Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-
dolé, un reli^io-íO pcrvorlido, una persona que lia sido devota y que da en el libcrlinaje, caen siempre en los úllimosescesos,' ya se entreguen á la licencia de ias coslnmbres, ya abracen el error. Los habitantes de Nazarclh quieren ver al Salvador obrar entre ellos los mismos milagros que babia obrado en Cafarnaum ; ¿pero no tenian por ciertos los milagros hechos en Cafarnaum? ¿qué necesidad tenian de verlos para creer en Jesucristo? .Comencemos por aprovecharnos de las gracias que se nos han concedido, si queremos obtener otras mas eficaces. Nosotros no salisfaremos en el juicio de Dios, diciendo que otros han tenido socorros mas poderosos que nosotros para obrar bien. La poca estimación y aun el desprecio que han hecho de Jesucristo sus conciudadanos debe consolar á los siervos de Dios, al verse alguna vez despreciados por aquellos con quienes viven. Los eslraños admiran muchas veces la virtud y el mérilo de una persona, que por lo común es poco estimada y aun despreciada por los suyos. La oración de la misa de este dia es como sigue: Cordibus noslris, qmsumus, Domine, gratiam luam henignus infunde: ul sicut ab escis carnalibus abstinemus, üa sensus qmque nostros a mxiis retrahamus excessibus. Per Dominum... Os suplicamos , Señor, que derraméis benigno vuestra gracia en nuestros corazones , á ün de qne así como nos abstenemos de los manjares carnales , apartetemos lamhien nuestros sentidos delosescesosque pueden dañar á nuesíra alma. Por nuestro Señor Jesucristo, etc. La Upisíola es lomada del libro cuarto de los Reyes, cap. 5. In dichas illis: Naaman princeps miHüa; regis Sgrim eral vir mugnus apud dominum suum , cí honoratus: perillum cnim dedil Domims salúlem Sgrur: eral autem W fortis el dives, sed Icprosus. Porro de Sgria egressi fuerant latrnneuli, el capti- ^«•w duxeranl de térra /s- Tafl puellam parmlam, qiue c,,«í in obsequio uxoris Naa- Wm, qum ait ad dominam suam ; utinarn [uisset domiíi!ls meus ad proplielam, fJUi est in Sawaria, profecto curassct eum á lepra, quam habet. Ingressus est itaqut Naaman ad dominum suram e[ nuniiavil ei, dicens: Sic el Slc locuta est paella de Ierra Israel. Dixiiqueei rex Sgriai: Vade, et miiiam literas ad regem hrael. Qui cum proftotm esset, et tulissel secum decem tálenla argenti, et sex millia áureos, et deccm mugloria veslimentorum, detu- En aquellos dias Naamán, general del ejército del rey de Siria , era un hombre favorito y honrado de su señor; poique por él habia el Señor salvado la Siria: era valiente y rico , pero leproso. Sucedió, pues, que habiendo salido de Siria algunos ladrones , haljinn traido cautiva una doiicellila niña de Israel, la cual estaba al servicio de la mujer de Naartián. Esta joven dijo á su señora ¡ Ojalá que mi señor fuese á ver á un profeta quebay en Samaria, sin duda quedarla curado de la lepra(¡nepadece. Fué pucsNaamáii á versobreesto ásu señor, y le dijo: Una jóven de Israel me ha dicho esto y es(o. Respondióle el rey de. Siria : Vé , y yo le daré cartas para el rey de Israel. Partió, pues, Naamán de Siria, tomó consigo diez talentos de piala , seis DECüARimv. lit Hileras ad regem Israel, in hec verba: Cum acceperis epistolam hanc, scito quod miserim ad te Naaman servtan meum, ut cures eum a kprd sua. Cumque legisset rex Israel Hileras, scidii veslimenla sua, et ait: Arumqnid Deas ego sum, ut occidere possim et vivificare, quia iste misit ad me, ut curem liomincm a lepra sua? animadvertile, et videle quod occasiones qxwrat adversim me. Quod cum audisset Eliscus vir Dci, seidisse, videlicel regem Israel vestimenta sua, misit ad eum , dicens: Qiiare scidisli vestimenta tua? venial ad me, el sciat esse prophetam in Israel. Venit crgo Naaman cum equis et curribu^ el stetit ad ostium domus Elisei: misilque ad cum Eliseus nunthm dicens: Vade, et lavare sepiles in Jonlune, el recipirl sanitakmcaro tua, atque mundabo is. íralus Naaman recedebat dicens : Putabam quod egrederelur ad me, et slans invocarcl nomen Domi ni Dci sui, et tangeret manu sua ¡ocum lepra; , el curaret n\e. Numquid non meliores sunl Abana et Pharpliarjluvii Damasci ómnibus aquis Israel, ut laver in eis, el munder? Cumergo vertisset se, et abiret indignans, accessernnt ai eum sem sui, el locuti sunl ei: Pater, etsi rem grandem dixisset libi propheta, cene [acere debueras: quanlo magls quia nunc dixit libi: Lavare, el mundaheris? Diwendit, el lavil in Jordane sepiles juxta sermonem viri Dei, el restituía est caro ejus , sicut caro pueri parvuli, et mundatus est. Iteiwsusquc ad virum Dei eum universo cmnilalu suo, venit, el slcíil coram eo , et ait: Veré scio, quod non sil atius Deus in universa térra, nisi lanlum in Israel. 17 1 mil piezas de oro , y diez vestidos nuevos , y llevó al rey de Israel ias cartas del do Siria concebidas cu estos términos: Cuando hubiereis recibido esta carta, sabréis que os envió á Naaman , mi siervo , para que le curéis de la lepra. Habiendo recibido el rey de Israel esta carta, rasgó sus vestiduras y dijo : ¿Soy yo por ventura Dios para poder quitar y dar la vida? ¿á qué, pírea, enviarme esfe hombre para que le cure de la lepra? Observad y ved que este príncipe no busca mas que ocasión para romper conmigo. Habiendo sabido Eliseo, himibre de Dios, que el rey do Israel habia desganado así sus vestidos, le envió á decir : ¿I'or qué has desgarrado tus vestidos? Venga ese hombre á mí , y sepa que hay un profeta en Israel. Vino, pues, Naamán con sus caballos y sus carros , y se paró á la puerta do la casa de Eliseo. Enviólo Eliseo una persona que le dijese : Vé , y lávale siete veces en el Jordán, y tu carne quedaiá curada y limpia. Naanám incomodado se marchaba diciendo: Creia yo que saldría á recibirme, y que pueslo en piéinvecaria el nombre del Señor, su Dios, que tocarla con su mano mi lepra , y así me curaría. ¿No tenemos en Damasco los rios de Abana y de l-arfar, que son mejores que todos los de. Israel, para lavarme en ellos , y que quede limpio mi cuerpo? Cuando se volvía ya lleno de indignación, se lo acercaron sus criados , y le dijeron : Padre,'si el profeta te hubiese ordenado una cosa difícil, deberías cierlamenle hacerla; ¿cuánto mas habiéndote solo mandado que te laves , y quedarás limpio? Fué y so lavó sieíe veces en el Jordán conformo se lo habia dicho el varonde Dios, y sucarnequedó como la caine de un ni-
172 LUNES TERCERO fio, quedando cnieramcnle limpio. Después de esto volvió con toda su cornil iva para ver al hombre de Dios, y presentándose á él le dijo: Estoy cierto que no hay otro Dios en toda la tierra mas que el que hay en Israel. El cuarto libro do los Reyes conliene la historia de trescientos y ocho años después de la muerte de Josafat acaecida el año del mundo de 3113, hasta la ruina del reino de Juda en 3Í16. Los profetas Elias y Elíseo sostuvieron con fortaleza y con todo el zelo posible la religión alterada y vacilante en los reinos do Israel y deJudá por la impiedad de muchos reyes, y por la licencia de los pueblos, a REFLEXIONES. Aun cuando el profeta te hubiese ordenado una cosa dtffct), debei ius ciertamente hacerla, ¿cuánto mas habiéndole mandado solo que te laves, y quedarás limpio ? » ¿ A cuántos se les podrá hacer esta reconvención á la hora déla muerte?¿ A cuántos seles puedehaceHuraníe Ja vida? Aun cuando Dios hubiera exigido de todos los beles que se hubiesen sepultado en el desierto; aun cuando hubiese pedido á todos la niortihcacion mas austera, la mas severa penitencia para salvarse; aun cuando la salvación hubiera debido ser el fruto de un ayuno continuo; aunque hubiera sido aun necesario para eviiarel infierno dar su vida en el suplicio mas horrible, y aiirK¡uc no huhiesen podido entrar en el cielo mas que los mártires, ni hubiesen podido evitar la eternidad desgraciada sino los penitentes austeros, ¿ habría habido dificultad en deliberar entre unos fuegos eternos, ó un puñado de dias consagrado á los rigores de la penitencia 9 ¿entre privarse dmante una vida tan corla de todos los placeres, ó quedar privados por toda una eternidad de las delicias celestiales ? ¿Qué hombre, por poco racional quo fuese, hubiera debido dudar un momento en la elección? ¿Con cuánta mayor razón debemos odedecer á Dios, cuando no exige de nosotros para salvarnos mas que el amarle con todo nuestro corazón, servirle y agradarle? En verdad, ¿qué es lo que el Señor reclama de nosotros que no sea muy dulce y sobradamente fácil? ¿ Cuesta algún trabajo el amar á un Dios infinitamenre amable,y que nos ama infinitamente ? Pide que guardemos sus mandamientos ; ¿hay vmo solo que no sea en ventaja nuestra? Jesucristo mismo nos asegura que no hubo jamás un yugo mas dulce que el suyo, ni una carga mas lijera que llevar. Comparemos loque Dios pide do sus fieles siervos, con lo que el mundo, este señor imaginario,exigo do sus esclavos. Comparemos lo que estamos obligados á hacer por una familia, para llenar las obligaciones de un empleo, para hacer una fortuna caduca ; en el ejército, en el comercio, en el servicio de un señor, molesto, difícil, caprichoso ; para complacerá un amigo ; para obligar á un ingrato ; para adquirir reputación y nombre en el mundo. ¡Qué trabajas quo sufrir! | Qué sinsabores que aguantar! | Qué disgustos que devorar 1 \ Qué sudores, qué vigilias! Se aniquila uno con gastos eslraordinRrio?, se consume la salud, se abrevia la vida, y todo esto sin fruto. ¿ A qué precio tan alto no se comprar» la salud, según la opinión misma de los mundanos, si para conseguirla fuese necesario hacerse tantas violencias y sub ir lautas incomodidades? Después de esto se mira una Cuaresma como demasiado larga, algunos dias de abstinencia y de ayuno como muy duros, la menor mortificación por Dios como impracticable. Estamos cubiertos de lepra, cargados de pecados, la iniquidad nos hace deformes; se nos dice : «Lavaos y quedareis limpios,» Jesucristo nos prepara un baño saludable de su sangre, se nos exhorta que recurramos al sacramento de la penitencia, por cuya virtud podemos recobrar la inocencia, y ¡ rehusamos servirnos de estos medios! ¿ Pero qué reconvención mas cruel y mas justa que la que se puedo hacer á muchas personas religiosas, que obligadas por su estado á aspirar á la perfección después de haber hecho lo mas, se deprimen indignamente en el polvo de una vida tibia, lánguida, imperfecta, peligrosa para la salud eterna, y esto por descuidar las observancias mas iijeras? Nada mas se pide á aquella persona que todo lo ha dejado solemnemente por Dios, sino un poco mas de recogimiento interior, un poco mas de puntualidad, laob- , sei vancia de las reglas mas pequeñas, para gustar de la dub.ura de su estado, para gozar de té paz mas dulce, para asegurarse la muerte mas preciosa, para sacar todo el fruto de su grande sacrificio, y la mayor parte quieren mas gemir toda su vida en la humillante amargura de su relajación, que procurarse todas estas ventajas, observando lo que ellos mismos llaman minuciosidades. « Aun cuando el profeta te hubiese ordenado una cosa difícil, deberías ciertamente hacerla ; ¿ cuánto mas habiéndote mandato solo que to laves, y quedarás limpio ? » 7:7 Evangelio de ¡a misa es de san Lucas, cap. A. In illo lempore: Dixü Jesús phariswis: Ulique dicetis mihi Itanc smililudinem: Medice, cura teipsim: quanla audivimus facía in Cajtharnnum, fac el hic in patria lúa, Ait autem: Amen dico vohis, quia nemo propheta acceplus cst in patria sua. In veritale dico vobis, muJtwviduw eranl in dielms Elirii in Israel, cuando clauswn cst cwlum amis tribus, ct mensibus sex, cum [acta csset [ames magna in omni Ierra : el ad nullam illarum missus est Elias, nisi in Sarcphta Sidoncu ad mulicrem viduam. Et mulii leprosi erant in Israel sub Elíseo propheta 1 el nemo eorum mundatus esl nisi Naamon Syrus. Et repleti sunt omnes ñi synagóga ira, luce avdientes. Et surrexcrunl, ct ejecerunl illum extra chitatm, ct duxcrunl illum usque ad supercühm montis, svpcr qum civilas illorum erat wdifcala, ut pnvcipilarent En aquel tiempo dijo Jesús á los fariseos: Tal vez me argüiréis con este proverbio: Médico, cúrate á tí mismo ; hemos oído cuántos prodigios has hecho en Cal'arnaum, hazlos también aquí en tu patria. En verdad os digo, añadió, que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo, pues, en verdad, que en los dias de Elias, cuando el cielo se cerró por tres años y seis meses, de modo que so esperimentó una grande hambre en todo el país, bahía muchas viudas en Is - rael, y á ninguna de ellas fué enviado Elias, sino á una viuda de Sarepla en el país de Sidon. Muchos le proses había en Israel en tiempo de Elíseo profeta, y ninguno de ellos fué limpio, mas que Naamán que era sirio. Esle discurso llenó de indignación á todos los que e.slal¡an en la sinagoga, de suerte, que habiéndose le-
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dolé, un reli^io-íO pcrvorlido, una persona que lia sido <strong>de</strong>vota<br />
y que da en el libcrlinaje, caen siempre en los úllimosescesos,'<br />
ya se entreguen á la licencia <strong>de</strong> ias coslnmbres,<br />
ya abracen el error. <strong>Los</strong> habitantes <strong>de</strong> Nazarclh<br />
quieren ver al Salvador obrar entre ellos los mismos milagros<br />
que babia obrado en Cafarnaum ; ¿pero no tenian<br />
por ciertos los milagros hechos en Cafarnaum? ¿qué necesidad<br />
tenian <strong>de</strong> verlos para creer en Jesucristo? .Comencemos<br />
por aprovecharnos <strong>de</strong> las gracias que se nos<br />
han concedido, si queremos obtener otras mas eficaces.<br />
Nosotros no salisfaremos en el juicio <strong>de</strong> Dios, diciendo que<br />
otros han tenido socorros mas po<strong>de</strong>rosos que nosotros<br />
para obrar bien. La poca estimación y aun el <strong>de</strong>sprecio<br />
que han hecho <strong>de</strong> Jesucristo sus conciudadanos <strong>de</strong>be consolar<br />
á los siervos <strong>de</strong> Dios, al verse alguna vez <strong>de</strong>spreciados<br />
por aquellos con quienes viven. <strong>Los</strong> eslraños admiran<br />
muchas veces la virtud y el mérilo <strong>de</strong> una persona,<br />
que por lo común es poco estimada y aun <strong>de</strong>spreciada<br />
por los suyos.<br />
La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia es como sigue:<br />
Cordibus noslris, qmsumus,<br />
Domine, gratiam luam<br />
henignus infun<strong>de</strong>: ul sicut<br />
ab escis carnalibus abstinemus,<br />
üa sensus qmque nostros<br />
a mxiis retrahamus excessibus.<br />
Per Dominum...<br />
Os suplicamos , Señor,<br />
que <strong>de</strong>rraméis benigno<br />
vuestra gracia en nuestros<br />
corazones , á ün <strong>de</strong> qne así<br />
como nos abstenemos <strong>de</strong> los<br />
manjares carnales , apartetemos<br />
lamhien nuestros sentidos<br />
<strong>de</strong>losescesosque pue<strong>de</strong>n<br />
dañar á nuesíra alma.<br />
Por nuestro Señor Jesucristo,<br />
etc.<br />
La Upisíola es lomada <strong>de</strong>l libro cuarto <strong>de</strong> los Reyes, cap. 5.<br />
In dichas illis: Naaman<br />
princeps miHüa; regis Sgrim<br />
eral vir mugnus apud dominum<br />
suum , cí honoratus:<br />
perillum cnim <strong>de</strong>dil Domims<br />
salúlem Sgrur: eral autem<br />
W fortis el dives, sed Icprosus.<br />
Porro <strong>de</strong> Sgria egressi<br />
fuerant latrnneuli, el capti-<br />
^«•w duxeranl <strong>de</strong> térra /s-<br />
Tafl puellam parmlam, qiue<br />
c,,«í in obsequio uxoris Naa-<br />
Wm, qum ait ad dominam<br />
suam ; utinarn [uisset domiíi!ls<br />
meus ad proplielam,<br />
fJUi est in Sawaria, profecto<br />
curassct eum á lepra, quam<br />
habet. Ingressus est itaqut<br />
Naaman ad dominum suram<br />
e[ nuniiavil ei, dicens: Sic el<br />
Slc locuta est paella <strong>de</strong> Ierra<br />
Israel. Dixiiqueei rex Sgriai:<br />
Va<strong>de</strong>, et miiiam literas ad<br />
regem hrael. Qui cum proftotm<br />
esset, et tulissel secum<br />
<strong>de</strong>cem tálenla argenti, et sex<br />
millia áureos, et <strong>de</strong>ccm mugloria<br />
veslimentorum, <strong>de</strong>tu-<br />
En aquellos dias Naamán,<br />
general <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong>l<br />
rey <strong>de</strong> Siria , era un hombre<br />
favorito y honrado <strong>de</strong> su<br />
señor; poique por él habia<br />
el Señor salvado la Siria:<br />
era valiente y rico , pero<br />
leproso. Sucedió, pues, que<br />
habiendo salido <strong>de</strong> Siria algunos<br />
ladrones , haljinn<br />
traido cautiva una doiicellila<br />
niña <strong>de</strong> Israel, la cual<br />
estaba al servicio <strong>de</strong> la mujer<br />
<strong>de</strong> Naartián. Esta joven<br />
dijo á su señora ¡ Ojalá que<br />
mi señor fuese á ver á un<br />
profeta quebay en Samaria,<br />
sin duda quedarla curado<br />
<strong>de</strong> la lepra(¡nepa<strong>de</strong>ce. Fué<br />
pucsNaamáii á versobreesto<br />
ásu señor, y le dijo: Una<br />
jóven <strong>de</strong> Israel me ha dicho<br />
esto y es(o. Respondióle el<br />
rey <strong>de</strong>. Siria : Vé , y yo le<br />
daré cartas para el rey <strong>de</strong><br />
Israel. Partió, pues, Naamán<br />
<strong>de</strong> Siria, tomó consigo<br />
diez talentos <strong>de</strong> piala , seis<br />
DECüARimv.<br />
lit Hileras ad regem Israel,<br />
in hec verba: Cum acceperis<br />
epistolam hanc, scito quod<br />
miserim ad te Naaman servtan<br />
meum, ut cures eum a<br />
kprd sua. Cumque legisset<br />
rex Israel Hileras, scidii veslimenla<br />
sua, et ait: Arumqnid<br />
Deas ego sum, ut occi<strong>de</strong>re<br />
possim et vivificare, quia<br />
iste misit ad me, ut curem<br />
liomincm a lepra sua? animadvertile,<br />
et vi<strong>de</strong>le quod occasiones<br />
qxwrat adversim<br />
me. Quod cum audisset Eliscus<br />
vir Dci, seidisse, vi<strong>de</strong>licel<br />
regem Israel vestimenta<br />
sua, misit ad eum , dicens:<br />
Qiiare scidisli vestimenta tua?<br />
venial ad me, el sciat esse<br />
prophetam in Israel. Venit<br />
crgo Naaman cum equis et<br />
curribu^ el stetit ad ostium<br />
domus Elisei: misilque ad<br />
cum Eliseus nunthm dicens:<br />
Va<strong>de</strong>, et lavare sepiles<br />
in Jonlune, el recipirl sanitakmcaro<br />
tua, atque mundabo<br />
is. íralus Naaman rece<strong>de</strong>bat<br />
dicens : Putabam<br />
quod egre<strong>de</strong>relur ad me, et<br />
slans invocarcl nomen Domi<br />
ni Dci sui, et tangeret<br />
manu sua ¡ocum lepra; , el<br />
curaret n\e. Numquid non<br />
meliores sunl Abana et Pharpliarjluvii<br />
Damasci ómnibus<br />
aquis Israel, ut laver in eis,<br />
el mun<strong>de</strong>r? Cumergo vertisset<br />
se, et abiret indignans,<br />
accessernnt ai eum sem sui,<br />
el locuti sunl ei: Pater, etsi<br />
rem gran<strong>de</strong>m dixisset libi<br />
propheta, cene [acere <strong>de</strong>bueras:<br />
quanlo magls quia nunc<br />
dixit libi: Lavare, el mundaheris?<br />
Diwendit, el lavil in<br />
Jordane sepiles juxta sermonem<br />
viri Dei, el restituía est<br />
caro ejus , sicut caro pueri<br />
parvuli, et mundatus est.<br />
Iteiwsusquc ad virum Dei<br />
eum universo cmnilalu suo,<br />
venit, el slcíil coram eo , et<br />
ait: Veré scio, quod non sil<br />
atius Deus in universa térra,<br />
nisi lanlum in Israel.<br />
17 1<br />
mil piezas <strong>de</strong> oro , y diez<br />
vestidos nuevos , y llevó<br />
al rey <strong>de</strong> Israel ias cartas<br />
<strong>de</strong>l do Siria concebidas cu<br />
estos términos: Cuando hubiereis<br />
recibido esta carta,<br />
sabréis que os envió á Naaman<br />
, mi siervo , para que<br />
le curéis <strong>de</strong> la lepra. Habiendo<br />
recibido el rey <strong>de</strong><br />
Israel esta carta, rasgó sus<br />
vestiduras y dijo : ¿Soy yo<br />
por ventura Dios para po<strong>de</strong>r<br />
quitar y dar la vida? ¿á qué,<br />
pírea, enviarme esfe hombre<br />
para que le cure <strong>de</strong> la lepra?<br />
Observad y ved que<br />
este príncipe no busca mas<br />
que ocasión para romper<br />
conmigo. Habiendo sabido<br />
Eliseo, himibre <strong>de</strong> Dios, que<br />
el rey do Israel habia <strong>de</strong>sganado<br />
así sus vestidos, le<br />
envió á <strong>de</strong>cir : ¿I'or qué has<br />
<strong>de</strong>sgarrado tus vestidos?<br />
Venga ese hombre á mí , y<br />
sepa que hay un profeta en<br />
Israel. Vino, pues, Naamán<br />
con sus caballos y sus carros<br />
, y se paró á la puerta<br />
do la casa <strong>de</strong> Eliseo. Enviólo<br />
Eliseo una persona que le<br />
dijese : Vé , y lávale siete<br />
veces en el Jordán, y tu carne<br />
quedaiá curada y limpia.<br />
Naanám incomodado se<br />
marchaba diciendo: Creia<br />
yo que saldría á recibirme,<br />
y que pueslo en piéinvecaria<br />
el nombre <strong>de</strong>l Señor, su<br />
Dios, que tocarla con su<br />
mano mi lepra , y así me<br />
curaría. ¿No tenemos en<br />
Damasco los rios <strong>de</strong> Abana<br />
y <strong>de</strong> l-arfar, que son mejores<br />
que todos los <strong>de</strong>. Israel,<br />
para lavarme en ellos , y<br />
que que<strong>de</strong> limpio mi cuerpo?<br />
Cuando se volvía ya lleno<br />
<strong>de</strong> indignación, se lo<br />
acercaron sus criados , y le<br />
dijeron : Padre,'si el profeta<br />
te hubiese or<strong>de</strong>nado una cosa<br />
difícil, <strong>de</strong>berías cierlamenle<br />
hacerla; ¿cuánto mas<br />
habiéndote solo mandado<br />
que te laves , y quedarás<br />
limpio? Fué y so lavó sieíe<br />
veces en el Jordán conformo<br />
se lo habia dicho el varon<strong>de</strong><br />
Dios, y sucarnequedó<br />
como la caine <strong>de</strong> un ni-