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DÍA 5<br />
determinar el curso de los acontecimientos: el emperador y el papa pretendían poner a<br />
este joven hereje en su lugar. Sin embargo, el príncipe Federico el Sabio lo tomó bajo su<br />
protección. El príncipe era uno de los tres representantes seculares más importantes del<br />
Sacro Imperio Romano Germánico de la Nación Alemana, por lo que la iglesia de Roma y<br />
el papa debían tenerlo siempre en cuenta en las asambleas imperiales. No obstante, las<br />
tensiones políticas se mantuvieron.<br />
En esta fase, la celebración de la Santa Cena según ambos ritos se convirtió en uno de<br />
los símbolos más importantes del movimiento de la Reforma. Allí donde la nobleza, los<br />
ciudadanos ordinarios y los ex sacerdotes celebraban juntos la Santa Cena se formaban<br />
nuevas iglesias, lugares donde uno podía entrar y sentirse en la presencia de Jesús. Lutero,<br />
el reformador, quería estar cerca de Jesús en la Santa Cena, y confirmar que el camino de<br />
reforma que había emprendido era ciertamente el correcto.<br />
Para Lutero, era muy importante que en la iglesia de la Reforma no se practicaran tantos<br />
sacramentos como en la antigua Iglesia Católica. Él enseñó que solo deberían ser obligatorios<br />
para la iglesia los rituales simbólicos que Jesús nos encomendó llevar a cabo, y para<br />
los cuales la Palabra de Dios contenía palabras explícitas de constitución.<br />
¿CÓMO PODEMOS ESTAR CERCA DE JESÚS?<br />
Como adventistas del séptimo día, creemos que la Santa Cena es un recordatorio, y<br />
el pan y el vino son símbolos del cuerpo roto y la sangre derramada de Jesús. Todos los<br />
miembros de la iglesia deben participar en esta comunión sagrada porque allí, a través del<br />
Espíritu Santo, «Cristo se encuentra con los suyos y los fortalece por su presencia. Corazones<br />
y manos indignos pueden administrar el rito; sin embargo, Cristo está allí para ministrar<br />
a sus hijos. Todos los que vienen con su fe fija en él serán grandemente bendecidos.<br />
Todos los que descuidan estos momentos de privilegio divino sufrirán una pérdida. Acerca<br />
de ellos se puede decir con acierto: “No estáis limpios todos”». 1<br />
En la Santa Cena, experimentamos a<br />
nuestro Salvador Jesucristo de una manera<br />
muy especial. En un acto solemne, leemos<br />
las palabras que Jesús mismo pronunció registradas<br />
en Lucas 22: 19: «Haced esto en<br />
memoria de mí». No se trata de un concepto<br />
o de una enseñanza acerca de la cual podemos<br />
tener diferentes opiniones. Se trata<br />
de un mandato muy específico de Dios. Repartimos<br />
también entre nosotros el pan y el<br />
vino, tal como lo hizo Jesús. Cuando sentimos<br />
el pan y el vino en nuestra boca, nos<br />
sentimos cerca de Jesús, algo que de cualquier<br />
otra manera, rara vez lograríamos.<br />
Casi se puede decir que, en la Santa Cena,<br />
experimentamos a Jesús con los cinco sentidos,<br />
con parte de nuestro ser.<br />
La Santa Cena debe ser una celebración<br />
alegre, no un momento de dolor. El servicio<br />
previo de lavamiento de pies es un momento<br />
de autoexamen, de confesión de los pecados,<br />
de reconciliación de las diferencias<br />
y de perdón. Tenemos la seguridad de que<br />
«Nunca dejes pasar la<br />
oportunidad de participar<br />
en la Santa Cena; es un<br />
momento ideal para<br />
experimentar la gracia de<br />
Dios. Somos salvos por<br />
gracia a través de la fe, por<br />
eso hemos sido llamados<br />
a hacerlo en memoria de<br />
Jesús».<br />
Revolución: La Reforma que cambió el mundo · 37