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260 MIÉRCOLES<br />
por gu autoridad, por eu nacimiento, mas duros son por<br />
lo común por el jornalero y el artesano. Han puesto los<br />
infelices su dinero y su trabajo, y ¡y cuántos viajes, buen<br />
Dios, cuántas visitas tienen que hacer! ¡cuántossinsabores<br />
que sufrirl ¡cuántas sequeda<strong>de</strong>s que oir para hacerse otra<br />
vez con ellol Después do muchos meses, <strong>de</strong> años enteros<br />
<strong>de</strong> dilaciones, <strong>de</strong> negativas, apenas se atreven á presentarse.<br />
No se les pregunta lo que se les <strong>de</strong>be, y se les recibe<br />
como si kesen á pedir una limosna. Hay quien no<br />
tiene mas esplendor que el vestido, el cual lo <strong>de</strong>be aun al<br />
merca<strong>de</strong>r, y se arrebata y carga <strong>de</strong> injurias al que viene<br />
á pedir que le pague. ¡Qué <strong>de</strong> gentes arruinadas, qué <strong>de</strong><br />
familias empeñadas, que <strong>de</strong> pobres artesanos pidiendo limosna<br />
por esta especie <strong>de</strong> robos públicos! Un gran sefior<br />
cree que un trabajador le falta al respeto cuando le<br />
pi<strong>de</strong> su salario: por mas que se presente suplicando, jamás<br />
es bien recibido cuando pi<strong>de</strong>. Conócese bien que nada<br />
hay mas justo que esto; pero se creerla al parecer <strong>de</strong>shonrado<br />
presentándose como <strong>de</strong>udor. Así un hombre envanecido<br />
con su clase, con su crédito, con su nombre, una mujer<br />
mundana, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber perdido al juego hasta el salario<br />
<strong>de</strong> los trabajadores y <strong>de</strong> los domésticos, pagan solo<br />
con injurias á sus acreedores. No quedo en vuestro<br />
po<strong>de</strong>r hasta el día siguiente la paga <strong>de</strong> los trabajadores,<br />
<strong>de</strong> los merca<strong>de</strong>res y <strong>de</strong> los jornaleros, lil Señor<br />
vuestro Dios es el que impono este mandamiento.<br />
¿Y se observa como es <strong>de</strong>bido este precepto? No solamente<br />
permanece en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor la paga <strong>de</strong> los jornaloros<br />
hasta el dia siguiente; ¿cuántos meses, y á veces<br />
cuántos años so está reclamando, sin que se logre cobrarlo?<br />
Ese dinero, ese salario que negáis, cuyo pago dilatáis,<br />
es precio <strong>de</strong>l trabajo, <strong>de</strong>l sudor <strong>de</strong>l artesano: la sangre<br />
do Abel clamaba al cielo pidiendo justicia contra el<br />
asesino; temed que el sudor <strong>de</strong>l jornalero no clame á Dios<br />
pidiendo justicia <strong>de</strong>l robo. ¡Qué ¡njusticial Quiérese ser<br />
servido en el dia <strong>de</strong>terminado, quiérese la obra, aunque<br />
sea necesario trabajar tenia la noche, y <strong>de</strong>spués se hace<br />
esperar meses enteros por la paga.<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la misa es tomado <strong>de</strong>l <strong>de</strong> san Juan, c. 10.<br />
Tn illo lempora : Facta<br />
sunt EnccemainJerosohjmis,<br />
el hiems eral. El ambulabat<br />
Jesus in templo, in porticu<br />
Salomonis. Cireum<strong>de</strong>dcrúnt<br />
crgo eum Judiei, el dicebant<br />
ci:Quousqueanimamnoslram<br />
tollis? si ta es Christus, dic<br />
nobis ¡mlarn. liespondit eis<br />
Jesus: Loquorvobis, ct non<br />
credilis : opera, quee ego fació<br />
in nomine l'alris mei,<br />
hwc testimonium perhibent<br />
<strong>de</strong> me. Sed vos non credttis,<br />
quia non estis ex ovibus meis.<br />
Oves mece vocem meam audiunt,<br />
et ego cognosco eas, et<br />
sequuntur me: et ego vitam<br />
aelernam do eis, et nonperi~<br />
buni in wternum, el non rapiet<br />
cas '/fuisquam <strong>de</strong>- manu<br />
En aquel tiempo se solemnizaba<br />
en Jcrusalcn la<br />
fiesta <strong>de</strong> la renovación <strong>de</strong>l<br />
templo, y era invierno. Paseábase<br />
Jesus en el templo,<br />
en el pórtico <strong>de</strong> Salomón, y<br />
poniéndose los judíos en re<strong>de</strong>dor<br />
<strong>de</strong> él, le<strong>de</strong>cian; ¿Hasta<br />
cuándo nos has <strong>de</strong> tener<br />
en ansiedad? Si tú eres el<br />
Cristo, dínoslo claramente.<br />
Respondióles, pues, Jesús:<br />
Os hablo, y no me creéis.<br />
Las obras que yo hago en<br />
nombre <strong>de</strong> mi Padre, dan<br />
testimonio <strong>de</strong> mí; pero vosotros<br />
no creéis, porque no<br />
sois <strong>de</strong> mis ovejas: mis ovejas<br />
oyen mi voz, yo las conozco,<br />
y ellas me siguen. Yo<br />
les doy la vida eterna, y no<br />
mea. Pater meus quod <strong>de</strong>dil<br />
miJii, majas ómnibus est: et<br />
nemo potest rapere <strong>de</strong> manu<br />
Patris mei. Ego el Pater<br />
unum sumus. Suslulerunl<br />
ergo lapi<strong>de</strong>s Judcei, ut lapidarent<br />
eum. Rcspondil eis<br />
Jesus: Mulla bona opera os~<br />
tendi vobis ex Paire meo ;<br />
propter quod eonm opus me<br />
lapidalis ? Respon<strong>de</strong>runt á<br />
Judwi: De bono opere non<br />
lapidamus le, sed <strong>de</strong> blasphemia<br />
: et quia tu homo cum<br />
sis, facis leipsum Veum. Respondil<br />
eis Jesus : Nonne<br />
scriplum est in lege veslra:<br />
Quia ego dixi, dii estis ? Si<br />
tilos dixü déos, ad quos sermo<br />
Dei ¡actas est, et non potest<br />
solví Scriptura: quem<br />
Paler sanclificavil, et misil<br />
in mmdum, vos dicilis: Quia<br />
Uasphemas: quia dixi, Filius<br />
Dei sum? Si non fado<br />
opera Patris mei, nolite ere<strong>de</strong>re<br />
mihi. Si autem fació: el<br />
si mihi non vultis cre<strong>de</strong>re,<br />
operibus credite, ul cognoscalis,<br />
et credatis quia Paler<br />
in me est, el ego in Paler.<br />
se per<strong>de</strong>rán eternamente, y<br />
ninguno hay que las arranque<br />
<strong>de</strong> mis manos. Lo que<br />
mi Padre me ha dado, es<br />
sobre todas las cosas, y nadie<br />
pue<strong>de</strong> arrebatarlo <strong>de</strong> la<br />
mano <strong>de</strong> mi Padre. Mi Padre<br />
y yo somos una misma cosa.<br />
Al oir esto los judíos, tomaron<br />
piedras para apedrearle.<br />
Díjoles entonces Jesus:<br />
Yo he hecho á vuestra vista<br />
muchas obras buenas por la<br />
virtud <strong>de</strong> mi Padre ; ¿por<br />
cuál <strong>de</strong> eslas obras me apedreáis<br />
? Respondiéronle los<br />
judíos: No es por las buenas<br />
obras por lo que te apedreamos,<br />
sino porque blasfemas,<br />
porque siendo hombre te haces<br />
á tí mismo Dios. Díjoles<br />
entonces Jesus: ¿No está escrito<br />
en vuestra ley: Yo he<br />
dicho, vosotros sois dioses?<br />
¿Qué? ¿habiendo llamado la<br />
ley dioses á aquellos á quienes<br />
hablaba, y nopudiendo<br />
ser <strong>de</strong>smentida la Escritura,<br />
me <strong>de</strong>cís á mí, que he sido<br />
saníiíicado y enviado al<br />
mundo por el Padre, que<br />
blasfemo, porque he dicho:<br />
Yo soy el Hijo <strong>de</strong> Dios? Si no<br />
hago las obras do mi Padre<br />
no me creáis; pero si las<br />
hago, y no queréis creerme<br />
á mí, creed á las obras, á<br />
fin <strong>de</strong> que conozcáis y creáis<br />
que el Padre está en mí y<br />
que yo estoy en él.<br />
MEDITACION.<br />
Sobre el camino déla perdición.<br />
PUNTO PIUMKHO.—Consi<strong>de</strong>ra que hay un camino que<br />
lleva á la perdición; el número <strong>de</strong> los que van por él ea<br />
gran<strong>de</strong>: ¿no somos nosotros <strong>de</strong> este número? No es difícil<br />
conocer cuál es este pernicioso camino; <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo que<br />
Jesucristo nos ha dicho <strong>de</strong> él, es muy difícil engañarnos.<br />
Camino ancho, camino trillado, moral cómodo y complaciente;<br />
nó, vosotros no fuisteis jamás el camino <strong>de</strong> la salvación.<br />
No hay uno entre los santos que no haya tomado<br />
otro camino. Esas avenidas tan floridas y tan llanas atraen<br />
la multitud; pero ¿á dón<strong>de</strong> conducen? Las flores trastornan<br />
la cabeza, el ruido atur<strong>de</strong>, camínase sin <strong>de</strong>sconfianza<br />
cuando se camina con mucha compañía, y por camino<br />
llano; pero ¿es allí el aire puro? ¿pue<strong>de</strong> uno <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse<br />
<strong>de</strong>l contagio que allí reina? ¿y pue<strong>de</strong> ser el cielo el término<br />
<strong>de</strong> un camine que aleja siempre mas <strong>de</strong> él?<br />
Es ancha la puerta, y espacioso el camino que lleva á<br />
la perdición. Formemos el sistema <strong>de</strong> conciencia que nos<br />
agradare; formémosla moral que senos antoje; hé aquí el