Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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el espíritu de imlo.ilichd, el espíritu particular, el espí- m odorem mavitalis. Forni- por nosotros en cualidad de calió nulcm, et omms tmmundilia, uiVenda y de víctima do aul avariúa nec olor agradable á Dios. No nonihw.tur in vobis, sicut dccet se oiga entre vosotros ni aun sanctos: aut turpitudo, el nombre de, fornicación, ó aul slulliloquiam, aut scurrilitas, do cualquiera otra impurelinel; (]uw ad rem non perza , ó de avaricia, como con­ sed magis graliarum viene á los santos; tampoco odio. IIoc cn'un seilole, iníciligentcs lo que ofende al pudor, los quod omnis fornica- discursos necios, ni las bu­ íor, aulimmundus, aul avaras fonadas, que no vienen al quod esl idolorum servi- caso, sino mas bien las acfonadas, las, non hnbel heredilaiem ciones de gracias. Estad, ta regno Chrisli et Dei. Nenio pues, bien persuadidos que ros seducal inanibus ver- lodo fornicador, todo impú­ bis: propler hac cnim venil dico , y todo avaro , que se ira Dci in fitios diffidcnt'ur. hace esclavo de estos ídolos , no tendrá la herencia Nolilc ergo eljici parlieipes eorum. Eratis enim aíiquando en el reino de Jesucristo y lenebra;: nunc autem lux de Dios. No os seduzca nin­ in Domino. Ut füii lucis ambulale: guno con frivolos discursos, fruetus enim hwis porque estas cosas atraen la est m omni boniiatc, tt juslitia, ira de Dios sobre las perso­ el veritalc. nas incrédulas. No tengáis ninguna comunicación con ellos. En otro tiempo vivíais también vosotros en las tinieblas, mas ahora vivís en la luz en el Señor. Caminad como hijos de luz ; el fruto de la luz es obrar en todo género de bondad, de justicia y de verdad. La ciudad de Efeso, metrópoli del Asia menor, era muy dada á ta idolatría, y sobre lodo al cullo de Diana; reinaba mucho en ella el vicio de la impureza; eran muy aficionados losefesinos á la magia, y san Pablo hizo quemar en un solo dia por valor de cincuenta mil donarlos de libros mágicos. El santo apóstol vino allí por primera vez á predicar hacia el año fi i de Jesucristo. ritu de división y de cisma; y habiendo entrado en aquellas comarcas, hasta entonces tan fértiles en virtudes y en santidad, lo han arrasado todo, todo lo han desolado, y so han establecido allí á mano armada;y la herejía ha hecho la última condición de aquellos pueblos desafortunados peor (¡ue la primera. Los fariseos y los doctores do la ley oscuebaban á ,íe- .sncristo sin decir palabra, porque no sabian qué responder; pero nada rebajaban de su orgullo, ni de su tenacidad; cuando una mujer sencilla, mas ¡lustrada que ellos, ievuntó su voz en medio de la asamblea, y arrebatada de la doctrina del Salvador eselamó: «Dichosas las cntrafias que le han llevado, y felices los pechos que has mamado.» cAnles bien, repuso Jesús, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios, y la ponen en práctica.» Kl Salvador dió esta respuesta para insli uccion de lodos los que escuchaban, y que escuchándole no se hacian ni menos malos, ni menos dóciles. Estas palabras «níes 6ím, lejos de servir aquí de correctivo, son mas bien una confirmación dolo que aquella piadosa mujer acababa de sostener. Sin embargo , el Salvador sin insistir mas sobre la dicha singular de su Santísima Madre, toma de ella ocasión para hacer conocer á sus oyentes cuál es la felicidad que les es propia, y á que lodos pueden aspirar. Como si les hubiese dicho : verdad es que el privilegio y la fortuna de mi madre es grande, y mayor que lo que pueden comprender los hombres y aun los ángeles. Su eminente santidad su crédito casi omnipotente cerca de mi Padre y de mí, su ^"gusia y sublime dignidad de verdadera Madre de Dios, uébeil captar la admiración de lodos los espíritus, ganarle todos los corazones, merecerle todos los homenajes; pero sabed, que si ta elección que Dios habia hecho de elh para una dignidad tan alia, no hubiese sido acompañada por su parte de una perfecta docilidad, de una profunda humildad, de una fé, de una pureza, de una santidad sin ejemplo, de nada la hubiera servido toda la predilección que mi Padre y yo habí-unos tenido por ella. El Salvador quería dar á entender á los judíos que la predilección que Dios babia tenido por el pueblo judio, escogiéndole por su pueblo, no le servirla sino para hacerle mas desgraciado, haciéndole mas criminal, sino ponían en pi'ácticalo que él les enseñaba, si no creían su palabra. La oración de la misa de esle dia es como sigue : Qua'sitmus , omnipolens ' Te rogamos , Dios omnipotente, ^ews, vota humilium respi- que mires favora­ Ce'- atque ad defnisionnn blemente los deseos y oraciones nsiram dexleum tuce ma- P'slnús exlende. Per Domi- de los humildes, y te dignes eslender , para protegernos, el brazo invencible de lu Majestad. Por nuestro Señor, etc. la Epístola es del cap. s de la caria de san Pablo apúslol á los Efesinos. Hermanos : sed imiíado- res de Dios como hijos amadísimos, y caminad en es- pírilu de amor como Jesu- cristo, que nos ha amado y Fratros: estole imilalores fo* skut filü charissmi: ct (iwbvlaie in dileelione, siatl f'í Christiis ditexü nos , et tradidii semeiipsum pro nú- oblaiionm ct hosliam Deo se ba entregado á si mismo DK CUARESMA. REFLEXIONES. «No se oiga entre vosotros ni aun el nombre de fornicación ó de cualijuiera aira impureza ; tampoco lo que ofende al pudor, ó los discursos necios, ni las bufonadas.» ¡ Qué inq oi lanle esta lección, que necesaria, pero qué mal observada en el dia! Ninguna cosa prueba mejoría espantosa corrupción de este siglo, que esa licencia desenfrenada con que se dice todo cuanto ofende al pudor; no hay edad, no hay sexo que no manche su lengua con lo que mancilla la imaginación y ensucia el corazón . Aquel pudor que basta ahora nacía con los crislianos, parece quo hoy se ha desterrado del mundo. Los jóvenes, en quienes parecía como propio patrimonio, ya no lo conocen. Con tal que los términos no sean groseros, no se avergüenzan ya del mal sentido, ni de las sucias imágenes que despiertan. En esto brilla el tálenlo, se ríen de eslo, y los hay tan poco crislianos, tan desvergonzados que aplauden todo lo cpie hace reir. ¿Qué se ha hecho aquella vergüenza sabia y honesta que sienta tan bien á los jóvenes; aquella modesiia eriátispa que servia de ornamento á la virtud; aquella delicadeza de conciencia, que hacia el elogio del

IÜI; DOMINGO crisliaiiismov1 «¿Cómo se luí empañado el oro, y nuidado su precioso color?» (Jerera. 4.) Las palabras se resienten de la licencia délas costumbres. Cuando la corrupción ha ganado el corazón, se muda muy pronto de lenguaje. Su lengua manifiesta lo que son. (Matth. 2C.) La simulación reina demasiado en el mundo; pero la corrupción del corazón se manifiesta demasiado en las reuniones mundanas. El alma produce en ellas su retrato. El Apóstol coloca los discursos impertinentes y chocarreros en el mismo órdm que lo que ofende los oidos castos. No son, en efecto, menos perniciosos, sobre todo cuando hieren á la religión. Se chancea neciamente, se hace burla del modo mas sacrilego de lo que hay mas santo y mas respetable. Un jóven libertin;) cree dar muestras de talento, zumhándose con impiedadde la religión, y no lo tiene para ver que por esto mismo da «na prueba pública de la mas insigne locura; y en verdad, ¿ hubo alguna jamás mejor marcada? Pero ¿qué indignación no causa el oir á esas gentes ociosas, la mayor parte sin religión, cuyos escesos han emlü ulccido su espíritu, enflaquecido su razón, y depravado el sentido común, chancearse con desprecio de las verdades mas terribles, y hablar comopnganos de tos misterios mas tremendos? ¿qué enojo no escita oir á algunas mujercillas cuyo talento es tan limitado, y que nada tienen de grande mas que un fondo inagotable de presunción y de desvergüenza, disputar sobre la gracia, decidir atrevidamente puntos de religión, y rechazar con insolencia las mas santas decisiones de la iglesia? ¿Qué hubiera dicho el santo Apóstol de esta imbecilidad estravagante, de esta especie de fanatismo, si huhie.se visto cutre los fieles de su tiempo la misma licencia, la misma irreligión en las palabras, que so ve en los cristianos de nuestro siglo? Discursos impertinentes, fastidiosas y miserables pláticas, conversaciones ridiculas, en las que lodo presenta un carácter de irreligión y de locura. En efecto, ¿qué cosa mas estravagante que el someter á unas luces tan limitadas y tan escasas como las del espíritu humano, que no puede comprender la estructura de una hormiga, ni de la hoja de un árbol, los abismos impenetrables de la divinidad, los misterios mas recónditos de nuestra religión, los secretos adorables déla gracia, de la predestinación, y lodo lo que las inteligencias celestiales se contentan con adorar sin comprenderlo? Esta licencia desenfrenada dolos particulares, aun legos, en querer constituirse jueces en los puntos de fé, y doctores supremos en materia de religión, es la que ha dado origen á todas las herejías y lo que las ha alimentado. El espíritu particular ha caracterizado siempre á todos los herejes; él lisonjea demasiado el orgullo de las personas del otro sexo, y do los talentos ordinarios y groseros, para no apegarlos con terquedad á un partido que les constituye jueces en materia de religión, y les hace superiores á los mas grandes doctores déla Iglesia ; y héaquí lo que engruesa todas las sectas, y lo que hace irreducibles alas mujeres y á las gentes ordinarias, cuando han tenido la desgracia de dejarse pervertir por el error. Eí Evangelio de la misa es del cap. H de san Lucas. ¡aillo lempore: EratJesus ejiciems deeinonium, el illad crul mulum. Et cum ejecissrl dcjemonum , lomtus cal muíel admiruUc En aquel tiempo estaba Jesús echando un demonio, y este demonio era mudo. Y habiendo arrojado al demonio, habló el mudo, y la TERGKílO snnl larha>.. Qaidain aulem ex eis dlxerunt : la ¡inlzcliub príncipe dwinoniorain ejicil da'monia. El aln teníanles, signum de cado queerebant ab eo. Ipse aulem MÍ vidil cogitationes coyum, dixit eis: Oninc regnum in seipsum divisum desolabUurt el domus supra domwn cadel. si aulem el Salamsin seipsum divisus csí, quomodo stabü regnum ejus? quia dicitis in Beelzebab me e/irere dnsmonia. Si aulem ego in lieelzehub ejido dwmonia: filii veslri in quo ejiciml? Ideo ipsi judices vestri erunt. Porro si in digilo Dei ejido damonia, profeclo pervenil in vos regnum Dei. Cúm fortis armatus custodil alrium suum, in pace sunl ea, quw possidel. Si aulem forlior eo viperveniens vicerit enm, universa arma ejus aufcrel, in quibus confidebat, el spolia ejus dislrihuel. Qui non est mecum, conlra me esl: el qui non colligil mecum, dispergit. Cúm immundus spiritus exieril de homine, ambnlal per loca imquosa, qxmrens réquiem: el non inveniens, dicit: Revcrlar in domum meam undé exivi. Et cúm venerit, invenit cam scopis mundalam et ornalam. Tune vadit el assumit sepkm altos spirilus secum ncquiores se; et ingressi habitanl ibi. El fiunt norissima hominis illius pejoraprioribus. Faclum esl aulem, cum'Jim diceret, extollens vocem queedam mulicr de turba, dixitilli: lieatus veuter qui le portavil, et ubera, quee suotisli. Al iile dixil: Quininimo beali, qui uudiunt verbum Dei, el cuslodiunl illud. mucliedumbre (inedo admii'ada. Sin embargo, algunos de los que allí estaban dijeron : Este arroja los demonios en virtud de Beelzebub, príncipe de todos ellos; otros para tentarle le pedian algún prodigio del cielo. Mas viendo Jesucristo lo (pie pensaban , les dijo i Todo reino dividido entre sí, será arruinado, y sus edificios caerán unos sobre otros. Si, pues. Satanás está dividido en sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino? Poniue vosotros decís, que yo arrojo los demonios en virtud de Eeelzebub. Ahora bien. Si yo arrojo los demonios en virtud de Beelzebub, ¿vuestros hijos en virtud de quién los arrojan ? Por tanto ellos serán vuestros jueces. Mas si yo arrojo los demonios por la virtud de Dios, no queda duda (pío ha venido á vosotros el reino de Dios. Cuando un hombro valiente bien armado guarda la entrada de su casa, está seguro de todo lo quo posee; pero si viene otro, mas fuerte que él, y le vence, le despojará de todas las armas en que confiaba, y distribuirá sus despojos. El que no es conmigo, es contra mi; y el que no coge conmigo, disipa. Cuando el espírilu inmundo ha salido del bombre, anda por lugares áridos buscando reposo, y no hallándole, dice: Volveré á mi casa de donde he salido; y á su vuelta la halla barrida y adornada. Entonces va y toma consiga otros siete espíritus peores que él, y entrando, hacen asiento en ella, y la última condición de aquel hombre es peor que la primera. Sucedió , pues, que cuando hablaba de esle modo,'levantando cierta mujer la voz de en medio de la multitud, le dijo: Dicbosas las entrañas que te llevaron, y y felices los pechos qne te (lienm de mamar. Aolcs bien, repuso Jesús, hiena-

el espíritu <strong>de</strong> imlo.ilichd, el espíritu particular, el espí-<br />

m odorem mavitalis. Forni-<br />

por nosotros en cualidad <strong>de</strong><br />

calió nulcm, et omms tmmundilia,<br />

uiVenda y <strong>de</strong> víctima do<br />

aul avariúa nec olor agradable á Dios. No<br />

nonihw.tur in vobis, sicut dccet<br />

se oiga entre vosotros ni aun<br />

sanctos: aut turpitudo, el nombre <strong>de</strong>, fornicación, ó<br />

aul slulliloquiam, aut scurrilitas,<br />

do cualquiera otra impurelinel;<br />

(]uw ad rem non perza<br />

, ó <strong>de</strong> avaricia, como con­<br />

sed magis graliarum viene á los santos; tampoco<br />

odio. IIoc cn'un seilole, iníciligentcs<br />

lo que ofen<strong>de</strong> al pudor, los<br />

quod omnis fornica-<br />

discursos necios, ni las bu­<br />

íor, aulimmundus, aul avaras<br />

fonadas, que no vienen al<br />

quod esl idolorum servi-<br />

caso, sino mas bien las acfonadas,<br />

las, non hnbel heredilaiem ciones <strong>de</strong> gracias. Estad,<br />

ta regno Chrisli et Dei. Nenio<br />

pues, bien persuadidos que<br />

ros seducal inanibus ver-<br />

lodo fornicador, todo impú­<br />

bis: propler hac cnim venil dico , y todo avaro , que se<br />

ira Dci in fitios diffidcnt'ur. hace esclavo <strong>de</strong> estos ídolos<br />

, no tendrá la herencia<br />

Nolilc ergo eljici parlieipes<br />

eorum. Eratis enim aíiquando<br />

en el reino <strong>de</strong> Jesucristo y<br />

lenebra;: nunc autem lux <strong>de</strong> Dios. No os seduzca nin­<br />

in Domino. Ut füii lucis ambulale:<br />

guno con frivolos discursos,<br />

fruetus enim hwis porque estas cosas atraen la<br />

est m omni boniiatc, tt juslitia,<br />

ira <strong>de</strong> Dios sobre las perso­<br />

el veritalc.<br />

nas incrédulas. No tengáis<br />

ninguna comunicación con<br />

ellos. En otro tiempo vivíais<br />

también vosotros en las tinieblas,<br />

mas ahora vivís en<br />

la luz en el Señor. Caminad<br />

como hijos <strong>de</strong> luz ; el fruto<br />

<strong>de</strong> la luz es obrar en todo<br />

género <strong>de</strong> bondad, <strong>de</strong> justicia<br />

y <strong>de</strong> verdad.<br />

La ciudad <strong>de</strong> Efeso, metrópoli <strong>de</strong>l Asia menor, era<br />

muy dada á ta idolatría, y sobre lodo al cullo <strong>de</strong> Diana;<br />

reinaba mucho en ella el vicio <strong>de</strong> la impureza; eran muy<br />

aficionados losefesinos á la magia, y san Pablo hizo quemar<br />

en un solo dia por valor <strong>de</strong> cincuenta mil donarlos <strong>de</strong> libros<br />

mágicos. El santo apóstol vino allí por primera vez á<br />

predicar hacia el año fi i <strong>de</strong> Jesucristo.<br />

ritu <strong>de</strong> división y <strong>de</strong> cisma; y habiendo entrado en aquellas<br />

comarcas, hasta entonces tan fértiles en virtu<strong>de</strong>s y en<br />

santidad, lo han arrasado todo, todo lo han <strong>de</strong>solado, y so<br />

han establecido allí á mano armada;y la herejía ha hecho<br />

la última condición <strong>de</strong> aquellos pueblos <strong>de</strong>safortunados<br />

peor (¡ue la primera.<br />

<strong>Los</strong> fariseos y los doctores do la ley oscuebaban á ,íe-<br />

.sncristo sin <strong>de</strong>cir palabra, porque no sabian qué respon<strong>de</strong>r;<br />

pero nada rebajaban <strong>de</strong> su orgullo, ni <strong>de</strong> su tenacidad;<br />

cuando una mujer sencilla, mas ¡lustrada que ellos,<br />

ievuntó su voz en medio <strong>de</strong> la asamblea, y arrebatada <strong>de</strong><br />

la doctrina <strong>de</strong>l Salvador eselamó: «Dichosas las cntrafias<br />

que le han llevado, y felices los pechos que has mamado.»<br />

cAnles bien, repuso Jesús, bienaventurados los que escuchan<br />

la palabra <strong>de</strong> Dios, y la ponen en práctica.» Kl Salvador<br />

dió esta respuesta para insli uccion <strong>de</strong> lodos los que<br />

escuchaban, y que escuchándole no se hacian ni menos<br />

malos, ni menos dóciles. Estas palabras «níes 6ím, lejos<br />

<strong>de</strong> servir aquí <strong>de</strong> correctivo, son mas bien una confirmación<br />

dolo que aquella piadosa mujer acababa <strong>de</strong> sostener.<br />

Sin embargo , el Salvador sin insistir mas sobre la dicha<br />

singular <strong>de</strong> su Santísima Madre, toma <strong>de</strong> ella ocasión para<br />

hacer conocer á sus oyentes cuál es la felicidad que les es<br />

propia, y á que lodos pue<strong>de</strong>n aspirar. Como si les hubiese<br />

dicho : verdad es que el privilegio y la fortuna <strong>de</strong> mi<br />

madre es gran<strong>de</strong>, y mayor que lo que pue<strong>de</strong>n compren<strong>de</strong>r<br />

los hombres y aun los ángeles. Su eminente santidad<br />

su crédito casi omnipotente cerca <strong>de</strong> mi Padre y <strong>de</strong> mí, su<br />

^"gusia y sublime dignidad <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra Madre <strong>de</strong> Dios,<br />

uébeil captar la admiración <strong>de</strong> lodos los espíritus, ganarle<br />

todos los corazones, merecerle todos los homenajes;<br />

pero sabed, que si ta elección que Dios habia hecho <strong>de</strong><br />

elh para una dignidad tan alia, no hubiese sido acompañada<br />

por su parte <strong>de</strong> una perfecta docilidad, <strong>de</strong> una profunda<br />

humildad, <strong>de</strong> una fé, <strong>de</strong> una pureza, <strong>de</strong> una santidad<br />

sin ejemplo, <strong>de</strong> nada la hubiera servido toda la predilección<br />

que mi Padre y yo habí-unos tenido por ella. El<br />

Salvador quería dar á enten<strong>de</strong>r á los judíos que la predilección<br />

que Dios babia tenido por el pueblo judio, escogiéndole<br />

por su pueblo, no le servirla sino para hacerle<br />

mas <strong>de</strong>sgraciado, haciéndole mas criminal, sino ponían en<br />

pi'ácticalo que él les enseñaba, si no creían su palabra.<br />

La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> esle dia es como sigue :<br />

Qua'sitmus , omnipolens ' Te rogamos , Dios omnipotente,<br />

^ews, vota humilium respi-<br />

que mires favora­<br />

Ce'- atque ad <strong>de</strong>fnisionnn blemente los <strong>de</strong>seos y oraciones<br />

nsiram <strong>de</strong>xleum tuce ma-<br />

P'slnús exlen<strong>de</strong>. Per Domi-<br />

<strong>de</strong> los humil<strong>de</strong>s, y te<br />

dignes eslen<strong>de</strong>r , para protegernos,<br />

el brazo invencible<br />

<strong>de</strong> lu Majestad. Por<br />

nuestro Señor, etc.<br />

la Epístola es <strong>de</strong>l cap. s <strong>de</strong> la caria <strong>de</strong> san Pablo<br />

apúslol á los Efesinos.<br />

Hermanos : sed imiíado-<br />

res <strong>de</strong> Dios como hijos amadísimos,<br />

y caminad en es-<br />

pírilu <strong>de</strong> amor como Jesu-<br />

cristo, que nos ha amado y<br />

Fratros: estole imilalores<br />

fo* skut filü charissmi: ct<br />

(iwbvlaie in dileelione, siatl<br />

f'í Christiis ditexü nos , et<br />

tradidii semeiipsum pro nú-<br />

oblaiionm ct hosliam Deo<br />

se ba entregado á si mismo<br />

DK CUARESMA.<br />

REFLEXIONES.<br />

«No se oiga entre vosotros ni aun el nombre <strong>de</strong> fornicación<br />

ó <strong>de</strong> cualijuiera aira impureza ; tampoco lo que ofen<strong>de</strong><br />

al pudor, ó los discursos necios, ni las bufonadas.»<br />

¡ Qué inq oi lanle esta lección, que necesaria, pero qué mal<br />

observada en el dia! Ninguna cosa prueba mejoría espantosa<br />

corrupción <strong>de</strong> este siglo, que esa licencia <strong>de</strong>senfrenada<br />

con que se dice todo cuanto ofen<strong>de</strong> al pudor; no<br />

hay edad, no hay sexo que no manche su lengua con lo<br />

que mancilla la imaginación y ensucia el corazón . Aquel<br />

pudor que basta ahora nacía con los crislianos, parece quo<br />

hoy se ha <strong>de</strong>sterrado <strong>de</strong>l mundo. <strong>Los</strong> jóvenes, en quienes<br />

parecía como propio patrimonio, ya no lo conocen. Con<br />

tal que los términos no sean groseros, no se avergüenzan<br />

ya <strong>de</strong>l mal sentido, ni <strong>de</strong> las sucias imágenes que <strong>de</strong>spiertan.<br />

En esto brilla el tálenlo, se ríen <strong>de</strong> eslo, y los hay<br />

tan poco crislianos, tan <strong>de</strong>svergonzados que aplau<strong>de</strong>n todo<br />

lo cpie hace reir. ¿Qué se ha hecho aquella vergüenza sabia<br />

y honesta que sienta tan bien á los jóvenes; aquella<br />

mo<strong>de</strong>siia eriátispa que servia <strong>de</strong> ornamento á la virtud;<br />

aquella <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za <strong>de</strong> conciencia, que hacia el elogio <strong>de</strong>l

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