Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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á quien habia dado sn ley y provisto de todas las cosas necesarias para que diese fi nios de justicia en abundancia. Los judíos eran los viñadores por quienes dcbia ser cultivada, ó mas bien los que debían cultivarse á si mismos por ta observancia de la ley y la práctica de las virtudes que esta misma ley les prcscribia. El padre de familias se babia alejado después de haber alquilado su viña, esto es, que Dios habia dado á su pueblo todo el tiempo necesario para hacer valer este fondo, y juntar los frutos que debia exigirles de sn cultura. La cerca que debia defenderla de los animales y de los pasajeros, eran sus mandamientos que bien observados la defendían del contagio del mal ejemplo de las naciones estranjeras. Habia edificado un lagar y una torre, esto es, su templo y su aliar, que debian ponerla á cubierta de todo insulto. Nada le faltaba á esta viña para llegar á ser muy fértil. ¿ Qué he debido hacer por mi viña, dice el Señor, que no haya hecho? y esto por espacio de muchos siglos. Llegado el licmpu de recoger los frutos de la viña , envió el padre de familias sus criados á los viñadores para que solos pagasen ; mas los viñadores en lugar de recibirlos con honor, como enviados de su señor, se apoderaron de ellos, les trataron con la mayor infamia, hiriendo á unos, matando á otros, aporreando á muchos. El padre de familias envió todavía otros criados en mayor número que los primeros, y tampoco fueron mejor tratados. Estos siervos del propietario que lian ¡venido á exigir los frutos son los profetas que Dios ha enviado en diversos tiempos á los judíos, y que ellos han maltratado y muerto, como Isaías, Jeremías, Zarrias y otros en mayor número que se llaman profetas 'nenores, y que han sucedido á los mayores. En fin , el padrede familias, continúa el Salvador, sabiendo con qué desprecio y crueldad hablan tratado los viñadores á sus criados, resolvió enviarles la persona mas amada rpic tenia, esto es , su hijo único, esperando que tendrían á lo ménos respeto al heredero, que por lo mismo era su señor, pero se engañó en su esperanza. Aquellos desdichados, viendo venir al hijo único de su señor, sin que les quedase duda de que era él, resolvieron matarle con la idea de hacerse dueños de sus bienes, y mantenerse en posesión de su viña. En efecto , habiéndole aprehendido, le cebaron fuera de la viña, y le asesinaron. Cuando viniere, pues, el dueño para castigar aquellos rebeldes y asesinos, les dice el Salvador, ¿con qué pena pensáis que los cnsligará? Entonces esclamaron todos que no habia bastantes suplicios para castigar unos alentados tan horribles, y que no dejarla de hacer en ellos un castigo ejemplar; que era muy claro que alquilarla su viña á otros v'ñadores que observasen una conducta muy diferente, y fiue le pagasen sus frutos á su debido tiempo. Se cree que fueron los sacerdotes los que dieron esta respuesta , y Jesucristo confirmándola les dió bastante á entender quo Rabian pronunciado esta sentencia contra sí mismos. Era difícil no reconocerse en este retrato. Porque ¿quién nove que los judíos estaban visiblemente designados por los Pifiadores , y Jesucristo por la persona del hijo único? El sentido de esta parábola fué muy pronto aclarado y prol^do, cuando á pesar de las pruebas que los sacerdotes y fariseos tenían de la divinidad del Hijo de Dios y de su cualidad de Mesías, le condenaron á muerte, á linde permanecer como señores eníre el pueblo, y de conservar su crédito en la sinagoga. Jesucristo fué arrojado de su viña « liando fué conducido fuera de .lerusalen para sercruciíl- DE CUARESMA. 151 cado; la analogía es del todo exacta. En fin la gentencia fulminada por los mismos judíos contra los viñadores se lia verificado por la reprobación de los judíos y por la vocación de los gentiles. ¡Qué equitativo es Dios en sus juicios, pues 'que fuerza á sus enemigos á que se hagan justicia, y que ellos mismos pronuncien el decreto de su condenacionl Ellos conocían bien dentro de su conciencia que toda esia parábola hacia relación á ellos; así queafiadieron, dice San Lúeas, esta'súplica: Aíisíí; no permita Dios que nos suceda tal cosa; Dios nos guarda de una desgracia semejante. Sin embargo, el Salvador que echándoles en cara su crimen,estaba siempre animado del deseo de su salvación, les trajo á la memoria un pasaje de la Escritura que venia admirablemente á su asunto. Era este, aquel en que el profeta, presentándonos la Iglesia bajo la figura de un gran palacio que Dios ha construido con sus propias manos, dice que la piedra que ha sido desechada por los que edificaban, es con la que se ha formado la punta del ángulo que reúne todo el edificio. Como si dijese el Salvador: vosotros me habéis rechazado como inútil, habéis despreciado mi persona y mi doctrina, pero el Señor se burlará de vuestra mala elección: él sabrá colocarme en el ángulo de l edificio ; yo llegaré á ser la piedra de enlace que reunirá cnlre sí los dos muros: esto es, el judío y el gentil en una misma ley, como dice san Pablo, la sinagoga y la Iglesia. Esta piedra del ángulo es Jesucristo, fundamento incontrastable do la Iglesia. Los arquitectos que la han rechazado son los escribas y fariseos que han impedido que los judíos estableciesen su fé y su confianza en el Mesías. Era fácil la aplicación de este discurso; pero tos doctores de la ley eran demasiado orgullosos para que secondenasen á sí mismos, y por tanto se vió Jesús obligado á decirles abierlumenlc: A vosolros es á quien se dirige todo este discurso; y os aseguro que en castigo del desprecio que hacéis de las gracias del cielo, el reino de Dios que hasta aquí ha estado entre vosolros, no lo estará ya mas, y se os quitará, tanto porque vuestra ley y vuestro sacerdocio serán abolidos, como porque vosolros no tendréis parte en los bienes de la ley de gracia (era principalmente á los-fariseos y á los sacerdotes á quienes Jesús hablaba): vosolros seréis privados de la luz del Evangelio; esta será llevada á los gentiles, y la sinagoga quedará enteramente destruida. Los bienes espirituales que yo pensaba derramar sobre vosotros, serán trasportados á otros mas reconocidos y mas fieles. Por fin el Salvador, concluyendo este importaule discurso, sabed. Ies dijo con un tono de maestro, sabed que el que cayere sobre esta piedra se hará pedazos, esto es, aquellos que continuaren en despreciarme, y que rehusaren reconocerme; esos espíritus incrédulos, orgullosos, para quienes mi cruz será un escándalo, mi doctrina una locura; esos hombres que no tendrán otro espíritu que el del mundo, y que chocarán contra mí en su ceguera, serán hechos pedazos, perdidos, reprobados: y esta misma piedra aplastará á aquellos sobre quienes cayere, esto es, en el juicio último en el que mi brazo omnipolenle se agravará sobre todos los pecadores, y les hará sentir (odo el peso de mi indignación y de mi cólera. Esta parábola no solo mira á los judíos: ninguno de nosotros hay que no pueda hallar en ella un fondo de instrucciones saludables y un motivo de confusión. Todos leñemos mía viña, por decirlo asi, (pie cultivar, osla es

152 VIERNES SEGUNDO nueslra alma. Dios por el bautismo la ha puesto en estado de rendir en lo sucesivo mucho fruto: ¡qué do socorros para ello en los sacramentos, en los ejercicios de piedad, en la oración! las instrucciones no nos han fallado. Dios no üa dejado do enviarnos sus siervos; ¡qué zelosos predicadores! ¡qué sabios y sanfosdirectores! iquéinspiraciones tan fuertes! ¡qué lecciones tan saludables en los libros de piedad y en los buenos ejemplos! todo esto lo ha despreciado y hecho inútil nuestra malicia. Jesucristo mismo bl venido realmente á nosotros en la Kucarislía; pero ¿ha sido mejor recibido? ¿por cuántas comuniones sacrilegas M ha visto renovar en este adorable Sacramenlnlosoprobios de su pasión y de su muerte ignominiosa? Temamos que Dios cansado por nuestras infidelidades, y justamente irritado, nos repruebe, y dé á otros mas reconocidos y mas fieles la recompensa y los bienes espirituales que nos había destinado. La oración de la íiií'sa de esle dia es como sigue: Da , qiuesumus, omnipo- Haced , os rogamos , ó tctis Deus, ut sacro nos pu- Dios omnipotente , que purijkanic jejunio , sinceris rilicados por el sagrado menlibus ad sánela ventura ayuno , podamos celebrar [acias ¡lervcnire. Per Domi- las próximas fiestas con la num... fidelidad de un corazón sincero. Por nuestro Sefior, etc. La Epislola es tomada del cap. 37 del libro del Génesis. h\ diebus illis: DixitJo- Kn aquellos dias, dijo Joseph fralribus stás: Audile sé á sus hermanos: ÉSGil» somnium meum , quod vidl: chad el suefioque he tenido: fmtabam nos ligare manipu- parecíame, que estábamos los in agro: etquasi consur- todos alando gavillas en el gere manipulam meum, ct campo, y que mi gavilla coslare, vestrosque manipulas mo que se elevaba y estaba circumstanlesadorare mani- derecha, mientras que las pulwn memn. ftesponderunt vuestras rodeándola la adofratres ejus : Numquid rex raban. Dijéronle sus hermanosler cris? aul subjiciemur nos : ¿Que acaso serás di dilioni lua>2 Uwc ergo causa nuestro rey , ó es que hcsomniorum atque sermnnum mos de estar sujetos á tu invidüc el odii fomilem mi- imperio? Estos sueños yesnislravit. Aliud quoque vidit tos discursos dieron pábulo somnium, quod narransfra- á la envidia y al odio de sus ¿rííms, ail: Vidi per som- hermanos. Otro sueno luvo nium, quasi solera, ct lu- todavía, el cual contó tamnam, el slcllas undedm ado- bien á susluTinanos; Vi, les rarc m. Quod cum pairi dijo, entre el sueño, el sol, suo, el fratribus retulissel, la luna y once estrellas que increpavil eum pater suus, se postraban delante de mí. el dixil: Quid sibi vult hoc Y habiendo referido este somnmm quod vidisli? mm sueño á sus hermanos y á ego, el moler lúa, elfralres su padre, este le reprendió tui adorabimus te mper ter- y ledijo ¡ ¿Que quiere decir ram ? Imidebanl ei igitur ese sueño que has lenido? fraires sai: pater vero rem ¿acaso yo, tu madre y tus írtritiís cünsiderabat. Cum- hermanos te hemos de ¡ulofjue [ralres iUius ht pnscendis rar sobre la tierra? Así es, greíjibus palris momrenlwr QM sus hermanos habian inSiíhem, diwil ad eum h- concebido una violenta enrael: Vratres luí pascunt vidia contra él, mas su paovesinSichiniis: veni, mit* dre consideraba todo esto en silencio. Un dia que los hermanos de José estaban en Sichem, donde guarda- Barí losrebañosde su padre, Israel dijo áJosé: Tusber- manos están en Sichem con nuestros rebaños ; ven y to enviaré á ellos. Pronto es- loy, dijo José. Vé, y mira si tus hermanos soportan bien, y si los ganados están en tam te ad eos. Quo respondenle: Pra'slo sum, ait ei: Vade, el vide si cuneta prospera sint erga fratres tuos, el pécora, el rcmmlia mihi quid agatur. M'mns de valle llebron, venk in Sichem: invenilque eumvir errantem in agro, el inlerrogavit quid quarcret. Al itli respondü: Fratres meos quaro : indica mihi ubi pascant greges. Di- buen estado, y vuelve á dexitque ei vir: Recesserunl de cirme loque hay. Parlió, locoisto: audmautem eosdi- pues, José de! valle de Ui>eens: Eamusin Dnihain. Per- bron á Sichem. Habiéndose rexilergo Josephpost fratres esíraviado en la campiña, saos, etinvenileosin Vothain. 1c encontró un hombre y lo Qmaanmdissentenm procul, preguntó qué era lo quo antequam accederet ad eos, buscaba. Busco á mis hercogilaverunt ilhim occidere: manos, respondió ; (Mitre, et mutuo loquebantur: Ecce te ruego, donde apacientan somnialor venU:ve)iUp,occi- los rebaños. Díjole, pues, damus eum, et mittamus in aquel hombre : Se han Rio Hsternam veterem, dicemus- de este sitio ; mas les oídoque: Ferapessima devoravit cir: Vamos á Dothain. Fuéevm: et lunc appareMl quid se luego José en busca de ittiprosint somnia sua. Au- sus hermanos , y los halló dievs antemhoe Rubén, nite- en Dothain. Apenas percibatur liberare eum de mani- bieron que venia á lo lejos, bus eorum, et diecbat: Non ánles que llegase formaron inlerficiatis animam ejus, ner, el designio de matarle, y so clfundatis sanguinem ; sed dijeron los unos á los otros: prnjivite eum in cisternam Ya viene el soñador; venid, hane, qvo? est in solitudvie, malémosle, y echémosle en manusqueveslras sérvate in- esa cisterna vieja, y direnoxias: hoc autcmdice.bat, mos que una fiera pesuña volens eripere eum de mani- le ha devorado, y eplóiíces bus etTum , el reddcre pa- veremosdequélehau servitrisuo. do sus sueños. Mas habiendo'oido esto Rubén, buscaba el medio de librarle de sus manos, y al efeclo les decía: No le quitéis la vida ni derraméis su sangre: echadle en esa cisterna que eslá en el desierto, y conservad vuestras manos puras: oslo lo decia con el objeto de librarlo de sus manos y volverle á su padre. El Génesis es el primer libro de la Biblia, llamado así porque comienza por la historia déla creación de! mundo. Su aulor es Moisés. Contiene en cincuenta capítulos la historia de la creación del mundo, la genealogía de loé Patriarcas, la narración del diluvio, elcalálogo de los descendientes de Noé hasta Abraham, la vida deAbraham, de Isaac, de Jacob y de José, la historia de los descendientes de Jaci b hasta la muerte de José, de modo que comprende la bis'oiia de cerca de dos mil trescientos reseula y nueve años desde la creación del muado.

á quien habia dado sn ley y provisto <strong>de</strong> todas las cosas<br />

necesarias para que diese fi nios <strong>de</strong> justicia en abundancia.<br />

<strong>Los</strong> judíos eran los viñadores por quienes dcbia ser<br />

cultivada, ó mas bien los que <strong>de</strong>bían cultivarse á si mismos<br />

por ta observancia <strong>de</strong> la ley y la práctica <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s<br />

que esta misma ley les prcscribia. El padre <strong>de</strong> familias<br />

se babia alejado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber alquilado su viña,<br />

esto es, que Dios habia dado á su pueblo todo el tiempo<br />

necesario para hacer valer este fondo, y juntar los frutos<br />

que <strong>de</strong>bia exigirles <strong>de</strong> sn cultura. La cerca que <strong>de</strong>bia<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rla <strong>de</strong> los animales y <strong>de</strong> los pasajeros, eran sus<br />

mandamientos que bien observados la <strong>de</strong>fendían <strong>de</strong>l contagio<br />

<strong>de</strong>l mal ejemplo <strong>de</strong> las naciones estranjeras. Habia<br />

edificado un lagar y una torre, esto es, su templo y su aliar,<br />

que <strong>de</strong>bian ponerla á cubierta <strong>de</strong> todo insulto. Nada<br />

le faltaba á esta viña para llegar á ser muy fértil. ¿ Qué he<br />

<strong>de</strong>bido hacer por mi viña, dice el Señor, que no haya hecho?<br />

y esto por espacio <strong>de</strong> muchos siglos. Llegado el licmpu<br />

<strong>de</strong> recoger los frutos <strong>de</strong> la viña , envió el padre <strong>de</strong> familias<br />

sus criados á los viñadores para que solos pagasen ;<br />

mas los viñadores en lugar <strong>de</strong> recibirlos con honor, como<br />

enviados <strong>de</strong> su señor, se apo<strong>de</strong>raron <strong>de</strong> ellos, les trataron<br />

con la mayor infamia, hiriendo á unos, matando á otros,<br />

aporreando á muchos. El padre <strong>de</strong> familias envió todavía<br />

otros criados en mayor número que los primeros, y tampoco<br />

fueron mejor tratados. Estos siervos <strong>de</strong>l propietario<br />

que lian ¡venido á exigir los frutos son los profetas que<br />

Dios ha enviado en diversos tiempos á los judíos, y que<br />

ellos han maltratado y muerto, como Isaías, Jeremías, Zarrias<br />

y otros en mayor número que se llaman profetas<br />

'nenores, y que han sucedido á los mayores. En fin , el<br />

padre<strong>de</strong> familias, continúa el Salvador, sabiendo con qué<br />

<strong>de</strong>sprecio y crueldad hablan tratado los viñadores á sus<br />

criados, resolvió enviarles la persona mas amada rpic tenia,<br />

esto es , su hijo único, esperando que tendrían á lo<br />

ménos respeto al here<strong>de</strong>ro, que por lo mismo era su señor,<br />

pero se engañó en su esperanza. Aquellos <strong>de</strong>sdichados,<br />

viendo venir al hijo único <strong>de</strong> su señor, sin que les<br />

quedase duda <strong>de</strong> que era él, resolvieron matarle con la<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> hacerse dueños <strong>de</strong> sus bienes, y mantenerse en<br />

posesión <strong>de</strong> su viña. En efecto , habiéndole aprehendido,<br />

le cebaron fuera <strong>de</strong> la viña, y le asesinaron. Cuando viniere,<br />

pues, el dueño para castigar aquellos rebel<strong>de</strong>s y<br />

asesinos, les dice el Salvador, ¿con qué pena pensáis que<br />

los cnsligará? Entonces esclamaron todos que no habia<br />

bastantes suplicios para castigar unos alentados tan horribles,<br />

y que no <strong>de</strong>jarla <strong>de</strong> hacer en ellos un castigo<br />

ejemplar; que era muy claro que alquilarla su viña á otros<br />

v'ñadores que observasen una conducta muy diferente, y<br />

fiue le pagasen sus frutos á su <strong>de</strong>bido tiempo. Se cree<br />

que fueron los sacerdotes los que dieron esta respuesta , y<br />

Jesucristo confirmándola les dió bastante á enten<strong>de</strong>r quo<br />

Rabian pronunciado esta sentencia contra sí mismos. Era<br />

difícil no reconocerse en este retrato. Porque ¿quién nove<br />

que los judíos estaban visiblemente <strong>de</strong>signados por los<br />

Pifiadores , y Jesucristo por la persona <strong>de</strong>l hijo único? El<br />

sentido <strong>de</strong> esta parábola fué muy pronto aclarado y prol^do,<br />

cuando á pesar <strong>de</strong> las pruebas que los sacerdotes y<br />

fariseos tenían <strong>de</strong> la divinidad <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> su<br />

cualidad <strong>de</strong> Mesías, le con<strong>de</strong>naron á muerte, á lin<strong>de</strong> permanecer<br />

como señores eníre el pueblo, y <strong>de</strong> conservar su<br />

crédito en la sinagoga. Jesucristo fué arrojado <strong>de</strong> su viña<br />

« liando fué conducido fuera <strong>de</strong> .lerusalen para sercruciíl-<br />

DE CUARESMA. 151<br />

cado; la analogía es <strong>de</strong>l todo exacta. En fin la gentencia<br />

fulminada por los mismos judíos contra los viñadores se<br />

lia verificado por la reprobación <strong>de</strong> los judíos y por la<br />

vocación <strong>de</strong> los gentiles. ¡Qué equitativo es Dios en sus<br />

juicios, pues 'que fuerza á sus enemigos á que se hagan<br />

justicia, y que ellos mismos pronuncien el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> su<br />

con<strong>de</strong>nacionl Ellos conocían bien <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su conciencia<br />

que toda esia parábola hacia relación á ellos; así queafiadieron,<br />

dice San Lúeas, esta'súplica: Aíisíí; no permita<br />

Dios que nos suceda tal cosa; Dios nos guarda <strong>de</strong> una <strong>de</strong>sgracia<br />

semejante. Sin embargo, el Salvador que echándoles<br />

en cara su crimen,estaba siempre animado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo<br />

<strong>de</strong> su salvación, les trajo á la memoria un pasaje <strong>de</strong> la Escritura<br />

que venia admirablemente á su asunto. Era este,<br />

aquel en que el profeta, presentándonos la Iglesia bajo<br />

la figura <strong>de</strong> un gran palacio que Dios ha construido con<br />

sus propias manos, dice que la piedra que ha sido <strong>de</strong>sechada<br />

por los que edificaban, es con la que se ha formado<br />

la punta <strong>de</strong>l ángulo que reúne todo el edificio. Como<br />

si dijese el Salvador: vosotros me habéis rechazado<br />

como inútil, habéis <strong>de</strong>spreciado mi persona y mi doctrina,<br />

pero el Señor se burlará <strong>de</strong> vuestra mala elección: él sabrá<br />

colocarme en el ángulo <strong>de</strong> l edificio ; yo llegaré á ser la<br />

piedra <strong>de</strong> enlace que reunirá cnlre sí los dos muros: esto<br />

es, el judío y el gentil en una misma ley, como dice san<br />

Pablo, la sinagoga y la Iglesia. Esta piedra <strong>de</strong>l ángulo es<br />

Jesucristo, fundamento incontrastable do la Iglesia. <strong>Los</strong><br />

arquitectos que la han rechazado son los escribas y fariseos<br />

que han impedido que los judíos estableciesen su fé y<br />

su confianza en el Mesías.<br />

Era fácil la aplicación <strong>de</strong> este discurso; pero tos doctores<br />

<strong>de</strong> la ley eran <strong>de</strong>masiado orgullosos para que secon<strong>de</strong>nasen<br />

á sí mismos, y por tanto se vió Jesús obligado á<br />

<strong>de</strong>cirles abierlumenlc: A vosolros es á quien se dirige todo<br />

este discurso; y os aseguro que en castigo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sprecio<br />

que hacéis <strong>de</strong> las gracias <strong>de</strong>l cielo, el reino <strong>de</strong> Dios<br />

que hasta aquí ha estado entre vosolros, no lo estará ya<br />

mas, y se os quitará, tanto porque vuestra ley y vuestro<br />

sacerdocio serán abolidos, como porque vosolros no tendréis<br />

parte en los bienes <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> gracia (era principalmente<br />

á los-fariseos y á los sacerdotes á quienes Jesús<br />

hablaba): vosolros seréis privados <strong>de</strong> la luz <strong>de</strong>l Evangelio;<br />

esta será llevada á los gentiles, y la sinagoga quedará<br />

enteramente <strong>de</strong>struida. <strong>Los</strong> bienes espirituales que yo<br />

pensaba <strong>de</strong>rramar sobre vosotros, serán trasportados á<br />

otros mas reconocidos y mas fieles. Por fin el Salvador,<br />

concluyendo este importaule discurso, sabed. Ies dijo con<br />

un tono <strong>de</strong> maestro, sabed que el que cayere sobre esta<br />

piedra se hará pedazos, esto es, aquellos que continuaren<br />

en <strong>de</strong>spreciarme, y que rehusaren reconocerme; esos espíritus<br />

incrédulos, orgullosos, para quienes mi cruz será<br />

un escándalo, mi doctrina una locura; esos hombres que<br />

no tendrán otro espíritu que el <strong>de</strong>l mundo, y que chocarán<br />

contra mí en su ceguera, serán hechos pedazos, perdidos,<br />

reprobados: y esta misma piedra aplastará á aquellos sobre<br />

quienes cayere, esto es, en el juicio último en el que<br />

mi brazo omnipolenle se agravará sobre todos los pecadores,<br />

y les hará sentir (odo el peso <strong>de</strong> mi indignación y <strong>de</strong><br />

mi cólera. Esta parábola no solo mira á los judíos: ninguno<br />

<strong>de</strong> nosotros hay que no pueda hallar en ella un fondo <strong>de</strong><br />

instrucciones saludables y un motivo <strong>de</strong> confusión. Todos<br />

leñemos mía viña, por <strong>de</strong>cirlo asi, (pie cultivar, osla es

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