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ejemplo: la persona a la que se le ocurriera criticar abiertamente el comportamiento de<br />
cualquier papa corría el riesgo de ser acusada de hereje, y el castigo era la exclusión de la<br />
feligresía cristiana y, por ende, de la vida eterna. Por eso eran tan importantes el bautismo<br />
y la obediencia a la iglesia.<br />
En el cuadro de la izquierda del Retablo de la Reforma, vemos la escena de un bautismo.<br />
Es posible que se tratara de un bautismo en esta misma iglesia, lugar en el que había<br />
predicado Lutero y donde se colocó más adelante el mencionado retablo. La persona que<br />
bautiza al niño es muy conocida: se trata de Philipp Melanchthon, colaborador y mejor<br />
amigo de Lutero. Lo curioso es que Melanchthon no era un sacerdote ordenado, sino un<br />
profesor de lenguas bíblicas de la Universidad de Wittenberg, lo que enfatiza lo importante<br />
que era para Martín Lutero la noción de que todas las personas son iguales a ojos de<br />
Dios. A su izquierda, encontramos al mismísimo pintor de la obra, Lukas Cranach, uno de<br />
los hombres más ricos e influyentes de Wittenberg, sujetando la toalla que se usará para<br />
secar al recién nacido, mientras que a su derecha observamos a otro miembro de la iglesia<br />
que tiene una Biblia abierta en las manos. Pareciera que se trata del propio Lutero, que<br />
aparece como «Junker Jörg» (Caballero Jorge). Todo esto ocurre en el contexto de la iglesia,<br />
el lugar donde encontramos la Palabra de Dios, esa que precisamente da sentido al bautismo.<br />
Después de todo, ¿qué autoridad tiene Melanchthon para bautizar, si no es siquiera<br />
pastor? Solo podía hacerlo por la autoridad de Dios y de la misión que él nos ha encomendado<br />
en las Escrituras y no por la de una iglesia que solo pretendía afirmar su poder.<br />
No obstante, esto genera algunas preguntas. Marcos 16: 16 deja clara la necesidad del<br />
bautismo: «El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado».<br />
Según la Biblia, es necesario creer para ser bautizado. ¿Opinaba lo mismo Martín<br />
Lutero?<br />
EL BAUTISMO SEGÚN MARTÍN<br />
LUTERO<br />
Lutero soñaba con que las personas pudieran<br />
decidir unirse a la iglesia libremente<br />
como consecuencia de haber experimentado<br />
el verdadero significado del evangelio en<br />
sus vidas, así que se le ocurrió organizar un<br />
«tercer servicio» además de los cultos regulares<br />
de la iglesia (dirigidos a todos los<br />
miembros) y los sermones en latín (para los<br />
cultos y los estudiantes). Su propuesta era<br />
una especie de grupo pequeño para el estudio<br />
de la Biblia: «Quienes, sin embargo,<br />
deseen ser verdaderos cristianos, y estén<br />
dispuestos a profesar el evangelio de palabra<br />
y hecho, deberían apuntar sus nombres<br />
y reunirse en alguna casa para orar, leer,<br />
bautizar y recibir el sacramento, así como<br />
para practicar otras labores cristianas. En<br />
esta orden, quienes actúen de manera impropia<br />
para un cristiano podrán ser reconocidos,<br />
reprobados, reformados, rechazados<br />
o excomulgados, según la regla de Cristo<br />
en Mateo 18. También se podría imponer a<br />
«La Biblia describe<br />
el bautismo como el<br />
momento en el que te<br />
identificas con la muerte<br />
y la resurrección de Jesús.<br />
En realidad, lo que ocurre<br />
es que mueres a tu antigua<br />
vida de pecado y, por el<br />
poder del Espíritu Santo,<br />
resucitas a una nueva:<br />
la del Reino».<br />
Revolución: La Reforma que cambió el mundo · 47