AFTER4

06.04.2017 Views

CAPÍTULO 16 Tessa —Este trasto es como un portátil pequeño. —Pulso otro botón de mi nuevo dispositivo electrónico. Mi nuevo iPhone tiene más funciones que un ordenador. Paso el dedo por la gran pantalla y toco los cuadraditos. Pulso el icono de la cámara pequeña y me aparto hacia atrás cuando aparece un ángulo poco favorecedor de mí misma haciendo una mueca. La cierro rápidamente y pulso el icono de Safari. Tecleo Google porque..., bueno, porque no se me ocurre otra cosa. Este teléfono es muy extraño. Todo me resulta muy confuso, pero no tengo prisa por aprender a desenvolverme con él. Sólo lo tengo desde hace diez minutos, y todavía no he salido de la tienda. Todo el mundo hace que parezca tan sencillo, pulsando y deslizando el dedo por la pantalla gigante, pero tiene muchísimas opciones. Demasiadas, la verdad. Aunque supongo que es divertido tener tantas opciones con las que ocupar mi tiempo. Este cacharro me mantendrá ocupada durante horas, puede que días. Navego por las opciones de música y me fascina la idea de poder disfrutar de todas esas canciones con sólo mover un dedo. —¿Quieres que te ayude a transferir tus contactos, fotos y demás a tu nuevo teléfono? —pregunta la chica que está detrás del mostrador. Estaba tan concentrada intentando aprender a usar el móvil que no me acordaba de que Landon y ella estaban aquí. —Pues... no, gracias. —Rechazo amablemente su ofrecimiento. —¿Estás segura? —Sus ojos, pintados con una gruesa línea negra, reflejan sorpresa—. Sólo se tarda un segundo. —Mastica su chicle. —Sé todos los números que quiero memorizar. La chica se encoge de hombros y mira a Landon. —Necesito que me des el tuyo —le digo a mi amigo. Los números de mi madre y de Noah eran los únicos que me hacían falta. Quiero empezar de nuevo, empezar de cero. Mi flamante teléfono nuevo con sólo unos cuantos números de teléfono almacenados me ayudará a conseguirlo. Por mucho que me negara antes a comprarme un móvil, ahora me alegro de haberlo hecho. Resulta refrescante empezar de nuevo: sin contactos, sin fotos, sin nada. Landon me ayuda a memorizar los números nuevos y después salimos de la tienda. —Te enseñaré a guardar aquí tu música. Además, con este teléfono es más fácil —dice sonriendo mientras sale a la autopista. Estamos de camino de vuelta del centro comercial, donde he tenido que gastarme mucho dinero comprando ropa para una semana. Necesito que ésta sea una ruptura limpia. Sin nostalgia, sin pasarme horas mirando nuestras fotos.

No tengo ni idea de adónde ir ni qué hacer ahora, pero sé que aferrarme a algo que nunca fue mío sólo conseguirá hacerme más daño. —¿Sabes cómo está mi padre? —le pregunto a Landon mientras comemos. —Ken llamó al centro el sábado, y le dijeron que Richard aún se está adaptando. Los primeros días siempre son los peores. —Landon alarga la mano para robarme unas patatas fritas del plato. —¿Sabes cuándo podré ir a visitarlo? Si lo único que me queda es mi padre, al que hacía años que no veía hasta hace un mes, y Landon, quiero aferrarme a ellos todo lo que pueda. —No lo sé con seguridad, pero lo preguntaré cuando volvamos a casa. —Landon me mira. Yo cojo mi teléfono y me lo llevo al pecho sin pensar. Los ojos de mi amigo se llenan de compasión—. Sé que sólo ha pasado un día, pero ¿has pensado en la posibilidad de trasladarte a Nueva York? — dice con tiento. —Sí, un poco. Estoy esperando a hablar con Kimberly y Christian en persona para tomar la decisión. He sabido de ella esta mañana, y me ha dicho que volverán de Inglaterra el jueves. Todavía no entiendo cómo es posible que aún sea sólo martes. Tengo la sensación de que ha pasado mucho más que dos días desde que me fui de Londres. Mi mente vuelve a él, y me pregunto qué estará haciendo... o con quién estará. ¿Estará tocando a esa chica en estos momentos? ¿Llevará ella puesta su camiseta otra vez? ¿Por qué me torturo pensando en él? Lo he estado evitando, y ahora puedo ver sus ojos verdes inyectados en sangre, y noto cómo las puntas de sus dedos acarician mi mejilla. Sentí una mezcla de dolor y alivio cuando encontré una camiseta negra sucia mientras hurgaba en mi maleta en el aeropuerto de Chicago O’Hare. Estaba buscando el cargador de mi móvil y me encontré con su último golpe. No fui capaz, en todas las veces que lo intenté, de tirarla a la papelera más cercana. No pude hacerlo. De modo que volví a meterla en la bolsa y la enterré debajo de mi ropa. Quería cortar por lo sano, pero me estoy dando un respiro, teniendo en cuenta lo duro que es todo esto. Mi mundo entero se ha desmoronado, y me he quedado sola para ordenar los fragmentos... «No.» En el avión decidí que no cedería ante esos pensamientos, y no voy a hacerlo. No me llevan a ninguna parte. La autocompasión sólo empeorará las cosas. —Me inclino más por Nueva York, pero necesito un poco más de tiempo para decidirme —le digo a Landon. —Bien. —Su sonrisa es contagiosa—. Nos iríamos dentro de tres semanas, cuando acabe el trimestre. —Eso espero —suspiro, desesperada por que pase el tiempo. Un minuto, una hora, un día, una semana, un mes..., cualquier período de tiempo que pase, por

No tengo ni idea de adónde ir ni qué hacer ahora, pero sé que aferrarme a algo que nunca fue mío<br />

sólo conseguirá hacerme más daño.<br />

—¿Sabes cómo está mi padre? —le pregunto a Landon mientras comemos.<br />

—Ken llamó al centro el sábado, y le dijeron que Richard aún se está adaptando. Los primeros<br />

días siempre son los peores. —Landon alarga la mano para robarme unas patatas fritas del plato.<br />

—¿Sabes cuándo podré ir a visitarlo?<br />

Si lo único que me queda es mi padre, al que hacía años que no veía hasta hace un mes, y Landon,<br />

quiero aferrarme a ellos todo lo que pueda.<br />

—No lo sé con seguridad, pero lo preguntaré cuando volvamos a casa. —Landon me mira. Yo<br />

cojo mi teléfono y me lo llevo al pecho sin pensar. Los ojos de mi amigo se llenan de compasión—.<br />

Sé que sólo ha pasado un día, pero ¿has pensado en la posibilidad de trasladarte a Nueva York? —<br />

dice con tiento.<br />

—Sí, un poco.<br />

Estoy esperando a hablar con Kimberly y Christian en persona para tomar la decisión. He sabido<br />

de ella esta mañana, y me ha dicho que volverán de Inglaterra el jueves. Todavía no entiendo cómo<br />

es posible que aún sea sólo martes. Tengo la sensación de que ha pasado mucho más que dos días<br />

desde que me fui de Londres.<br />

Mi mente vuelve a él, y me pregunto qué estará haciendo... o con quién estará. ¿Estará tocando a<br />

esa chica en estos momentos? ¿Llevará ella puesta su camiseta otra vez? ¿Por qué me torturo<br />

pensando en él? Lo he estado evitando, y ahora puedo ver sus ojos verdes inyectados en sangre, y<br />

noto cómo las puntas de sus dedos acarician mi mejilla.<br />

Sentí una mezcla de dolor y alivio cuando encontré una camiseta negra sucia mientras hurgaba en<br />

mi maleta en el aeropuerto de Chicago O’Hare. Estaba buscando el cargador de mi móvil y me<br />

encontré con su último golpe. No fui capaz, en todas las veces que lo intenté, de tirarla a la papelera<br />

más cercana. No pude hacerlo. De modo que volví a meterla en la bolsa y la enterré debajo de mi<br />

ropa.<br />

Quería cortar por lo sano, pero me estoy dando un respiro, teniendo en cuenta lo duro que es todo<br />

esto. Mi mundo entero se ha desmoronado, y me he quedado sola para ordenar los fragmentos...<br />

«No.» En el avión decidí que no cedería ante esos pensamientos, y no voy a hacerlo. No me<br />

llevan a ninguna parte. La autocompasión sólo empeorará las cosas.<br />

—Me inclino más por Nueva York, pero necesito un poco más de tiempo para decidirme —le<br />

digo a Landon.<br />

—Bien. —Su sonrisa es contagiosa—. Nos iríamos dentro de tres semanas, cuando acabe el<br />

trimestre.<br />

—Eso espero —suspiro, desesperada por que pase el tiempo.<br />

Un minuto, una hora, un día, una semana, un mes..., cualquier período de tiempo que pase, por

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!