Parto Ganas de luchar ¡Felicidades, vas a ser mamá! ¡Estás embarazada! Estas dos frases ya nos indican que nuestra vida va a cambiar. Y cuando llega el día, lo que esperas escuchar es ¡Felicidades, es un niñ@ precioso! Yo no escuche nada, nadie decía nada, pero escuché a mi hijo llorar. Mi bebé nació con 29 semanas y 5 días, el 1 de diciembre del 2001. Nadie te prepara para ser madre, y menos para ser madre de un niño prematuro. Las primeras horas fueron duras, había que esperar. Doce horas después de su nacimiento, me dicen que el niño tiene ganas de luchar, de vivir. La primera vez que lo vi, tan pequeñito, estaba en U.C.I. de Neonatos. La enfermera giró la incubadora para que lo viera, apenas cinco minutos. Cabía en la palma de su mano, ¿y ese pizco quiere luchar? Pasaba horas en una sala de lactancia que había en Neonatos intentando, con el sacaleches, dejar las cantidades de leche que me indicaban. Era imposible, perdí la leche a los pocos días, aunque seguí intentándolo en casa, nunca lo logré. Me pasaba todo el día en la U.C.I. de Neonatos, aunque no pudiera entrar. Sentía que mi hijo sabía que yo estaba ahí fuera. Todo lo que hacía era esperar a que llegasen los 20 minutos de la mañana y los 20 de la tarde que me correspondían, para verlo. El 9 de diciembre, 9 días después de su nacimiento, pude cogerlo por primera vez. Fueron los dos minutos más intensos y maravillosos de mi vida. Fue todo tan rápido. Yo estaba entrando a verlo, con mi bata, mis manos lavadas, mis calzas... y de repente algo pasó en su incubadora y tuvieron que sacarlo. El enfermero que lo tenía en brazos, inesperadamente, me lo dió Asociación de Padres y Madres de Prematuros de Tenerife 630 99 28 85 info@apremate.org ¿saben qué hice? Olerlo... olía a bebé. Pasó un tiempo en el hospital donde fue atendido maravillosamente, con un cariño, un amor del que estaré eternamente agradecida. Y llegó el día de llevarlo a casa. Ilusionada y agotada afrontaba una nueva etapa. Mi hijo venía a casa, pero me llevaba a un niño que, al alta, pesaba 1900 gr. y necesitaba muchos cuidados. Recuerdo vestirlo y la ropa, que era muy pequeñita, le quedaba muy grande, aun así estaba guapísimo. Fueron unos días fantásticos. Venía una enfermera a casa días alternos. Hasta que una mañana todo cambió, apenas respiraba, estaba cianótico. Los minutos hasta llegar al materno fueron eternos. Poco después mi niño estaba en U.C.I., otra vez. Y ahí estaba yo, nuevamente, sentada frente a la U.C.I., pero ya no era neonato. Cuando el médico habló conmigo, no podía creer lo que me contaba. Yo solo me agarraba a aquella frase que me habían dicho cuando nació ¡tu niño tiene ganas de luchar! Tuvieron que preparar una minicuna dentro de la cuna por lo pequeño que era. Le pusieron su nombre con pegatinas de personajes infantiles, me lo cuidaban muy bien y yo estaba tranquila, pero no me podía ir. Salió para adelante, me lo llevé a casa y continuamos con los cuidados que me indicaron. Cierto es, que es un niño algo más enfermizo que los demás, que todos estos años no han sido fáciles para la familia, pero tengo un hijo de 15 años a quien amo; más alto que sus padres, con una talla 44 de zapato. Hace tiro con arco, está terminando 4º año de la E.S.O., decidido a estudiar medicina y con muchas ganas de vivir.• Natalia Mamá de un niño estupendo (y prematuro) Asociación de Prematuros de Las Palmas 648 89 65 65 aprela.org@gmail.com 10 • <strong>Revista</strong> <strong>Nana</strong>
10% de descuento Embarazo + Recién Nacido EXCLUSIVO lectores de <strong>Revista</strong> <strong>Nana</strong> EMBARAZOS, BEBÉS Y FAMILIAS www.soniasanchezphotography.com info@soniasanchezphotography.com Tel. 620 26 66 80