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dit Jesús Jvrosolyinam : et<br />
invcnit in templo vén<strong>de</strong>nles<br />
boves, CÍODCS , et columbas,<br />
et numularios se<strong>de</strong>ntes. Et<br />
cum fecisset quasi ¡lagellum<br />
<strong>de</strong> funirulis, omnes ejecif <strong>de</strong><br />
templo, oves qnoque, etboves,<br />
et numulariorum ef¡'udit<br />
tes, et mensas subverút. Et<br />
his, qui columbas ven<strong>de</strong>bant,<br />
dixit: Auferte isla hiñe, et<br />
nolile faceré domum Patris<br />
mei, domum negotialionis.<br />
Jlecordali sunt vero disdpuli<br />
cjus quia scriptum esl: le-<br />
Im domus ÍWÍC comedil me.<br />
Respon<strong>de</strong>runl ergo Judcei, el<br />
dixerunt ei: Quod sigmm<br />
ostendis nobis quia hoec fads<br />
? Respondil Jesús, el dixit<br />
eis: Solnitc lemphm hoc,<br />
et in tribus diebus excilabo<br />
iltud. Dixerunt ergo Judcei:<br />
Quadraginla et sex amiis<br />
eedificalum esl tcmplwm hoc,<br />
et tu in tribus diebus excilabis<br />
illud? lile aulem dicebat<br />
<strong>de</strong> templo corporis sui. Cum<br />
ergo resunexissel umortuis,<br />
recordati sunt discipuli ejus,<br />
quia hoc dicebat, et eredi<strong>de</strong>runt<br />
Scriptum , el sermoni,<br />
quem dixit Jesús. Cum aulem<br />
esseí Jerosolgmis in Pascha<br />
in die [esto , muid credi<strong>de</strong>runt<br />
in nomine ejus, vi<strong>de</strong>ntes<br />
signa ejus, quee faciebat.<br />
Ipse autem Jesús non cre<strong>de</strong>bat<br />
semelipsum eis, eo quod<br />
ipse msset omnes , et quia<br />
opus ci non eral ut quis testimonium<br />
perhiberet <strong>de</strong> hoí»ine:<br />
ipse enim sciebal quid<br />
cssel in homine.<br />
los judíos, fué Jesus á Jerusalen,<br />
y halló en el templo<br />
vetulcdorL's <strong>de</strong> bueyes,<br />
ovejas y palomag, y cambia<br />
riles que estaban sentados.<br />
Habiendo hecho una<br />
especie <strong>de</strong> azote <strong>de</strong> cuerdas,<br />
los arrojó á todos <strong>de</strong>l<br />
templo con las ovejas y los<br />
bueyes, echó por tierra el<br />
dinero <strong>de</strong> los cambiantes, y<br />
<strong>de</strong>rribó sus mesas. A los<br />
qne vendían las palomas,<br />
les dijo: Quitad esto <strong>de</strong> aquí,<br />
y no hagáis <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong><br />
mi Padre, casa do tráüco.<br />
Acordáronse entonces los<br />
discípulos <strong>de</strong> lo que está<br />
escriio, esto es: El zelo <strong>de</strong> tu<br />
casa me ha consumido.<br />
Tomando los judíos la palabra,<br />
le dijeion: ¿Porqué<br />
milagro nos maniQestas la<br />
autoridad con que haces estas<br />
cosas? Üijoles Jesus:<br />
Destruid este templo, y yo<br />
lo reedificaré en tres dias.<br />
<strong>Los</strong> judíos le replicaron:<br />
Cuarenta y seis años se tardó<br />
en edificar este templo,<br />
¿ y tú lo has <strong>de</strong> rcedilicar<br />
en tres «dias? Era, pues,<br />
<strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> su cuerpo <strong>de</strong>l<br />
que hablaba. Luego (pie<br />
hubo resucitado, hicieron<br />
reflexión sus discípulos sobre<br />
lo que les había dicho,<br />
y creyeron la Escritura y lo<br />
que Josus les habia dicho.<br />
En aquel tiempo que Jesus<br />
estuvo en Jerusalen durante<br />
la Pascua, muchos creyeron<br />
en su nombre, viendo<br />
los milagros que hacia.<br />
Mas Jesus no se fiaba <strong>de</strong><br />
ellos, porque los conocía á<br />
lodos; y poique no tenia<br />
necesidad <strong>de</strong> que nadie le<br />
diese testimonio <strong>de</strong> los hombres,<br />
él sabia bien lo que<br />
habia en los hombres.<br />
MEDITACION.<br />
yobre la irreverencia en las iglesias.<br />
Pu.vro PiiiMEao.—Consi<strong>de</strong>ra que tal vez no hay cosa qne<br />
irrite mas al Señor, ni que atraiga mas ínfaliblemenle hs<br />
tristes efectos <strong>de</strong> su justa indignación, que las irreverencias<br />
que se cometen todos los dias en las iglesias. No hay<br />
irreverencia que no sea un manifiesto aten'.ado conlra<br />
nuestro Dios, ninguna que no sea una impiedad, tungima<br />
DE CÜAKIiSMA.<br />
que no sea un escándalo. ¿Será posible que se haya siempre<br />
<strong>de</strong> recurrir á las religiones supersticiosas <strong>de</strong> los paganos<br />
para inspirarnos el respeto á nuestros santos templos?<br />
Vergonzoso es que los cristianos tengan necesidad<br />
<strong>de</strong>l ejemplo <strong>de</strong> los iniieles para apren<strong>de</strong>rá ser menos irreligiosos.<br />
¿Por qué, en efecto, representarnos sin cesar al<br />
lurco en su mezquita, ó al chino en sfl pagoda, para hacernos<br />
conocer la mo<strong>de</strong>stia con que <strong>de</strong>bemos estar en el<br />
lugar santo? Sin embargo, «los <strong>de</strong> Nínive se levantarán<br />
en el juicio contra esta generación,» po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, «y<br />
la con<strong>de</strong>narán.» Sí, los paganos mismos, los turcos,<br />
los herejes <strong>de</strong> lodos los siglos se levantarán en el<br />
dia <strong>de</strong>l juicio contra tantos fieles, y los con<strong>de</strong>narán. Mo<strong>de</strong>stos<br />
hasta el esceso, circunspectos hasta la superstición<br />
en unos templos profanos en don<strong>de</strong> no podían ofrecer votos<br />
ni incienso mas que al <strong>de</strong>monio, y esto solamente porque<br />
aquellos templos.eran lugares que iu superstición <strong>de</strong>dicaba<br />
á sus ídolos ; la sola noción <strong>de</strong> templo, la sola i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> religión ha inspirado á las naciones, aun las mas bárbaras,<br />
esta religiosa mo<strong>de</strong>stia. Solo los cristianos, solos<br />
los fieles so:i los que faltan á un <strong>de</strong>ber tan justo y lan necesario.<br />
El cuerpo y la sangre <strong>de</strong> Jesucristo que está en<br />
nuestros altares, y toda la majeslad <strong>de</strong>l Dios vivo que venimos<br />
á adorar i n nuestros templos , ¿no bastará nunca<br />
para inspirarnos un culto respetuoso? ¿tenemos necesidad<br />
<strong>de</strong> otra religión que la nuestra para consi<strong>de</strong>rarnos obligados<br />
á rendir á Dios los honores que merece? ¿y la fé crisliana<br />
no nos instruye bástanle sobre este punto capital do<br />
la religión? Es mucho lo que sufre nuestra razón, cuando<br />
quiere ajustar sobre este artículo nuestra conduela con<br />
nueslra creencia, y nada choc a tanto al entendimiento <strong>de</strong><br />
los íulieles, como el compren<strong>de</strong>r lo que creen los cristianos<br />
acerca <strong>de</strong> nuestros divinos misterios, y ver la in<strong>de</strong>voción,<br />
la in<strong>de</strong>cencia, la inmo<strong>de</strong>stia, ó por mejor <strong>de</strong>cir, la irreligión<br />
con que los cristianos asisten á ellos. Nuestras iglesias<br />
son la casa <strong>de</strong>l Señor; tan augusta por la majestad <strong>de</strong><br />
Dios que en ella se adora, tan sania por la víctima adorable<br />
que allí se inmola lodos los dias, tan venerable por<br />
los votos que en ella se hacen al Dios vivo, tan respetable<br />
que los mismos ángeles no se presentan allí sino con el<br />
mas profundo respeto, los <strong>de</strong>monios no se atreven á acercarse<br />
á ella, los paganos mismos no entran eu ella, sino<br />
ejn pavor y con aquella mo<strong>de</strong>stia que la razón sola inspira.<br />
<strong>Los</strong> cristianos <strong>de</strong> nueslros días son los únicos que tienen<br />
la <strong>de</strong>svergüenza <strong>de</strong> llevar su impiedad hasta el suntuario,<br />
y <strong>de</strong> no presentarse muchas veces en nuestras<br />
iglesias, sino para profanarlas y para insultar, por <strong>de</strong>cilio<br />
así, al Dios que adoramos en ellas. ¿Consistirá esto en<br />
que ya no les queda á tantos libertinos, á tantas mujeres<br />
mundanas, tintura idgima <strong>de</strong> religión que les haga reservar<br />
siquiera el lugar santo, ó á lo mónos el tiempo sagrado<br />
<strong>de</strong>l sacrificio? ¡ Ah 1 le queda un espacio tan vaslo á su<br />
licencia <strong>de</strong>senfrenada; todo es para ellos lugar <strong>de</strong> disolución<br />
; <strong>de</strong>jen, pues, á lo ménos sus templos á Jesucristo.<br />
PUNTO SÜGUNDO.—Consi<strong>de</strong>ra (pie por poca féque se tenga,<br />
no pue<strong>de</strong> verse sin estremecimiento la irreligión con<br />
que se presentan los hombres en nuestros templos. ¿Es<br />
acaso para dar un culto religioso al Dios que está sobre<br />
nuestios aliares, para loque se comelen lan escandalosas<br />
irreverencias en su presencia? ¿En el ánimo <strong>de</strong> laníos libeiiiuos,<br />
es tenido Jesucristo por el Re<strong>de</strong>ntor y el soberano<br />
Juez <strong>de</strong> los mortales? ¿no se diria mas bien que le<br />
consi<strong>de</strong>ran sobre nuestros aliares no mas que como un<br />
funtacma <strong>de</strong> divinidad, y como un rey <strong>de</strong> teatro, los que