N º 1 5 5 - N - S 5 7 7 0 M A G U É N - E S C U D O A - J 2 0 1 0
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litEratura<br />
Hay algo cercano al éxtasis<br />
a mi alma<br />
o a ti<br />
En su oración de Yom Kipur indica que<br />
los perdones divinos son cortos, enormes, largos<br />
o pequeños, y que nos aproximamos a la<br />
Presencia agobiados y cargados de temor, pero<br />
con confianza.<br />
A mi juicio, la poesía sinagogal que nace en<br />
el silencio y la penumbra del recinto sagrado<br />
es extraordinariamente emotiva y estremece:<br />
Las manos se extienden<br />
en señal de querer tocar la palabra<br />
y regresan a los labios<br />
besando tu nombre<br />
Dora Posternak ha ido por muchos recodos<br />
del mundo; pero, siempre otea un horizonte,<br />
la meta, la cumbre, un objetivo del peregrinaje<br />
secular:<br />
Y los recuerdos se desatan<br />
y se llegan hasta otro día<br />
el viento, frío y humedad<br />
entonces me acuerdo de ti: Yerushalayim<br />
¡Jerusalén! Con toda la connotación espiritual<br />
e histórica de la capital del judaísmo, del<br />
pueblo de la Diáspora, del país renacido.<br />
Existen una Jerusalén geográfica y otra del<br />
alama judía, del suspiro de la Hatikvá. Ambas<br />
se funden en un solo punto focal donde las<br />
oraciones, pesares y esperanzas se orientaron<br />
durante largas centurias. Jerusalén tan lejos y<br />
perpetuamente viva, en la remembranza y el<br />
deseo insistente, inclaudicable de volver.<br />
Tres mil años de haber sido fundada por<br />
68 Maguén-Escudo Abril - Junio 2010<br />
David; dos mil años en espera del retrno; sesenta<br />
y dos años del restablecimiento; cuarenta<br />
y tres de reunificación.<br />
Corrí por tus calles<br />
bajé a tus mercados<br />
a la colina más alta trepé<br />
y el eco repetía y repetía<br />
en un grito mi voz<br />
aquí estoy, aquí estoy<br />
¡Mírame, soy yo,<br />
tu primogénito regresó!<br />
Cómo me recuerdan los versos sobre Jerusalén<br />
el versículo del salmo 137: Al rosh simjatí,<br />
la cúspide de mi júbilo, la cumbre suprema<br />
de todos los anhelos.<br />
Para Dora existen dos elementos que se<br />
conjugan cual injerto nuevo en el olivo añejo:<br />
el aquí y ahora de la existencia y un sentir muy<br />
judío que se plasma en palabras selectas. Ella<br />
misma nos lo afirma: «Al leer se entiende que<br />
lo escrito es resultado de la interacción de ambos<br />
factores».La historia del pueblo y en esta,<br />
la historia de Dora.<br />
Inmersa en ambas coyunturas, añade sin<br />
ambages: «Escribo cuando siento necesidad de<br />
escribir».<br />
La poetisa guarda numerosos poemas inéditos<br />
preñados de valores, recuerdos y motivaciones<br />
que solo ella y su entorno más allegado han<br />
sentido y compartido. Agradezco que me haya<br />
permitido asomarme a su «tesoro» y que haya<br />
abierto el cofre de reminiscencias vívidas.<br />
Uno de esos instantes, cuando la voz enmudece<br />
y el corazón sufre dolores indecibles<br />
fue el da la partida de su madre, madre judía<br />
en la acepción total del vocablo, Éshet jáyil<br />
como la define el libro de Mishlé (Proverbios).