02.05.2017 Views

La chica danesa

Una novela de David Ebershoff

Una novela de David Ebershoff

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

llegó a sus oídos la voz de la cantante de ópera, lenta y oscura, que escalaba sola las<br />

notas.<br />

Varias semanas más tarde, Greta y Lili estaban sentadas en el jardín de la clínica. Los<br />

abedules y los sauces relucían de retoños. Los setos estaban todavía muy desiguales,<br />

pero los amargones ya habían crecido a lo largo del camino de ladrillo. Dos<br />

jardineros estaban cavando hoyos para plantar una hilera de cerezos, cuyas raíces<br />

estaban envueltas en sacos de arpillera. Los groselleros empezaban a echar hojas.<br />

En el césped había un círculo de <strong>chica</strong>s embarazadas, sentadas sobre una manta<br />

de cuadros, trenzando briznas de hierba. Sus batas blancas, sueltas en los hombros,<br />

temblaban al viento. El reloj de la clínica daba el mediodía.<br />

Una nube cambió de sitio, y su sombra oscureció el césped. Los cerezos recién<br />

plantados se agitaron al viento, y por la puerta de cristal de la clínica salió una figura.<br />

Greta no distinguía quién era. Era un hombre, y llevaba una bata blanca que se<br />

agitaba al viento como las banderolas que se veían en el barco turístico que navegaba<br />

en aquel momento por el Elba.<br />

—Mira —dijo Lili—, es el profesor.<br />

Mientras Bolk se les acercaba la nube volvió a cambiar de sitio. El rostro del<br />

profesor se animó al darle el sol en las gafas. Cuando llegó adonde estaban Greta y<br />

Lili, se arrodilló junto a ellas y dijo:<br />

—Va a ser mañana.<br />

—¿Qué? —preguntó Lili.<br />

—Su próxima operación.<br />

—¿Y por qué tan de repente?<br />

—Porque ya tenemos listo el tejido de injerto. Debemos operar mañana.<br />

Greta había contado a Lili en qué consistía aquella operación: el profesor Bolk<br />

quería introducir tejido ovárico en su abdomen.<br />

—Pienso que todo irá según lo previsto —dijo el profesor.<br />

A la luz del sol, la piel del rostro de Bolk era fina, y el color azul marino de sus<br />

venas se veía a través de ella. Greta se arrepintió de no haber permitido que Hans<br />

fuese a Dresde con ella. Habrían hablado de la situación, habría podido pedirle<br />

consejo. Se lo imaginaba pasándose los dedos abiertos ante la boca, como hacía<br />

siempre que tenía que resolver algo complicado. Greta se sintió repentinamente<br />

agotada.<br />

—¿Y qué pasa si las cosas no salen bien? —preguntó.<br />

—Esperaremos a que vuelva a presentarse otra oportunidad. Quiero trabajar con<br />

tejido de una <strong>chica</strong> joven.<br />

—Todo esto es muy difícil de creer —dijo Lili.<br />

No miraba ni a Greta ni a Bolk. Tenía los ojos fijos en el círculo de <strong>chica</strong>s<br />

sentadas en la manta.<br />

www.lectulandia.com - Página 199

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!