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por nn milagro á la porseciicion do los judíos; pero cabeza<br />
<strong>de</strong>niia religión (pie habia <strong>de</strong> ser siempre perseguida,<br />
no quiso hacer nada que no fuese posible á sus miembros<br />
el imilarlo. En la escuela <strong>de</strong>l mundo es una bajeza el ce<strong>de</strong>r<br />
uno á sus enemigos: en la escuela <strong>de</strong> Jesucristo, es<br />
una virlud, es gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> alma sufrir su violencia con<br />
resignación. Sin embargo, estando próxima la fiesta <strong>de</strong><br />
ios 'f abernáctilos, una <strong>de</strong> las mas célebres entre los judíos,<br />
la cual ocurría siempre en el mes <strong>de</strong> setiembre, le<br />
dijeron sus parientes (ya que lo fuesen en efecto por la<br />
santísima Virgen, ya que pasasen solamente por tales pollas<br />
relaciones con san José) que baria mucho mejor en ir<br />
h Ja<strong>de</strong>a y sobre lodo á Jci usalen, que en permanecer<br />
por mas tiempo en una provincia tan pequeña como la Galilea.<br />
(Juesi era enviado <strong>de</strong> Dios, como lo d- cia, si sus<br />
milagros eran obras <strong>de</strong> Dios, y pruebas efertas <strong>de</strong> la verdad<br />
<strong>de</strong> su doctrina y <strong>de</strong> la divinidad <strong>de</strong> su persona, no<br />
<strong>de</strong>bia sepultar en la oscuridad estos dones <strong>de</strong> Dios, y que<br />
<strong>de</strong>bia presentarse en público : que habiendo muchos discípulos<br />
en Jn<strong>de</strong>a y principalmente en Jerusalen, era preciso<br />
que los hiciese teiligos <strong>de</strong> las maravillas que obraba,<br />
para que <strong>de</strong> este modo se le aficionasen mas; y por fin,<br />
que en aquella capital era precisamente en don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bia<br />
dar seriales hriilanlos <strong>de</strong> lo que él era, y darse á conocer<br />
en el gran mundo. El <strong>de</strong>sprecio y la mofa lenian mas parte<br />
en este consejo, que la oslimacion y la buena fé ; porque<br />
los que ménos creían en Jesucristo, dice el Evangelio,<br />
eran sus mas próximos parientes; «coslumbrados á m¡-<br />
•"arle como uno <strong>de</strong> ellos, <strong>de</strong> la misma condición, <strong>de</strong> la mis-<br />
|8a familia que ellos, no hablan formado sobre él mas que<br />
'<strong>de</strong>as comunes, y no podían imaginarse que aquel que<br />
S't-'mpre habia pasado por el hijo <strong>de</strong> un artesano, pudiese<br />
s8r el Mesías. El Salvador les dtóuna resptiesla mislerio-<br />
8«j que pocos comprendieron. Todavía no ha llegado el<br />
tiempo para mí <strong>de</strong> ¡ral gran mundo; soy <strong>de</strong>masiadamente<br />
enemigo suyo, y mi espíritu es muy opuesto al suyo<br />
para que yo sea en él bien recibido ; por lo que hace<br />
á vosotros que tenéis su espíritu, y YÍVÍS según sus máximas,<br />
nada lencas que temer; el mundo recibe siempre<br />
bien á sus partidarios. Id vosotros á Jerusalen, para asistir<br />
allí el primer día <strong>de</strong> la fiesta. To no estaré allí en ese<br />
dia. En efecto, el Salvador no fué hasta la mitad <strong>de</strong> la oeli'va.<br />
En las gran<strong>de</strong>s'.solemnida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los judíos, como era<br />
la <strong>de</strong> los tabernáculos, habia dos días muy solem»es, el<br />
primero y el octavo, que era el dia <strong>de</strong> la octava, tan célebre<br />
como el primero. Jesucristo no fué á Jerusalen el<br />
primer dia <strong>de</strong> la fiesta: por loque hace á mí, no me hallaré<br />
en ese dia ; y da la razón <strong>de</strong> ello, porque sabia que<br />
los sacerdotes y los fariseos habían resuelto pren<strong>de</strong>rle el<br />
día <strong>de</strong> la fiesta, bien persuadidos <strong>de</strong> que vendría ¡á ella en<br />
pl primer dia, y como no habia llegado aun el tiempo <strong>de</strong>bírininado<br />
para su gran sacrificio, no quisó entregarse al<br />
furor <strong>de</strong> sus enemigos antes <strong>de</strong> tiempo. Mí tiempo, les d¡-<br />
Oe, aun no ha llegado; para vosotros que no tenéis nada<br />
que temer, es tiempo <strong>de</strong> que vayáis allá. Cuando se hubiere<br />
cumplido el tiempo <strong>de</strong> mí misión, yo mismo iré á<br />
enlregarme á la muerte para cumplir mi sacrificio. Per-<br />
"^lueció el Salvador todavía algunos días en la Galilea;<br />
sin embargo, fué á Jerusalen antes <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> la octava;<br />
"i"» la ra/on misma que le habia obligado á no ir allá el<br />
ll' imei dia, le obligó á no presentarse en público los úl-<br />
'i'tios. Su falla díó que hablar á la muchedumbre: los<br />
Í)E PASION.<br />
2¿3<br />
unos sostenían que era un santo; otros que participaban<br />
<strong>de</strong> los sentimientos y <strong>de</strong> la pasión <strong>de</strong> los fariseos, hablaban<br />
<strong>de</strong> él <strong>de</strong> un modo poco venlajoso. lié aquí lo que suce<strong>de</strong><br />
en todos tiempos. Cada uno piensa, cada uno habla<br />
según el espíritu <strong>de</strong> que está animado : si el espíritu es<br />
<strong>de</strong> Dios, nada mas mo<strong>de</strong>rado, nada mas carilalivo que<br />
sus juicios; mas si uno está animado <strong>de</strong> un espíritu do<br />
partido, todo se interpreta á mala parte. ISo obstante,<br />
nadie se atrevía á lomar abiertamente su partido, porque<br />
se temía á losjudíos. El respeto humano ha ejercido<br />
en todo tiempo sn tiranía, y cuando uno le sacrifica sus<br />
<strong>de</strong>beres y su conciencia, bien pronto le sacrifica su religión.<br />
La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> e<strong>de</strong> día es como sigue:<br />
ifostra tibi, Domine, queesumus,<br />
sinl accepta jejunia;<br />
quat nos el expiando gratia<br />
tua dignos efficiant; el ad<br />
rmedia perducanl ceterna.<br />
Per Dominum...<br />
Haced, Señor, que os sean<br />
agradables nuestros ayunos,<br />
á fin <strong>de</strong> que espiando nuestros<br />
pecados, nos bagan<br />
dignos <strong>de</strong> vuestra gracia, y<br />
nos sirvan <strong>de</strong> remedios para<br />
la vida eterna. Por nuestro<br />
Señor Jesucristo, etc.<br />
La Epístola está tomada <strong>de</strong>l capitulo U <strong>de</strong> la profecía <strong>de</strong><br />
Daniel.<br />
Ln diebus illis: Congrega-<br />
(t sunt Babglonii ad regem,<br />
el dixerunt ei: Tra<strong>de</strong> nolis<br />
Danielem, qui ¡kl <strong>de</strong>struxil,<br />
«t draconcm interfecit: atioquin<br />
inlerficiemus le, el domum<br />
luam. Vidil ergo rex<br />
quod irrucrent m ÍMTÍI vehementer<br />
: el necessitale compulsus.<br />
tradidit eis Danielcm.<br />
Qui miserunl \eum in lanm<br />
konum , PÉ eral ibi diebus<br />
s«x. Porro in lacu eranl leoves<br />
septem , et dabanlur eis<br />
dúo corpora quolidie, et duce<br />
o*e$: el tune non data sunt<br />
tis, vi <strong>de</strong>vorarent Danielem.<br />
Srat avtem Uabacucpropheta<br />
in Judaea, el ipse coxerat<br />
pulmenlum, et inlriveral panes<br />
in alveolo, el ibal in<br />
eampum ut ferrcl messori-<br />
¡ms. Dixitque ángelus Domi-<br />
«í ad Uabacuc: Fer pranditm,<br />
quod habes, in ¡iabylonem<br />
Danieli, qui est in lacu<br />
leomrn. Et dixit Uabacuc:<br />
Domine, Dabyíonem non vi-<br />
al campo á llevarlo á los sedi,<br />
el lacum nescio. El ap-<br />
En aquellos días, habiéndose<br />
congregado los babilonios,<br />
se presentaron al rey,<br />
y le dijeron: Entréganos á<br />
Daniel que ha <strong>de</strong>struido á<br />
Bel, y muerto al dragón; <strong>de</strong><br />
no hacerlo te quitamos á li<br />
la vida, y á toda tu casa,<br />
tiendo el rey que le estrechaban<br />
con tanta violencia,<br />
y obligado por la necesidad,<br />
Ies entregó á Daniel, al cual<br />
le arrojaron inmedíalamente<br />
en el lago <strong>de</strong> los leones,<br />
en el que permaneció seis<br />
días. Habia en el lago siete<br />
leones, á los que se les daban<br />
diariamenle dos cuerpos<br />
y dos ovejas, que en<br />
aquellos días no se les habían<br />
dado, para que <strong>de</strong>vorasen<br />
á Daniel. Estaba en<br />
en aquel tiempo en Ju<strong>de</strong>a el<br />
profeta Uabacuc; este habia<br />
preparado que comer , y<br />
puesta la sopa <strong>de</strong> pan empapada<br />
en una vasija, é iba<br />
gadores. Aparecióle el ánprehendit<br />
eum ángelus Do- gol <strong>de</strong>l Seilor, y ledijo: Eso<br />
mini in vértice ejus, el por- que llevas, llévalo á Babiloíartí<br />
cum capillo eapitis mi,<br />
posuitque eum in Babylone<br />
si'pra Utcnm in Ímpetu spi-<br />
está en el lago <strong>de</strong> los leones.<br />
Respondióle Ilabacuc : Seritus<br />
sui. El chmavil llaba^<br />
nía, para darlo á Daniel que<br />
ñor, jamas he estado en Ba-