Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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n Viliuí; Dei? C. Qui aü: fu dicitis-, (¡uia cgo aum. C. Al ilii dixerml : S. Quid adhuo desidcramm testmonium? ijtsi enim andivirnus de ore i'jits. C. El surgens omnis iimfiUudo eontm, dnxertmt illum ad Pitulum. Cwperunt aulem illum acensare, dicentes : S. Hunc invenimm subvertentem (jenim nosíríiírt, et prohihentem tributa dari Cai~ sari, ct dicenlem se Chmtum liegm esse. G. l'ila- (us autem inierrogaiñt mm, dicens: S. Tu es Ilex Judceorum? G. Al Ule respondens, ait: )J< í'M dids. C. Ail aulem Pilalus ad jirimipes sacerdolum, ct turbas : S. Nihil invernó causa; in hoc homim. C. Al illi invalescebant, dicentes : S. Commovet popidum, docens per universam Judwam, incipiens á Galilwa usque huc. G. Pilalus autem audkns Gatilmm, interrogaoü si homo Calilms esset. Et ni cogmvil quod de Ilerodispoleslale esset, remisit eum ad llerodem, qui et ipse Jcrosolymis eral illis diebus. Ikrodes aulem, viso Jesu, gavisus est mide. Eral enim cvpiens ex multo tempere videreeum, fo quod audierat mulla de eo, el sperabat sigmm aliquod videre ab eo fíeri. JnU'rwfjabat aulem evm mulíh fiermonibus. Al ipse nihil illi rcspondebal. Slabant autem principes saccrdolum, el smbai conslanler acensantes eum. Sprecit autem illuni fierodes am exercitn suo : et illusil indiilum veste alba, ct remisit ad Pilalum. Et f'icli sunt amici fícrodes et Pilalus hi ipsa dic i nam (intea inmiei eranl ad inmem. Pilalus aulem convoc.aiis principibus sacerdolum, et magislraúhus, el plebe, dixü 'ad Utos : S. Obtulisiis mihi hunc honüncm , quasi uvertentem SANTO. respondió : Asi es, como vosotros lo decís, que yo soy. A coníccnencia do esto dijeron : ¿ Qué necesidnd tenemos de otros leslimonios , puesto que nosotros mismos acabamos de oírselo decir de su propia boca? Toda la nuichodumbre que allí estaba reunida se levantó, y lo llevaron á Pilato , ante quien empezaron á acusarle, diciendo : Hemos encontrado á este hombre que alborotaba nuestra nación, prohibía pagar el tributo al Cé:^ar y se daba á sí mismo el nombre do Cristo y de Rey. Preguntóle, pues , l'ilato : ¿Hres tú, le dijo, el Rey de los judíos? Tú lo has dicho, le respondió. Enseguida dijo Pilato á los príncipes de los sacerdotes y á la multitud que allí se habla agolpado : Yo no encuenlro en este hombre motivo alguno para condenarle. Mas ellos instaban con mayor fuerza , diciendo : Escita al pueblo á la rebelión , sembrando su doctrina por toda !a Judea, desde Galilea hasta aquí. Oyendo Pilato nombrar á Galilea, preguntó si aquel hombre era galileo, y cuando entendió que Jesús era de la jurisdicción de Herodes, le remitió al mismo Uerodcs que por aquellos (lias se hallaba en Jerusaien. Viendo Uerodes á Jesus se alegró mucho , porque habia mucho tiempo que deseaba verle, en razón de que habia oido hablar muchas cosas de él, y esperaba verle hacer algún milagro. Hizole muchas preguntas, pero Jesús no le dló ninguna respuesta. Micnlras lauto los príncipes de los sacerdotes y los escribas persisüan tenazmente acusándole. Mas Uerodes, con la gente de su guardia , le despreció; y habiéndole hecho poner una tú- IIlea Manca, se burló de él y le volvió a Pítalo. Desde aquel mismo dia quedaron reconciliados Uerodes y Pilato, que ántes eran multiamenle enemigos. Habiendo Pilato llamado inmediatamente á los príncipes de ios sacerdotes, los magislradüs y el pueblo ; les popukm : et ecce ego coram vobis inlerrogans, mllam eausam inveni in homine islo ex his, in quibus eum acensa lis. Sed ñeque Uerodes, mmremisi vos ad itlwm, et ecce nihil digmm morte actum est ei. Emendatmn ergo ilhm dimiltam. C. Neccsse autem habebat dimitiere eis per diem festum , umm. Exelamavit autem simtd universa turba, dicens- •: S. Tolle hunc, ct dimilíe nohis Barabbam. G. Qui eral propter seditionem quamdam faetam in civitale et homicidimn , missus in carcerem. Itcrum aulem Pilalus locutus est ad eos, volens dimitiere Jesum. At illi succlamabant, dicentes : S. Cruciflge, crucifige eum. G. lüe awlem terlio dixii ad illos : S. Quid enim malí fecü iste? mllam eausam monis mvenio í» eo : corripiam ergo illum, ct dimiilam. G. At illi instabanl vocibus magnis poslulantes ut crucifigeretur : et involescehanl voces corum. El Pilalus adjudicavit fteri petiíionem eorum. Dbmsil autem illis eum, qui propter homiddium et sedilionem missus fuerat in carcerem, quem peicbant : Jesum vero tradidil volmtali eorum. Et enm ducerenteum, apprehenderunl Simonem quemdam Cyrencnsem, venienlem de villa : et impnsuerunt illi crucem porlnrc post Jesum. SeffucbaUtr autem illum muha turba populi, el mulicrum, qrm plangebant, et lainmUtbantur cnm. Comer sus autem ad illas Jesús, dixil : )J< Filiai Jerusatcm, nolite jkre super me, sed super vos ipsas flete, el snper liíios veslros. Quoniam ecce vmienl dies in quibus dicent: Beata; sleriles, et venlres, qvinon genuerunt, el uhera, qnce non hutavermt! Tuncin- 315 dijo : Vosotros mo habéis presentado este hombre como un revoltoso que conmovía al puehlo, y vosotros mismos veis que le he preguntado en presencia vuestra, sin que haya enconírado en él nsolivo alguno para condenarie por los puntos de que lo acusai?. Nt tampoco Uerodes ha encontrado cosa ninguna, puesto quo habiéndoos enviado á él, veis vosotros mismos que no le ha tratado como un reo de muerte. Le aplicaré, pues, algún castigo, y le dejaré en libertad. Dcbia el gobernador por la Pascua darles libre un reo : mas toda la muchedumbre esclamó á una voz, diciendo : Quilanos de en medio á cstet y danos libre á Barrabás. Era éste un hombre que habia sido preso por haber esettado una sedición en la ciudad, y haber hecho en ella un homicidio. Pilato, que quería salvar á Jesns, les habló por segunda vez : pero ellos grifaban con mas esfuerzo: Crucíficalí», cruciíicalo. Por tercera vez so dirigió i\ ellos, y les dijo : ¿Qué mal es el que ha hecho este hombre? Yo no hallo en ét ningún crimen digno do nuierJe; así que, le castigaré y le dejaré libre. Mas elks multiplicaban las instancias , pidiendo á grandes voces cpie fuese crucificado. Y' prevaleciendo sus gritos, dispuso Pílalo el acceder á 811 petición. Dióles libre al que ellos querían y que había sido preso por una muerte y por una sedición, y les entregó á Jesns para que hiciesen de él 'Io que quisiesen. Guando le Hevahan, aprehendieron cierto hombre de Gireno , llamado Simón, que venia dé su casa de campo, para que llevase la cruz detrás de Jesus. Segnia, pues, á Jesns nna gran muchedumbre de! pueblo, y mujeres que lloraban y se lamentaban de él. Volviéndose entonces á ellas : Hijas de Jerusaien , las dijo, no lloréis por mí. llorad sí por vosotras mismas y por vuestros hijos; porque hé aqni que viene el tiempo en que se

31G dpient dicere montibm : Cadite super nos; et coUibus : Operile nos. Qaia si in viridi tigno hosc faciunt, in árido quid fiel? C. Du~ cebanlur autcm et alii dúo nequam cum eo, nt interficerenlur. El postquam venerunt in locum, qui vocnlur Calvariw, ibi crucifixerunl eum; el latroncs, unum a dexlris, et alierum a sinisiris. Jesús au~ íem dicebat:l'ater, dimitte illis : nonenim sciunt quid faciunt. C. Dividentes vero vestimenta ejus , miscrunt sortes. El slabat populus spectans, el deridebant eum principes cum eis, dicentes : S. Alios salvos fecit: se salvum fiat, si hic est Chrislus Dei electus. C. Illudebanl autem et milites accedentes, et acelum ojferenles ei, el dicentes: S. Si tu es Rex Judaorum, salvum tefac. C. Eral autcm et svpcrscriptio scripta super eum litleris graxis, et latinis, el hebraicis : Ilic est Kcx Judaiorum. Unus autem de Ais, qui pendebant, latronibus, blasphemabat eumy dicens : S. Si tu es Chrislus, salvum fac lemelipsum, el nos. C. Ilespondens autem altcr, increpabal eum, dicens : S. Ñeque tu times Deum, quod in eadem damnalione es. El nos quidem juste, nam digna faclis rescipimus: hic vero nihil rnali gessil. C. Et dicebat ad Jesum : S. Domine, memento mei, aun veneris in reynum tuum. C. Et dixit illi Jesús : >í< Amen dico tibi: Ilodie mecum eris in paradiso. C. Eral autcm fere hora sexta, el lenebm factee sunl in uniwrsam terram usque in horam nonam. Et obsmralus est sol: et velara templi scissum est médium. Elclamans vocc magna Jesús, nil: ij< Pater, in manus luus cornmendo spii ilum meum. C. El hcec dicens, MIERCOLES dirá : Dichosas las estenios y las entrañas que no Lan llevado hijos , y los pechos que no han laclado. Entonces comenzarán á decir á los montes : caed sobre nosotros, y a los collados, cubridnos : porque si esto se hace en el lefio verde, en el seco ¿qué se hará? Conducíanle, pues, y con él otros dos criminales para quitarles la vida; y cuando ya hubieron llegado al sitio llamado expiravit. (Ilic genuflectitur, etpausaturaliquantulum.) Videns aulem Cenlurio quod faclum fueral, glorificavil Deum, dicens: S. Veré hic homo justus eral. C. El omnis turba eorum, qui simul aderant ad spectaculum istud, et videbanl quee fiebant, percutientes pectora sua rever lebanlur. Siabant autem omnes noti ejus a Ion- Calvario, crucificaron ge, et múlieres, quw secu- allí á Jesús y con él á los dos ladrones, uno á su derecha y ke eum erant á Galilm, hwc videntes. otro á Su izquierda. En esto tiempo decía Jesús : l'adre mujeres que le habían seguido mió, perdonadles, porque no saben lo que hacen. Dividieron los soldados sus vestidos , sacándolos á la pueblo, que presenciaba el espectáculo, y los principales de la nación con él, se mofaban , diciendo : A otros ha salvado; sálvese, pues, á sí mismo, si es el Cristo elegido de Dios. Burlábanse también de él los soldados, y acercándose le presentaban vinagre, y le decian : Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate la vida. Veíase escrito sobre su cabeza en griego, en lalin y en hebreo : Este es el Rey de los judíos. Uno de los ladrones que estaban cruciücados blasfemaba contra él, diciendo : Si tú eres el Cristo, sálvate á tí y á nosotros. Mas el otro, tomando la palabra, le reprendía : Qué, le decia, ¿tú tampoco temes á Dios, no obstante que estás condenado al mismo suplicio ? Y por lo que hace á nosotros, no es sin causa, porque redijimos la pena que merecemos por nuestros crímenes ; pero él no ha hecho ningún mal. Y volviéndose á Jesús, le dijo : Señor, acordaos de mí cuando huhiereis entrado en vuestro reino. En verdad te digo, le respondió Jesús, que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso. Era cerca de la hora de sexta, y las tinieblas se estendieron por toda la tierra hasta la hora de nona; el sol se oscureció, y el velo del templo se desgarró por medio. A este tiempo esclamó Jesús con una gran voz: Padre mió, en vuestras manos encomiendo mí alma. Y diciendo estas palabras, espiró. (Aquí todos se arrodillan.) Entonces el centurión, que había visto todo lo quo había pasado, dió gloria á Dios, y dijo: Verdaderamente este era un hombre santo. Todos los que hablan estado presentes á este espectáculo, y que consideraban lo que acababa de suceder, se volvían dándose golpes en el pecho. Todas las personas conocidas suyas, y las de Galilea , estaban en pié á un lado viendo lo que pasaba. Et ecce vil nomine Jo~ Y hé aquí que un oficial lla­ suerte. El seph, qui eral decurio, vir mado José, hombre de probi­ boms et justas : hic non dad y muy virtuoso, quo no consenserat cpnsilio, el actibus eonm, ab Arimasignio ni en los escesos de los había lomado parte en el detha>a civilale Judwce, qui judíos, natural de Arimathea, expeclabat et ipse regnum ciudad de la Judea, y que esperaba también el reino de Dei. Ilic accessit ad Pilalum, elpeliil corpus Jesu: Dios, fué á verse con Pílalo y et depositum involvit sin-' le pidió el cuerpo de Jesús, y done, el pomit eum in monumento excisso, in quo vió en una sábana y le puso habiéndole bajado, le envol­ nondum quisquam positus en un sepulcro, abierto en fueral. una roca, en el cual ninguno había sido puesto todavía. MEDITACION. De la pasión de nuestro Señor Jesucristo en la ciudad de Jerusalen. PoMOPHiMERO.—Considera cuál debió ser la confusión del Salvador del mundo cuando se vió atado como un criminal, llevado con infamia por las calles de Jerusalen como un malvado , cargado do oprobios y de maldiciones por todo aquel pueblo que ya no le miraba sino como un impostor, un falso profeta, un encantador, ¡líuen Dios! ¡qué ignominiosa os esta primera escena! ¡qué suplicio puede darse mas amargo, ni mas humillante! Sin embargo, esto no es todavía mas que'el preludio. Nosotros no ignoramos la multitud espantosa de tormentos, á cual mas crueles, que se hicieron sufrir á Jesucristo ; nos lo representamos hasta en su pormenor; sabemos todas sus circunstancias ; pero al través de esta barbarie inimaginable de malos tratamientos, en medio de aquella granizada de azotes; por mas desfigurado que esté Jesucristo, no le confundamos con el resto de los hombres: reconozcamos por en medio de las llagas , bajo la corona de espinas, sobre la cruz, á nuestro Criador, nuestro Salvador, nuestro Dios y nuestro Padre. ¡Jesucristo , el soberano Juez de todos ¡os mortales , la inocencia y lasanlidad misma á los piés de un juez iinpío> que le condena á muerte como al mas infame de todos los

n Viliuí; Dei? C. Qui aü:<br />

fu dicitis-, (¡uia cgo<br />

aum. C. Al ilii dixerml :<br />

S. Quid adhuo <strong>de</strong>sidcramm<br />

testmonium? ijtsi<br />

enim andivirnus <strong>de</strong> ore<br />

i'jits. C. El surgens omnis<br />

iimfiUudo eontm, dnxertmt<br />

illum ad Pitulum.<br />

Cwperunt aulem illum acensare,<br />

dicentes : S. Hunc<br />

invenimm subvertentem<br />

(jenim nosíríiírt, et prohihentem<br />

tributa dari Cai~<br />

sari, ct dicenlem se Chmtum<br />

liegm esse. G. l'ila-<br />

(us autem inierrogaiñt<br />

mm, dicens: S. Tu es Ilex<br />

Judceorum? G. Al Ule respon<strong>de</strong>ns,<br />

ait: )J< í'M dids.<br />

C. Ail aulem Pilalus<br />

ad jirimipes sacerdolum,<br />

ct turbas : S. Nihil invernó<br />

causa; in hoc homim.<br />

C. Al illi invalescebant,<br />

dicentes : S. Commovet<br />

popidum, docens per universam<br />

Judwam, incipiens<br />

á Galilwa usque huc. G.<br />

Pilalus autem audkns<br />

Gatilmm, interrogaoü si<br />

homo Calilms esset. Et<br />

ni cogmvil quod <strong>de</strong> Ilerodispoleslale<br />

esset, remisit<br />

eum ad llero<strong>de</strong>m, qui et<br />

ipse Jcrosolymis eral illis<br />

diebus. Ikro<strong>de</strong>s aulem,<br />

viso Jesu, gavisus est mi<strong>de</strong>.<br />

Eral enim cvpiens ex<br />

multo tempere vi<strong>de</strong>reeum,<br />

fo quod audierat mulla <strong>de</strong><br />

eo, el sperabat sigmm<br />

aliquod vi<strong>de</strong>re ab eo fíeri.<br />

JnU'rwfjabat aulem evm<br />

mulíh fiermonibus. Al ipse<br />

nihil illi rcspon<strong>de</strong>bal.<br />

Slabant autem principes<br />

saccrdolum, el smbai<br />

conslanler acensantes eum.<br />

Sprecit autem illuni fiero<strong>de</strong>s<br />

am exercitn suo : et<br />

illusil indiilum veste alba,<br />

ct remisit ad Pilalum. Et<br />

f'icli sunt amici fícro<strong>de</strong>s et<br />

Pilalus hi ipsa dic i nam<br />

(intea inmiei eranl ad inmem.<br />

Pilalus aulem convoc.aiis<br />

principibus sacerdolum,<br />

et magislraúhus,<br />

el plebe, dixü 'ad Utos : S.<br />

Obtulisiis mihi hunc honüncm<br />

, quasi uvertentem<br />

SANTO.<br />

respondió : Asi es, como vosotros<br />

lo <strong>de</strong>cís, que yo soy. A<br />

coníccnencia do esto dijeron :<br />

¿ Qué necesidnd tenemos <strong>de</strong><br />

otros leslimonios , puesto que<br />

nosotros mismos acabamos <strong>de</strong><br />

oírselo <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> su propia boca?<br />

Toda la nuichodumbre que<br />

allí estaba reunida se levantó,<br />

y lo llevaron á Pilato , ante<br />

quien empezaron á acusarle,<br />

diciendo : Hemos encontrado á<br />

este hombre que alborotaba<br />

nuestra nación, prohibía pagar<br />

el tributo al Cé:^ar y se daba á<br />

sí mismo el nombre do Cristo<br />

y <strong>de</strong> Rey. Preguntóle, pues ,<br />

l'ilato : ¿Hres tú, le dijo, el<br />

Rey <strong>de</strong> los judíos? Tú lo has<br />

dicho, le respondió. Enseguida<br />

dijo Pilato á los príncipes <strong>de</strong><br />

los sacerdotes y á la multitud<br />

que allí se habla agolpado :<br />

Yo no encuenlro en este hombre<br />

motivo alguno para con<strong>de</strong>narle.<br />

Mas ellos instaban con<br />

mayor fuerza , diciendo : Escita<br />

al pueblo á la rebelión ,<br />

sembrando su doctrina por toda<br />

!a Ju<strong>de</strong>a, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Galilea<br />

hasta aquí. Oyendo Pilato<br />

nombrar á Galilea, preguntó<br />

si aquel hombre era galileo,<br />

y cuando entendió que Jesús<br />

era <strong>de</strong> la jurisdicción <strong>de</strong> Hero<strong>de</strong>s,<br />

le remitió al mismo Uerodcs<br />

que por aquellos (lias se<br />

hallaba en Jerusaien. Viendo<br />

Uero<strong>de</strong>s á Jesus se alegró mucho<br />

, porque habia mucho<br />

tiempo que <strong>de</strong>seaba verle, en<br />

razón <strong>de</strong> que habia oido hablar<br />

muchas cosas <strong>de</strong> él, y esperaba<br />

verle hacer algún milagro.<br />

Hizole muchas preguntas,<br />

pero Jesús no le dló ninguna<br />

respuesta. Micnlras lauto<br />

los príncipes <strong>de</strong> los sacerdotes<br />

y los escribas persisüan<br />

tenazmente acusándole. Mas<br />

Uero<strong>de</strong>s, con la gente <strong>de</strong> su<br />

guardia , le <strong>de</strong>spreció; y habiéndole<br />

hecho poner una tú-<br />

IIlea Manca, se burló <strong>de</strong> él y le<br />

volvió a Pítalo. Des<strong>de</strong> aquel<br />

mismo dia quedaron reconciliados<br />

Uero<strong>de</strong>s y Pilato, que<br />

ántes eran multiamenle enemigos.<br />

Habiendo Pilato llamado<br />

inmediatamente á los príncipes<br />

<strong>de</strong> ios sacerdotes, los<br />

magislradüs y el pueblo ; les<br />

popukm : et ecce ego coram<br />

vobis inlerrogans,<br />

mllam eausam inveni in<br />

homine islo ex his, in quibus<br />

eum acensa lis.<br />

Sed<br />

ñeque Uero<strong>de</strong>s, mmremisi<br />

vos ad itlwm, et ecce nihil<br />

digmm morte actum<br />

est ei. Emendatmn ergo<br />

ilhm dimiltam. C. Neccsse<br />

autem habebat dimitiere<br />

eis per diem festum ,<br />

umm.<br />

Exelamavit autem<br />

simtd universa turba, dicens-<br />

•: S. Tolle hunc, ct<br />

dimilíe nohis Barabbam.<br />

G. Qui eral propter seditionem<br />

quamdam faetam<br />

in civitale et homicidimn ,<br />

missus in carcerem. Itcrum<br />

aulem Pilalus locutus<br />

est ad eos, volens dimitiere<br />

Jesum. At illi succlamabant,<br />

dicentes : S.<br />

Cruciflge, crucifige eum.<br />

G. lüe awlem terlio dixii<br />

ad illos : S. Quid enim<br />

malí<br />

fecü iste? mllam<br />

eausam monis mvenio í»<br />

eo : corripiam ergo illum,<br />

ct dimiilam. G. At illi instabanl<br />

vocibus magnis<br />

poslulantes ut crucifigeretur<br />

: et involescehanl voces<br />

corum. El Pilalus adjudicavit<br />

fteri petiíionem<br />

eorum. Dbmsil autem illis<br />

eum, qui propter homiddium<br />

et sedilionem missus<br />

fuerat in carcerem, quem<br />

peicbant : Jesum vero tradidil<br />

volmtali eorum. Et<br />

enm ducerenteum, apprehen<strong>de</strong>runl<br />

Simonem quemdam<br />

Cyrencnsem, venienlem<br />

<strong>de</strong> villa : et impnsuerunt<br />

illi crucem porlnrc<br />

post Jesum. SeffucbaUtr<br />

autem illum muha turba<br />

populi, el mulicrum, qrm<br />

plangebant, et lainmUtbantur<br />

cnm.<br />

Comer sus<br />

autem ad illas Jesús, dixil<br />

: )J< Filiai Jerusatcm,<br />

nolite jkre super me, sed<br />

super vos ipsas flete, el<br />

snper liíios veslros. Quoniam<br />

ecce vmienl dies in<br />

quibus dicent: Beata; sleriles,<br />

et venlres, qvinon<br />

genuerunt, el uhera, qnce<br />

non hutavermt! Tuncin-<br />

315<br />

dijo : Vosotros mo habéis presentado<br />

este hombre como un<br />

revoltoso que conmovía al<br />

puehlo, y vosotros mismos<br />

veis que le he preguntado en<br />

presencia vuestra, sin que haya<br />

enconírado en él nsolivo alguno<br />

para con<strong>de</strong>narie por los<br />

puntos <strong>de</strong> que lo acusai?. Nt<br />

tampoco Uero<strong>de</strong>s ha encontrado<br />

cosa ninguna, puesto quo<br />

habiéndoos enviado á él, veis<br />

vosotros mismos que no le ha<br />

tratado como un reo <strong>de</strong> muerte.<br />

Le aplicaré, pues, algún<br />

castigo, y le <strong>de</strong>jaré en libertad.<br />

Dcbia el gobernador por<br />

la Pascua darles libre un reo :<br />

mas toda la muchedumbre<br />

esclamó á una voz, diciendo :<br />

Quilanos <strong>de</strong> en medio á cstet<br />

y danos libre á Barrabás. Era<br />

éste un hombre que habia sido<br />

preso por haber esettado una<br />

sedición en la ciudad, y haber<br />

hecho en ella un homicidio.<br />

Pilato, que quería salvar á Jesns,<br />

les habló por segunda<br />

vez : pero ellos grifaban con<br />

mas esfuerzo: Crucíficalí», cruciíicalo.<br />

Por tercera vez so<br />

dirigió i\ ellos, y les dijo :<br />

¿Qué mal es el que ha hecho<br />

este hombre? Yo no hallo en<br />

ét ningún crimen digno do<br />

nuierJe; así que, le castigaré y<br />

le <strong>de</strong>jaré libre. Mas elks<br />

multiplicaban las instancias ,<br />

pidiendo á gran<strong>de</strong>s voces cpie<br />

fuese crucificado. Y' prevaleciendo<br />

sus gritos, dispuso Pílalo<br />

el acce<strong>de</strong>r á 811 petición.<br />

Dióles libre al que ellos querían<br />

y que había sido preso<br />

por una muerte y por una sedición,<br />

y les entregó á Jesns<br />

para que hiciesen <strong>de</strong> él 'Io que<br />

quisiesen. Guando le Hevahan,<br />

aprehendieron cierto hombre<br />

<strong>de</strong> Gireno , llamado Simón,<br />

que venia dé su casa <strong>de</strong> campo,<br />

para que llevase la cruz<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> Jesus. Segnia, pues,<br />

á Jesns nna gran muchedumbre<br />

<strong>de</strong>! pueblo, y mujeres que<br />

lloraban y se lamentaban <strong>de</strong><br />

él. Volviéndose entonces á<br />

ellas : Hijas <strong>de</strong> Jerusaien , las<br />

dijo, no lloréis por mí. llorad<br />

sí por vosotras mismas y por<br />

vuestros hijos; porque hé aqni<br />

que viene el tiempo en que se

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