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Revista Nana #01

La nana, una emoción cantada. Sobre el parto en casa. La importancia del movimiento en el parto. La mamá de una mama. Mamací. El papá de dos meses. La aventura del movimiento. Rabietas. Recomendaciones.

La nana, una emoción cantada. Sobre el parto en casa. La importancia del movimiento en el parto. La mamá de una mama. Mamací. El papá de dos meses. La aventura del movimiento. Rabietas. Recomendaciones.

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¿Qué hacer?<br />

Aparte de todo lo dicho ya como herramientas<br />

(dar vida a los objetos, tirar de<br />

la imaginación y el juego, anticipar…) podemos<br />

facilitar al niño que descargue su<br />

agresividad por ejemplo con peleas con<br />

churros de piscina toda la familia, o si está<br />

enfadado con nosotros le podemos proponer<br />

dibujar cómo se siente y que incluso<br />

pueda dibujarnos a nosotros y luego<br />

romper el dibujo. También puede servirnos<br />

como herramienta proponer que haga<br />

una canción contando lo que siente, o que<br />

nos lo represente con un teatrillo o escenificando<br />

con un muñeco lo que ha pasado,<br />

escribirle las cosas en notas graciosas<br />

o hacer entradas a modo de pregonero,<br />

todo a modo de broma…<br />

La distracción juega un papel muy importante<br />

dada la forma en que sienten las<br />

emociones (puras, intensas y del momento),<br />

una vez que le ha quedado claro que<br />

sabemos lo que siente y que estamos a su<br />

lado y le queremos podemos distraerlo<br />

con un juego que le guste, o con una canción<br />

que podemos dejar incompleta para<br />

que la vaya completando.<br />

Hacer tonterías con los niños es maravilloso.<br />

Ver cómo sus ojos se iluminan,<br />

cómo entran en el juego, cómo aportan<br />

sus ideas, cómo se ríen. La imaginación<br />

es nuestra gran aliada para acompañar<br />

a nuestros hijos. Ayer comentaba con un<br />

grupo de amigas sobre un niño que no había<br />

querido lavarse las manos, les decía si<br />

los adultos se las habían lavado también,<br />

pero sobre todo planteaba el juego y la<br />

imaginación, proponiendo a la mamá que<br />

enseñase al niño imágenes de microbios<br />

en Internet diciendo que menuda cara de<br />

patata tenía ese microbio y tonterías así,<br />

para luego ir a lavarse las manos mientras<br />

le decía que acababa de ver caer de una<br />

mano a uno con cara de boniato, entre risas,<br />

juego y complicidad. En vez de eso, se<br />

recurre a la imposición o a ignorar, creando<br />

y recrudeciendo la rabieta, con malestar<br />

para todos, niños y padres, en ausencia<br />

de aprendizaje.<br />

Si nosotros integramos esto, nos será fácil<br />

ver esa mirada de niño, comprenderlo,<br />

ponernos a su altura y disfrutar jugando y<br />

haciendo tonterías. Aparte de ser lo mejor<br />

para nuestros hijos es muy divertido.<br />

Con sus rabietas sentiremos rabia, incluso<br />

a veces odio. Vendrá la culpa por sentir<br />

esto hacia nuestros hijos. Pero no debemos<br />

olvidar que son emociones normales,<br />

que nos han enseñado a rechazarlas y<br />

por eso las rechazamos en nuestros hijos.<br />

Lidiemos con ellas, aceptémoslas, sepamos<br />

de dónde vienen… y una vez liberados<br />

de la culpa disfrutemos del juego.•<br />

Laura Perales Bermejo<br />

Psicóloga infantil<br />

www.crianzaautorregulada.com<br />

Crianza

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