<br />
Salvador. Es muy probable (pie en el momento <strong>de</strong> su resurrección<br />
apareciese el Salvador á su querida Madre;<br />
teslificadla la parte que lomáis en su alegría: ella ha tomado<br />
mucha en vuestra re<strong>de</strong>nción y en vuestra salvación.<br />
No os contentéis con regocijaros vosotros con una santa<br />
alegría en este dia <strong>de</strong> triunfo y <strong>de</strong> solemnidad, procurad<br />
que so regocijen muchos mas con toda la Iglesia. Podéis<br />
hacer esto con vuestras limosnas; bacedlas boy liberalmente,<br />
sobre todo á pobres familias vergonzantes. iQué<br />
consuelo os dará , y cuánto mereceréis <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Señor,<br />
si con vuestra^ piadosas larguezas procuráis á laníos pobres<br />
vergonzantes los medios <strong>de</strong> pasar las fiestas <strong>de</strong> Pascua<br />
en una santa alegría! Encuéniransé familias honr.1-<br />
das que algunas veces por su pobreza no tienen que comer<br />
el dia <strong>de</strong> Pascua, y aun algunas que por falla <strong>de</strong> ropas no<br />
pue<strong>de</strong>n presentarse en la Iglesia. ¿Qué bien no haréis si<br />
con vuestra liheralidad cristiana proveéis á unas necesida<strong>de</strong>s<br />
tan urgentes? Una rica limosna hecha con eslecspírilu,<br />
es un manantial <strong>de</strong> bienes para la otra vida y para<br />
osla»<br />
DOMINGO DE PASCUA.<br />
Este es el dia feliz, dice el Profeta, quo ha hecho el<br />
SeBor: celebremos este dia con todo el gozo y alegría que<br />
nos sea posible. ¿Hubo nunca un motivo mas justo <strong>de</strong> regocijo<br />
que la resurrección <strong>de</strong>l Salvador? Este misterio es<br />
la prueba invencible <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>más; es el fundamento<br />
<strong>de</strong> nuestra religión, el gaje seguro <strong>de</strong> nuestra felicidad,<br />
la base <strong>de</strong> nuestra fé y <strong>de</strong> nuestra esperanza. Jesucristo<br />
resucitado, dice San Alanasio, ha hecho una fiesta<br />
continua <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los hombres: ya no <strong>de</strong>be turbar<br />
nuestro reposo ninguna pena, ningún temor; nuestra esperanza<br />
ya no es vacilante ni incierta; y pues que nuestro<br />
Señor vuelve á vivir para no morir mas, nosotros no<br />
po<strong>de</strong>mos morir sino para volver á vivir. Hemos llorado á<br />
Jesucristo; justo es que habiendo sentido los dolores y las<br />
ignominias <strong>de</strong> su muerte, tengamos parte en la gloria y<br />
en la alegría <strong>de</strong> su triunfo. Manifieste su alegría lodo el<br />
universo, dicen los profetas; resuene lodo el mundo en<br />
este dia dichoso con voces y cánticos <strong>de</strong> alegría para celebrar<br />
un triunfo que <strong>de</strong>be hacernos á todos felices. (Joel, 2.)<br />
La muerte está vencida, el infierno <strong>de</strong>ja libres sus mas<br />
ilustres cautivos; la tierra, antes <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> la restitución<br />
general, so ve forzada á volver á muchos santos los<br />
<strong>de</strong>spojos <strong>de</strong> sus cuerpos para honrar la pompa <strong>de</strong> su victoria<br />
; el cielo envia sus ángeles para anunciar á todos los<br />
fieles la gloriosa y triunfante resurrección <strong>de</strong> su Re<strong>de</strong>ntor<br />
; los apóstoles salen por fin <strong>de</strong> las tinieblas <strong>de</strong> su ignorancia<br />
y <strong>de</strong> su incredulidad para reconocer y adorar la<br />
divinidad <strong>de</strong> su Salvador, á quien ven en este dia victorioso<br />
<strong>de</strong> la misma muerte.<br />
Todo el cristianismo está fundado en la creencia do<br />
este misterio; todo gira sobre esta verdad fundamental.<br />
«Si Jesucristo no ha resucitado, dice san Pablo, en vano<br />
predicamos, en vano creemos.» Si Jesucristo no ha resucitado,<br />
dicen los Padres, todas sus promesas son vanas,<br />
toda nuestra esperanza viene á tierra, nuestra fé se <strong>de</strong>svanece,<br />
se estingue. Por mas que la divinidad <strong>de</strong> Jesucristo<br />
hubiese sido comprobada suficientemente, ya perlas<br />
obras sobrenaturales que habia hecho durante el curso <strong>de</strong><br />
su vida mortal, ya por los oráculos <strong>de</strong> los profetas que tan<br />
exactamente se referían todos á las diversas circunstancias<br />
<strong>de</strong> su vida , <strong>de</strong> su pasión y <strong>de</strong> su muerte; los <strong>de</strong>monios<br />
arrojados <strong>de</strong> los cuerpos , los ciegos curados, los<br />
muerlos <strong>de</strong> cuatro dias resucitados; aunque tañías maravillas<br />
le autorizaban al parecer bastantemente en la cualidad<br />
<strong>de</strong> Hijo <strong>de</strong> Dios que tomó , con todo eso era necesario<br />
que resucitase, para que una verdad tan importante quedase<br />
fuera <strong>de</strong> todo ataque á lodos los tiros do la calumnia.<br />
Pue<strong>de</strong>, pues, asegurarse que la revelación <strong>de</strong> la divinidad<br />
<strong>de</strong> Jesucristo estaba aneja principalmente á su resurrección.<br />
Esta es la prueba que él mismo daba. El Evangelio<br />
está lleno <strong>de</strong> las espresas <strong>de</strong>claraciones que tan<br />
frecuentemente hacia á sus discípulos , no solo <strong>de</strong> los