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2o6<br />
luí, y rendiros á ta verdad. Sea que yo juzgue <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más,<br />
ó que dé (eslimonio <strong>de</strong> mí mismo, no pue<strong>de</strong>n menos<br />
<strong>de</strong> serjnslos mis juicios, como que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una sabiduría,<br />
y <strong>de</strong> un conocimienfo que no pue<strong>de</strong>n engañarse:<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que yo jamás juzgo solo, sino que siempre lo<br />
liago con mi Padre queme ha enviado aquí para vivir con<br />
vosotros, para instruiros y para salvaros. En verdad que<br />
mi palabra apoyada sobre su autoridad merecacon razón<br />
el ser creida, puoslo que, según vuestra ley, el testimonio<br />
<strong>de</strong> dos personas <strong>de</strong>be ser creído,<br />
Aquí fué don<strong>de</strong> los fariseos no pudieron ménos <strong>de</strong> dar<br />
á fonocer su espíritu pérfido y disimulado. Sabían ellos<br />
bien que el Padre do que Jesucristo hablaba, era su Padre<br />
eterno, su Dios y su Criador. Jesucristo se lohabia dicho<br />
muchas veces y con bastante claridad, porque no hacia <strong>de</strong><br />
ello ningún misterio. Sin embargo, fingen que lo ignoran,<br />
y le dicen que Ies ensenase en dón<strong>de</strong> estaba su Padre.<br />
CHierian arrancar <strong>de</strong> su boca, dice san Juan Ci isóslomo,<br />
alguna cosa que pudiesen hacer pasar en el ánimo dsl<br />
pueblo por una blasfemia á fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>sacreditarle y <strong>de</strong><br />
per<strong>de</strong>rle. Como el Salvador conocía el fondo <strong>de</strong> su corazón,<br />
y toda su malignidad: «vosotros estáis cieg's,<br />
les respondió, para no conocer ni á mi Padre, ni á mí.<br />
Si hubiereis querido ser dóciles á mis instrucciones, hubierais<br />
sabido quién soy yo, y sfibriais al mismo tiempo<br />
quién es mi Padre; si quisierais rendiros á las pruebas<br />
que os doy <strong>de</strong> mi divinidad, no buscaríais á mi Padre<br />
sóbrela tierra, porque sabríais que está en el cíelo. »\sí<br />
habló Jesús en *el| tesoro cuando ensenaba en el templo.<br />
Llamábase tesoro ó gazofilacio una paite <strong>de</strong>l templo muy<br />
frecuentada, en don<strong>de</strong> esíaban eoloca<strong>de</strong>s diferentes cepes<br />
para recibir las ofrendas <strong>de</strong>l pueblo. No obstante que el<br />
Salvador veía bien el peligro que corría su vida, habló en<br />
esta ocajion con mucha firmeza, y <strong>de</strong> un modo muy claro<br />
y muy preciso <strong>de</strong> su divinidad, y <strong>de</strong> su igualdad <strong>de</strong><br />
naturaleza con el Padre. Estaba ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> una multitud<br />
<strong>de</strong> oyentes, la mayor parte enemigos suyos; les repren<strong>de</strong><br />
con una libertad que no le convenia mas que á él; habla<br />
siempre como Maestro, aunque tuviese que habérselas<br />
con gentes feroces y vengativas, <strong>de</strong> cuya malignidad podía<br />
temerse todo. Pero no habiendo llegado todavía su<br />
hora, nadie se atrevió á ocharle mano. No teniendo<br />
criatura alguna autoridad sobre él, y <strong>de</strong>biendo entregarse<br />
él mismo voluntariamente á la muerte por la salud <strong>de</strong><br />
los hombres, no podía ser preso hasta tanto que él quisiese.<br />
Como no ha llegado todavía la hora qne Dios ha<br />
señalado para los tormentos <strong>de</strong> su Hijo, los proyectos<br />
que sus enemigos forman contra él son vanos. Prosigamos<br />
la obra <strong>de</strong> Dios, sin que nos inquiete nada <strong>de</strong> lo que<br />
pueda sues<strong>de</strong>rnos por parte <strong>de</strong> los hombres: ellos no<br />
tendrán otro tiempo, ni mas po<strong>de</strong>r para dañarnos que el<br />
que Dios tuviese á bien conce<strong>de</strong>rles; y sí es su voluntad<br />
abandonarnos por último á su violencia, nopodria olvidar<br />
entonces ni su bondad-, ni nuestra flaqueza. La hora <strong>de</strong>l<br />
justo es el tiempo <strong>de</strong> prueba; pero no es mas que una<br />
hora, na es mas que un tiempo muy corto con respecto al<br />
tiempo <strong>de</strong> la recompensa.<br />
La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong>\cste dia es como sigue:<br />
Fiat, Domine, qumsumus.<br />
Haced, Scfior, por vuesfer<br />
gratiam tuam fruciuosus<br />
Ira gracia, que el ardor <strong>de</strong><br />
SABADO CUARTO<br />
nosírec <strong>de</strong>volionis affectus: nuestra <strong>de</strong>voción no que<strong>de</strong><br />
guia tune nobis pro<strong>de</strong>rmil sin efecto; para que los<br />
suscepta jcjmúa, si tuw sinl ayunos que observamos.<br />
placita pietati. Per Domi- nosseanútiles, siendo agranum...<br />
dables á vuestra divina voluntad.<br />
Por nuestro Señor<br />
Jesucristo, etc.<br />
La Epístola es tomada <strong>de</strong>l profeta Isaías, cap. 49.<br />
IIwc dicil Domims : In Hé aquí lo que dice el Sct-m<br />
por e plácito exaudivi te, ñor: Yo le he oído en e!<br />
et ia die salutis auxiliatus tiempo favorable, y le lie<br />
sum lui: et servavi te, el <strong>de</strong>- asistido en el dia <strong>de</strong> salud.<br />
di te in fwdus populi, MÍ SUS- Yo le he conservado y le he<br />
citares terram ; et possi<strong>de</strong>res establecido pai ahaceralianhemlitatesdissipatas:<br />
vt di- za con mi pueblo; para receres<br />
Itis , qui ñncti snnl: parar la tierra; para poseer<br />
Exile: elhis, gviin tenebris: las hereda<strong>de</strong>s disipadas;<br />
¡{(rclamini. Super vins pas- para <strong>de</strong>cir á los que estaban<br />
miíw, et in ómnibus planis en ca<strong>de</strong>nas, salid <strong>de</strong> la pripnscua<br />
eorum. JSon esurient, sion ; y á los que estaban<br />
ñeque sitient, et non percu- en tinieblas, ved la luz. Se<br />
tiel eos ceestus et sol: quia apacentarán á lo largo do<br />
miserator eorum regel. eos, los caminos, y todas las 11ael<br />
ad fontes aquarum pola- miras les servirán <strong>de</strong> pashit<br />
eos. Et ponam omnes tos. No tendrán hambre ni<br />
montes meos in viam, et se- sed, y el calor ni el sol no<br />
mita; mem exahnhuniur. Ec- los abrasarán, porque aquel<br />
reisli <strong>de</strong> longe venient, el ce- que está lleno <strong>de</strong> miseriee<br />
illiab Aquilone, et mari, errdía con ellos, les conduel<br />
isti <strong>de</strong> Ierra Áustrali. Lau- eirá y les llevará á beber<br />
date, eaeli, el exvita, térra; á los manantiales <strong>de</strong> las<br />
juhilate , montes , lau<strong>de</strong>m : aguas. Entonces convertiré<br />
quia consolatus est Dominus todas mis montanas en un<br />
pojmhim suum, et paupenm camino llano, y serán rellesuorum<br />
miserehitur: Et di- nos todos mis sen<strong>de</strong>ros. Yo<br />
xit Sion : Dereliquil me Do- veo á estos que vienen <strong>de</strong><br />
minus, et Dominus ohlitus esl muy lejos, los unos <strong>de</strong>l Sepmei.<br />
Numquid ohlivisci po- tentrion y <strong>de</strong>l mar <strong>de</strong> Poíesí<br />
mulier infantem suum, niente, y los otros <strong>de</strong> las<br />
ut non misereatvr filio uteri lionas <strong>de</strong>l Mediodía. Cielos,<br />
sui 1 et ti illa ohlita fuerit, alabad al Señor, y tú, liorra,<br />
ego tamen non obliviscar lui, llénale <strong>de</strong> alegría. Montes,<br />
dieit Dominus omnipotens, haced resonar sus alabanzas<br />
, porque el Señor ha<br />
consolado á su pueblo, y se<br />
compa<strong>de</strong>cerá <strong>de</strong> sns pobres.<br />
Mas con lodo eso, ha dicho<br />
Sion: El Señor me ha abandonado,<br />
el Señor me ha olvidado.<br />
¿ Pue<strong>de</strong> acaso una<br />
madre olvidar á su hijo, ó<br />
<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> tener compasión<br />
<strong>de</strong>l hijo qne ha llevado en<br />
sus entrañas ? Mas aun<br />
cuando ella lo olvidare, yo<br />
no me olvidaré nunca <strong>de</strong> tí,<br />
dice el Señor omnipotente.<br />
Isaías, como figura <strong>de</strong>l Mesías, <strong>de</strong>clara que el Señor le<br />
ha enviado, no solo para anunciar á Jacob su vuelta <strong>de</strong>l<br />
cautiverio y su libertad, sino también para predicarla sa-