Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-
Qucm leipsim fads? ñespondit más. ¿ Eres lú mayor qat* Jrxus: ego glorifico Alti ahara nucsd o padre, el mcipsum, gloria mea nihil cual lia miierto ? los profetas csl: esl Valer meus, qui glo~ han muerto también; rificat me, quem vos dicitis guia Deus vestcr est, et non cognovialis eum : ego autem n'jri eum : et si dixero qnia non seto eum, ero similis vohis mcndax. Sed scio eum, ¿por quien pretendes que le tengamos? Si yo me glorifico á mí mismo, respondió Jesús, mi gloria nada vale, pero quien me gloriíica es mi Padre, de quien vosotros et scrnwncm cjus servo. decís que es vuestro Dios, Abraham pater vester exulíavk ut videret diem meum: y no obstante no le habéis conocido : yo si que le he tfidft el gavisus est. Dixerunt conocido, y si dijere ípxé no crgo Judwi ad eum : Quinquaginia anvos nondum hales, et Abraham vidisltf Dixit eis Jesús: Amen, amen dico volts, antequam Abraham (ieret, ego sum. Tulentnt ergo lapides, MÍ ¡aceí'cnf le he conocido, seria mentiroso como vosotros; pero yo le conozco y obedezco h su palabra. Vuestro padre Abraham tuvo un gran deseo de ver el dia de mi venida: lo vió y se llenó de alegría: tn eum: Jesús aulem Dijéronle, pues, los judíos: abscondit se, el exivil de templo. ¿ Apenas tienes cincuenta afios, y has visto á Abraham? Díjoles Jesús: En verdad, en verdad os digo, yo soy antes que fuese Abraham. Al oir esto tomaron piedras para tirarle. Pero Jesús se ocultó y se salió del templo. MEDITACION. Sobre la desgracia que es el que Jesucristo st retire de nosotros. PC.YTO PiuMERO.—Considera que la mayor de todas las desgracias para nosotros es cuando Jesucristo, cansadopor nuestras infidelidades, disgustado pornucstra obstinación, indignado por nuestra malicia, se retira por fm, y nos abandona á nuestro destino funesta. ¡Qu^ felices somos cuando Jesús está con nosotros! que la tempestad sea de las mas violentas, que los vientos sean furiosos, que las olas amenacen en cada momento sumergir la barca ; luego que se presenta Jesucristo, luego que se deja ver, lodo queda tranquilo, todo se apacigua. Que por falta de todo alimento se vean cerca de cinco mil personasen peligro de desfallecer en el desierto, ¿se llalla allí Jesucrislo? nada falla, y con cinco panes de cebada todo el mundo quedó satisfecho. Muere Lázaro en «'uisencia de Jesús; pero no bien ha llegado este divino Salvador, la muerte vuelve su presa, y Lázaro resucita. NÍ; Señor, nada puede dañarnos, nada hay que temer, cuando vos estáis presente; pero de aquí mismo inferimos cuánta desgracia es la de perderos; ¡qué males delien caer sobre nosotros, y qué no tenemos que temer si Ví>s salís, si vos os retiráis de nosotros! Jesús sale del b'inplo de Jerusalcn, y ¿á qué funeslas revoluciones, á f|i'é desolaciones tan horribles no quedó cspue-lo desde entonces aquel templo? La ciudad se ve asediada, lomada, tiqueada, y aquel grande, aquel magnífico templo, la ma- • iivilla del mmid ), queda desiruido. ¿Dii dónde ha veni- DE PASION. 2i5 do ese azote, esa desolación universal que se ha estendido áloda la nación Judía? Jesucristo se ha ocultado, ellos le ban obligado á salir del templo y abandonarles, y hé aquí la causa de la espantosa desolación que hace ya mas do mil y ochocientos años, h ice de los judíos el mas desgraciado de todos los pueblos y la evecracion de todas las naciones. Apliquemos este horrendo casligo á un alma de lacual se aleja Jesucristo, á un alma que por sus crímenes y por su obstinación en el pecado obliga á este divina Salvadoráque se retire,y quelaabandoneásn desgraciado destino. Ya no hay rocío del cielo que caiga en abundancia sobre esta tierra ingrata: no alumbrando ya cuasi el divino sol sobre su horizonte, ¿qué luz puede recibir, qué benignas influencias ?iNo hay ya masque sequedad, espinas, tinieblas horribles que impiden á esos pueblos desdichados percibirla causade lanías desgracias, que laníos siglos hace les hacen gemir. Echemos la vista sobre estos vastos países, en otra tiempo tan afortunados, hoy tierra de maldición; [¡ais de Oriente, tierra de promisión; pais de abundancia y de delicias , mientras Dios ha sido conocido en él, amado y servido con tanta fidelidad. Palestina, morada de santos, tierra, en fin, privilegiada en que Jesucristo ha nacido, y que ha regado con sus sudores, sus lágrimas y su sangre; ¿en qué ha venido á parar todo ese pais después que los judíos han arrojado, por decirlo así, de él al Salvador, haciéndole morir, y lo ban obligado á elegirse olro pueblo? jO Dios mió! ¡en qué se viene á parar cuando nos dejais! PI NTO SF.GUXOO.—Considera también lo que ha sido do esas regiones felices de Africa y del ¡Norte, esas islas verdaderamenle aforlunadns por el gran número de sanios que ban criado, y por tantos santos reyes como hanbrillado sobre su trono, después que la fé se ha eslíngnido en ellas, después que la herejía ha arrojado de allí á Jesucristo, y con Jesucristo la pureza de las costumbres y-la inocencia: 1 qué caos espantoso de toda especie de sectas y de ii religión! ¡qué funestas revoluciones! pero ¡qué tinieblas tan espesas oscurecen ios entendimientos mas brillantes, hacen inútiles basta las luces de la razón para lodo lo quo mira á la salud, é impiden que se perciban los mas horribles y mas profundos precipicios! No hay mal que sea semejante al de la separación de Dios. A la verdad, esle buen Pastor, este Padre amable no se relira jamás, por decirlo así, sin que se le obligue á retirarse y ocultarse; pero ¡Dios miol ¿qué castigo hay mas horrible que vuestra ausencia? Yo sé que vos estáis siempre présenle por mas crímenes que cometa el pecador, porque estáis esencialmente en todas partes, pero no estáis entonces como Esposo, como Padre: corea de un alma á la cual os oculiais, cerca de aquel de quien os retiráis en casligo de los crímenes, no estáis sino como un Juez severo. Dios, en verdad, calhi entonces, porque obra como si estuviese lejos; calla á la vista aun de sus mayores desórdenes: ya no hay temor saludable; ya no hay remordimientos; pero ¿puede haber im castigo de Dios en esta vida mas terrible (¡ue oslo silencio:-* ¿qué juicio se hace de un enfermo, ciiiindo el médico se retira sin mandarle nada, cuando un medico hábil y caritativo le abanduna ? Cuando Dios se relira de un pecador, cuando este divino Salvador no le deja oir su voz, cuando parece haber perdido de vi:-ia á esla pobre alma ; ¿en que debe venir á parar? el demonio habla entoíiccs, las pasiones Ir.iMun, el amor propio h:ib¡a;
246 UjdíUi las mnlas inclitiacionps hablan y gritan en alto : el mundo, el espírilu de;! mundo habla : he aquí los únicos cuya voz se oyó, en tanto que la conciencia, la religión y Ja fé callan. ¡ O Dios mió! ¡ casligadme en esta vida con los castigos mas rigurosos, yo adoraré la mano que me azota, y que no me afligirá sino para curarme; pero no me castiguéis jamás con vuestro silencio, ni os retiréis nunca de mí por pecador que yo sea! JACULATORIAS.—Dios y Seflor mió, no os alejeisjamás do mí. ,Psalni. 21.) Señor, no apartéis los ojos de mí; si fuese yo tan desdichado que llegue á desagradaros, no llevéis vuestro enojo hasta el punto de alejaros de vuestro siervo. (Psalm. 1C.) PROPÓSITOS. 1 Dios se oculta alguna rez á sus mas fieles y á sus mas queridos siervos; pero nunca está mas cerca de ellos que entonces. Les oculta su presencia sensible, pero solo para probar, para aguzar, por decirlo así, la punta de so amor á él, y para alizar mas el fuego divino que les abrasa. A la manera que una madre se oculta alguna vez por ternura á su hijo, para obligarle á que le manifieste mas su amor con sus lágrimas y con sus gritos. Guando Dios os pone en estas amorosas pruebas, guardaos de espantaros demasiado, sufrid con resignación y con paciencia estas sequedades, esta especie de desamparo, y amad entonces á vuestro Dios todavía con mas fervor y con mas fidelidad. Nunca está Dios mas cerca de vosotros, 2 Pero nada temáis tanto como el obligar á Dios por vuestras infidelidades á que se aloje de vosotros, y á que calle; este es el mayor de todos los males, y el mas horrible de todos los castigos. Por esto temed las recaídas frecuentes, las infidelidades habituales; ninguna cosa temáis tanto como la tibieza, la cual ordinariamente es castigada con este alejamiento de Dios y su silencio. Esas confesiones frecuenles en que se acusan siempre las mismas fallas lijeras ó graves, hacen muy temible el abuso de los sacramentos, y este abuso es siempre severamente castigado. Poned atención en esta falla, y no os hagáis culpables de ella. LUNES DE PASION. Cumo es esta la semana que la Iglesia llama de Pasión, todo concurre también en ellaá ofrecernos reflexiones sobro este doloroso misterio, y todo el oficio de la misa tiene alguna relación con él. El introito de la de este dia está tomado del salmo Ji5, que es una fervorosa súplica de un hombre lleno de aflicción, que se ve en medio de sus enemigos, los cuales tratan por todos los medios de perderle. Habiendo sabido David que Saúl con sus cortesanos hablan jurado su muerte, se refugió al palacio do Achis, rey dctieth.Allí fué reconocido por el mayor enemigo de los fiüsleos; de suerte que su asilo vino á ser para él el mayor peligro que corrió en su vida. Retiróse entonces á la cueva de. Odolam, donde se creequecompuso este salmo. « ¡ Compadeceos de mí, ó Dios mió I Vos que veis la indignidad con que me tratan los hombres, y que me hacen |H gWHfói y me persiguen sin descanso. Incesantemente me hacen probar mis enemigos los efectos de su odio y LUNES sus desprecios, y lodos los dius crece el número de estos enemigos.» Fácil es ver la relación que hay entre estas palabras, con las cuales empieza la misa de este dia, con los dias en que los fariseos, los escribas y los sacerdotes judíos, encarnizados contra Jesucristo, no trataban en sus asambleas de otra cosa que de buscar pretestos y medios para quitarle la vida. La Iglesia ha elegido para la Epístola de la misa de este dia la historia déla predicación de Jonás á los habitantes de Nínive y su conversión. Nínive era una de las mas antiguas y mas grandes ciudades del mundo. Fué edilicada por Asur , hijo de Sem y nieto do Noé, sobre el rio Tigris, poco después del diluvio; pero ella debia su principal acrecentamiento á Niño, uno de sus reyes, quien la dió su nombre; tenia mas de veinte leguas de circuito, y cerca de siete leguas de largo y un poco menos de ancho, porque era oblonga. La Escritura dice que habia mas de ciento veinte mil niños de pechos, y por consiguiente debia tener mas de ochenta mil personas. A esta prodigiosa ciudad fué enviado Jonás por órden de Dios para anunciar en ella lo que Dios le habia mandado decirles. Además de que esta gran ciudad estaba en una profunda ignorancia del verdadero Dios, estaba horriblemente sumergida en todo género de abominaciones y de crímenes. Su pronta conversión y su penitencia llenarán de confusión algún dia á los judíos, y á un gran número de cristianos. Sorprendido y espantado Jonás de un precepto semejante , sea que quedase apesadumbrado al ver que Dios quisiese transportar sus misericordias de su pueblo á los estranjeros y á los gentiles, ó que considerase las dificultades y los peligros que habia en ejecutar una comisión tan nueva, resuelto á no hacer nada, se embarcó para irse á Tarsis, es decir, muy léjos, y pasar mas allá del Mediterráneo, hasta España ó Mauritania. Habiéndose embarcado en Joppo y pagado su pasaje, sin otro designio que alejarse de su pais, se puso entre la gente de la tripulación. Pero el Señor, de quien huia, supo también perseguirle. Inmediatamente envió un viento impetuoso, quo escitó una horrible tempestad; el buque á cada instante corría riesgo de ser hecho pedazos ó sumergido por las olas, y todoanunciaba un triste naufragio. A vista del peligro cada uno invocó á su Dios, porque habia de tantas religiones diferentes, cuantas eran diversas las naciones de que se componía la tripulación. Entretanto Jonás habia bajado á lo mas hondo de la nave, y allí dormia profundamente. Habiéndolo advertido el piloto, le dispertó, y lo dijo que rogase también á su Dios que se compadeciese de ellos. Viendo los marineros que la tempestad se aumentaba, creyeron naciadeuna causa estraordiuaria, y que podría muy biensucederqueen la tripulación hubiese alguno que la hubiese atraído por algún crimen secreto: resolvieron reducir la aclaración de su rezelo á la suerte, y la suerte cayó sobre Jonás; quedóse sorprendido : prcguntósele de dónde era, adónde tenia ánimos de ir, y qué era lo que babria podido hacer para atraerles una tempestad tan furiosa. Jonás les dijo quo era hebreo, quo servia al Señor Dios, criador del cielo y de la tierra y de la mar, y Señor soberano de todas las cosas; les declaró ingonuamen!e el motivo de su embarque, y les dij ) que no dudaba que esta tempestad fuese un efecto de la cólera de su Dios, que .pieria castigar su desobediencia y su fuga. Toda la
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han muerto también;<br />
rificat me, quem vos dicitis<br />
guia Deus vestcr est, et non<br />
cognovialis eum : ego autem<br />
n'jri eum : et si dixero qnia<br />
non seto eum, ero similis<br />
vohis mcndax. Sed scio eum,<br />
¿por quien preten<strong>de</strong>s que le<br />
tengamos? Si yo me glorifico<br />
á mí mismo, respondió<br />
Jesús, mi gloria nada vale,<br />
pero quien me gloriíica es<br />
mi Padre, <strong>de</strong> quien vosotros<br />
et scrnwncm cjus servo. <strong>de</strong>cís que es vuestro Dios,<br />
Abraham pater vester exulíavk<br />
ut vi<strong>de</strong>ret diem meum:<br />
y no obstante no le habéis<br />
conocido : yo si que le he<br />
tfidft el gavisus est. Dixerunt conocido, y si dijere ípxé no<br />
crgo Judwi ad eum : Quinquaginia<br />
anvos nondum hales,<br />
et Abraham vidisltf Dixit<br />
eis Jesús: Amen, amen<br />
dico volts, antequam Abraham<br />
(ieret, ego sum. Tulentnt<br />
ergo lapi<strong>de</strong>s, MÍ ¡aceí'cnf<br />
le he conocido, seria mentiroso<br />
como vosotros; pero yo<br />
le conozco y obe<strong>de</strong>zco h su<br />
palabra. Vuestro padre Abraham<br />
tuvo un gran <strong>de</strong>seo <strong>de</strong><br />
ver el dia <strong>de</strong> mi venida: lo<br />
vió y se llenó <strong>de</strong> alegría:<br />
tn eum: Jesús aulem<br />
Dijéronle, pues, los judíos:<br />
abscondit se, el exivil <strong>de</strong> templo.<br />
¿ Apenas tienes cincuenta<br />
afios, y has visto á Abraham?<br />
Díjoles Jesús: En<br />
verdad, en verdad os digo,<br />
yo soy antes que fuese Abraham.<br />
Al oir esto tomaron<br />
piedras para tirarle. Pero<br />
Jesús se ocultó y se salió<br />
<strong>de</strong>l templo.<br />
MEDITACION.<br />
Sobre la <strong>de</strong>sgracia que es el que Jesucristo st retire <strong>de</strong><br />
nosotros.<br />
PC.YTO PiuMERO.—Consi<strong>de</strong>ra que la mayor <strong>de</strong> todas las<br />
<strong>de</strong>sgracias para nosotros es cuando Jesucristo, cansadopor<br />
nuestras infi<strong>de</strong>lida<strong>de</strong>s, disgustado pornucstra obstinación,<br />
indignado por nuestra malicia, se retira por fm, y nos<br />
abandona á nuestro <strong>de</strong>stino funesta. ¡Qu^ felices somos<br />
cuando Jesús está con nosotros! que la tempestad sea <strong>de</strong><br />
las mas violentas, que los vientos sean furiosos, que las<br />
olas amenacen en cada momento sumergir la barca<br />
; luego que se presenta Jesucristo, luego que se<br />
<strong>de</strong>ja ver, lodo queda tranquilo, todo se apacigua. Que<br />
por falta <strong>de</strong> todo alimento se vean cerca <strong>de</strong> cinco mil<br />
personasen peligro <strong>de</strong> <strong>de</strong>sfallecer en el <strong>de</strong>sierto, ¿se<br />
llalla allí Jesucrislo? nada falla, y con cinco panes <strong>de</strong> cebada<br />
todo el mundo quedó satisfecho. Muere Lázaro en<br />
«'uisencia <strong>de</strong> Jesús; pero no bien ha llegado este divino<br />
Salvador, la muerte vuelve su presa, y Lázaro resucita.<br />
NÍ; Señor, nada pue<strong>de</strong> dañarnos, nada hay que temer,<br />
cuando vos estáis presente; pero <strong>de</strong> aquí mismo inferimos<br />
cuánta <strong>de</strong>sgracia es la <strong>de</strong> per<strong>de</strong>ros; ¡qué males <strong>de</strong>lien<br />
caer sobre nosotros, y qué no tenemos que temer si<br />
Ví>s salís, si vos os retiráis <strong>de</strong> nosotros! Jesús sale <strong>de</strong>l<br />
b'inplo <strong>de</strong> Jerusalcn, y ¿á qué funeslas revoluciones, á<br />
f|i'é <strong>de</strong>solaciones tan horribles no quedó cspue-lo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
entonces aquel templo? La ciudad se ve asediada, lomada,<br />
tiqueada, y aquel gran<strong>de</strong>, aquel magnífico templo, la ma-<br />
• iivilla <strong>de</strong>l mmid ), queda <strong>de</strong>siruido. ¿Dii dón<strong>de</strong> ha veni-<br />
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do ese azote, esa <strong>de</strong>solación universal que se ha estendido<br />
áloda la nación Judía? Jesucristo se ha ocultado, ellos le<br />
ban obligado á salir <strong>de</strong>l templo y abandonarles, y hé aquí<br />
la causa <strong>de</strong> la espantosa <strong>de</strong>solación que hace ya mas do<br />
mil y ochocientos años, h ice <strong>de</strong> los judíos el mas <strong>de</strong>sgraciado<br />
<strong>de</strong> todos los pueblos y la evecracion <strong>de</strong> todas las<br />
naciones. Apliquemos este horrendo casligo á un alma <strong>de</strong><br />
lacual se aleja Jesucristo, á un alma que por sus crímenes<br />
y por su obstinación en el pecado obliga á este divina<br />
Salvadoráque se retire,y quelaabandoneásn <strong>de</strong>sgraciado<br />
<strong>de</strong>stino. Ya no hay rocío <strong>de</strong>l cielo que caiga en abundancia<br />
sobre esta tierra ingrata: no alumbrando ya cuasi el<br />
divino sol sobre su horizonte, ¿qué luz pue<strong>de</strong> recibir, qué<br />
benignas influencias ?iNo hay ya masque sequedad, espinas,<br />
tinieblas horribles que impi<strong>de</strong>n á esos pueblos <strong>de</strong>sdichados<br />
percibirla causa<strong>de</strong> lanías <strong>de</strong>sgracias, que laníos<br />
siglos hace les hacen gemir. Echemos la vista sobre estos<br />
vastos países, en otra tiempo tan afortunados, hoy tierra<br />
<strong>de</strong> maldición; [¡ais <strong>de</strong> Oriente, tierra <strong>de</strong> promisión; pais<br />
<strong>de</strong> abundancia y <strong>de</strong> <strong>de</strong>licias , mientras Dios ha sido<br />
conocido en él, amado y servido con tanta fi<strong>de</strong>lidad. Palestina,<br />
morada <strong>de</strong> santos, tierra, en fin, privilegiada en<br />
que Jesucristo ha nacido, y que ha regado con sus sudores,<br />
sus lágrimas y su sangre; ¿en qué ha venido á parar<br />
todo ese pais <strong>de</strong>spués que los judíos han arrojado, por <strong>de</strong>cirlo<br />
así, <strong>de</strong> él al Salvador, haciéndole morir, y lo ban<br />
obligado á elegirse olro pueblo? jO Dios mió! ¡en qué<br />
se viene á parar cuando nos <strong>de</strong>jais!<br />
PI NTO SF.GUXOO.—Consi<strong>de</strong>ra también lo que ha sido do<br />
esas regiones felices <strong>de</strong> Africa y <strong>de</strong>l ¡Norte, esas islas verda<strong>de</strong>ramenle<br />
aforlunadns por el gran número <strong>de</strong> sanios<br />
que ban criado, y por tantos santos reyes como hanbrillado<br />
sobre su trono, <strong>de</strong>spués que la fé se ha eslíngnido en ellas,<br />
<strong>de</strong>spués que la herejía ha arrojado <strong>de</strong> allí á Jesucristo, y<br />
con Jesucristo la pureza <strong>de</strong> las costumbres y-la inocencia:<br />
1 qué caos espantoso <strong>de</strong> toda especie <strong>de</strong> sectas y <strong>de</strong> ii religión!<br />
¡qué funestas revoluciones! pero ¡qué tinieblas tan<br />
espesas oscurecen ios entendimientos mas brillantes, hacen<br />
inútiles basta las luces <strong>de</strong> la razón para lodo lo quo<br />
mira á la salud, é impi<strong>de</strong>n que se perciban los mas horribles<br />
y mas profundos precipicios! No hay mal que sea semejante<br />
al <strong>de</strong> la separación <strong>de</strong> Dios. A la verdad, esle<br />
buen Pastor, este Padre amable no se relira jamás, por <strong>de</strong>cirlo<br />
así, sin que se le obligue á retirarse y ocultarse; pero<br />
¡Dios miol ¿qué castigo hay mas horrible que vuestra<br />
ausencia? Yo sé que vos estáis siempre présenle por mas<br />
crímenes que cometa el pecador, porque estáis esencialmente<br />
en todas partes, pero no estáis entonces como Esposo,<br />
como Padre: corea <strong>de</strong> un alma á la cual os oculiais,<br />
cerca <strong>de</strong> aquel <strong>de</strong> quien os retiráis en casligo <strong>de</strong> los crímenes,<br />
no estáis sino como un Juez severo. Dios, en verdad,<br />
calhi entonces, porque obra como si estuviese lejos;<br />
calla á la vista aun <strong>de</strong> sus mayores <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes: ya no<br />
hay temor saludable; ya no hay remordimientos; pero<br />
¿pue<strong>de</strong> haber im castigo <strong>de</strong> Dios en esta vida mas terrible<br />
(¡ue oslo silencio:-* ¿qué juicio se hace <strong>de</strong> un enfermo,<br />
ciiiindo el médico se retira sin mandarle nada, cuando un<br />
medico hábil y caritativo le abanduna ? Cuando Dios se<br />
relira <strong>de</strong> un pecador, cuando este divino Salvador no le<br />
<strong>de</strong>ja oir su voz, cuando parece haber perdido <strong>de</strong> vi:-ia á<br />
esla pobre alma ; ¿en que <strong>de</strong>be venir á parar? el <strong>de</strong>monio<br />
habla entoíiccs, las pasiones Ir.iMun, el amor propio h:ib¡a;