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DÍA 1<br />
«La “querida Biblia”, como la llamó Lutero, era tan<br />
importante para el reformador que arriesgó su vida por<br />
ella. ¿Cuánto significa la Palabra de Dios para ti?».<br />
Mientras estudiaba la Biblia, Lutero vio de manera evidente que las buenas nuevas de<br />
la salvación que Jesús nos ofrece como un don gratuito se enseñan de manera amplia y<br />
comprensible en ella. Por este motivo, ninguna tradición de la iglesia debería complementar<br />
y/o cambiar lo que reflejan claramente las Escrituras (Sola Scriptura).<br />
Una declaración tan nítida provocó la oposición de la iglesia y, en poco tiempo, se acusó<br />
al reformador de herejía. Cuando en 1521 fue convocado a comparecer ante la asamblea<br />
imperial en la Dieta de Worms, el emperador Carlos V le exigió que se retractara de lo<br />
que había escrito. Lutero no estaba preparado para tal confrontación y pidió tiempo para<br />
considerar su respuesta. Al día siguiente, cuando fue convocado nuevamente para negar<br />
lo que había escrito, respondió lo siguiente: «A menos que no esté convencido mediante<br />
el testimonio de las Escrituras o por razones evidentes —ya que no confío en el Papa, ni<br />
en su Concilio, debido a que ellos han errado continuamente y se han contradicho— me<br />
mantengo firme en las Escrituras a las que he adoptado como mi guía. Mi conciencia es<br />
prisionera de la Palabra de Dios, y no puedo ni quiero revocar nada reconociendo que no es<br />
seguro o correcto actuar contra la conciencia. Que Dios me ayude. Amén». 1<br />
La Palabra de Dios era tan importante para él que estaba dispuesto a asumir todas las<br />
consecuencias de su compromiso con la Biblia. Así es como Lutero llegó a ser conocido<br />
como un hombre de las Escrituras. Durante siglos, la iglesia había negado el acceso a la<br />
Biblia a los hombres que no eran clérigos y a las mujeres, pero con esto surgió un gran<br />
interés en la Palabra, la cual se hizo accesible en el lenguaje común en lugar del latín eclesiástico,<br />
que solo entendían algunos eruditos.<br />
Parece lógico que, a partir de entonces, Martín Lutero dejara de predicar en latín, prefiriendo<br />
en cambio predicar en alemán, el idioma común de su pueblo. No obstante, no le<br />
bastó con esto. Para Lutero, la gente debía poder leer la Biblia en su propio idioma y, para<br />
que esto fuera posible, era necesario traducirla. Gracias a Dios, se dio la gran oportunidad<br />
cuando el príncipe Federico el Sabio trasladó a Martín Lutero al Castillo de Wartburg<br />
después de la Dieta de Worms para protegerlo de la ira de la iglesia y del emperador. Allí,<br />
arropado por la seguridad del castillo, Lutero emprendió la inmensa tarea de traducir la<br />
Biblia. Comenzó por el Nuevo Testamento y, con la ayuda de amigos eruditos, el trabajo<br />
se completó pronto. En septiembre del año siguiente, 1522, se imprimió la primera edición<br />
del llamado «Testamento de septiembre». La Biblia al completo en alemán se publicó por<br />
primera vez en 1534 y, hasta su muerte, Lutero continuó mejorando su traducción con la<br />
intención de hacer que la Palabra de Dios fuera fácilmente accesible y comprendida por el<br />
pueblo común.<br />
SIN BIBLIA, NO PODEMOS SER CRISTIANOS<br />
La «querida Biblia», como la llamó Lutero, era tan importante para el reformador que<br />
arriesgó su vida por ella. ¿Cuánto significa la Palabra de Dios para ti? ¿Cuándo fue la<br />
última vez que dedicaste un tiempo a leer la Biblia? ¿Recuerdas qué leíste o hace tanto<br />
14 · SO JAE <strong>2017</strong>