El camino hacia la Segunda Guerra Mundial
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
¡Menos mal que no hubo incidentes y no<br />
tuvimos necesidad de utilizar<strong>la</strong>s! A<br />
primeros de octubre, nos tras<strong>la</strong>daron al<br />
aeródromo de Tab<strong>la</strong>da, en Sevil<strong>la</strong>, y allí<br />
nos dieron algunas c<strong>la</strong>ses en un Breguet.<br />
<strong>El</strong> día que me soltaron en el Breguet, me<br />
entró pánico. Me temb<strong>la</strong>ba todo, pero, al<br />
fin, conseguí tomar tierra. Como<br />
habíamos mentido sobre nuestras horas<br />
de vuelo, nos trataban como si fuéramos<br />
expertos. Estuve vo<strong>la</strong>ndo con ese avión<br />
desde octubre a diciembre, en Andalucía.<br />
Me destinaron a una unidad de Breguet<br />
19, donde me encomendaron mi primer<br />
servicio: "Vaya usted a Don Benito, a ver<br />
si hay caza enemiga en el aeródromo".<br />
"Capitán Soler, si vuelvo es que no hay",<br />
contesté. "¿Ves el avión 157? Ése es el<br />
tuyo. Cógelo y vete". Sin más. ¡Hasta<br />
tuve que preguntar dónde tenía que<br />
pulsar para disparar <strong>la</strong> ametral<strong>la</strong>dora! En<br />
los siguientes servicios fuimos al frente<br />
de Má<strong>la</strong>ga. Volábamos siempre tres<br />
aparatos juntos. Así estuvimos entre<br />
Sevil<strong>la</strong> y Córdoba hasta fin de año. Esa<br />
época fue maravillosa, porque hacíamos<br />
lo que nos daba <strong>la</strong> gana. Nos habían<br />
dado unos monos de piel alemanes. Nos<br />
levantábamos, nos lo poníamos encima<br />
del pijama y ¡ha<strong>la</strong>! A vo<strong>la</strong>r. Hacíamos<br />
uno o dos servicios al día. No tuve<br />
ningún período de instrucción.<br />
Insensateces <strong>la</strong>s hicimos todas, pero con<br />
el ánimo que teníamos, nos comíamos el<br />
mundo. >><br />
(José Ramón Calparsoro)<br />