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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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100 SABADO SEGUNDO<br />

menor entra en todos los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l mayor, y ocupa m<br />

Ingar. ¿ Quién no ve claramente representados en esta figura<br />

al pueblo judío y los gentiles ? Dios en toda la eternidad<br />

ha sido padre común <strong>de</strong> todos los hombres; pero la<br />

predilección la habia siempre obtenido el pueblo judio.<br />

Era este el hijo primogénito en la casa <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong> familias<br />

: lodos los favores, todos los privilegios eran para<br />

él. Él solo estaba ilustrado con el conocimiento <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro<br />

Dios; él solo era el <strong>de</strong>positario do sus secretos<br />

y <strong>de</strong> sus ministerios; él solo estaba consagrado á su verda<strong>de</strong>ro<br />

culto; ¡qué <strong>de</strong> maravillas obrara el cielo en su<br />

favor 1 iqué bondad la <strong>de</strong> Dios con esta nación privilegiada<br />

! todo esto no obstante la grosería <strong>de</strong> su parte, la<br />

perversidad <strong>de</strong> su natural , la indocilidad <strong>de</strong> su espíritu,<br />

la ingratitud <strong>de</strong> su corazón, la eslravagancia <strong>de</strong> toda<br />

su conducta. Mas al fin, babiendo puesto el colmo á<br />

su iniquidad por el <strong>de</strong>icidio comelido en la persona adorable<br />

<strong>de</strong>l Mesías, se ha visto suplantada, por <strong>de</strong>cirlo así,<br />

por los gentiles, á los cuales se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que babia como<br />

vendido su <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> primogenilura por su idolatría,<br />

dando tantas veces un culto sacrilego á sus falsos dioses.<br />

<strong>Los</strong> gentiles convertidos á la fé ban podido <strong>de</strong>cirle á Dios<br />

como Jacob: Nosotros somos vuestro lujo mayor ; esto es,<br />

nosotros hemos entrado en posesión <strong>de</strong> todos los favores<br />

que le habíais <strong>de</strong>signado, si hubiese guardado vuestros<br />

mandamiento?, si hubiese querido reconocer al Mesías.<br />

Habiéndose él hecho indigno <strong>de</strong> vuestros beneficios, bemos<br />

entrado nosotros en su lugar. A la verdad, nosotros hemos<br />

venido á la última hora ; pero prontos á obe<strong>de</strong>ceros,<br />

hemos sometido nuestro espíritu á la fé <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que hemos<br />

visto aparecer su luz, y hemos ido al trabajo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto<br />

en que nos habéis llamado. Revestidos con los mas<br />

preciosos vestidos <strong>de</strong> Esaú, pero que él no llevaba ya,<br />

esto es, apo<strong>de</strong>rados <strong>de</strong> los libros santos, <strong>de</strong>que los judíos<br />

no hacian ya mas que un mal uso, hemos reconocido en<br />

ellos el carácter <strong>de</strong>l Espíritu Santo, <strong>de</strong> que los judíos no<br />

estaban ya animados. Aprovechándonos, pues, <strong>de</strong> lo mas<br />

precioso que lenian los judíos, y <strong>de</strong> que ellos ya no se servían,<br />

no hemos podido <strong>de</strong>jar, Señor, <strong>de</strong> agradaros, y hechos<br />

los queridos <strong>de</strong> vuestra Iglesia, figurada por <strong>de</strong>cirlo<br />

así, en Rebeca, os hemos presentado los manjares que ella<br />

misma habia preparado según vuestro gusto : estos manjares<br />

os han agradado lo mismo que nuestra prontitud en<br />

obe<strong>de</strong>ceros, nuestro empefio por agradaros, y nos habéis<br />

ben<strong>de</strong>cido. « La voz en verdad es la voz <strong>de</strong> Jacob; pero las<br />

manos son las manos <strong>de</strong> Esaú. » No son las palabras agradables<br />

las que atraen las bendiciones ; á las manos es á lo<br />

que se atien<strong>de</strong>, por las obras se. conoce el bijo bien quisto.<br />

No será nadie justificado porque discurra bien <strong>de</strong> las cosas<br />

buenas, sino porque las practique. En materia <strong>de</strong> salvación<br />

las manos son mas elocuentes y mas persuasivas que<br />

la lengua. La voz engaña ; por los frutos se conoce el árbol.<br />

Solo aquel es sincero que pone en práciiea las verda<strong>de</strong>s<br />

; á este es, dice Santiago, al que hará feliz su conducta.<br />

El Evangelio <strong>de</strong> la mm es lomado <strong>de</strong> sanLucas, cap, Y5.<br />

Inillo Umpore: DixilJcsus<br />

phariscBis et scribis fürabolam<br />

islam: Homo quídam<br />

hohuil dúos filios: et<br />

dixitjadolesceniior ex illis<br />

En aquel tiempo dijo Jesús<br />

á los fariseos y á los escribas<br />

esta parábola: Cierto<br />

hombre tenia dos hijos; el<br />

mas jóven <strong>de</strong> ellos dijo á<br />

patri: PaUr, damihiporlionem<br />

substmtice, qxm me<br />

conlinyit. Et divisil illis<br />

suhslantiam. Et non posl<br />

mullos dies congregalis ómnibus<br />

, adolescenlior films<br />

perefjré profecías est in refjionem<br />

longinqunm , el ibi<br />

dissipavit snbstanliam suam<br />

vivendo lumriosé. El poslquam<br />

omnia consummassot,<br />

facía est fames valida in regione<br />

illa, el ipse coepit egere.<br />

Et abiil, el adha>.sil uni<br />

civium regionis illas. Et misil<br />

illum in villam suam ut<br />

pasceret parcos. El cupiebal<br />

implere venlrcm suam <strong>de</strong> siliquis,<br />

quas porci manducübanl:<br />

et nemo illi dabal. In<br />

se autem rever sus , ílmí:<br />

Quanli mercenarii in domo<br />

pairis mei abundantpanibus,<br />

ego aulem hic fame pereo!<br />

Surgam , et ibo ad patrem<br />

meum, et dicam ei: Paler,<br />

peccavi in ca:lum, et coram<br />

te: jam non sum dignus vacarí<br />

filius luus: fac me sicul<br />

unum <strong>de</strong> mercenariis luis.<br />

El surgens, venil ad patrem<br />

smm. Cum aulem adhuc<br />

longé essel, vidil illum pater<br />

ipsius, el misericordia molus<br />

est; el acmrrens, ceddil supercollum<br />

ejus, el osculalas<br />

est eum. Bixitqm ex filius:<br />

Paler, peccavi in coselum,<br />

et coram te, jam non sum<br />

digmsvocari filius luus. Dixit<br />

aulem paler ad senos<br />

suos : Cilo proferle slolam<br />

primam> et índuile íllum, el<br />

dale annulum in manum<br />

cjus, el cakeamcnla in pe<strong>de</strong>s<br />

ejus: et adducile vitulum sagmatum,eloccidiie,<br />

et manducemus,<br />

el epulemur: quia<br />

hic filius meus moriuus<br />

erat, et revixit: pemral, et<br />

inventus est. Et caeperunt<br />

epulari. Erat aulem filius<br />

ejus sénior in agro: el cum<br />

renirct tí appropinquareldomm,<br />

audivit symphoniam et<br />

chorum; et vocavit unum <strong>de</strong><br />

servís, et interrogavil, quid<br />

hmc essenl. Isque dixililli:<br />

Fraler luus iwnil, el occidií<br />

pater tuus vilulum saginafum,<br />

quia salvum illum recepil.<br />

Indignalus est aulem, et<br />

su padre: Padre mío, dadme<br />

la. parto <strong>de</strong> herencia<br />

que me pertenece; y en<br />

efecto el padre le dividió la<br />

herencia. No mucho tiempo<br />

<strong>de</strong>spués el jóven hijo, reunidas<br />

todas sus riquezas, se<br />

partió á un pais muy distante,<br />

y allí disipó todo su<br />

caudal, viviendo en los <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes.<br />

Después que todo<br />

lo hubo consumido, sobrevino<br />

una gran<strong>de</strong> hambre en<br />

aquella región, y él se vió<br />

reducido á la miseria, <strong>de</strong><br />

modo que tuvo que acomodarse<br />

á servir á uno <strong>de</strong> los<br />

habitantes <strong>de</strong> aquel pais;<br />

el cual le envió á una heredad<br />

suya, para que guardase<br />

los puercos: en don<strong>de</strong><br />

hubiera <strong>de</strong>seado satisfacer<br />

su hambre con los hollejos<br />

que comían los puercos,<br />

pero ni aun esto le daba nadie.<br />

Entrado, pues, en sí<br />

mismo , dijo : , Cuántos<br />

criados en la casa <strong>de</strong> mi<br />

padre tienen pan en abundancia<br />

, mientras yo aquí<br />

perezco <strong>de</strong> hambre! Voy,<br />

pues, á marcharme; iré á<br />

mi padre, y le diré: Padre,<br />

pequé contra el cielo y <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> tí, ya no soy digno<br />

<strong>de</strong> llamarme bijo tuyo; tratadme<br />

como uno <strong>de</strong> vuestros<br />

jornaleros; y partiendo<br />

luego, fué á buscará su padre.<br />

Cuando todavía estaba<br />

lejos, le vió su padre, y<br />

movido <strong>de</strong> compasu n, corrió<br />

á él, lo cebó sus brazos<br />

al cuello, y le besó. Padre<br />

mió, esclamó el hijo, he<br />

pecado contra el cielo y <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> tí, no merezco ya<br />

que se me llame hijo luyo.<br />

Entonces dijo el padre á sus<br />

criados: Traed pronto su<br />

primera vestidura, y vestidle<br />

con ella; ponedle un<br />

anillo en su mano, dadle el<br />

calzado para sus pies, y<br />

luego traed el becerro mas<br />

grueso, y comamos y regalémonos<br />

, porque este hijo<br />

mío habia muerto, y ha resucitado;<br />

se habia perdido,<br />

y lo be vuelto á encontrar,<br />

Y empezaron á regalarse.<br />

Estaba, pues, el hijo mayor

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