AguaTinta N° 26
La Danza - Julio de 2017
La Danza - Julio de 2017
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ENTREVISTA Tema central<br />
La danza dentro y fuera del escenario<br />
Por María Eugenia Meza Basaure y Patricia Parga-Vega<br />
“El movimiento es el más poderoso y el más peligroso medio conocido del arte”<br />
Martha Graham<br />
“Podría bailar este sillón”<br />
Isidora Duncan<br />
La danza y el ritmo han acompañado a los seres humanos desde la época en que las antorchas<br />
iluminaban al grupo que bailaba buscando conjurar las energías y tener una buena caza, aplacar a los<br />
elementos y, quizá, despertar sus deseos. Los dibujos rupestres nos muestran danzantes hombres con<br />
lanzas. Ya avanzada la vida humana sobre la tierra, el baile se sacralizó aún más, nació Terpsícore y<br />
fueron las mujeres quienes detentaron el conocimiento de los movimientos mágicos. Y de los lascivos<br />
(¿cómo no recordar a Salomé?).<br />
La danza, una visión del espacio y del tiempo,<br />
se basa en experiencias concretas, las transforma en<br />
abstracciones que buscan expresar belleza y se constituye<br />
en “un producto del mundo simbólico que por medio del<br />
cuerpo traza y evoca el mapa del alma humana” (1) .<br />
Movimiento y expresión sin palabras, la danza y el<br />
baile son un “viaje de sobresaltos y riesgos donde se van<br />
a reeditar procesos básicos que fincaron la constitución<br />
misma del sujeto. Uno de esos procesos fundamentales,<br />
que resulta clave para analizar el vínculo con el cuerpo,<br />
tiene que ver con el narcisismo y su mundo de imágenes,<br />
identificaciones e idealizaciones, el cual determina nudos<br />
específicos en la estructura subjetiva, como son: la tensión<br />
omnipotencia, la castración y la problemática identidad/<br />
apariencia, ambos elementos entreverados con un proceso<br />
del que se habla mucho pero se comprende poco, y que es<br />
la valorización de sí mismo” (2) .<br />
Por ello, más allá de los escenarios, en los cuerpos y<br />
las almas de sus intérpretes, el movimiento rítmico provoca<br />
cambios profundos que trascienden lo artístico y forman<br />
parte de los procesos de autoconocimiento y valoración.<br />
La profesionalización del baile llevó a creer que éste era<br />
sólo posible para cuerpos perfectos, trabajados en el rigor<br />
y en la disciplina dolorosa. Y que, por lo mismo, debía<br />
practicarse únicamente en función de la representación y<br />
hasta cierta edad.<br />
Las dos entrevistas que siguen demuestran que<br />
la danza es alimento sin tiempo, que permite diversos<br />
tipos de expresión y que activa poderosos motores del<br />
aprendizaje y la memoria.<br />
(1) Nafia Marianne Laurence Bahena Yaghen-Vial. Las metáforas de Terpsícore.<br />
(2) Margarita Baz. Metáforas del cuerpo. Un estudio sobre la mujer y la danza.<br />
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