AguaTinta N° 26
La Danza - Julio de 2017
La Danza - Julio de 2017
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Mariela Rivera:<br />
“Crecemos con otros y tenemos que aprender a interactuar<br />
desde el amor”<br />
Con una biodanza modificada, llega a grupos vulnerables y los ayuda a recuperar memoria,<br />
autoestima y, principalmente, a contactar con el amor colectivo.<br />
Estudió fotografía, se tituló, trabajó con éxito en<br />
prensa y ganó premios. Se especializó en fotos sobre la<br />
realidad de las mujeres, más allá del ajetreo de su labor<br />
como reportera gráfica en el diario La Nación. Y, en 1998,<br />
su vida cambió de rumbo: gracias a una revista conoció<br />
la biodanza y tomó clases con Rolando Toro, llegando a<br />
transformarse en su discípula y colaboradora. Por más de<br />
doce años se especializó en diversos aspectos del sistema<br />
y organizó actividades en torno a él, mientras Toro estaba<br />
en Chile.<br />
Luego fundó, y ahora dirige, la Escuela de Biodanza<br />
del Valle Central, Santiago, Chile, parte de la International<br />
Biocentric Foundation, heredera formal de los<br />
conocimientos y redes de Rolando Toro. En ella, prepara<br />
a nuevos instructores y conduce sesiones y talleres<br />
dominicales abiertos a todo público. Además, y siguiendo<br />
los pasos de su maestro, ha sido pionera de la disciplina en<br />
Cuba, Suecia y Venezuela.<br />
Su experiencia como profesora de biodanza es<br />
amplia y contempla trabajos con grupos de toda índole:<br />
niños/as, jóvenes, mujeres, adultos/as mayores, que en<br />
un alto porcentaje presentan problemas derivados de<br />
situaciones traumáticas o de vidas precarias. También<br />
capacita a profesionales vinculados a realidades de alta<br />
complejidad psicosocial y personal, así como a equipos<br />
de instituciones y empresas en materias de desarrollo<br />
personal, rehabilitación afectiva y educación biocéntrica<br />
para el mejoramiento de las relaciones humanas. Y,<br />
respetando las vivencias y culturas de los grupos con<br />
que se ha relacionado, ha hecho aportes al sistema con<br />
un programa que ella denomina Aportando al Vínculo<br />
Afectivo Habilitador.<br />
“Empecé a desarrollar esta idea de Aportando al<br />
Vínculo Afectivo Habilitador, colaborando con la psiquiatra<br />
Fanny Pollarolo en Lo Espejo [zona sur de Santiago, de<br />
bajos ingresos] con familias de esa comuna. Pude crear<br />
un trabajo de relación que se desarrolla durante todo un<br />
día, desde lo cotidiano, haciéndolo significante. Se trata de<br />
vivencias integradoras en el hogar, usando los recursos y las<br />
capacidades existentes: se hace una once [denominación<br />
que se da en Chile a la hora del té] o un almuerzo, con<br />
ejercicios en que las personas deben decirse unas a otras<br />
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