Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

27.08.2017 Views

ei oois (juo todo eslá hecho con decir que queréis convertttos Diosjuzga de olrn manera qwí nosotros do Ja sinceridad de nuestros deseos y de nuestras resoluciones tan frecuentemente ineficaces. Si queréis convertiros tan verdaderamonte., dice el Sefior nuestro Dios, mudad de conducta; observad cuál ha sido la mia , y conformad la vuestra con olla. Abandonad vuestros caminos para entrar en los mios: vosolrcs sois vengativos , violentos, iracundos ; y yo soy dulce, compasivo, misericordioso. Volveos , pues vá mí con una entera confianza, y no temáis que el número ni la enormidad de vuestros crímenes sean un obstáculo insupei-abie para recibir el perdón de ellos. Nolemais que queden sin efecto las promesas que os hago de una entera reconciliación ; antes subirán á lo alto del cielo la lluvia y la nieve, que deje de cumplirse mi palabra. Yo seré tan fiel como generoso en mis promesas , y solo consistirá en vosotros el que tengan su debido cumplimiento. No pongáis obstáculo á ellas. Mi palabra es como la lluvia y la nieve que fecundizan la tierra , y hacen brotar el grano que se ha sembrado en ella con tal que esté bien preparada. Asi mi palabra no volverá á mí sin fruto , sino que producirá el efecto para el cual la he enviado. ¿Qué cosa mas consolatoria para el pecador? ¿ qué cosa mas á propósito para inspirarnos confianza que este pasaje de la Escritura? No es menos interesante la instrucción que nos ofrece el Evangelio. Viendo Jesucristo queso acercaba el tiempo en quo habia determinado acabar la grande obra de la redención de los homhres, hizo su entrada triunfante en la ciudad de Jerusalen cinco dias ántes de su muerte. Por el camino hafiia recibido las aclamaciones de los pueblos que con palmas en las manos le hablan salido al encuenlro, clamando : «Hosanna al Hijo do David,» esto es , salvad, os rogamos, al Uijo de David ; viva el Hijo de David; sean dadas toda suerte do bendiciones y prosperidades al que viene en el nombre del Señor. Cuando hubo entrado ya en Jerusalen, toda la ciudad se puso en movimienlo, y lodos preguntaban : ¿ Quién es ese? A lo cual respondía la multitud que venia en rededor de él: Este es Jesús , el Profeta de Nazareth en Galilea. Entró Jesús en seguida en el templo, es decir, en la lonja ópórtico de Salomón. Allí encontró una especio do mercado , donde se vendia y se compraba sin escrúpulo. En los tiempos de las gl andes üostas y principalmente en la Pascua , se tenia en aquella parte anterior del templo una especio de feria donde so vcndian los animales para los sacrificios. San Gerónimo dice que lambien se prestaba allí dinero bajo de caución á que no tenían para comprar las cosas necesarias du- •antc la fiesta, de modo que era aquello una especie de ^•'mbio ó banco en favor del público. Los sacerdote? que labian dejado inlrodiicir esta perversa costumbre , acaso Sacaban de ella un gran provecho. Viendo el Hijo de Dios eslo comercio indigno , se armó de zelo y arrojó á todos ^Ue"0s mercaderes de iniquidad que profanaban el (emy S;'nto, diciéndoles ; Eslá escrito i Mi casa será llamade ^e orac'on' cnAa Por consignienle de liberalidad y do Clií ' ('om'e so PW* ' donde se obtiene , donde se "aman los (Jom.g del cielo abundanlemenle sobre los i Wes ; y vosotros habéis liecho de ella una cueva de ^ ! 0'ies, donde robáis á Dios los homenajes que espera Cs *l|IOs!ro '•oconocimiento ; al prójimo la ediíieacion que que v"0s,r;' piedad ; á vosotros mismos los socorros l'wis a vuestra alma. Vosotros babeis hecho de la Dií CUARESMA. 107 casa de Dios una caverna de ladrones, donde cometéis por vuestras usuras toda suerte de latrocinios. En castigo tan público, tan solemnemente producido , reiterado por dos veces, en tiempos elegidos de intento y ejercido por la mano del Hijo de Dios , no puede dejarnos duda acerca de la enormidad del ci imcn. Pero ¿de qué se trataba ? se trataba del respeto debido por los hombres á la casa del Señor, y violado por la insolencia de los mismos hombres. Puede decirse que el zelo de la casa del Señor hace salir en algún modo al Salvador do su carácter de dulzura, do paciencia, de bondad. En efecto, ver á Jesucristo de quien el Profeta habia dicho que no sabría enojarse, y que nos leliabia figurado como un hombre incapaz de vocear, do contradecir y ni aun de acabar de romper una cana cascada; verle, digo, con d azote en la mano desplegar su zelo sobro los quo traficaban en el templo, tirar al suelo el dinero y las mesas de los cumbislas, esparcir el terror y la confusión en el pueblo: ¿qué cosa mas propia ni mas eficaz para hacernos comprender cuan grave es el crimen do faltar al respeto y profanar las iglesias? Esta señal de autoridad llene algo do maravilloso; y san Gerónimo mira como uno do los mayores milagros del Salvador la pronta obediencia de los mercaderes y de los banqueros, y el silencio inesperado de los fariseos y de los sacerdotes. Creo este Padre quo en aquella ocasión Jesucristo, por la majestad de su rostro y por el resplandor divino que apare! ió en su persona, imprimió tal espanto y tales scnlimienlos de respeto en el espíritu de los unos y de los otros, que no so atrevieron á resistirle. Esla es la sola vez que el Salvador ha hablado y obrado con algtm tono de alteración para enseñar á los simples fieles hasta qué punto puedo llegar el respeto á los lugares santos; y á los ministros del santuario cuál debe ser su fervor cuando se trata do procurar el respeto que es debido á eslos mismos lugares. ¿Qué desgracia á la verdad seria si ministros cobardes é interesados convirtiesen todavía boy nuestras iglesias en abrigo de ¡a irones, por el tráfico indigno que hiciesen do las cosas santas? Pero ¿cuántos libertinos y mujeres mundanas las profanan puedo ser mas indignamente todavía? ¿Cuál será su castigo? Es admirable, docia el sabio Pico de la Mirándola,- que de tantas religiones como se han esparcido por el mundo y que han dominado en el por lanío tiempo, no haya habido mas que la religión de Jesucristo, es decir, no haya habido mas que lasóla verdadera religión, cuyos templos hayan sido profanados por sus propios profesores. Se ha visto á los romanos violar el templo de los judíos, se ha visto á los cristianos hacer pedazos á los ídolos del paganismo; pero ¿se ha visto jamás á los paganos que ellos mismos atacasen á sus dioses y hayan manchado los sacrificios que les ofrecían; por mas falsos, por massupcrsliciosos que fuesen eslos sacrificios? Se ha visto á los herejes profanar nuestros templos santos; ¿pero so les ha visto faltar al respeto de los suyos? ¿ y por qué esla diferencia? Porque el enemigo de nuestra salud no tienta á los paganos ni los perturba en medio de sus sacrificios, en razón de que son sacrificios falsos, y es él mismo el que recibe el incienso (pie se quema en ellos. Aquellos templos están ya basíanle profanados, sin necesidad de inspirar á sus adoradores el que los profanen ; al paso que emplea todas sus fuerzas y todos sus artificios para destruir el culto que se rinde al verdadero Dios; para apariarnos del sarrilicio adorable de nuestros altares; para hacernos perder el

i 08 MARTES PimiKRO fruto de él; para impedirnos recibir las gracias y f-ivores singulares que derrama abundanUMiirnle sobre lodos los que vienen á adorarle en su lemplo, en donde oye Mra oraciones y sus votos; y lié aquí lo que mueve al demonio para hacernos cometer tantas irreverencias en el lugar santo. Los milagros que el Salvador hizo inmodiatamenle después en el templo mismo, lo atrajeron nuevas aclamamaciones. Los niños no cesaban de clamar: «Ilosanna al Hijo de David», mientras que los príncipes de los sacerdotes y los escribas, esto es, los intérpretes de la ley, reventaban de despecho contra él. Cosa eitrafia" los príncipes de los sacerdotes y los doctores de la ley veian á Jesucristo obrar milagros, y en lugar de imitar á los niños que le dan gloria, no pueden disimular el sentimiento que tienen de verle honrado, Jesucristo les dejó y se salió de la ciudad para ir á Itctaiiia en donde se hospedó. lié aquí el triste efecto del endurecimiento de los judíos, y la causa funesta de su reprobación. Las exhortaciones del Salvador no les conmueven; sus milagros les hacen todavía mas obstinados; resisten tenazmente á las eficaces solicitaciones de la gracia: el Salvador, en fin, les deja y se va á hospedar á casa de gentes mas dóciles y mas religiosas. Ejemplo terrible del castigo mas espantoso. Libertinos, mujeres mundanas, gentes sin religión, vosotros resistís á las mayores gracias; nada os conmueve, rehusáis con arrogancia el convertiros: Dios no deja de tener almas dóciles que le indomnizurán bien de vuestra pérdida. Dios calía, Dios se relira, y vosotros moriréis en vuestro pecado. La oración de la misa de eslc dia es como sigue : Réspice, Domine, famüiam tuam, et proesta: ut apud te mens nos ira tm desiderio fulgeM, quee se carnismaceralione casligat. Per Dominum... La Epístola es tomada del cap , ss de la profecía de Isaías. hi diebus illis: Locutus est Isaías prof líela, dicens: Quoerite Dominum, dum iiiveniripotesl: invócale eum, dum propé est. Derelhiquat impius viam suam, el vir inifjuus cogilaliones suas, et revertatur ad Dominum, ct miserebilur ejus : et ad Deum nostrum , quoniam multus est ad igmscendum. Non enim cogilaliones mem, cogilaliones veslra;: ñeque vice vestroe. vice mea;, dicil Dominus. Quia sicul cxahanlur coeli d térra, sic exaltaloe sunt vice mea; a viis veslris, el cogilaliones mea; a cogilalionibusvestris. Et quomodb desemdil imber ct nix de ccelo, el illue ullrá non revertitur, sed inebriat terram, et m- fundit eam, el geminare Mirad, Señor , á vuestros siervos, y haced que nuestra alma, que se castiga por la maceracion de la carne, brille delante de vos por la pureza do sus deseos. Por nuestro Señor, etc, En aquellos dias ha'oló el profeta Isaías á los de su nación , y les dijo: Buscad al Señor mientras puede hallarse, invocadle mientras está cerca. Deje el impío sus caminos, y clinjusto sus pensamientos, y vuélvase al Señor que se compadecerá de él, y á nuestro Dios, porque está lleno de bondad para perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni mis caminos son vuestros caminos, dice el Señor, Porque tanto como los cielos están elevados de la tierra , otro tanto mis caminos están elevados sobre vuesiros caminos, y mis pensamientos sobre vuestros pensamieneam fácil, el dat semen serenli, el panem comedcnli: nieve bajan del cielo y no los. Y como la lluvia y la sic eril verlnm meum, quod vuelven mas allá , sino que egredietnr de ore meo : non empapan la tierra, la IVcundizan y la hacen brotar, reverlelur ad me vacuvm, sed faciet quw.cumque volui; el y que dé semilla para sembrar, y pan para mante­ prosperabilur in kis, ad qua; misiillvd, ail Dominus omnipolens. que sale de mi boca: no nerse, así será mi palabra volverá á mí sin fruto, sino que hará lo que yo quiero, y prosperará en aquellos para quienes la be enviado, dice el Señor oninipolente. La tradición constante de los hebreos seguida de Padres de la Iglesia, es que Isaías fué serrado vivo al principio del reinado de Manases, rey de Judá. San Justino mártir acusaba á los judíos de haber borrado de los libros santos esta circunstancia que hacia tan poco honor á sus padres. La verdadera causa de la indignación de aquel rey implo era la libertad quo se tomaba Isaías de reprender sus desarreglos. REFLEXIONES. «Tanto como los cielos están elevados de la tierra, otro lauto mis caminos están elevados sobre vuesiros caminos, y mis pensamientos sobro vuestros pensamientos.» Dios piensa muy de o'ra manera quo nosotros de las verdades de la religión, del valor de los bienes criados, de todo lo • que está al alean e do los sentidos, de las vanas ideas do grandeza, do felicidad, de fortuna; en una palabra, de todo lo que deslumhra y lleva en pos de sí el enlendimiento y el corazón humano. Nosotros no apreciamos masque lo quo lisonjea á la ambición, lo quo alimenta la codicia, lo que halaga al amor propio. Los puestos mas elevados dispieitan nuestras pasiones, los placeres encantan nuestros senlidos, y nos embriagan los honores. Por e! contrario, se licno horror á la pobreza, se miran las adversidades como azotes de Dios, y las humillaciones como desgracias. Una vida oscura es despreciada; no se alaba mas que lo quo brilla; no se hacen votos sino por la prosperidad. Echad una mirada sobre lo quo se llama hoy gran mundo: ¿qué lugar ocupa la religión en su esp rilu y en su corazón? ¿qué estima se hace en él de las máximas del Evangelio? No digo ya entre las mujeres mundanas, y enlro tantos jóvenes libertinos, sino aun entre los que hacen profesión de cristianos y procuran llevar una vida bastante arreglada. Los oráculos de Jesucristo sobre e! precio y el mérito de la humildad, sobre el valor y el mérito de los sufrimientos, ¿hacen grande impresión sobro los corazones? So pasma uno do las perniciosas máximas del mundo: ¿ so gusta mucho en él de las máximas del Evangelio? ¿está bien penetrado de las terribles verdades do la religión? ¿seria bien recibido en él, si se hiciese el elogio déla modestia cristiana, de la regularidad ejemplar, déla morlilicacion? Lo que se alaba en él es una moda^ un equipaje suntuoso, una continuación do placeres y liosas mundanas, quo la moral cristiana reprueba. ¡Qué divrencia, buen Dios! ¡qué oposición entro los ponsamientos del Criador y los nuestros! ¡ entre nuestias máximas y las do Dios 1 Necesariamente uno de los dos vive en él error; ¿quien es el quo se engafia? Y si la ilusión y el error es-

ei oois (juo todo eslá hecho con <strong>de</strong>cir que queréis convertttos<br />

Diosjuzga <strong>de</strong> olrn manera qwí nosotros do Ja sinceridad<br />

<strong>de</strong> nuestros <strong>de</strong>seos y <strong>de</strong> nuestras resoluciones tan frecuentemente<br />

ineficaces. Si queréis convertiros tan verda<strong>de</strong>ramonte.,<br />

dice el Sefior nuestro Dios, mudad <strong>de</strong> conducta;<br />

observad cuál ha sido la mia , y conformad la vuestra con<br />

olla. Abandonad vuestros caminos para entrar en los mios:<br />

vosolrcs sois vengativos , violentos, iracundos ; y yo soy<br />

dulce, compasivo, misericordioso. Volveos , pues vá mí<br />

con una entera confianza, y no temáis que el número ni la<br />

enormidad <strong>de</strong> vuestros crímenes sean un obstáculo insupei-abie<br />

para recibir el perdón <strong>de</strong> ellos. Nolemais que que<strong>de</strong>n<br />

sin efecto las promesas que os hago <strong>de</strong> una entera reconciliación<br />

; antes subirán á lo alto <strong>de</strong>l cielo la lluvia y<br />

la nieve, que <strong>de</strong>je <strong>de</strong> cumplirse mi palabra. Yo seré tan fiel<br />

como generoso en mis promesas , y solo consistirá en vosotros<br />

el que tengan su <strong>de</strong>bido cumplimiento. No pongáis<br />

obstáculo á ellas. Mi palabra es como la lluvia y la nieve<br />

que fecundizan la tierra , y hacen brotar el grano que se<br />

ha sembrado en ella con tal que esté bien preparada. Asi<br />

mi palabra no volverá á mí sin fruto , sino que producirá<br />

el efecto para el cual la he enviado. ¿Qué cosa mas consolatoria<br />

para el pecador? ¿ qué cosa mas á propósito<br />

para inspirarnos confianza que este pasaje <strong>de</strong> la Escritura?<br />

No es menos interesante la instrucción que nos ofrece<br />

el Evangelio. Viendo Jesucristo queso acercaba el tiempo<br />

en quo habia <strong>de</strong>terminado acabar la gran<strong>de</strong> obra <strong>de</strong> la<br />

re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong> los homhres, hizo su entrada triunfante en la<br />

ciudad <strong>de</strong> Jerusalen cinco dias ántes <strong>de</strong> su muerte. Por el<br />

camino hafiia recibido las aclamaciones <strong>de</strong> los pueblos que<br />

con palmas en las manos le hablan salido al encuenlro,<br />

clamando : «Hosanna al Hijo do David,» esto es , salvad,<br />

os rogamos, al Uijo <strong>de</strong> David ; viva el Hijo <strong>de</strong> David; sean<br />

dadas toda suerte do bendiciones y prosperida<strong>de</strong>s al que<br />

viene en el nombre <strong>de</strong>l Señor. Cuando hubo entrado ya<br />

en Jerusalen, toda la ciudad se puso en movimienlo, y lodos<br />

preguntaban : ¿ Quién es ese? A lo cual respondía la<br />

multitud que venia en re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> él: Este es Jesús , el<br />

Profeta <strong>de</strong> Nazareth en Galilea. Entró Jesús en seguida en<br />

el templo, es <strong>de</strong>cir, en la lonja ópórtico <strong>de</strong> Salomón. Allí<br />

encontró una especio do mercado , don<strong>de</strong> se vendia y se<br />

compraba sin escrúpulo. En los tiempos <strong>de</strong> las gl an<strong>de</strong>s<br />

üostas y principalmente en la Pascua , se tenia en aquella<br />

parte anterior <strong>de</strong>l templo una especio <strong>de</strong> feria don<strong>de</strong> so<br />

vcndian los animales para los sacrificios. San Gerónimo<br />

dice que lambien se prestaba allí dinero bajo <strong>de</strong> caución á<br />

que no tenían para comprar las cosas necesarias du-<br />

•antc la fiesta, <strong>de</strong> modo que era aquello una especie <strong>de</strong><br />

^•'mbio ó banco en favor <strong>de</strong>l público. <strong>Los</strong> sacerdote? que<br />

labian <strong>de</strong>jado inlrodiicir esta perversa costumbre , acaso<br />

Sacaban <strong>de</strong> ella un gran provecho. Viendo el Hijo <strong>de</strong> Dios<br />

eslo comercio indigno , se armó <strong>de</strong> zelo y arrojó á todos<br />

^Ue"0s merca<strong>de</strong>res <strong>de</strong> iniquidad que profanaban el (emy<br />

S;'nto, diciéndoles ; Eslá escrito i Mi casa será llama<strong>de</strong><br />

^e orac'on' cnAa Por consignienle <strong>de</strong> liberalidad y<br />

do Clií ' ('om'e so PW* ' don<strong>de</strong> se obtiene , don<strong>de</strong> se<br />

"aman los (Jom.g <strong>de</strong>l cielo abundanlemenle sobre los<br />

i Wes ; y vosotros habéis liecho <strong>de</strong> ella una cueva <strong>de</strong><br />

^ ! 0'ies, don<strong>de</strong> robáis á Dios los homenajes que espera<br />

Cs *l|IOs!ro '•oconocimiento ; al prójimo la ediíieacion que<br />

que v"0s,r;' piedad ; á vosotros mismos los socorros<br />

l'wis a vuestra alma. Vosotros babeis hecho <strong>de</strong> la<br />

Dií CUARESMA. 107<br />

casa <strong>de</strong> Dios una caverna <strong>de</strong> ladrones, don<strong>de</strong> cometéis por<br />

vuestras usuras toda suerte <strong>de</strong> latrocinios. En castigo tan<br />

público, tan solemnemente producido , reiterado por dos<br />

veces, en tiempos elegidos <strong>de</strong> intento y ejercido por la mano<br />

<strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> Dios , no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jarnos duda acerca <strong>de</strong> la<br />

enormidad <strong>de</strong>l ci imcn. Pero ¿<strong>de</strong> qué se trataba ? se trataba<br />

<strong>de</strong>l respeto <strong>de</strong>bido por los hombres á la casa <strong>de</strong>l Señor,<br />

y violado por la insolencia <strong>de</strong> los mismos hombres. Pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cirse que el zelo <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong>l Señor hace salir en algún<br />

modo al Salvador do su carácter <strong>de</strong> dulzura, do paciencia,<br />

<strong>de</strong> bondad. En efecto, ver á Jesucristo <strong>de</strong> quien<br />

el Profeta habia dicho que no sabría enojarse, y que nos<br />

leliabia figurado como un hombre incapaz <strong>de</strong> vocear, do<br />

contra<strong>de</strong>cir y ni aun <strong>de</strong> acabar <strong>de</strong> romper una cana cascada;<br />

verle, digo, con d azote en la mano <strong>de</strong>splegar su<br />

zelo sobro los quo traficaban en el templo, tirar al suelo el<br />

dinero y las mesas <strong>de</strong> los cumbislas, esparcir el terror y<br />

la confusión en el pueblo: ¿qué cosa mas propia ni mas<br />

eficaz para hacernos compren<strong>de</strong>r cuan grave es el crimen<br />

do faltar al respeto y profanar las iglesias? Esta señal <strong>de</strong><br />

autoridad llene algo do maravilloso; y san Gerónimo mira<br />

como uno do los mayores milagros <strong>de</strong>l Salvador la pronta<br />

obediencia <strong>de</strong> los merca<strong>de</strong>res y <strong>de</strong> los banqueros, y el<br />

silencio inesperado <strong>de</strong> los fariseos y <strong>de</strong> los sacerdotes. Creo<br />

este Padre quo en aquella ocasión Jesucristo, por la majestad<br />

<strong>de</strong> su rostro y por el resplandor divino que apare! ió<br />

en su persona, imprimió tal espanto y tales scnlimienlos<br />

<strong>de</strong> respeto en el espíritu <strong>de</strong> los unos y <strong>de</strong> los otros, que<br />

no so atrevieron á resistirle. Esla es la sola vez que el Salvador<br />

ha hablado y obrado con algtm tono <strong>de</strong> alteración<br />

para enseñar á los simples fieles hasta qué punto puedo<br />

llegar el respeto á los lugares santos; y á los ministros<br />

<strong>de</strong>l santuario cuál <strong>de</strong>be ser su fervor cuando se trata do<br />

procurar el respeto que es <strong>de</strong>bido á eslos mismos lugares.<br />

¿Qué <strong>de</strong>sgracia á la verdad seria si ministros cobar<strong>de</strong>s é<br />

interesados convirtiesen todavía boy nuestras iglesias en<br />

abrigo <strong>de</strong> ¡a irones, por el tráfico indigno que hiciesen do<br />

las cosas santas? Pero ¿cuántos libertinos y mujeres mundanas<br />

las profanan puedo ser mas indignamente todavía?<br />

¿Cuál será su castigo? Es admirable, docia el sabio Pico<br />

<strong>de</strong> la Mirándola,- que <strong>de</strong> tantas religiones como se han esparcido<br />

por el mundo y que han dominado en el por lanío<br />

tiempo, no haya habido mas que la religión <strong>de</strong> Jesucristo,<br />

es <strong>de</strong>cir, no haya habido mas que lasóla verda<strong>de</strong>ra religión,<br />

cuyos templos hayan sido profanados por sus propios<br />

profesores. Se ha visto á los romanos violar el templo <strong>de</strong><br />

los judíos, se ha visto á los cristianos hacer pedazos á los<br />

ídolos <strong>de</strong>l paganismo; pero ¿se ha visto jamás á los paganos<br />

que ellos mismos atacasen á sus dioses y hayan manchado<br />

los sacrificios que les ofrecían; por mas falsos, por<br />

massupcrsliciosos que fuesen eslos sacrificios? Se ha visto<br />

á los herejes profanar nuestros templos santos; ¿pero so<br />

les ha visto faltar al respeto <strong>de</strong> los suyos? ¿ y por qué esla<br />

diferencia? Porque el enemigo <strong>de</strong> nuestra salud no tienta<br />

á los paganos ni los perturba en medio <strong>de</strong> sus sacrificios,<br />

en razón <strong>de</strong> que son sacrificios falsos, y es él mismo el que<br />

recibe el incienso (pie se quema en ellos. Aquellos templos<br />

están ya basíanle profanados, sin necesidad <strong>de</strong> inspirar á<br />

sus adoradores el que los profanen ; al paso que emplea<br />

todas sus fuerzas y todos sus artificios para <strong>de</strong>struir el culto<br />

que se rin<strong>de</strong> al verda<strong>de</strong>ro Dios; para apariarnos <strong>de</strong>l sarrilicio<br />

adorable <strong>de</strong> nuestros altares; para hacernos per<strong>de</strong>r el

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