Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

27.08.2017 Views

eum. Ips« autem trmskns per mcdhait itlorutft, ihat. MEDITACION. vnntndo, 1c arrojaron friera de la ciudad, y !e llevaron á la cima de un monte, sobre el cual estaba edificada su ciudad, con el designio de precipitarle de él; pero él, pasando por medio de ellos, se fué. Sobre las conlradicciones que deben esperar Jas personas hienas. PUNTO PIUMERO.— Considera que por amargos quesean los sinsabores que se esperimentan desdo que «no se dedica á una vida sólidamente devota, nada hay mas venlajoso á los buenos que esla multitud de contradicciones; nada hay mas saludable. Ellas sirven de contraposición al veneno de! amor propio. Ninguna cosa debilita ni amorligua mas las pasiones. El remedio es amargo, es cierto, poro es eficaz. Es duro el verse uno hecho el blanco de la malignidad y de las zumbas de los hombres indevotos. Si ia virtud fuese el mas malo de los partidos que pudiera uno lomar, ¿ encontraría mas conlradiccionos, ni mas obstáculos ? Paré un número pequeño de gentes racionales que alaban mioslra resolución, y aplauden secretamente nuestra elecf'ion, ¿ cuántos censores injustos, cuántos críticos malig- "KS hay que interpretan sinieslramenle nuestras mejores acciones, y que pretenden que el principal motivo de nuestra reforma sea siempre la lijereza, el despocho, un 'evés do fortuna, la vanidad, ó la desesperación? I.o que os mas estraíio, es que fulla poco para que no se atribuyan á la devoción lodos los males de la vida. Asi los amigos y la mujer do Job atribuian á la piedad de aquel sanio hombre una parle do las desgracias que le hablan sucedido. A esta vida uniforme, á esla probidad exacta, á la aplicación continua en la oración, se atribuyen todas Jas enfermedades, mientras que los mundanos destruyen Y arruinan su salud por una continuación gravosa de 1ral'iqos, de fatigas, y por todo género de escesos, sin que uadie lo pondere. No hay que sorprendernos : el mundo no ama mas que lo que le pertenece ; aborrece á todos los Tío no son del mundo. Las contradicciones hacen el elogio de las personas virtuosas. El siervo no es mas que s" señor. Si Jesucristo ha sido el blanco de la conlradic- (>l0'i, qué siervo de Dios estará exento do ella? ¡ Mi Wos ! ¡ cuan poco comprendo este misterio, y cuánlo '"énos gusto de él ! PÜNTO SKGUNDO.—Considera que. no solo la licencia do toa iiheriinos es lo que tiene que sufrir la piedad de las P^sonas buenas; Dios permite para purificar la virtud de 8n5 siervos, que sea ejercitada por aquellos mismos que ferian ser sus admiradores, sus protectores y susmode- 'os- Los privilegios apenas llegan á los mas fervorosos; tos exenciones, las predilecciones recaen de ordinario en fevor de los imperfectos. Cosa estrafia: cualquiera cree tenor derecho para ejercilar la virtud de un homhro do l'i^n; Imsta el mas vil de esos censores libertinos se atreve í< lomarse la libertad de poner la virtud á prueba. Se pesan todas las palabras, se critican todas las accio- N06, se interpretan las intenciones, sojuzga hasta de los DE CUAHESMA. 173 pensamientos, y mientras que todo se'les pasa á los imperfectos, todo se pondera y nada se le perdona á una persona devola. Esta dureza se resiste; pero consideremos que nada contribuye tanto á la perfección de una alma piadosa, como la solicitud viva y maligna que tantos se toman de no dejarla pasar nada. No deben mirarse las persecuciones domesticas, las contradicciones, como obstáculos penosos que hacen mas difícil el camino de la virtud; son espinas, es verdad, pero que sirven de vallados, y que aparlan lodo lo que le es contrario y que puede dañarla. José no hubiera llegado á ser la segunda persona de Egipto, si sus propios hermanos no le hubiesen perseguido. Las virtudes brillantes y aplaudidas son de ordinario muy superficiales y poco sólidas: los climas en donde reina una primavera eterna, no son fecundos mas que en flores y en hojas; los inviernos mas largos son ordinariamente seguidos de frutos abundantes. Si queremos comprender el precio y el mérito de estas pequeñas cruces, no perdamos de vista nuestros modelos. ¿Qué santo hubo sin persecuciones? ¿Quéalma fervorosa sin conlradicciones? Los héroes cristianos, de que el mundo no ora digno, han sido todos maliratados: regocijaos, dice el Salvador, cuando os cupiere una suerte semejante; las pruebas y las cruces aseguran la recompensa. ¡Dios miol ¡qué poco he comprendido osle misterio consolador ! ¡ que digno de lástima os aquel que merece el precio de agradar á los mundanos! Nó, Señor, yo no miraré ya las contrariedades, ni estas pequeñas cruces, como desgracias. Haced por vuestra gracia, que en adelante haga de ellas un sanio uso. JACCI.ATOUIAS.—Sí, Señor, léjos de quejarme nunca de las conlradicciones que se hallan en vuestro servicioí harán de aquí adelante lodo mi placer. (2 Cor. 12.) Con tal que osló yo junto á vos, Salvador mió, me importa poco que cualquiera se arme contra mí. (Job. ti.) PROPÓSITOS. Hijo mió, dice el Espíritu Santo (Eccli. 2.), cuando entrares en el servicio de Dios mantente firme en la justicia y en el temor, y prepárate para muchas pruebas y no pequeñas contradicciones. Después de haberos consagrado á la devoción, no os quejois sí se os trata con desprecio ó con dureza. Toda virtud lisonjeada bastardea. Las escarchas en los caminos de Dios son mas úliles de lo que so piensa. El frió y los vientos purifican el aire, y matan los insectos, que en una estación mas blanda lo arruinan todo. No deis motivo á los rmpeifeclos, con vuestros caprichos, vuestra inmortificacion y vuestra grosería, para que puedan desacreditar la devoción y ponerla á prueba; poro cuando se os tachare de incómodos, porque guardáis regularidad; cuando se os murmure, porque cnmpiís con vuestra obligación, porque sois muy reservados, muy roiiginsos, porque arreglais'vueslras coslumbres por el Evangolio; bendecid al Señor, y guardaos de afligiros. Si fuese del gusto de los imperfectos, decia can Pablo, no mereceria el aprecio de mi divino Maestro. Animaos en vuestras sensibilidades, y en vuestra delicadeza, y en lo sucesivo mirad estas pequeñas amarguras como un favor insigne; ellas son un veneno escelonlo contra el veneno de las pasiones. Tomad desdo hoy la resolución de ser fieles en esla práctica. Tened sin cesar presentes á vuestro espíritu

174 MARTES TERCERO afnettaÉ palabras del apóstol sanPcdro[l Pctr.): Dichosos vosotros, si padecéis alguna cosa por la justicia. 2 La perscGiicion es ventajosa para la virtud; pero los perseguidores son dignos de lástima. Guardaos bien de aumentar su número por los chistes poco cristianos, ó por vuestra dureza con las personas piadosas. Mostrad siempre vuestra predilección y vuestra eslima por la virtud. ¿ Tenéis domésticos, tenéis hijos, subditos, estáis al trente? Sepan vuestros inferiores, que no estimáis ni el valor, ni los talentos, ni las bellas cualidades, si la piedad no es como la base de ellas. Si tenéis alguna gracia que conceder, alguna dispensa que hacer, alguna gratiíicacion que dar, sea siempre en favor de los mas virtuosos, la piedad debe ser siempre el primer título; si se cuidase do li;icei la valer, sobro ^.odo con respecto á los niños y á los domésticos, no harian tanto progreso la indevoción y la licencia. Hablad muchas veces con elogio, en presencia de vuestros inferiores, del mérito de la virtud; probad con vuestra conducta lo que la estimáis. Aplaudid la exacta regularidad, y la piednd ediiieanto de los que dan tan bellos ejemplos. Alabad en presencia de vuestros hijos la modestia, la piedad, la rogulaiidad de los que son de su misma edad. Ninguna cosa daña tanto á la perfección religiosa como las consideraciones que los superiores tienen con los mas imperfectos, al paso que no tienen las mayores con los mas fervorosos. MAUTl'S TERCERO DE CUARESMA. El iiitroilo de la misa de este dia comienza también por la oración que David, perseguido por Saúl, hace á Dios, la cual conviene laminen á Jesncrislo, y puede muy bien aplicnrso al juslo perseguido. Como siempre me habéis oido, Dios mío, os llamo todavía en mi auxilio; escuchadme, yoid mi oración; guardadme como la niña del ojo, cubridme con vuestras alas á la vista de los impíos que me persiguen sin cesar. Si Dios le ha oido, ¿.por qué clama á él? Precisamente porque le ha oido, es por lo que se dirige de nuevo á Dios con mas fervor todavía y con nueva confianza. Cornos' dijera, dicen los Padres: Señor, yo os dirijo de nuevo mis votos y mis súplicas, con lanía mayor confianza, cuanto que hasta aquí en todas las ocasiones que os pedí, he esperimentado los efectos de vuestra misericordia ; vuestras bondades precedentes son para mí como una prenda y una seguridad de las venideras. A medida que Dios nos oye, dice san Agustín, aumenta en nosotros el amor de la oración; nunca se pide con mas confianza que después de haber sido ya oidos. Ponedmcá Cilbierlo de ta malicia y de los tiros penetrantes de mis enemigos, como la gallina cubre con sus alas sus pollnelos cuando se presenta alguna ave de rapiña, y defendedme de su persecución, como habéis defendido contra mil accidentes que podrían dañarla la pupila del ojo, la cual habéis cubierto con tantas defensas, circundándola con los párpados y las cejas que son como otros tantos antemurales. Dejaos, Señor, ablandar de mi inocencia, y escuchad mi oración. David no niega quesea pecador; sínlamente [reproscnla á Dios, que sabe todas las cosas, cuáti inocente está de los crímenes de que se le acusa, y por los cuales se le hace proceso. Yo vengo á vos, ó Dios mío, en la inocencia, y en la rectitud de mi corazón, á representaros la justicia de mi proceder, y la calumnia con que SC me difama. Yo no he hecho agravio á nadie, Léjos de sor rebelde A mi príncipe, vos sabéis, Señur, lo que yo he hecho, y lo que estoy pronto á hacer contra los enemigos del estado. Sin embargo, se me trata como un malvado, como un pérfido; hacedme justicia, soberano Juez, y no me abandonéis. La Epístola de la misa de este día está lomada de la historia del profeta Elíseo. Se lee en ella el milagro de la multiplicación prodigiosa que hizo de un poco de aceite en favor de una viuda abrumada de deudas, con el que tuvo bastante para pagar á todos sus acreedores, y para mantenerse en lo sucesivo con sus hijos. Estando liliseo en Samaría, una viuda que había sido mujer de uno do. los profetas, vino un dia á esponerle la desgracia á que estaba reducida después do la muerte de su marido, el cual le había dejado pocos bienes y muchas deudas. Ksl.i pobre mujer alligida le representó, qnc no teniendo con (pie satisfacer á los acreedores de su marido, debían venir y apoderarse de sus dos hijos llevándoselos como esclavos. Tenía derecho el acreedor entre los hebreos, como en la mayor parte de los otros pueblos, de tomar los hijos de un padre que no tenia con qué pagar, y hacerlos esclavos, como se ve por el capítulo SÍ) de Isaías y el 18 de san Mateo. Elíseo, movido de compasión, le preguntó qué era loque tenia en su casa; ella le respondió que todos sus bienes se reducían á un po¿o de aceite. Vé, la dijo el profeta, busca inmediatamente prestadas entre tus vecinos cuantas vasijas vacías pudieres encontrar; y cerrándote en tu casa con tus hijos, vierte en ellas t i aceite que tienes, hasta que todas las vasijas queden llenas, y con esto tendrás para pagar tus deudas. Llena aquella mujer de confianza, hizo puntualmente lodo lo que la había prescrito el profela. Tomó prestadas cuantas vasijas le fué posible, y habiéndose encerrado silenciosamente en su casa con sus dos hijos, hizo que le trajesen todas las vasijas. Sus hijos se las presentaban, y ella derramaba en ellas del aceite, el cual no cesó de nmlliplicarse hasta que todas las vasijas quedaron llenas. Fué inmediatamente á ver á Elíseo para darle cuenta de lo que había hecho y contarte la maravilla. Vé, la dijo el ptofete, •ende ese aceite, paga con él á lodos tus acreedores, y con lo demás manlentetú y tus hijos. No tengo otros bienes mas que un poco de aceite para ungirme, esto es, para alimentarme. La espresion es un poco fuerte y figurada; pero este género de alegorías es común entre los orientales; la unción en aquellos pueblos se llama una especie de alimento, y se ve que Moisés y Miqueas amenazan á los judíos, como una gran desgracia, que no tendrán aceito para ungirse. Como la Iglesia ha escogido la multiplicación milagrosa que hizo Jesucristo de los cinco panes, con que alimentó cinco mil personas, para el Evangelio del domingo siguiente, ha creído á propósito referir en esta semana el milagro que hizo Elíseo, de la multiplicación del aceite. El Evangelio de la misa del dia contiene «na instrucción muy importante en órden á la corrección fraterna, y al modo de hacerla provechosamente. Habiendo vuelto Jesucristo á Cafarnaum poco tiempo después de su Irasíiguraeíon, empleó cuasi todo el que permaneció allí en dar diferentes instrucciones á sns apóstoles para arreglar su conducta y darles á entender lo que debian á su prójimo. Sobre todo les enseñó el modo con (pie podían reprender á los que caían en fallas y cuyas ofensas debían siempre.

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Ips« autem trmskns<br />

per mcdhait itlorutft, ihat.<br />

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vnntndo, 1c arrojaron friera<br />

<strong>de</strong> la ciudad, y !e llevaron<br />

á la cima <strong>de</strong> un monte, sobre<br />

el cual estaba edificada<br />

su ciudad, con el <strong>de</strong>signio<br />

<strong>de</strong> precipitarle <strong>de</strong> él; pero<br />

él, pasando por medio <strong>de</strong><br />

ellos, se fué.<br />

Sobre las conlradicciones que <strong>de</strong>ben esperar Jas personas<br />

hienas.<br />

PUNTO PIUMERO.— Consi<strong>de</strong>ra que por amargos quesean<br />

los sinsabores que se esperimentan <strong>de</strong>sdo que «no se <strong>de</strong>dica<br />

á una vida sólidamente <strong>de</strong>vota, nada hay mas venlajoso<br />

á los buenos que esla multitud <strong>de</strong> contradicciones;<br />

nada hay mas saludable. Ellas sirven <strong>de</strong> contraposición<br />

al veneno <strong>de</strong>! amor propio. Ninguna cosa <strong>de</strong>bilita ni amorligua<br />

mas las pasiones.<br />

El remedio es amargo, es cierto, poro es eficaz. Es<br />

duro el verse uno hecho el blanco <strong>de</strong> la malignidad y <strong>de</strong><br />

las zumbas <strong>de</strong> los hombres in<strong>de</strong>votos. Si ia virtud fuese<br />

el mas malo <strong>de</strong> los partidos que pudiera uno lomar, ¿ encontraría<br />

mas conlradiccionos, ni mas obstáculos ? Paré<br />

un número pequeño <strong>de</strong> gentes racionales que alaban<br />

mioslra resolución, y aplau<strong>de</strong>n secretamente nuestra elecf'ion,<br />

¿ cuántos censores injustos, cuántos críticos malig-<br />

"KS hay que interpretan sinieslramenle nuestras mejores<br />

acciones, y que preten<strong>de</strong>n que el principal motivo <strong>de</strong><br />

nuestra reforma sea siempre la lijereza, el <strong>de</strong>spocho, un<br />

'evés do fortuna, la vanidad, ó la <strong>de</strong>sesperación? I.o que<br />

os mas estraíio, es que fulla poco para que no se atribuyan<br />

á la <strong>de</strong>voción lodos los males <strong>de</strong> la vida. Asi los amigos<br />

y la mujer do Job atribuian á la piedad <strong>de</strong> aquel<br />

sanio hombre una parle do las <strong>de</strong>sgracias que le hablan<br />

sucedido. A esta vida uniforme, á esla probidad exacta,<br />

á la aplicación continua en la oración, se atribuyen todas<br />

Jas enfermeda<strong>de</strong>s, mientras que los mundanos <strong>de</strong>struyen<br />

Y arruinan su salud por una continuación gravosa <strong>de</strong> 1ral'iqos,<br />

<strong>de</strong> fatigas, y por todo género <strong>de</strong> escesos, sin que<br />

uadie lo pon<strong>de</strong>re. No hay que sorpren<strong>de</strong>rnos : el mundo<br />

no ama mas que lo que le pertenece ; aborrece á todos los<br />

Tío no son <strong>de</strong>l mundo. Las contradicciones hacen el<br />

elogio <strong>de</strong> las personas virtuosas. El siervo no es mas que<br />

s" señor. Si Jesucristo ha sido el blanco <strong>de</strong> la conlradic-<br />

(>l0'i, qué siervo <strong>de</strong> Dios estará exento do ella? ¡ Mi<br />

Wos ! ¡ cuan poco comprendo este misterio, y cuánlo<br />

'"énos gusto <strong>de</strong> él !<br />

PÜNTO SKGUNDO.—Consi<strong>de</strong>ra que. no solo la licencia do<br />

toa iiheriinos es lo que tiene que sufrir la piedad <strong>de</strong> las<br />

P^sonas buenas; Dios permite para purificar la virtud <strong>de</strong><br />

8n5 siervos, que sea ejercitada por aquellos mismos que<br />

ferian ser sus admiradores, sus protectores y susmo<strong>de</strong>-<br />

'os- <strong>Los</strong> privilegios apenas llegan á los mas fervorosos;<br />

tos exenciones, las predilecciones recaen <strong>de</strong> ordinario en<br />

fevor <strong>de</strong> los imperfectos. Cosa estrafia: cualquiera cree<br />

tenor <strong>de</strong>recho para ejercilar la virtud <strong>de</strong> un homhro do<br />

l'i^n; Imsta el mas vil <strong>de</strong> esos censores libertinos se atreve<br />

í< lomarse la libertad <strong>de</strong> poner la virtud á prueba.<br />

Se pesan todas las palabras, se critican todas las accio-<br />

N06, se interpretan las intenciones, sojuzga hasta <strong>de</strong> los<br />

DE CUAHESMA. 173<br />

pensamientos, y mientras que todo se'les pasa á los imperfectos,<br />

todo se pon<strong>de</strong>ra y nada se le perdona á una<br />

persona <strong>de</strong>vola. Esta dureza se resiste; pero consi<strong>de</strong>remos<br />

que nada contribuye tanto á la perfección <strong>de</strong> una alma<br />

piadosa, como la solicitud viva y maligna que tantos se<br />

toman <strong>de</strong> no <strong>de</strong>jarla pasar nada. No <strong>de</strong>ben mirarse las persecuciones<br />

domesticas, las contradicciones, como obstáculos<br />

penosos que hacen mas difícil el camino <strong>de</strong> la virtud;<br />

son espinas, es verdad, pero que sirven <strong>de</strong> vallados, y<br />

que aparlan lodo lo que le es contrario y que pue<strong>de</strong> dañarla.<br />

José no hubiera llegado á ser la segunda persona <strong>de</strong><br />

Egipto, si sus propios hermanos no le hubiesen perseguido.<br />

Las virtu<strong>de</strong>s brillantes y aplaudidas son <strong>de</strong> ordinario muy<br />

superficiales y poco sólidas: los climas en don<strong>de</strong> reina una<br />

primavera eterna, no son fecundos mas que en flores y<br />

en hojas; los inviernos mas largos son ordinariamente seguidos<br />

<strong>de</strong> frutos abundantes.<br />

Si queremos compren<strong>de</strong>r el precio y el mérito <strong>de</strong> estas<br />

pequeñas cruces, no perdamos <strong>de</strong> vista nuestros mo<strong>de</strong>los.<br />

¿Qué santo hubo sin persecuciones? ¿Quéalma fervorosa<br />

sin conlradicciones? <strong>Los</strong> héroes cristianos, <strong>de</strong> que el mundo<br />

no ora digno, han sido todos maliratados: regocijaos,<br />

dice el Salvador, cuando os cupiere una suerte semejante;<br />

las pruebas y las cruces aseguran la recompensa.<br />

¡Dios miol ¡qué poco he comprendido osle misterio<br />

consolador ! ¡ que digno <strong>de</strong> lástima os aquel que merece<br />

el precio <strong>de</strong> agradar á los mundanos! Nó, Señor, yo no<br />

miraré ya las contrarieda<strong>de</strong>s, ni estas pequeñas cruces,<br />

como <strong>de</strong>sgracias. Haced por vuestra gracia, que en a<strong>de</strong>lante<br />

haga <strong>de</strong> ellas un sanio uso.<br />

JACCI.ATOUIAS.—Sí, Señor, léjos <strong>de</strong> quejarme nunca <strong>de</strong><br />

las conlradicciones que se hallan en vuestro servicioí harán<br />

<strong>de</strong> aquí a<strong>de</strong>lante lodo mi placer. (2 Cor. 12.)<br />

Con tal que osló yo junto á vos, Salvador mió, me importa<br />

poco que cualquiera se arme contra mí. (Job. ti.)<br />

PROPÓSITOS.<br />

Hijo mió, dice el Espíritu Santo (Eccli. 2.), cuando entrares<br />

en el servicio <strong>de</strong> Dios mantente firme en la justicia<br />

y en el temor, y prepárate para muchas pruebas y no pequeñas<br />

contradicciones. Después <strong>de</strong> haberos consagrado á<br />

la <strong>de</strong>voción, no os quejois sí se os trata con <strong>de</strong>sprecio ó<br />

con dureza. Toda virtud lisonjeada bastar<strong>de</strong>a. Las escarchas<br />

en los caminos <strong>de</strong> Dios son mas úliles <strong>de</strong> lo que so<br />

piensa. El frió y los vientos purifican el aire, y matan los<br />

insectos, que en una estación mas blanda lo arruinan todo.<br />

No <strong>de</strong>is motivo á los rmpeifeclos, con vuestros caprichos,<br />

vuestra inmortificacion y vuestra grosería, para que puedan<br />

<strong>de</strong>sacreditar la <strong>de</strong>voción y ponerla á prueba; poro<br />

cuando se os tachare <strong>de</strong> incómodos, porque guardáis regularidad;<br />

cuando se os murmure, porque cnmpiís con<br />

vuestra obligación, porque sois muy reservados, muy roiiginsos,<br />

porque arreglais'vueslras coslumbres por el Evangolio;<br />

ben<strong>de</strong>cid al Señor, y guardaos <strong>de</strong> afligiros. Si fuese<br />

<strong>de</strong>l gusto <strong>de</strong> los imperfectos, <strong>de</strong>cia can Pablo, no mereceria<br />

el aprecio <strong>de</strong> mi divino Maestro. Animaos en vuestras sensibilida<strong>de</strong>s,<br />

y en vuestra <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za, y en lo sucesivo mirad<br />

estas pequeñas amarguras como un favor insigne;<br />

ellas son un veneno escelonlo contra el veneno <strong>de</strong> las pasiones.<br />

Tomad <strong>de</strong>sdo hoy la resolución <strong>de</strong> ser fieles en<br />

esla práctica. Tened sin cesar presentes á vuestro espíritu

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