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130 DOMINGO SEGUNDO<br />
ion indignas <strong>de</strong> estos favores celestiales que Dios no hace<br />
sino á aquellos que aspiran á la perfección <strong>de</strong> la virtud.<br />
El cuerpo <strong>de</strong>sfigurado hoy, abatido, consumido por los<br />
rigores <strong>de</strong> la penitencia, brillará como un sol por toda una<br />
eternidad. Este pensamiento es el que sostiene entre los<br />
rigores <strong>de</strong> una vida austera á tantos cristianos fervorosos,<br />
á tantos santos religiosos. Las dulzuras espirituales, aun<br />
en esta vida, son frutos <strong>de</strong> la cruz. En medio <strong>de</strong> aquella<br />
gloria que resalla por todas parles, en medio <strong>de</strong> aquel dia<br />
brillante que pue<strong>de</strong> llamarse un dia <strong>de</strong> triunfo para la sagrada<br />
humanidad <strong>de</strong> Jesucristo , este divino Salvador no<br />
habla mas que <strong>de</strong> las humillaciones <strong>de</strong> su muerte y <strong>de</strong> sus<br />
tormentos ; toda la gloria, pues, <strong>de</strong> un cristiano sobro la<br />
tierra <strong>de</strong>be consistir en la morlificacion y en las cruces,<br />
<strong>de</strong>cia el Apóstol. Jesucristo prohibe á los testigos <strong>de</strong> su<br />
gloriosa transfiguración, el que hablen <strong>de</strong> ella hasta <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> su resurrección: tanto lemia el impedir su pasión<br />
por la publicación <strong>de</strong> esta maravilla. ¡Cosa admirable! Jesucristo<br />
para hacer brillar su gloría, escoge una montaña<br />
retirada ; lleva consigo muy pocos testigos ; y todavía les<br />
previene que guar<strong>de</strong>n silencio sobre lo que han visto. Mas<br />
cuando se trata <strong>de</strong> sufrir una muerte vergonzosa , elige<br />
una montaña espuesta á la vista <strong>de</strong> toda Jerusalen. As(<br />
confundís ¡oh Salvador mió! nuestro orgullo con vuestro<br />
ejemplo.<br />
La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia es como sigue;<br />
Deus, qui conspicis omni<br />
nos virlute <strong>de</strong>slilui: inlerius<br />
exteriusque custodi:ut ab<br />
ominibus adversitalibus muniamur<br />
m corpore, el a pravis<br />
cogilaúonibus mun<strong>de</strong>mur<br />
in mente. Per Dominum...<br />
O Dios, que veis que no<br />
tenemos fuerza alguna <strong>de</strong><br />
nosotros mismos, guardadnos<br />
interiormente, á Gn <strong>de</strong><br />
que seamos preservados <strong>de</strong><br />
todas las adversida<strong>de</strong>s que<br />
puedan afligir el cuerpo, y<br />
<strong>de</strong> lodos los malos pensamientos<br />
que pue<strong>de</strong>n manchar<br />
el alma. Por nuestro<br />
Sefior, etc.<br />
La Epístola está tomada <strong>de</strong> la primera carta <strong>de</strong>l apóstol san<br />
Pablo á los Tesalonicenscs, cap. 4.<br />
Fratres: rogamus vos et Hermanos mios: os rogaóbsccramus<br />
in Domino Jesu: mos y os conjuramos por el<br />
uí ^uertiaámoí/Mm accepistis Señor Jesús, que os conduza<br />
nolis, quomodó oporteat cais <strong>de</strong> modo que os hagáis<br />
vos ambulare,et placeré Deo, agradables á Dios, según<br />
sic ct ambuletis, ut abun<strong>de</strong>- habéis aprendido <strong>de</strong> nosolis<br />
magis. Scilis enim qum tros que conviene hacerlo<br />
prncepla <strong>de</strong><strong>de</strong>rim vobis per <strong>de</strong> suerte que os ajirove-<br />
Domimm Jesum. Hcec esl cheis mas y mas. Sabéis<br />
enim voluntas Dei, sanctifi- bien cuáles son los precepeatio<br />
vesira: ut abslinealis los que os he intimado en<br />
vos a fornicalionc, ut sciat nombre <strong>de</strong>l Señor Jesús.<br />
unusquisque vestrum vas Porque la voluntad <strong>de</strong> Dios<br />
suum possi<strong>de</strong>re in sanclifica- es que os hagáis santos: que<br />
tione et honore; non in pas- os abstengáis <strong>de</strong> la fornicasione<br />
<strong>de</strong>si<strong>de</strong>rii, sicut et Gen- cion: que cada uno sepa<br />
tes, quee í^noronl Dcum: et ne usar <strong>de</strong> su cuerpo santaquis<br />
supergredialur. ñeque mente y con respeto, no secircumveniat<br />
in negotio (ra- gun el <strong>de</strong>sarreglo fie la con-<br />
Irem suum: quoniam vin<strong>de</strong>x cupiscencia, como lo hacen<br />
esl Domiuus <strong>de</strong> his ómnibus, los gentiles que no conocen<br />
iicut pmdiximus vobis, el á Dios: que ninguno use <strong>de</strong><br />
teslificati sumus. Non enim violencia ni <strong>de</strong> superchería<br />
vocavü nos Deus in inmm- con su hermano, en cualdiliam,<br />
sed in sancíifkatio- quiera negocio que sea;<br />
nem, in Chrislo Jesu Donñ- porque, como os lo hemos<br />
nonoslro.<br />
dicho ya, y testificado, el<br />
Señor es el vengador <strong>de</strong> todas<br />
estas cosas. Así que<br />
Dios no os ha llamado para<br />
que seáis impúdicos, sino<br />
para que lleguéis á ser<br />
santos en Jesucristo nuestro<br />
Señor.<br />
San Pablo continúa en este capítulo 4 <strong>de</strong> su carta á los<br />
tesalonicenscs dándoles preceptos <strong>de</strong> moral, y exhortándoles<br />
á que vivan en la piedad como habían comenzado;<br />
sobre todo á que vivan castamente , y eviten toda suerte<br />
<strong>de</strong> inmundicias y <strong>de</strong> impureza.<br />
REFLEXÍONES.<br />
oLa voluntad <strong>de</strong> Dios es que os hagáis santos.»<br />
Dioa<br />
quiere q ue nos hagamos santos; ¿en quién consiste que no<br />
lo seamos? Dos volunta<strong>de</strong>s es preciso que concurran nesariamente<br />
á nuestra santidad ; la <strong>de</strong> Dios, sin cuya gracia<br />
y ausilio no podríamos salvarnos; y la nuestra,sin la que<br />
no podríamos trabajar en nuestra salvación. Todos fueron<br />
convidados por el padre <strong>de</strong> familias al banquete que les<br />
había preparado, pero ninguno se halló en él <strong>de</strong> cuantos<br />
se escusaron. Dios no fuerza á nadie, no da su paraíso mas<br />
que á aquellos que le quieren, ni quiere en su servicio mas<br />
que gentes que lo sirvan por amor. Des<strong>de</strong> que crió Dios<br />
las criaturas racionales, las ha <strong>de</strong>jado libres, sobre todo<br />
or<strong>de</strong>n á la salvación. Habiéndolas dolado <strong>de</strong> conocimientos,<br />
<strong>de</strong> discernimiento, y <strong>de</strong> una fuerle é inenajenable inclinación<br />
á ser felices, ha querido que ellas lo fuesen ¡ so<br />
ha contentado, dice el Sabio, con presentarlas el agua y<br />
el fuego, la vida y la muerte, una felicidad eterna y una<br />
eternidad <strong>de</strong>sgraciada, y las ha <strong>de</strong>jado la elección. ¿Podía<br />
temer que hallasen dificultad en la elección, que estuviesen<br />
perplejas para <strong>de</strong>liberar sobre ella , y que amándonos<br />
naturalmente tanto como nos amamos , pudiésemos engañarnos<br />
en esto ? ¿ Podía Dios asegurar mas la salvación<br />
eterna délas personas libres, que haciéndola <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />
su elección? Hubiera sido arriesgado , lo confieso , hacer<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r nuestra salvación <strong>de</strong>l mejor <strong>de</strong> nuestros amigos;<br />
<strong>de</strong>l mas afecto <strong>de</strong> nuestros parientes; <strong>de</strong> un padre, <strong>de</strong> una<br />
madre los mas tiernos; hubiera sido fundado el temor;<br />
hay intervalos <strong>de</strong> frialdad; hay altos y bajos en la mayor<br />
cimentada amistad ; no po<strong>de</strong>mos contar con nada, no hay<br />
sobre qué fijarse cuando <strong>de</strong>pendo una cosa <strong>de</strong> la voluntad,<br />
<strong>de</strong>l humor, <strong>de</strong>l capricho <strong>de</strong> otro. Pero Dios no podía hacernos<br />
ménos incierta nuestra salud , que haciendo él<br />
mismo todos los gastos para ella, y <strong>de</strong>jándola <strong>de</strong>pendiente<br />
<strong>de</strong> nuestra propia voluntad : sin embargo este negocio<br />
tan importante <strong>de</strong> nuestra salud se <strong>de</strong>sgracia por la culpa»<br />
por la estravagancia, por la malicia <strong>de</strong> nuestra propia voluntad.<br />
Dios quiere verda<strong>de</strong>ramente. Dios quiere sinceramente<br />
que seamos santos; y á lodos no nos agrada el serlo<br />
: Dios quiere que evitemos el fuego <strong>de</strong>! infierno, que no<br />
había encendido mas que para los ángeles rebel<strong>de</strong>s; y á<br />
nosotros nos agrada ser con<strong>de</strong>nados : Dios quiere que no<br />
carezcamos <strong>de</strong> ninguno <strong>de</strong> los medios necesarios para lie