Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
hallaba aquella pobre viuda, viéndose á pun(o <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r<br />
sus dos hijos y verlos en una triste esclavitud; ella conocia<br />
á Eliseo, recurrió al siervo <strong>de</strong> Dios que era lodo su<br />
recurso. El profeta se movió á compasio:i. <strong>Los</strong> sanios son<br />
siempre sensibles á nueslros males y su caridad es s'muprc<br />
eíieaz. Ellos llenen crédito con su Señor, á quien nada<br />
cueslnn los miiagros, y nunca rehusan emplear su crédito<br />
en favor <strong>de</strong> los que les pi<strong>de</strong>n. Amigos seguros, protectores<br />
po<strong>de</strong>rosos, abogados <strong>de</strong>sinteresados, guías fieles, tales son<br />
los siervos <strong>de</strong> Dios; ¿y no merece esto que se ambiciono<br />
su protección y su benevolencia?<br />
El Evangelio <strong>de</strong> este dia es <strong>de</strong>l cap. 18 <strong>de</strong> san Mateo.<br />
la illo tempore: Dixit Jesús<br />
disripulis suis : Si peccaveritin<br />
te ¡núer íuus, va<strong>de</strong>,<br />
et corripe ew)i inler te et ipsum<br />
solum. Si te audierit,<br />
hicraius cris fralrem tuum.<br />
Si autem te, non auáierit ,<br />
adhibe tecum adhuc unnm vel<br />
duos, MÍ í'ii ore duorma vel<br />
Irium testium stet omne verbum.<br />
Qmd si non audieril<br />
eos, dic Ecdcsiai. Si aulem<br />
Ecctcsiam nori audierit, sit<br />
tihi sicul ethnicus el publica-<br />
En aquel tiempo dijo Jesús<br />
á sus discípulos : Si tu<br />
hermano le ofendiere, vé y<br />
corrígele á solas; si le oyere,<br />
habrás ganado á tu hermano.<br />
Mas si no le oyere,<br />
loma contigo una ó dos personas,<br />
á fin <strong>de</strong> que en el<br />
teslimonio <strong>de</strong> dos ó II'CJ testigos<br />
se apoye lodo lo que<br />
le has dicho. Mas si tampoco<br />
te oyere, dísolo á la iglesia.<br />
Si ni aun á ia Iglesia<br />
oyere, mírale como un parcas.<br />
Amen dico vobis, qim- gano y un pubücano. En<br />
cumque aUigavcrüis super<br />
tcrramí ermí ligala el in<br />
MBíO; et qawcumque solverilis<br />
super terram, erunt soluta et<br />
ift coció. Itcrum dico vobis,<br />
(juta si dúo ex vobis consenserint<br />
super terram, <strong>de</strong> om~<br />
ni re quamcimque pelierint,<br />
verdad os digo, que cualesquiera<br />
cosas que alareis sobre<br />
la tierra, serán aladas<br />
en el cielo ; y las que <strong>de</strong>salareis<br />
sobre la tierra,<br />
serán <strong>de</strong>saladas en el cielo.<br />
También os digo, que<br />
si dos <strong>de</strong> vosotros se confivt<br />
illis a Paire meo, qui in vinieren enlre sí sobre la<br />
(wHs esl. U'oi enim sunt dúo tierra , cualquiera que sea<br />
velices congregati in nomine<br />
la cosa que pidieien, seles<br />
meo, ibi sum in medio eo-<br />
conce<strong>de</strong>rá por mi Padre,<br />
fum. Tanc acce<strong>de</strong>nsPelrusad<br />
fum, dixil: Domine, quolics<br />
que está en el cielo; porque<br />
don<strong>de</strong> están dos ó tres congregados<br />
peccrihii in me ¡rater meus,<br />
en mi nombre,<br />
et dimittam ci ? usque srp- allí estoy yo en medio <strong>de</strong><br />
'«ffi? Dixit illi Jesús: Non ellos. Acercándose enlomvs<br />
dico tibi usque seplies; sed Pedro al Señor, le dijo:<br />
usque sepiiKigies seplies. ¿Señor, cuántas veces perdonaré<br />
á mi hermano que<br />
me Imhiere ofendido; hasta<br />
siete? Díjolc Jesús; No solo<br />
te digo hasta siete, sino hasta<br />
setenta veces siete.<br />
MEDITACION.<br />
Sobre la caridad cristiana.<br />
RBN»D9 imtoBRQ.—Consi<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> cuánía importancia es<br />
primer mandamiento <strong>de</strong> la ley; amarás al Señor Dios<br />
"y0 ron lodo tu corazón y con loda lu alma: el segundo<br />
lúe manda amar á so prójimo como á si mismo, es seiücjante<br />
al primero. Son dos mandamienlos, pero cuasi no<br />
TOMO IV,<br />
BE CUARESMA. 177<br />
es mas, por <strong>de</strong>cirlo así, que una sola cosa la que se manda,<br />
puesto que so ] ue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que el amor con que los<br />
cristianos se aman entre sí no es mas que una misma virtud<br />
y un mismo amor, que el amor con que Dios mismo<br />
quiere ser amado. Es una misma cosa laque amamos, ya<br />
que amemosá Dios, yaque amemos á nuestros.hermanos<br />
con toda caridad cristiana; porque no amamos masque<br />
á Dios en fnueslros hermanos, y porque no amamos á<br />
nueslros hermanos sino por Dios. ¡ Qué bueno es el Señor<br />
por haber unido tan eslrechameule estos dos mandamientos!<br />
Este es mi precepto, dice el salvador (Joan 2o.): que<br />
os améis mutuamenlo como yo os he amado. Este es el<br />
mándalo <strong>de</strong> nueslro buen Maestro, dice san Juan (Joan. 3),<br />
y si le cumplimos, lodo esíá hecho. La señal, dice el Hijo<br />
<strong>de</strong> Dios, por la que lodos conocerán que sois mis discípulos,<br />
es si os amáis muiuamente. (Joan. 23.) ¡Oh qué razón<br />
lan escelenlo para inclinarnos á amar á nueslros hermanos!<br />
¿Es necesario que se nos proponga otro mo'ivo? Es<br />
el precepto singular y favorito <strong>de</strong> Jesucristo; es la señal<br />
por la que se conocen sus discípulos; es lo que po<strong>de</strong>mos<br />
hacer mas agradable á Jesucrisfo.<br />
¡ Qué error el pensar que se ama á Dios, si no se ama al<br />
prójimo! Aun cuando no hubiera masque una sola persona<br />
en el mundo á quien no amásemos como á nosolrcs<br />
mismos, nos lisonjearíamos en vano <strong>de</strong> que amábamos á<br />
Dios. Devoción falsa, amor <strong>de</strong> Dios imaginario, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> qi e<br />
hay n él la menor envidia, la menor aspereza, la mas<br />
lijera aversión en el corazón: ¿cuál será, pues, la suerte<br />
<strong>de</strong> aquellos que retienen la hacienda ajena, ó que se<br />
complacen en <strong>de</strong>nigrar la reputación <strong>de</strong> sus hermanos?<br />
¿Qué <strong>de</strong>ben esperar aquellos corazones malignos, aquellos<br />
espíritus acres, que para cohonestar su venganza, ó al<br />
ménos su envidia, ó alguna otra pasión, preten<strong>de</strong>n no<br />
aborrecer mas que los <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong>l otro, y quieren hacer<br />
un mérito <strong>de</strong> la malignidad <strong>de</strong> su falso zelo?<br />
La caridad cristiana ignora estos caprichosos ro<strong>de</strong>os.<br />
Es propio <strong>de</strong> los insectos venenosos el apegarse á las llagas;<br />
la caridad no percibe mas que las virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sus<br />
hermanos; escusa, inlerprela en buena parle hasta sus<br />
<strong>de</strong>fectos.<br />
¡Ah, Señor! ¡qué poco me caracteriza á mí la señal<br />
quecaracleriza a vuestros hijos! ¡ y cuáo sensiblemente<br />
prueba lo poco (¡ue os he amado, la poca caridad que he<br />
tenido hasta aquí con mi prójimo!<br />
PUNTO SEGUNDO.—Consi<strong>de</strong>ra (¡ue clamor <strong>de</strong> Dios está tan<br />
ligado con el amor <strong>de</strong>l prójimo, que no pue<strong>de</strong> subsistir sin<br />
esta caridad fraterna. «Si alguno dice que ama á Dios,»<br />
dice el discípulo amado, «y no ama á su hermano, míente.»<br />
Pero ¿cuál <strong>de</strong>be ser la medida, y por <strong>de</strong>cirlo así, el<br />
mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> esta caridad? es el amor que nos ienomos á<br />
nosotros mismos. ¡Ah, Señor, qué pocos hay en el mundo<br />
que tengan caridad!<br />
Consi<strong>de</strong>remos todas las cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestro amor propio:<br />
qué atención para buscar uno sus comodida<strong>de</strong>s, para<br />
apartar lodo lo que pueda entrisleeer, lodo lo que pueda<br />
dañar; qué ingenioso para ocultar, para disimular sus <strong>de</strong>fectos;<br />
qué pronto para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r sus inlerosos; qué ardor<br />
para procurarse todas las ventajas: el amor propio<br />
es el mayor <strong>de</strong> todos los lisonjeros; escusa hasta las imperfecciones<br />
mas groseras, aprueba todo lo que lisonjea.<br />
¿ Conocemos por estas señas el amor que tenemos á nues.-<br />
23