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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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por nn milagro á la porseciicion do los judíos; pero cabeza<br />

<strong>de</strong>niia religión (pie habia <strong>de</strong> ser siempre perseguida,<br />

no quiso hacer nada que no fuese posible á sus miembros<br />

el imilarlo. En la escuela <strong>de</strong>l mundo es una bajeza el ce<strong>de</strong>r<br />

uno á sus enemigos: en la escuela <strong>de</strong> Jesucristo, es<br />

una virlud, es gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> alma sufrir su violencia con<br />

resignación. Sin embargo, estando próxima la fiesta <strong>de</strong><br />

ios 'f abernáctilos, una <strong>de</strong> las mas célebres entre los judíos,<br />

la cual ocurría siempre en el mes <strong>de</strong> setiembre, le<br />

dijeron sus parientes (ya que lo fuesen en efecto por la<br />

santísima Virgen, ya que pasasen solamente por tales pollas<br />

relaciones con san José) que baria mucho mejor en ir<br />

h Ja<strong>de</strong>a y sobre lodo á Jci usalen, que en permanecer<br />

por mas tiempo en una provincia tan pequeña como la Galilea.<br />

(Juesi era enviado <strong>de</strong> Dios, como lo d- cia, si sus<br />

milagros eran obras <strong>de</strong> Dios, y pruebas efertas <strong>de</strong> la verdad<br />

<strong>de</strong> su doctrina y <strong>de</strong> la divinidad <strong>de</strong> su persona, no<br />

<strong>de</strong>bia sepultar en la oscuridad estos dones <strong>de</strong> Dios, y que<br />

<strong>de</strong>bia presentarse en público : que habiendo muchos discípulos<br />

en Jn<strong>de</strong>a y principalmente en Jerusalen, era preciso<br />

que los hiciese teiligos <strong>de</strong> las maravillas que obraba,<br />

para que <strong>de</strong> este modo se le aficionasen mas; y por fin,<br />

que en aquella capital era precisamente en don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bia<br />

dar seriales hriilanlos <strong>de</strong> lo que él era, y darse á conocer<br />

en el gran mundo. El <strong>de</strong>sprecio y la mofa lenian mas parte<br />

en este consejo, que la oslimacion y la buena fé ; porque<br />

los que ménos creían en Jesucristo, dice el Evangelio,<br />

eran sus mas próximos parientes; «coslumbrados á m¡-<br />

•"arle como uno <strong>de</strong> ellos, <strong>de</strong> la misma condición, <strong>de</strong> la mis-<br />

|8a familia que ellos, no hablan formado sobre él mas que<br />

'<strong>de</strong>as comunes, y no podían imaginarse que aquel que<br />

S't-'mpre habia pasado por el hijo <strong>de</strong> un artesano, pudiese<br />

s8r el Mesías. El Salvador les dtóuna resptiesla mislerio-<br />

8«j que pocos comprendieron. Todavía no ha llegado el<br />

tiempo para mí <strong>de</strong> ¡ral gran mundo; soy <strong>de</strong>masiadamente<br />

enemigo suyo, y mi espíritu es muy opuesto al suyo<br />

para que yo sea en él bien recibido ; por lo que hace<br />

á vosotros que tenéis su espíritu, y YÍVÍS según sus máximas,<br />

nada lencas que temer; el mundo recibe siempre<br />

bien á sus partidarios. Id vosotros á Jerusalen, para asistir<br />

allí el primer día <strong>de</strong> la fiesta. To no estaré allí en ese<br />

dia. En efecto, el Salvador no fué hasta la mitad <strong>de</strong> la oeli'va.<br />

En las gran<strong>de</strong>s'.solemnida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los judíos, como era<br />

la <strong>de</strong> los tabernáculos, habia dos días muy solem»es, el<br />

primero y el octavo, que era el dia <strong>de</strong> la octava, tan célebre<br />

como el primero. Jesucristo no fué á Jerusalen el<br />

primer dia <strong>de</strong> la fiesta: por loque hace á mí, no me hallaré<br />

en ese dia ; y da la razón <strong>de</strong> ello, porque sabia que<br />

los sacerdotes y los fariseos habían resuelto pren<strong>de</strong>rle el<br />

día <strong>de</strong> la fiesta, bien persuadidos <strong>de</strong> que vendría ¡á ella en<br />

pl primer dia, y como no habia llegado aun el tiempo <strong>de</strong>bírininado<br />

para su gran sacrificio, no quisó entregarse al<br />

furor <strong>de</strong> sus enemigos antes <strong>de</strong> tiempo. Mí tiempo, les d¡-<br />

Oe, aun no ha llegado; para vosotros que no tenéis nada<br />

que temer, es tiempo <strong>de</strong> que vayáis allá. Cuando se hubiere<br />

cumplido el tiempo <strong>de</strong> mí misión, yo mismo iré á<br />

enlregarme á la muerte para cumplir mi sacrificio. Per-<br />

"^lueció el Salvador todavía algunos días en la Galilea;<br />

sin embargo, fué á Jerusalen antes <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> la octava;<br />

"i"» la ra/on misma que le habia obligado á no ir allá el<br />

ll' imei dia, le obligó á no presentarse en público los úl-<br />

'i'tios. Su falla díó que hablar á la muchedumbre: los<br />

Í)E PASION.<br />

2¿3<br />

unos sostenían que era un santo; otros que participaban<br />

<strong>de</strong> los sentimientos y <strong>de</strong> la pasión <strong>de</strong> los fariseos, hablaban<br />

<strong>de</strong> él <strong>de</strong> un modo poco venlajoso. lié aquí lo que suce<strong>de</strong><br />

en todos tiempos. Cada uno piensa, cada uno habla<br />

según el espíritu <strong>de</strong> que está animado : si el espíritu es<br />

<strong>de</strong> Dios, nada mas mo<strong>de</strong>rado, nada mas carilalivo que<br />

sus juicios; mas si uno está animado <strong>de</strong> un espíritu do<br />

partido, todo se interpreta á mala parte. ISo obstante,<br />

nadie se atrevía á lomar abiertamente su partido, porque<br />

se temía á losjudíos. El respeto humano ha ejercido<br />

en todo tiempo sn tiranía, y cuando uno le sacrifica sus<br />

<strong>de</strong>beres y su conciencia, bien pronto le sacrifica su religión.<br />

La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> e<strong>de</strong> día es como sigue:<br />

ifostra tibi, Domine, queesumus,<br />

sinl accepta jejunia;<br />

quat nos el expiando gratia<br />

tua dignos efficiant; el ad<br />

rmedia perducanl ceterna.<br />

Per Dominum...<br />

Haced, Señor, que os sean<br />

agradables nuestros ayunos,<br />

á fin <strong>de</strong> que espiando nuestros<br />

pecados, nos bagan<br />

dignos <strong>de</strong> vuestra gracia, y<br />

nos sirvan <strong>de</strong> remedios para<br />

la vida eterna. Por nuestro<br />

Señor Jesucristo, etc.<br />

La Epístola está tomada <strong>de</strong>l capitulo U <strong>de</strong> la profecía <strong>de</strong><br />

Daniel.<br />

Ln diebus illis: Congrega-<br />

(t sunt Babglonii ad regem,<br />

el dixerunt ei: Tra<strong>de</strong> nolis<br />

Danielem, qui ¡kl <strong>de</strong>struxil,<br />

«t draconcm interfecit: atioquin<br />

inlerficiemus le, el domum<br />

luam. Vidil ergo rex<br />

quod irrucrent m ÍMTÍI vehementer<br />

: el necessitale compulsus.<br />

tradidit eis Danielcm.<br />

Qui miserunl \eum in lanm<br />

konum , PÉ eral ibi diebus<br />

s«x. Porro in lacu eranl leoves<br />

septem , et dabanlur eis<br />

dúo corpora quolidie, et duce<br />

o*e$: el tune non data sunt<br />

tis, vi <strong>de</strong>vorarent Danielem.<br />

Srat avtem Uabacucpropheta<br />

in Judaea, el ipse coxerat<br />

pulmenlum, et inlriveral panes<br />

in alveolo, el ibal in<br />

eampum ut ferrcl messori-<br />

¡ms. Dixitque ángelus Domi-<br />

«í ad Uabacuc: Fer pranditm,<br />

quod habes, in ¡iabylonem<br />

Danieli, qui est in lacu<br />

leomrn. Et dixit Uabacuc:<br />

Domine, Dabyíonem non vi-<br />

al campo á llevarlo á los sedi,<br />

el lacum nescio. El ap-<br />

En aquellos días, habiéndose<br />

congregado los babilonios,<br />

se presentaron al rey,<br />

y le dijeron: Entréganos á<br />

Daniel que ha <strong>de</strong>struido á<br />

Bel, y muerto al dragón; <strong>de</strong><br />

no hacerlo te quitamos á li<br />

la vida, y á toda tu casa,<br />

tiendo el rey que le estrechaban<br />

con tanta violencia,<br />

y obligado por la necesidad,<br />

Ies entregó á Daniel, al cual<br />

le arrojaron inmedíalamente<br />

en el lago <strong>de</strong> los leones,<br />

en el que permaneció seis<br />

días. Habia en el lago siete<br />

leones, á los que se les daban<br />

diariamenle dos cuerpos<br />

y dos ovejas, que en<br />

aquellos días no se les habían<br />

dado, para que <strong>de</strong>vorasen<br />

á Daniel. Estaba en<br />

en aquel tiempo en Ju<strong>de</strong>a el<br />

profeta Uabacuc; este habia<br />

preparado que comer , y<br />

puesta la sopa <strong>de</strong> pan empapada<br />

en una vasija, é iba<br />

gadores. Aparecióle el ánprehendit<br />

eum ángelus Do- gol <strong>de</strong>l Seilor, y ledijo: Eso<br />

mini in vértice ejus, el por- que llevas, llévalo á Babiloíartí<br />

cum capillo eapitis mi,<br />

posuitque eum in Babylone<br />

si'pra Utcnm in Ímpetu spi-<br />

está en el lago <strong>de</strong> los leones.<br />

Respondióle Ilabacuc : Seritus<br />

sui. El chmavil llaba^<br />

nía, para darlo á Daniel que<br />

ñor, jamas he estado en Ba-

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