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100 SABADO SEGUNDO<br />
menor entra en todos los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l mayor, y ocupa m<br />
Ingar. ¿ Quién no ve claramente representados en esta figura<br />
al pueblo judío y los gentiles ? Dios en toda la eternidad<br />
ha sido padre común <strong>de</strong> todos los hombres; pero la<br />
predilección la habia siempre obtenido el pueblo judio.<br />
Era este el hijo primogénito en la casa <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong> familias<br />
: lodos los favores, todos los privilegios eran para<br />
él. Él solo estaba ilustrado con el conocimiento <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro<br />
Dios; él solo era el <strong>de</strong>positario do sus secretos<br />
y <strong>de</strong> sus ministerios; él solo estaba consagrado á su verda<strong>de</strong>ro<br />
culto; ¡qué <strong>de</strong> maravillas obrara el cielo en su<br />
favor 1 iqué bondad la <strong>de</strong> Dios con esta nación privilegiada<br />
! todo esto no obstante la grosería <strong>de</strong> su parte, la<br />
perversidad <strong>de</strong> su natural , la indocilidad <strong>de</strong> su espíritu,<br />
la ingratitud <strong>de</strong> su corazón, la eslravagancia <strong>de</strong> toda<br />
su conducta. Mas al fin, babiendo puesto el colmo á<br />
su iniquidad por el <strong>de</strong>icidio comelido en la persona adorable<br />
<strong>de</strong>l Mesías, se ha visto suplantada, por <strong>de</strong>cirlo así,<br />
por los gentiles, á los cuales se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que babia como<br />
vendido su <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> primogenilura por su idolatría,<br />
dando tantas veces un culto sacrilego á sus falsos dioses.<br />
<strong>Los</strong> gentiles convertidos á la fé ban podido <strong>de</strong>cirle á Dios<br />
como Jacob: Nosotros somos vuestro lujo mayor ; esto es,<br />
nosotros hemos entrado en posesión <strong>de</strong> todos los favores<br />
que le habíais <strong>de</strong>signado, si hubiese guardado vuestros<br />
mandamiento?, si hubiese querido reconocer al Mesías.<br />
Habiéndose él hecho indigno <strong>de</strong> vuestros beneficios, bemos<br />
entrado nosotros en su lugar. A la verdad, nosotros hemos<br />
venido á la última hora ; pero prontos á obe<strong>de</strong>ceros,<br />
hemos sometido nuestro espíritu á la fé <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que hemos<br />
visto aparecer su luz, y hemos ido al trabajo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto<br />
en que nos habéis llamado. Revestidos con los mas<br />
preciosos vestidos <strong>de</strong> Esaú, pero que él no llevaba ya,<br />
esto es, apo<strong>de</strong>rados <strong>de</strong> los libros santos, <strong>de</strong>que los judíos<br />
no hacian ya mas que un mal uso, hemos reconocido en<br />
ellos el carácter <strong>de</strong>l Espíritu Santo, <strong>de</strong> que los judíos no<br />
estaban ya animados. Aprovechándonos, pues, <strong>de</strong> lo mas<br />
precioso que lenian los judíos, y <strong>de</strong> que ellos ya no se servían,<br />
no hemos podido <strong>de</strong>jar, Señor, <strong>de</strong> agradaros, y hechos<br />
los queridos <strong>de</strong> vuestra Iglesia, figurada por <strong>de</strong>cirlo<br />
así, en Rebeca, os hemos presentado los manjares que ella<br />
misma habia preparado según vuestro gusto : estos manjares<br />
os han agradado lo mismo que nuestra prontitud en<br />
obe<strong>de</strong>ceros, nuestro empefio por agradaros, y nos habéis<br />
ben<strong>de</strong>cido. « La voz en verdad es la voz <strong>de</strong> Jacob; pero las<br />
manos son las manos <strong>de</strong> Esaú. » No son las palabras agradables<br />
las que atraen las bendiciones ; á las manos es á lo<br />
que se atien<strong>de</strong>, por las obras se. conoce el bijo bien quisto.<br />
No será nadie justificado porque discurra bien <strong>de</strong> las cosas<br />
buenas, sino porque las practique. En materia <strong>de</strong> salvación<br />
las manos son mas elocuentes y mas persuasivas que<br />
la lengua. La voz engaña ; por los frutos se conoce el árbol.<br />
Solo aquel es sincero que pone en práciiea las verda<strong>de</strong>s<br />
; á este es, dice Santiago, al que hará feliz su conducta.<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la mm es lomado <strong>de</strong> sanLucas, cap, Y5.<br />
Inillo Umpore: DixilJcsus<br />
phariscBis et scribis fürabolam<br />
islam: Homo quídam<br />
hohuil dúos filios: et<br />
dixitjadolesceniior ex illis<br />
En aquel tiempo dijo Jesús<br />
á los fariseos y á los escribas<br />
esta parábola: Cierto<br />
hombre tenia dos hijos; el<br />
mas jóven <strong>de</strong> ellos dijo á<br />
patri: PaUr, damihiporlionem<br />
substmtice, qxm me<br />
conlinyit. Et divisil illis<br />
suhslantiam. Et non posl<br />
mullos dies congregalis ómnibus<br />
, adolescenlior films<br />
perefjré profecías est in refjionem<br />
longinqunm , el ibi<br />
dissipavit snbstanliam suam<br />
vivendo lumriosé. El poslquam<br />
omnia consummassot,<br />
facía est fames valida in regione<br />
illa, el ipse coepit egere.<br />
Et abiil, el adha>.sil uni<br />
civium regionis illas. Et misil<br />
illum in villam suam ut<br />
pasceret parcos. El cupiebal<br />
implere venlrcm suam <strong>de</strong> siliquis,<br />
quas porci manducübanl:<br />
et nemo illi dabal. In<br />
se autem rever sus , ílmí:<br />
Quanli mercenarii in domo<br />
pairis mei abundantpanibus,<br />
ego aulem hic fame pereo!<br />
Surgam , et ibo ad patrem<br />
meum, et dicam ei: Paler,<br />
peccavi in ca:lum, et coram<br />
te: jam non sum dignus vacarí<br />
filius luus: fac me sicul<br />
unum <strong>de</strong> mercenariis luis.<br />
El surgens, venil ad patrem<br />
smm. Cum aulem adhuc<br />
longé essel, vidil illum pater<br />
ipsius, el misericordia molus<br />
est; el acmrrens, ceddil supercollum<br />
ejus, el osculalas<br />
est eum. Bixitqm ex filius:<br />
Paler, peccavi in coselum,<br />
et coram te, jam non sum<br />
digmsvocari filius luus. Dixit<br />
aulem paler ad senos<br />
suos : Cilo proferle slolam<br />
primam> et índuile íllum, el<br />
dale annulum in manum<br />
cjus, el cakeamcnla in pe<strong>de</strong>s<br />
ejus: et adducile vitulum sagmatum,eloccidiie,<br />
et manducemus,<br />
el epulemur: quia<br />
hic filius meus moriuus<br />
erat, et revixit: pemral, et<br />
inventus est. Et caeperunt<br />
epulari. Erat aulem filius<br />
ejus sénior in agro: el cum<br />
renirct tí appropinquareldomm,<br />
audivit symphoniam et<br />
chorum; et vocavit unum <strong>de</strong><br />
servís, et interrogavil, quid<br />
hmc essenl. Isque dixililli:<br />
Fraler luus iwnil, el occidií<br />
pater tuus vilulum saginafum,<br />
quia salvum illum recepil.<br />
Indignalus est aulem, et<br />
su padre: Padre mío, dadme<br />
la. parto <strong>de</strong> herencia<br />
que me pertenece; y en<br />
efecto el padre le dividió la<br />
herencia. No mucho tiempo<br />
<strong>de</strong>spués el jóven hijo, reunidas<br />
todas sus riquezas, se<br />
partió á un pais muy distante,<br />
y allí disipó todo su<br />
caudal, viviendo en los <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes.<br />
Después que todo<br />
lo hubo consumido, sobrevino<br />
una gran<strong>de</strong> hambre en<br />
aquella región, y él se vió<br />
reducido á la miseria, <strong>de</strong><br />
modo que tuvo que acomodarse<br />
á servir á uno <strong>de</strong> los<br />
habitantes <strong>de</strong> aquel pais;<br />
el cual le envió á una heredad<br />
suya, para que guardase<br />
los puercos: en don<strong>de</strong><br />
hubiera <strong>de</strong>seado satisfacer<br />
su hambre con los hollejos<br />
que comían los puercos,<br />
pero ni aun esto le daba nadie.<br />
Entrado, pues, en sí<br />
mismo , dijo : , Cuántos<br />
criados en la casa <strong>de</strong> mi<br />
padre tienen pan en abundancia<br />
, mientras yo aquí<br />
perezco <strong>de</strong> hambre! Voy,<br />
pues, á marcharme; iré á<br />
mi padre, y le diré: Padre,<br />
pequé contra el cielo y <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> tí, ya no soy digno<br />
<strong>de</strong> llamarme bijo tuyo; tratadme<br />
como uno <strong>de</strong> vuestros<br />
jornaleros; y partiendo<br />
luego, fué á buscará su padre.<br />
Cuando todavía estaba<br />
lejos, le vió su padre, y<br />
movido <strong>de</strong> compasu n, corrió<br />
á él, lo cebó sus brazos<br />
al cuello, y le besó. Padre<br />
mió, esclamó el hijo, he<br />
pecado contra el cielo y <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> tí, no merezco ya<br />
que se me llame hijo luyo.<br />
Entonces dijo el padre á sus<br />
criados: Traed pronto su<br />
primera vestidura, y vestidle<br />
con ella; ponedle un<br />
anillo en su mano, dadle el<br />
calzado para sus pies, y<br />
luego traed el becerro mas<br />
grueso, y comamos y regalémonos<br />
, porque este hijo<br />
mío habia muerto, y ha resucitado;<br />
se habia perdido,<br />
y lo be vuelto á encontrar,<br />
Y empezaron á regalarse.<br />
Estaba, pues, el hijo mayor