06.04.2017 Views

AFTER4

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

»¿Por qué estaba su nombre escrito en ese papel? Y ¿por qué sentía Hardin que iba a empezar a sudar la gota gorda si Logan no<br />

dejaba de mirarlo como si supiera algo?<br />

»—Esa tía es un incordio, pero creo que al menos le gusto más que Zed.<br />

»—Está buena —dijeron los otros dos al mismo tiempo.<br />

»—Si yo también fuese un cabrón, competiría contra los dos. Además, yo soy más guapo —bromeó Nate, echándose unas risas<br />

con Logan.<br />

»—Yo no quiero saber nada de esa mierda. Es una estupidez, en serio. No deberías haberte follado a su novia —reprendió Logan<br />

a Hardin.<br />

»—Mereció la pena —dijo éste riendo, y luego se volvió de nuevo hacia la acera, mirando al otro lado del patio.<br />

»Ella había desaparecido, y Hardin cambió de tema y preguntó por la fiesta del próximo fin de semana.<br />

»Mientras los dos discutían sobre cuántos barriles de cerveza comprar, Hardin se sorprendió escribiendo lo asustada que parecía<br />

Tessa el viernes, cuando casi echó la puerta abajo a golpes para escapar de ese pervertido de Neil, que intentó aprovecharse de ella.<br />

Ese tío era un cerdo, y probablemente todavía estuviera cabreado con Hardin por haberle vaciado una botella de lejía sobre la cama<br />

el domingo por la mañana. No era que a Hardin le importara una mierda ella, pero las circunstancias lo habían llevado a hacerlo.»<br />

Después de eso, las palabras siguieron escribiéndose solas. Era algo que no podía controlar, y a<br />

cada interacción con ella surgían más cosas que contar. Por ejemplo, el modo en que arrugaba la<br />

nariz con desagrado mientras me explicaba que odiaba el kétchup. En serio, ¿quién odia el kétchup?<br />

Con cada pequeño detalle que aprendía sobre ella, mis sentimientos aumentaban. Me negué a<br />

aceptarlos hasta más adelante, pero estaban ahí.<br />

Cuando vivíamos juntos me resultaba más difícil escribir. Lo hice con mucha menos frecuencia<br />

pero, cuando lo hacía, escondía mis últimas palabras en el armario, en una caja de zapatos. No tenía<br />

ni idea de que Tessa la hubiera encontrado hasta ahora, y aquí estoy, preguntándome cuándo voy a<br />

dejar de complicarme la puta vida.<br />

Más recuerdos inundan mi mente, y ojalá pudiera simplemente conectarla a mi cabeza para que<br />

pudiese leerme los pensamientos y ver mis intenciones.<br />

Si estuviera en mi cabeza, podría ver la conversación que me llevó a Nueva York a reunirme con<br />

varios editores. No es algo que pretendiera hacer; simplemente sucedió. Había anotado tantas<br />

situaciones, tantos momentos memorables entre nosotros... La primera vez que le dije que la quería;<br />

la segunda vez, la que no lo retiré. Pensar en todos esos recuerdos mientras recojo este desastre me<br />

resulta abrumador, y no puedo evitar que éstos se instalen en mi mente.<br />

«Él estaba apoyado contra la portería, borracho y magullado. ¿Por qué había empezado una pelea con esos tipos en medio de la<br />

estúpida hoguera? Ah, sí, porque Tessa se había marchado con Zed, y él le había colgado el teléfono a Hardin, dejándolo sin nada<br />

más que un tono sarcástico y el conocimiento de que Tessa estaba en su apartamento.<br />

»Eso le afectó mucho más de lo que debería. Quería olvidarse de ello, bloquearlo y sentir dolor físico en lugar de la desagradable<br />

comezón de los celos. “¿Se acostaría con él?”, se preguntaba sin cesar. “¿Ganaría él?”<br />

»Ya ni siquiera sabía si se trataba de ganar. Las líneas se habían difuminado en algún momento, y Hardin no habría sabido decir<br />

exactamente cuándo sucedió, pero era más o menos consciente de ello.<br />

»Se había sentado en el césped y se hallaba limpiándose la sangre de la boca cuando Tessa apareció. La vista de Hardin estaba<br />

ligeramente borrosa, pero recordaba haberla visto a ella claramente. Durante el trayecto de regreso a casa de Ken, ella estaba<br />

nerviosa, insegura, y actuaba como si él fuera una especie de animal rabioso.<br />

»Se centró en la carretera y le preguntó:<br />

»—¿Me quieres?<br />

»A Hardin eso lo pilló de sorpresa. Joder, lo pilló de puta sorpresa y no estaba preparado para responder a su pregunta. Ya había<br />

admitido su amor por ella, pero después lo había retirado, y ahí estaba ella, tan loca como siempre, preguntándole si la quería mientras<br />

su rostro estaba hinchado y magullado.<br />

»Por supuesto que la quería, ¿a quién cojones quería engañar?<br />

»Hardin evitó responder a su pregunta durante un tiempo, pero callárselo empezó a hacérsele insoportable, y de repente las<br />

palabras brotaron solas:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!