AFTER4

06.04.2017 Views

CAPÍTULO 78 Tessa —¿Dónde está Robert? —dice Karen buscándolo con la mirada entre el pequeño grupo de invitados —. Tessa, ¿tú sabes dónde se ha metido? —pregunta un poco asustada. Robert se ofreció a entretener a la pequeña mientras las mujeres se peinaban y se maquillaban. Ahora que la boda está empezando, debería continuar con la tarea, pero lo cierto es que no está por ninguna parte, y Karen no puede tener a la niña en brazos mientras ayuda con la primera parte de la ceremonia. —Voy a llamarlo otra vez. —Miro entre la multitud y lo busco. Abby patalea en los brazos de Karen y ella parece asustada de nuevo. —¡Ay, espera! ¡Está ahí...! Pero no oigo el resto de la frase de Karen. Me he quedado del todo absorta con el sonido de la voz de Hardin. Está saliendo del largo pasillo a mi izquierda. Está hablando con Landon, y su boca se mueve tan despacio como siempre. Tiene el pelo más largo de lo que parecía en las fotos que he visto de él últimamente. No he podido evitar leer todas y cada una de sus entrevistas y todos y cada uno de los artículos que se han publicado sobre él, más o menos ajustados a la realidad, y es posible que haya escrito algunas quejas acaloradas a algunos blogueros que han dicho cosas horribles sobre él y su historia. Nuestra historia. Me sorprendo al ver el aro de metal en su labio, aunque ya sabía que había reaparecido. Había olvidado lo bien que le sentaba. Me quedo absorta, totalmente consumida, al verlo de nuevo. Me traslado de nuevo a un mundo en el que luché con todas mis fuerzas y perdí casi todas las batallas a las que me enfrenté, y al final acabé marchándome sin la única cosa por la que luchaba: él. —Alguien tiene que acompañar a Tessa; su pareja no está —dice una voz. Al oír la mención de mi nombre, Hardin se vuelve al instante; sus ojos buscan durante medio segundo antes de encontrarme. Al principio rompo el contacto visual y bajo la vista hasta mis tacones, que apenas asoman por debajo de mi vestido largo. —¿Quién va a acompañar a la dama de honor? —pregunta la hermana de la novia a todos los que se encuentran cerca—. Menudo lío —exclama, y resopla mientras pasa por mi lado. He participado más que ella en la organización de esta boda, pero su nivel de estrés haría que cualquiera pensara lo contrario. —Yo —dice Hardin levantando la mano. Está tan guapo, tan devastadoramente atractivo con ese esmoquin y sin corbata... La tinta negra asoma justo por encima del cuello blanco de su camisa, y siento un leve cosquilleo en mi brazo cuando me toca. Parpadeo unas cuantas veces, intentando no pensar en el hecho de que apenas hablamos anoche y de que no ensayamos la entrada como deberíamos haberlo hecho. Asiento, me

aclaro la garganta y aparto los ojos de Hardin. —Muy bien, pues vamos —dice la hermana de manera imperiosa—. El novio, al altar, por favor. Da unas palmaditas, y entonces Landon pasa corriendo por mi lado y me da un suave apretón en la mano de camino. «Inspira. Espira...» Serán sólo unos minutos. Menos, de hecho. No es un concepto tan difícil. Somos amigos. Puedo hacer esto. Por la boda de Landon, claro. Por un momento, lucho en mi interior para obligarme a no pensar que estoy avanzando por este pasillo con él para nuestro propio día especial. Hardin está a mi lado, sin decir ni una palabra, y la música empieza a sonar. Me está mirando, lo sé, pero soy incapaz de levantar la vista para devolverle la mirada. Con estos zapatos mido casi lo mismo que él, y está tan cerca que casi puedo oler la suave colonia que impregna su esmoquin. La pequeña iglesia se ha transformado en un lugar bonito pero sencillo, y los invitados ya ocupan la mayor parte de los asientos. Unas bonitas flores de colores tan intensos que parecen de neón decoran los viejos bancos de madera, y una tela blanca une todas las filas. —Es demasiado estridente, ¿no crees? A mí me parece que con unos lirios blancos y rojos habría bastado —dice Hardin para mi sorpresa. Me coge del brazo y la estirada de la hermana nos hace un gesto para que empecemos a avanzar. —Sí, los lirios habrían quedado muy bonitos. Pero esto también lo es, para ellos —dejo caer. —Tu novio, el médico, está muy guapo —me provoca Hardin. Lo miro y veo que está sonriendo, y sus ojos verdes brillan con picardía. La línea de su mandíbula está incluso más definida que antes, y sus ojos son más profundos, no tan cautelosos como solían serlo siempre. —Está en la Facultad de Medicina, aún no es médico. Y sí, lo está. Pero sabes que no es mi novio, así que calla. Durante los últimos años, he tenido la misma conversación con Hardin una y otra vez. Robert ha sido un amigo constante en mi vida, nada más. Intentamos salir una vez, alrededor de un año después de que encontrase el manuscrito de Hardin en mi apartamento de Nueva York, pero no funcionó. No deberíais salir con alguien si vuestro corazón pertenece a otra persona. No funciona, creedme. —¿Cómo estáis? Ha pasado un año ya, ¿no? —Su voz traiciona la emoción que está intentando ocultar. —¿Y vosotros? Tú y la rubia esa. ¿Cómo se llamaba? —El pasillo es mucho más largo de lo que parecía desde la entrada—. Ah, sí, Eliza, ¿verdad? Suelta una risita. —Ja. Ja. Me gusta torturarlo con una fan acosadora que tiene llamada Eliza. Sé que no se ha acostado con ella, pero me divierte tomarle el pelo con ello cuando lo veo.

CAPÍTULO 78<br />

Tessa<br />

—¿Dónde está Robert? —dice Karen buscándolo con la mirada entre el pequeño grupo de invitados<br />

—. Tessa, ¿tú sabes dónde se ha metido? —pregunta un poco asustada.<br />

Robert se ofreció a entretener a la pequeña mientras las mujeres se peinaban y se maquillaban.<br />

Ahora que la boda está empezando, debería continuar con la tarea, pero lo cierto es que no está por<br />

ninguna parte, y Karen no puede tener a la niña en brazos mientras ayuda con la primera parte de la<br />

ceremonia.<br />

—Voy a llamarlo otra vez. —Miro entre la multitud y lo busco.<br />

Abby patalea en los brazos de Karen y ella parece asustada de nuevo.<br />

—¡Ay, espera! ¡Está ahí...!<br />

Pero no oigo el resto de la frase de Karen. Me he quedado del todo absorta con el sonido de la<br />

voz de Hardin. Está saliendo del largo pasillo a mi izquierda. Está hablando con Landon, y su boca<br />

se mueve tan despacio como siempre.<br />

Tiene el pelo más largo de lo que parecía en las fotos que he visto de él últimamente. No he<br />

podido evitar leer todas y cada una de sus entrevistas y todos y cada uno de los artículos que se han<br />

publicado sobre él, más o menos ajustados a la realidad, y es posible que haya escrito algunas quejas<br />

acaloradas a algunos blogueros que han dicho cosas horribles sobre él y su historia. Nuestra historia.<br />

Me sorprendo al ver el aro de metal en su labio, aunque ya sabía que había reaparecido. Había<br />

olvidado lo bien que le sentaba. Me quedo absorta, totalmente consumida, al verlo de nuevo. Me<br />

traslado de nuevo a un mundo en el que luché con todas mis fuerzas y perdí casi todas las batallas a<br />

las que me enfrenté, y al final acabé marchándome sin la única cosa por la que luchaba: él.<br />

—Alguien tiene que acompañar a Tessa; su pareja no está —dice una voz.<br />

Al oír la mención de mi nombre, Hardin se vuelve al instante; sus ojos buscan durante medio<br />

segundo antes de encontrarme. Al principio rompo el contacto visual y bajo la vista hasta mis<br />

tacones, que apenas asoman por debajo de mi vestido largo.<br />

—¿Quién va a acompañar a la dama de honor? —pregunta la hermana de la novia a todos los que<br />

se encuentran cerca—. Menudo lío —exclama, y resopla mientras pasa por mi lado.<br />

He participado más que ella en la organización de esta boda, pero su nivel de estrés haría que<br />

cualquiera pensara lo contrario.<br />

—Yo —dice Hardin levantando la mano.<br />

Está tan guapo, tan devastadoramente atractivo con ese esmoquin y sin corbata... La tinta negra<br />

asoma justo por encima del cuello blanco de su camisa, y siento un leve cosquilleo en mi brazo<br />

cuando me toca. Parpadeo unas cuantas veces, intentando no pensar en el hecho de que apenas<br />

hablamos anoche y de que no ensayamos la entrada como deberíamos haberlo hecho. Asiento, me

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!