02.05.2017 Views

La chica danesa

Una novela de David Ebershoff

Una novela de David Ebershoff

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

preocupación en las arrugas que tenía el doctor Hexler en torno a la boca—. Los<br />

rayos X no muestran nada.<br />

—¿No hay tumor?<br />

—Nada.<br />

—Entonces, ¿qué tiene? —preguntó Greta.<br />

—En términos de salud física, nada en absoluto.<br />

—¿Y las hemorragias?<br />

—Eso es difícil decirlo con seguridad, pero, probablemente, se trata de una<br />

simple cuestión de higiene alimentaria. Debe evitar tragarse los huesos de fruta y las<br />

espinas del pescado.<br />

—¿De verdad piensa que eso es todo? —Greta dio un paso atrás—. ¿De veras<br />

piensa que Einar está completamente sano, doctor Hexler?<br />

—Su salud es normal. Ahora bien, ¿es un hombre normal? No, en absoluto. Su<br />

marido no está bien.<br />

—¿Y qué puedo hacer?<br />

—¿Tiene usted cerradura en su guardarropa, para impedir que su marido coja su<br />

ropa?<br />

—No, claro que no.<br />

—Pues debería ponerla lo antes posible.<br />

—¿Y de qué serviría eso? Aparte de que Einar tiene sus propios vestidos.<br />

—Pues tírelos inmediatamente. No debería animarle a hacer esas cosas, señora<br />

Wegener. Si piensa que usted lo encuentra bien, podría creer que es normal eso de<br />

fingirse Lili. —El doctor Hexler hizo una pausa—. Y entonces no habrá esperanza<br />

para él. ¿No le ha inducido usted a vestirse de mujer, verdad? Espero, por su bien,<br />

que no le haya dicho que aprueba su conducta.<br />

Esto era lo que más temía Greta, que, de alguna forma, la aparición de Lili<br />

pudiera ser culpa suya. Que hubiese perjudicado a su marido de un modo u otro. <strong>La</strong>s<br />

paredes del pasillo eran de un amarillo oscuro y estaban arañadas. Junto a Greta había<br />

un retrato del doctor Hexler, un retrato como los que ella solía pintar.<br />

Un día, sólo unas pocas semanas antes, Greta había recibido una llamada<br />

telefónica de Rasmussen para decirle que Lili había estado en su galería.<br />

—Naturalmente, la reconocí enseguida por sus cuadros —dijo Rasmussen—, pero<br />

noté en ella algo que no me pareció normal. Parecía débil, o sedienta.<br />

Rasmussen dijo que había ofrecido a Lili una silla y que inmediatamente, se<br />

quedó dormida, con una plateada burbuja de saliva en los labios. Poco después entró<br />

en la galería la baronesa Haggard, seguida por su chófer egipcio. <strong>La</strong> baronesa se<br />

consideraba a sí misma el miembro más abierto y al día de la aristocracia y no pudo<br />

menos que captar la ironía —el «modernismo», como dijo ella— de encontrarse con<br />

la modelo de los cuadros durmiendo delante de las obras que la reproducían. En la<br />

galería retumbó el ruido que hizo el suave cuero de los guantes de la baronesa al<br />

aplaudir «aquel momento sublime». Había expuestos cinco cuadros, pintados en<br />

www.lectulandia.com - Página 98

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!