Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

27.08.2017 Views

Ta, fons sahilif!, Trinilas, Collaiulet omnis spiritus: Quibus Crucis vicloriam Largiris, adde praeniium. Amen, Lustra sex quijam peregit, Ternpus implons coi [JOr is, Sponte libera Rcdcmptor Passioni dedilus, Agnus in Crucis levatur Immolandus slipo. HIMNO DE SAN AMBROSIO. Felle polus ceco languet, Spina, clavi, lancea Mite Corpus perforarunt: Inda manal el crúor: Terra, pontus, astra, nmndus, Quo lavantur ilumino! Crux tidelis, inler omnes Arbor una nobilis; Silva talem nulla proferí Fronde, llore, germine: Sola digna tu fuisli l'erre mundi viclimam, Atque porlum pneparan Arca mundo naufrago. Vos, fuente de salud, Tri nidadsar.ta, Alábenle las almas reverentes : A los que de la Cruz das la victoria, Dales eterno premio juntamente. Amen. El Redentor del mundo, enamorado, Los seis lustros había ya cumplido, Cuando para pagar nuestro pecado. Quiso ser á las penas ofrecido, Siendo sacriücado, cual Cordero , Do la Cruz sacrosanta en el madero. Mira al masinocentemaltratado. Gustando amargas hieles en bebida, Con lanza , espinas, clavos traspasado, Manando sangre y agua por la herida. En este mar de gracias tan profundo Se lava de sus manchas todo el mundo. Cruz, fárbol el mas noble y señalado Entre cuantos la selva ha producido, DE PASION. Dulce ferrum, dulce lignuin. En hoja, Qor y fruto sazo- Dulce pondus sustinenl. nado, Y en su bello matiz y colorido: Dulce hierro sostiene, dulce leilo, El dulce peso de mi dulce ddefUK Flecle ramos, arbor alta. Tensa laxa viscera. Dobla tus ramas, árbol elevado. El rigor lentescat i lie Tus entrañas ablanden su Quem dedil nativitas; El snperni membra Regís Tende miti stipíte. dureza, Sea el rigor nativo miligado, Que próvida le dió naturaleza, Y los miembros del Rey mas escelente Trátalos muy benigna y santamente. Tú sola fuiste digna y mereciste El que- en tí se ofreciese el sawificio, Quam sacer crúor perunxit, Fusus Agni corpore. Sempiterna sil beata; Trinitali gloria, iEqua Palri, Filioque, Par decus Paráclito: Unius Trintque nomen Laudel universitas. Amen. 2V3 Ser Arca y preparar al mu0- do Iristc El puerto, en que eritasí el precipicio; La sangre del Cordero mas sagrada Te roció de su cuerpo destilada. Sea á la Trinidad suprema dado Honor, gloria y aplauso sempiterno; Igual al Padre é Hijo mas amado, Igual al Paracleto coelerno: Al nombre del que es Uno, siendo Trino, Rinda el orbe loor el mas divino. Amen. La orfleion de la misa de este dia es como $igue: Quwsumus, omnipotens Deus, familiam tuant propitius réspice : ut te largiente, regatur in corpore, et le servante, cnsledialur in mente. Per Domimm... Suplicámoste, omnipotente Dios, que os digneis echar una mirada favorable sobre vuestros siervos, y al paso que liberalmente proveéis ¡i las necesidades de su dacrpo con la asistencia de \ae$~ Ira gracia, conservéis la inocencia de su alma. Por nuestro Señor Jesucristo, ele. La Ephlola es del capítulo 9 de la carta de san Patio ú los Hebreos. Fratres, Christm assistens Ponlifex futttromm bonorum,per amplius et perfeclius tnbcrnaculum nonmanufactum, id est, non hujus ercatimis ; ñeque per sanguinem hircomm, aut vitulorum , sed per proprium sangvinem huroixü semel in sánela, wlerna redempúone inmila. Si enim sanguis hircorum, et taurorum., et cinis vilula; aspersus inquinatos sanctificat ad emundationem carnis, quanto magis sanguis Christi, qui per Spiritum Sanctum semetipsum obtulil inmaculaluin Veo , emundabil conscknúam nostram nb operibus mortuis, ad sñ'iiendum Dee riventi? Et ideo novi reslamenli mediator est: ut morte inltrcedenle, in redcmplionem eanm prwvariuttiomm, quo1. Hermanos mios: Habiendo aparecido Jesucristo, como el pontífice de los bienes futuros, ha entrado por un tabernáculo mas grande y mas perfecto, el cual no ha sido labrado por mano de hombres, esto es, su estrnclura no es de aquj abajo; ha entrado , digo, una vez en el santuario, nó con la sangre de los machos cabríos ó de los becerros, sino con su propia sangre, habiendo con ella obtenido una redención eterna. Porque si la sangre de los machos y de los loros, si la aspersión hecha con la coniza de una novilla santifica á los que están manchados, purificándolos según la carne: ¿cuánto mas la sangre do Jesucristo, el cual no teniendo !nancli«,se

2i4 eranl sub priori Testamento, repromissionm accipian i, qui vocati smt, wternai hercditalis: tn Christo Jesu Domino noslro. ha ofrecido á si mismo á Dios por el Espíritu S;uilo, limpiará nuestra conciencia de la impureza de las obras muertas, para que sirvamos al Dios vivo? Y por lo mismo él es el mediador del nuevo Testamento, á fin de que habiendo muerto por la espiacion délos pecados cometidos en el Testamento precedente, los que son llamados reciban la herencia eterna, cuya promesa se les ha hecho en Jesucristo nuestro Señor. La epístola á los hebreos, como se ha dicho en otra parte, es uno do los mas beÜTte y de los mas preciosos monumentos que posw la Iglesia; la grandeza de las cos;is y la importancia de la materia que contiene, están en loda ella sostenidas por la nobleza de las espresiones, y por la elevación del estilo. En el capítulo 9 demuestra san Pablo, por lo que se observaba en la antigua alianza, y por las víclimas imperfectas que en ella se ofrecian, la perfec- (io;i do la nueva, en la que Jesucristo nuestro pontífice, el cual se ha ofrecido una vez en sacrilicio por nosotros, purifica nuestras almas del pecado, y que ha sido necesario que muriese para confirmar su testamento ó alianza. REFLEXIONES. DOMINGO que á pesar de nuestra indignidad, nuestra nach) y nuestra indigencia, Dios nos haya amado hasta querer que su Hijo único y eterno, igual en todo á su Padre, se hiciese hombre, viniese á ser nuestra víctima, y espirase en la cíuz por nuestros pecados; he aquí lo (pie verdaderamente es incomprensible. Pero ¿y comprendemos mas el mists'riode iniquidad, es decir, nuestra i:igi a!i!ud á un beneficio tan insigne y nuestra incoinprensihle malicia? Un Dios se hace hombre por amor de los hombres, y estos hombres corresponden con el desprecio y el aborrecimiento á este hombre-Dios. Jesucristo se inmola por nosotros en la cruz; ¿ y con que ojos miramos nosotros este sacrificio? ¡Qué indiferencia por este Redentor! ¡qué ingratitud para con este Salvador! ¿qué caso hacemos de sus beneficios? ¿qué deferencia tenemos á su voluntad ? ¡con qué irreligión no nos ponemos en su presencia ! ¿stm las reglasdentieslras costumbres, sus máximas, sus mandamientos, su Evangelio? ¿cuál es nuestro ardor por Jesuciisfo? ¿cuál es nuestra decisión? ¿cuál nuestra ternura? Cuando uno piensa el modo indigno con que los judíos le han tratado, con qué malicia le han odiado, con qué crueldad le han perseguido, se ve uno obligado á decir que no le han conocido. ¿Podrá fundarse en la misma razón nuestra ingratitud? ¿y tenemos derecho para decir que Jesucristo seria mas amado, mas respetado de los cristianos, si fuese conocido de ellos? ¿Penetramos bien las horribles (onsecuencias de este principio? i:l ¡•cungelio de la misa de este dia es del capítulo 8, según san Juan. «Jesucristo ha entrado en el santuario, nó con la sangre de los machos cabríos y de los loros-, sino con su propia sangre, habiendo con ella obtenido una redención eterna.» ¿Comprendemos todo lo que esto significa? y sí lo comprendemos, ¿lo creemos? Que un Dios se Ima hecho hombre por el amor que tiene á los hombres , y que este Dios hombre, para sacar á los hombres de la servidumbre del pecado y do la esclavitud del demonio, para reconciliarles con su Padre, y hacerles capaces de la herencia eterna , se haya inmolado por ellos en la cruz, no podiendo ninguna otra víctima espiar sus pecados, ni merecerles la vida eterna. Era este el único sacrificio capaz de apaciguar la cólera de Dios, y de satisfacer á su usi icia ; único capaz de hacer que perdiésemos la cualidad de esclavos, y que llegásemos á ser hij(¡s de Dios. Este sacrificio se ha ofrecido, el mismo Jesucristo ha sido la víctima sangrienta; él ha cimentado sobre su sangre la alianza que ha hecho entre Dios y los hombres, y habiéndonos hecho los herederos de los bienes celestiales por su leslamenlo, ha querido que adquiriésemos el derecho por su muerte. lié aquí el compendio de nuestra creencia sobre este gran misterio que nosotros confesamos que es inromprensible; ni esta incomprensibilidad recae sobre los efectos admirables de esta muerte ! se comprende fácilmenie que esta espiacion, esta reconciliación, esla san- (¡liracion y todos los efectos de esta nueva alianza, eran debidas á las grandes espensas hechas de parte de un hombre-Dios ¡ lo qoe hay de incomprensible, es el amor que ha obligado al Salvador á que hiciese y sufriese lodo lo que ha hecho y sufrido por los Immbres, cuya pérdida salvación nada anadian á su feficidad y á su gloria ; y In ilh lempore : Diceha Jesús turbis Judaorum: Quis ex vohis arguct me depeccato?Si verilulcm dico vohis, guare non credids mihi? Qui ex Dea est, verba Dei audit. Proplerea vos non audilis, guia ex Deo non eslis. Responderunt ergo Jvdwi, et di.rcrunl ei: Nonne bene dicimus nos, quiasamaritanvs es tu, et dmmmium habes? Jiespondit Jcsns: Ego dmnottium non babeo; sed honorifico Patrem meum, et vos inhonoraslis me. Ego antem non qtim'0 glormn meam: est qui queerat, et judicet. Amen, amen dico vobis : si quis sermoncm meum sermveril, morlem non videbil in aílermim. Dixcrunt ergo Judeei: Nunc cognovimus quia dmnoniim habes. Abrabam morluus est, et prophelce, el tu dicis: Si quis sermoncm meum srrvaverit, non gus~ tabil morlem in cclerninn. JS'amquid tu mrijor es paire nostro Ahraham, quimorlnus esl? el propkcue morlvi smt. En aquel tiempo decia Jesús á los judíos : ¿ Quién de vosotros me argüirá de pecado ? Si os digo la verdad, ¿por qué no me creéis? El que vive según el espíritu de Dios, oye la palabra de Dios; por esto vosotros no la oís, porque no estáis animados del espíritu de Dios, Respondiéronle entonces los judíos : ¿ No decimos nosotros bien, que eres un samaritano y un endemoniado ? Repúsoles Jesús: Yo no tengo demonio, yo honro á mi Padre, y vosotros me habéis deshonrado. Por lo que hace á mí no busco mí propia gloria ; hay otro que tiene este cuidado , y que hará justicia. En verdad, en verdad os digo, si alguno obedece á mi palabra , no morirá jairas. Ahora vemos bien, dijeron los judíos, que estás endemoniado. Abrabam ha miiei lo; los profetas han muerlo también ; y !ii dices: Si alguno obede/e HIÍ palabra, no morirá ja-

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eranl sub priori Testamento,<br />

repromissionm accipian i, qui<br />

vocati smt, wternai hercditalis:<br />

tn Christo Jesu Domino<br />

noslro.<br />

ha ofrecido á si mismo á<br />

Dios por el Espíritu S;uilo,<br />

limpiará nuestra conciencia<br />

<strong>de</strong> la impureza <strong>de</strong> las obras<br />

muertas, para que sirvamos<br />

al Dios vivo? Y por lo mismo<br />

él es el mediador <strong>de</strong>l<br />

nuevo Testamento, á fin <strong>de</strong><br />

que habiendo muerto por la<br />

espiacion délos pecados cometidos<br />

en el Testamento<br />

prece<strong>de</strong>nte, los que son llamados<br />

reciban la herencia<br />

eterna, cuya promesa se les<br />

ha hecho en Jesucristo nuestro<br />

Señor.<br />

La epístola á los hebreos, como se ha dicho en otra<br />

parte, es uno do los mas beÜTte y <strong>de</strong> los mas preciosos<br />

monumentos que posw la Iglesia; la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> las cos;is<br />

y la importancia <strong>de</strong> la materia que contiene, están en<br />

loda ella sostenidas por la nobleza <strong>de</strong> las espresiones, y<br />

por la elevación <strong>de</strong>l estilo. En el capítulo 9 <strong>de</strong>muestra san<br />

Pablo, por lo que se observaba en la antigua alianza, y por<br />

las víclimas imperfectas que en ella se ofrecian, la perfec-<br />

(io;i do la nueva, en la que Jesucristo nuestro pontífice, el<br />

cual se ha ofrecido una vez en sacrilicio por nosotros, purifica<br />

nuestras almas <strong>de</strong>l pecado, y que ha sido necesario<br />

que muriese para confirmar su testamento ó alianza.<br />

REFLEXIONES.<br />

DOMINGO<br />

que á pesar <strong>de</strong> nuestra indignidad, nuestra nach) y nuestra<br />

indigencia, Dios nos haya amado hasta querer que su<br />

Hijo único y eterno, igual en todo á su Padre, se hiciese<br />

hombre, viniese á ser nuestra víctima, y espirase en la<br />

cíuz por nuestros pecados; he aquí lo (pie verda<strong>de</strong>ramente<br />

es incomprensible. Pero ¿y compren<strong>de</strong>mos mas el mists'rio<strong>de</strong><br />

iniquidad, es <strong>de</strong>cir, nuestra i:igi a!i!ud á un beneficio<br />

tan insigne y nuestra incoinprensihle malicia? Un<br />

Dios se hace hombre por amor <strong>de</strong> los hombres, y estos<br />

hombres correspon<strong>de</strong>n con el <strong>de</strong>sprecio y el aborrecimiento<br />

á este hombre-Dios. Jesucristo se inmola por nosotros<br />

en la cruz; ¿ y con que ojos miramos nosotros este sacrificio?<br />

¡Qué indiferencia por este Re<strong>de</strong>ntor! ¡qué ingratitud<br />

para con este Salvador! ¿qué caso hacemos <strong>de</strong> sus<br />

beneficios? ¿qué <strong>de</strong>ferencia tenemos á su voluntad ? ¡con<br />

qué irreligión no nos ponemos en su presencia ! ¿stm las<br />

reglas<strong>de</strong>ntieslras costumbres, sus máximas, sus mandamientos,<br />

su Evangelio? ¿cuál es nuestro ardor por Jesuciisfo?<br />

¿cuál es nuestra <strong>de</strong>cisión? ¿cuál nuestra ternura?<br />

Cuando uno piensa el modo indigno con que los judíos le<br />

han tratado, con qué malicia le han odiado, con qué crueldad<br />

le han perseguido, se ve uno obligado á <strong>de</strong>cir que no<br />

le han conocido. ¿Podrá fundarse en la misma razón nuestra<br />

ingratitud? ¿y tenemos <strong>de</strong>recho para <strong>de</strong>cir que Jesucristo<br />

seria mas amado, mas respetado <strong>de</strong> los cristianos,<br />

si fuese conocido <strong>de</strong> ellos? ¿Penetramos bien las horribles<br />

(onsecuencias <strong>de</strong> este principio?<br />

i:l ¡•cungelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia es <strong>de</strong>l capítulo 8,<br />

según san Juan.<br />

«Jesucristo ha entrado en el santuario, nó con la sangre<br />

<strong>de</strong> los machos cabríos y <strong>de</strong> los loros-, sino con su<br />

propia sangre, habiendo con ella obtenido una re<strong>de</strong>nción<br />

eterna.» ¿Compren<strong>de</strong>mos todo lo que esto significa? y sí<br />

lo compren<strong>de</strong>mos, ¿lo creemos? Que un Dios se Ima hecho<br />

hombre por el amor que tiene á los hombres , y que<br />

este Dios hombre, para sacar á los hombres <strong>de</strong> la servidumbre<br />

<strong>de</strong>l pecado y do la esclavitud <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, para<br />

reconciliarles con su Padre, y hacerles capaces <strong>de</strong> la herencia<br />

eterna , se haya inmolado por ellos en la cruz,<br />

no podiendo ninguna otra víctima espiar sus pecados, ni<br />

merecerles la vida eterna. Era este el único sacrificio capaz<br />

<strong>de</strong> apaciguar la cólera <strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong> satisfacer á su<br />

usi icia ; único capaz <strong>de</strong> hacer que perdiésemos la cualidad<br />

<strong>de</strong> esclavos, y que llegásemos á ser hij(¡s <strong>de</strong> Dios.<br />

Este sacrificio se ha ofrecido, el mismo Jesucristo ha sido<br />

la víctima sangrienta; él ha cimentado sobre su sangre la<br />

alianza que ha hecho entre Dios y los hombres, y habiéndonos<br />

hecho los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> los bienes celestiales por su<br />

leslamenlo, ha querido que adquiriésemos el <strong>de</strong>recho por<br />

su muerte. lié aquí el compendio <strong>de</strong> nuestra creencia sobre<br />

este gran misterio que nosotros confesamos que es<br />

inromprensible; ni esta incomprensibilidad recae sobre<br />

los efectos admirables <strong>de</strong> esta muerte ! se compren<strong>de</strong> fácilmenie<br />

que esta espiacion, esta reconciliación, esla san-<br />

(¡liracion y todos los efectos <strong>de</strong> esta nueva alianza, eran<br />

<strong>de</strong>bidas á las gran<strong>de</strong>s espensas hechas <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> un<br />

hombre-Dios ¡ lo qoe hay <strong>de</strong> incomprensible, es el amor<br />

que ha obligado al Salvador á que hiciese y sufriese lodo<br />

lo que ha hecho y sufrido por los Immbres, cuya pérdida<br />

salvación nada anadian á su feficidad y á su gloria ; y<br />

In ilh lempore : Diceha<br />

Jesús turbis Judaorum: Quis<br />

ex vohis arguct me <strong>de</strong>peccato?Si<br />

verilulcm dico vohis,<br />

guare non credids mihi? Qui<br />

ex Dea est, verba Dei audit.<br />

Proplerea vos non audilis,<br />

guia ex Deo non eslis. Respon<strong>de</strong>runt<br />

ergo Jvdwi, et<br />

di.rcrunl ei: Nonne bene dicimus<br />

nos, quiasamaritanvs<br />

es tu, et dmmmium habes?<br />

Jiespondit Jcsns: Ego dmnottium<br />

non babeo; sed honorifico<br />

Patrem meum, et vos<br />

inhonoraslis me. Ego antem<br />

non qtim'0 glormn meam:<br />

est qui queerat, et judicet.<br />

Amen, amen dico vobis : si<br />

quis sermoncm meum sermveril,<br />

morlem non vi<strong>de</strong>bil in<br />

aílermim. Dixcrunt ergo Ju<strong>de</strong>ei:<br />

Nunc cognovimus quia<br />

dmnoniim habes. Abrabam<br />

morluus est, et prophelce, el<br />

tu dicis: Si quis sermoncm<br />

meum srrvaverit, non gus~<br />

tabil morlem in cclerninn.<br />

JS'amquid tu mrijor es paire<br />

nostro Ahraham, quimorlnus<br />

esl? el propkcue morlvi smt.<br />

En aquel tiempo <strong>de</strong>cia Jesús<br />

á los judíos : ¿ Quién <strong>de</strong><br />

vosotros me argüirá <strong>de</strong> pecado<br />

? Si os digo la verdad,<br />

¿por qué no me creéis? El<br />

que vive según el espíritu<br />

<strong>de</strong> Dios, oye la palabra <strong>de</strong><br />

Dios; por esto vosotros no<br />

la oís, porque no estáis animados<br />

<strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> Dios,<br />

Respondiéronle entonces los<br />

judíos : ¿ No <strong>de</strong>cimos nosotros<br />

bien, que eres un samaritano<br />

y un en<strong>de</strong>moniado<br />

? Repúsoles Jesús: Yo no<br />

tengo <strong>de</strong>monio, yo honro á<br />

mi Padre, y vosotros me<br />

habéis <strong>de</strong>shonrado. Por lo<br />

que hace á mí no busco mí<br />

propia gloria ; hay otro que<br />

tiene este cuidado , y que<br />

hará justicia. En verdad, en<br />

verdad os digo, si alguno<br />

obe<strong>de</strong>ce á mi palabra , no<br />

morirá jairas. Ahora vemos<br />

bien, dijeron los judíos, que<br />

estás en<strong>de</strong>moniado. Abrabam<br />

ha miiei lo; los profetas<br />

han muerlo también ; y<br />

!ii dices: Si alguno obe<strong>de</strong>/e<br />

HIÍ palabra, no morirá ja-

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