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278 SABADO<br />
jamás su pecado (leíanle <strong>de</strong><br />
vuestros ojos: sean arruinados<br />
en vuestra presencia,<br />
y traíadiossegún vuestra severidad<br />
en el tiempo <strong>de</strong><br />
vuestro furor, Seflor Dios<br />
nuestro.<br />
Lo que dice aquí el Profeta á manera <strong>de</strong> imprecación,<br />
y al parecer como por un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> venganza, es una simple<br />
predicción, cuya verdad y efecto conocía el Profeta.<br />
Dice que les suceda esto, en lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, esto les suce<strong>de</strong>rá.<br />
Este modo <strong>de</strong> hablar es familiar á los profetas. Por<br />
la espresion <strong>de</strong> ladrón, entien<strong>de</strong> Jeremías á Nabucodonosor,<br />
que muy pronto <strong>de</strong>spués conquistó y se apo<strong>de</strong>ró sin<br />
ningún <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> toda la Ju<strong>de</strong>a. Todas eslas <strong>de</strong>sgracias<br />
que predice el Profeta, y que él mismo vió suce<strong>de</strong>r, eran<br />
la figura <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sgracias infinitas que <strong>de</strong>bían suce<strong>de</strong>r á<br />
los judíos en castigo <strong>de</strong>l horrible <strong>de</strong>icidio cometido en la<br />
persona <strong>de</strong>l Mesías.<br />
REFLEXIONES.<br />
«Venid, maltratémosle con los tiros <strong>de</strong> nuestras lenguas,<br />
y no hagamos caso alguno <strong>de</strong> todos sus discursos.» Hé<br />
aquí lo que se reduce todo el odio, toda la rabia <strong>de</strong> los<br />
enemigos déla virtud contra los buenos. Un <strong>de</strong>sprecio insolente<br />
<strong>de</strong> sus sabios consejos y <strong>de</strong> sus buenos ejemplos;<br />
zumbas picantes, empalagosos chistes, discursos eslravagantes,<br />
negras calumnias, hó aquí las armas, hé aquí los<br />
medios miserables, <strong>de</strong> que el mundo, el libertinaje y la<br />
herejía se sirven para vengarse <strong>de</strong>l agravio que les hace<br />
la verda<strong>de</strong>ra virtud con su exacta probidad, y <strong>de</strong>l disgusto<br />
que les causan las gentes <strong>de</strong> bien con la pureza <strong>de</strong> sus costumbres,<br />
con el resplandor <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s ejemplos. «No<br />
hagamos caso alguno <strong>de</strong> todos sus discursos.» Una vida<br />
inocente, una conducta irreprensible y religiosa, una sólida<br />
<strong>de</strong>voción, son lecciones mudas, pero elocuentes y patéticas,<br />
<strong>de</strong> que los mundanos y los libertinos no pue<strong>de</strong>n<br />
gustar, y que les incomodan por la continua censura que<br />
hacen <strong>de</strong> sus estravios y <strong>de</strong> su insigne locura. Pregúntase<br />
¿<strong>de</strong> don<strong>de</strong> nace que los impíos hayan estado siempre <strong>de</strong><br />
lan mal humor contra las personas piadosas, no obstante<br />
que la mo<strong>de</strong>stia y la mo<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> estas, igualmente que<br />
su espíritu <strong>de</strong> retiro y <strong>de</strong> soledad <strong>de</strong>biesen ponerlas al<br />
abrigo <strong>de</strong>l encono délos libertinos? Pero ¿quién no re que<br />
esto mismo es, quiero <strong>de</strong>cir, esta regularidad <strong>de</strong> costumbres,<br />
esta conducta lan edificante, la que encien<strong>de</strong> su bilis?<br />
Este contraste pone enteramente <strong>de</strong> manifiesto lo que<br />
hay <strong>de</strong> mas irreligioso, <strong>de</strong> mas <strong>de</strong>fectuoso y <strong>de</strong> mas indigno<br />
en la <strong>de</strong>sarreglada conducta <strong>de</strong> las personas mundanas,<br />
y el brillo inamisible <strong>de</strong> la virtud penetra hasta el<br />
fondo <strong>de</strong> su conciencia, \ j causa, á pesar suyo, en ella<br />
crueles remordimientos. Irritados furiosamente contra los<br />
que vienen á turbaras! su funesto reposo, ce arrebatan,<br />
se alteran, conspiran contra el justo, y querrían esterminarle<br />
<strong>de</strong> sobre la faz <strong>de</strong> la tierra, para no verse turbados<br />
en su falsa seguridad. En <strong>de</strong>fecto <strong>de</strong> otras armas, emplean<br />
los tiros <strong>de</strong> sus lenguas para herirles. Mo hay acción limpia<br />
que ellos no ennegrezcan; no hay obra buena que no<br />
<strong>de</strong>sacrediten; no hay práctica <strong>de</strong> piedad <strong>de</strong> que no se mofen<br />
néciamcnle. Si su negra malicia no pue<strong>de</strong> oscurecer<br />
una conduela y una probidad que aplaudo todo hombre<br />
racional, se agarran á la intención y á los motivos; y viéndose<br />
lan horrorosos y lan disformes á los ojos cristianos,<br />
querrían por lo ménos persuadirá los simples qué no hay<br />
verda<strong>de</strong>ra virtud sobre la tierra. De aquí aquellas murmuraciones,<br />
aquellos discursos irreligiosos, aquellas calumnias<br />
horribles. Pero ¿qué pue<strong>de</strong> toda su malignidad<br />
contra la verda<strong>de</strong>ra virtud? Ella no pue<strong>de</strong> oscurecerse<br />
sino á los espíritus ciegos. Lo que hace la virtud en el corazón<br />
corrompido <strong>de</strong> los libertinos, lo hace la verdad en<br />
el espíritu dañado <strong>de</strong> los herejes; es el espíritu <strong>de</strong>l error<br />
el que les anima contra los católicos; sus ciernas calumnias<br />
prueban sus estravios y sus errores.<br />
-ti!'<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la misa es tomado <strong>de</strong>l <strong>de</strong> san Juan,<br />
En aquel tiempo, pensa-<br />
ron los príncipes <strong>de</strong> los sn-<br />
In illo tempore: Cogitaverant<br />
principes sacerdotum<br />
wt el Lazarum interficerent:<br />
quia mullipropter ülum abibant<br />
ex Judceis, el cre<strong>de</strong>bant<br />
in Jesum. In crastimm awteni<br />
turba mulla, quee venerant<br />
ad diem feslum, cum<br />
audissent quia venil Jesús<br />
Jerosolymam: accepermt ramos<br />
palmarum, etprocesserunt<br />
obviara ei, et clamabant:<br />
Hosanna , benedictus<br />
qui venit in nomine Domini,<br />
Rcx Israel. Et invenit Jesús<br />
asellum, et sedit super cum,<br />
sicut scriplum est: Noli timere,<br />
filia Sion: ecce Rex<br />
tuus venit se<strong>de</strong>ns super pullum<br />
asinai. Ucee non cognoverunt<br />
discipuli ejus primum,<br />
sed quando glorificatus<br />
est Jesús, tune recordati<br />
sunl, quia hcec erant scripta<br />
<strong>de</strong> eo, el hm fecentnt ei. Teslimonium<br />
ergo perhibebat<br />
turba, queo eral cmi eo,<br />
quando Lazarum vocavil <strong>de</strong><br />
monumento , et suscitavit<br />
eum a mortuis. Propterea et<br />
obviam venil ei turba, quia<br />
audierunt eum fecisse hoc<br />
signum. Phariswi ergo dixerunt<br />
ad semelipsos: Vi<strong>de</strong>tis<br />
quia nihil profiemus? Ecce<br />
mundus totuspost eum abiit,<br />
Eranl autemquidam gentiles<br />
ex his,<br />
qui ascen<strong>de</strong>ránt ut<br />
capitulo 1%.<br />
adorarent in die (esto. Ili ergo<br />
accesserunt adPhilippum,<br />
qui erat a Bethsaida Gali-<br />
Icece, el rogabant eum, dicentes<br />
: Domine, volumus Jesum<br />
vi<strong>de</strong>re. Venit Philippus, et<br />
dicil Andrece: Andreas rvrsum<br />
et Philippus dixermt<br />
Jesu. Jesús autem respondü<br />
cts, dteens: Venit hora , ut<br />
cerdoles dar la muerte á<br />
Lázaro; porque á causa <strong>de</strong><br />
él, muchos judíos les <strong>de</strong>jaban<br />
y creían en Jesús. Al<br />
otro dia una turba numerosa<br />
que había venido para<br />
la fiesta, habiendo oído <strong>de</strong>cir<br />
que Jesus venia á Jerusalen,<br />
lomó ramas <strong>de</strong> palmasóle<br />
salieron al encuentro<br />
clamando: «Hosanna,»<br />
bendito sea el rey <strong>de</strong> Israel<br />
que viene en el nombre <strong>de</strong>l<br />
Señor. Y Jesus encontró un<br />
borriquitoy se montó en éU<br />
según lo que está escrilo:<br />
No temas, hija <strong>de</strong> Sion, hé<br />
aquí tu Rey que viene montado<br />
en un asnillo. <strong>Los</strong> discípulos<br />
no entendieron esto<br />
al pronto, sino cuando Jesus<br />
fué glorificado ; entonces so<br />
acordaron que estas cosas<br />
habían sido escritas <strong>de</strong> él,<br />
y que todas le habían así sucedido.<br />
Las gentes que le<br />
acompañaban cuando mandó<br />
á Lázaro que saliese <strong>de</strong>l<br />
sepulcro, y le resucitó <strong>de</strong><br />
entre los muertos, daban testimonio<br />
<strong>de</strong> él. Por esto,<br />
porque el pueblo había oido<br />
que había obrado este pórtenlo,<br />
salieron á encontrarle.<br />
Dijéronse, pues, los fariseos<br />
recíprocamente: ¿No<br />
veis que nada hacemos, ni<br />
aprovechamos cosa alguna?<br />
Ved, pues, cómo todo oj<br />
mundo le sigue. Algunos <strong>de</strong><br />
los gentiles que habían venido<br />
para adorar en el dia<br />
<strong>de</strong> la fiesta, se acercaron á<br />
Felipe que era <strong>de</strong>IJelhsiida<br />
en Galilea, y le rogaron, diciéndole:<br />
Señor, nosotros