N º 1 5 5 - N - S 5 7 7 0 M A G U É N - E S C U D O A - J 2 0 1 0
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crónica<br />
Gracias a la maravillas de la globalización,<br />
estoy escribiendo esto desde<br />
un salón de té de hadas decrépitas a<br />
las afueras de la rue de la Liberté de Tánger,<br />
disfrutando de un café y un croissant asado y<br />
convertido en panini. ¿Qué podría ser más auténticamente<br />
marroquí? Por alguna razón, las<br />
servilletas tienen grabado, en español, «Gracias<br />
por su visita».<br />
A pesar del zumbido de las moscas, puedo<br />
ver en un televisor de plasma localizado arriba<br />
en una esquina en el que Jimmy Carter, doblado<br />
al árabe, está denunciando a Israel. Al<br />
Jazeera no cubre tanto la entidad sionista sino<br />
que la golpea, hora tras hora, sin parar. Así que<br />
aquí, en la frontera occidental del mundo islámico<br />
(si uno no incluye Yorkshire) las únicas<br />
noticas que importan provienen de esa pequeña<br />
porción de tierra apenas más ancha en su<br />
punto más angosto a un pueblo canadiense,<br />
muy lejos de donde me hallo.<br />
Esta cobertura saturante sin parangón de la<br />
«masacre del Mediterráneo» (tal como los titulares<br />
de la prensa británica la bautizaron) hay<br />
otras histoiras judías en las noticias. Esta captó<br />
mi atención en Shalom Life de Canadá: «No<br />
hubo daños en los cementerios judíos de Tánger».<br />
Aparentemente, el vetusto hospital judío<br />
[el Benchimol] en este puerto antiguo fue derribado<br />
hace unos meses, y la diáspora judeomarroquí<br />
de Toronto se preocupó al pensar que las<br />
tumbas del cementerio local estaban ya en la lista<br />
de demoliciones. No hay de qué preocuparse,<br />
les aseguró a los lectores del Shalom Life el señor<br />
Abraham Azancot. El cementerio judío de la rue<br />
du Portugal está perfectamente a salvo. «Su santidad<br />
ha sido respetada consistentemente por el<br />
La lección de un<br />
CEMENTERIO JUDÍO<br />
*La «santidad» de este camposanto en Tánger habla a gritos.<br />
58 Maguén-Escudo Abril - Junio 2010<br />
Mark Steyn<br />
gobierno local que actualmente le está dando a<br />
la comunidad recursos para ayudar en las reparaciones<br />
en curso».<br />
Suena muy bien. Al encontrarme en el vecindario,<br />
pensé que podría acercarme y cerciorarme<br />
de las «reparaciones en curso». Es algo difícil de<br />
ubicar al menos que uno conscientemente lo<br />
ande buscando: dos puertas de metal sólido en<br />
negro coronan una calle, en la intercepción de la<br />
rue du Portugal con la rue Salh Dine, y sólo una<br />
señal mínima indica lo que hay detrás. Cuando<br />
se empuja las puertas chirriantes, un par de calzoncillos<br />
me saludaron al ondear con la brisa.<br />
En Haití, quizás esto sea parte de un ritual de<br />
vudú como alerta de no seguir adelante. Pero,<br />
en Tánger era sólo un día de lavar y las cuerdas<br />
con ropa que se secaba pasaban por encima de<br />
las primeras tumbas. Si usted fuera Ysaac Benzaquén<br />
(muerto en 1921) o Samuel Mamán<br />
(muerto en 1925) compartiría la eternidad con<br />
los interiores largos del cuidador del lugar. Pace<br />
señor Azancot, no hay sentido de «santidad» ni<br />
de «comunidad»: como lo indica la ropa interior,<br />
esto dejó de ser un lugar público, sino un<br />
patio trasero que por casualidad tiene una serie<br />
de tumbas en él. Usé el término «cuidador del<br />
lugar», pero ocuparse del sitio no parece ser una<br />
prioridad: otra hilera de tumbas se utilizan para<br />
almacenar leña que él ha ido lentamente cortando<br />
de los árboles de la zona. Además de esto, los<br />
pollos escarban entre las placas conmemorativas,<br />
haciendo espacio entre bolsas de basura, docenas<br />
de zapatos viejos y miles de botellas rotas.<br />
Es un terreno privilegiado, con una vista<br />
magnífica del Mediterráneo, si a uno no le importa<br />
la basura ni los excrementos de las gallinas,<br />
y uno sortea cuidadosamente los vidrios.